«Siempre he pensado que no se rodeó del mejor talento que disponía el partido en aquel momento y fue demasiado comprensiva con los flagrantes errores que habían cometido algunas personas de su confianza»
(Publicado en ABC el 30 de junio de 2023)
Hace escasos días puede disfrutar de una visita al congreso de los diputados acompañado por dos cicerones excepcionales, los diputados de Ciudadanos Inés Arrimadas y Guillermo Díaz. Inés había anunciado en Instagram que había organizado una visita al congreso abierta para los seguidores de su cuenta. Fui afortunado y pude pasar una tarde fenomenal compartiendo las interioridades y conociendo los lugares relevantes del congreso con las explicaciones de Inés y Guillermo. Además del interés cultural, indudablemente para mi era especial por lo que significaba como despedida de la que ha sido uno de mis referentes políticos.
Al hablar con ella tuve la sensación de que su decisión reciente de abandonar esa primera línea de la política le ha supuesto una sensación notable de alivio personal y posibilidad de apertura de otra forma de vida. Le ha tocado pilotar una nave en tiempos muy difíciles y no siempre rodeada de los mejores compañeros de viaje.
Hace algún tiempo comparé las figuras de Albert Rivera e Inés Arrimadas con las de los generales Silvestre y Navarro en el desgraciadamente famoso desastre de Annual. Silvestre fue un ambicioso general que pretendió acabar la guerra que España tenía con el caudillo rifeño Abd El Krim a las bravas llegando lo más rápido posible a Alhucemas. Pero las ganas por llegar a su objetivo le hicieron ir dejando una estructura endeble de pequeños fuertes mal comunicados y sin acceso al agua. Cuando Annual, la fortaleza principal, cayó ante el empuje rifeño, la frágil estructura que Silvestre había dispuesto se desmoronó como piezas del dominó. El general Silvestre nunca tuvo que dar explicaciones de sus desastrosas acciones ya que falleció en aquella batalla. Algo así ocurrió con Albert Rivera que nunca ha acabado de dar explicaciones creíbles sobre los motivos que le impulsaron a no gestionar eficazmente los resultados fenomenales que le habían dejado las elecciones de abril y mayo del 19 y a aparentar ser el responsable de la convocatoria de unas nuevas elecciones donde Ciudadanos fue castigado.
Con la dimisión de Rivera todos los ojos se centraron en Inés Arrimadas, como figura clave del partido para reconducir la situación. No era el mejor momento para ella en lo personal, como tampoco ayudó mucho la llegada de la pandemia que dificultó notablemente la reorganización del partido en aquellos momentos difíciles. Además, de igual forma que ocurrió en Marruecos tras el desastre de Annual, donde muchas de las tropas locales que estaban enroladas en el ejército español desertaron y se pasaron con sus bagajes al enemigo, en Ciudadanos ocurrió algo similar donde muchos vieron que su futuro pasaba mejor por servir a otros amos.
¿Pudo gestionar Inés Arrimadas mejor Ciudadanos tras el desastre de las elecciones noviembre de 2019 en aquella situación? Seguramente sí, yo siempre he pensado que no se rodeó del mejor talento que disponía el partido en aquel momento y fue demasiado comprensiva con los flagrantes errores que habían cometido algunas personas de su confianza (quizás en esto podría haber aprendido algo de Pedro Sánchez). Unas elecciones catalanas mal planificadas, con un resultado infame, dieron lugar a que los responsables de estas organizaran las mociones de censura de Murcia y ¿Madrid? de infausto recuerdo. Ridículo en Murcia y teniendo que afrontar unas elecciones en la Comunidad de Madrid como los malos de la película frente a una política en pleno crecimiento como era Isabel Díaz Ayuso.
Si la campaña de Cataluña fue horrible, parecía la de Kennedy frente a Nixon en comparación con la que organizó Edmundo Bal en Madrid. Bal por la mañana criticaba la corrupción del Partido Popular para pasar a pedir el voto por la tarde para ser el vicepresidente de Ayuso. Los cero diputados obtenidos por Bal y su jefe de campaña fueron recompensados con puestos de privilegio para ambos en la ejecutiva de Ciudadanos. Visto la escasa lealtad de Bal que ha tenido con Inés, a pesar de aquel generoso e incomprensible gesto, seguro que le ha dado mucho que pensar.
Volviendo a Annual, el general Navarro fue el que tuvo que hacerse cargo de las tropas españolas tras el desastre. Gestionó lo mejor posible la retirada a pesar de la falta de ayuda y de las acciones miserables de los rifeños.
A pesar de todo, el general Navarro fue llevado a consejo de guerra por sus actuaciones, pero la defensa que se hizo de las mismas hizo que fuese exonerado y absuelto con todos los pronunciamientos favorables.
Es sencillo ser “capitán a posteriori”, y juzgar a las personas una vez conocido lo que ha pasado y no teniendo en cuenta la información que se disponía en cada momento para tomar decisiones. Por eso es ciertamente complicado valorar muchas de las actuaciones tomadas por otros e incluso a veces por uno mismo.
La gestión de Inés Arrimadas al frente de Ciudadanos seguro que es controvertida, pero a mí me gustaría verla en primera línea de la política pronto.