Próspero y el no a los presupuestos

Próspero y el no a los presupuestos

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(Publicado en el Diario Información el 19/12/2013)

Según relataba Edgar Allan Poe, el príncipe Próspero paseaba por su castillo confiado y feliz, rodeado por sus más fieles cortesanos, los que continuamente le rendían pleitesía y le reían sus gracias. No importaba que laterrible epidemia de la muerte roja asolara sus dominios, ya que previsor, el príncipe Próspero se había encerrado en su castillo impidiendo al populacho la entrada al mismo como única forma de evitar que la terrible plaga le pudiera afectar a él o a los suyos.

En el siglo XXI el príncipe Próspero de Poe hubiese confeccionado unos presupuestos de la misma forma que lo ha hecho el Partido Popular en Alicante. Ante la llegada de la terrible crisis económica se han limitado a cerrar las puertas del Ayuntamiento, permitiendo la entrada únicamente de los más allegados y se han limitado a esperar que vengan tiempos mejores.

Es un presupuesto confeccionado desde el equipo de gobierno, sin apenas participación de la oposición o de las diferentes asociaciones vecinales. Obviamente la iniciativa corresponde al Partido Popular, de hecho es su responsabilidad, pero considero que escuchando propuestas alternativas realizadas de forma positiva se hubiese conseguido un documento por y para los alicantinos y no uno sólo para el príncipe Próspero.

Desde Unión Progreso y Democracia dentro de las enmiendas hicimos hincapié en dos aspectos fundamentales que son la falta de transparencia y de inversión en la ciudad. Considero que un Ayuntamiento transparente es un Ayuntamiento mucho más eficaz y eficiente ya que tiene que dar cuenta de todas sus operaciones y de cómo invierte o gasta el dinero de los ciudadanos. Para mí, transparencia no es dar información a un ciudadano cuando lo solicite, transparencia es que el ciudadano de manera sencilla pueda acceder a toda la información. El Partido Popular aceptó una enmienda de UPyD en la que solicitábamos que la deuda del Ayuntamiento y su evolución fuese pública y fácilmente accesibles. Desafortunadamente el PP no quiso aceptar nuestra propuesta de que las memorias que realizan o deben realizar los receptores de subvenciones fuesen públicas también, cabe preguntarse por qué será.

Otro de los aspectos más negativos es la falta de inversión en la ciudad, la falta de mejora de las infraestructuras que los ciudadanos de Alicante requerimos y que pagamos ampliamente con nuestros impuestos. Muy significativo es que se planee desterrar las mascletás de un lugar tan emblemático como la plaza de Luceros, para preservar la fuente de la misma, pero no se haya destinado dinero en el presupuesto para su rehabilitación. O que el mejor paseo del Mediterráneo, como es la Explanada, siga abandonado a su suerte, o que el inacabado parque deportivo de Villafranqueza parezca más un decorado de The Walking Dead que un lugar de disfrute de los vecinos, que los que pasean por Benalúa puedan comprobar la falta de equipamiento del barrio mientras el solar del antiguo colegio de Benalúa sigue triste y abandonado mirando el caminar de la gente, o que una playa tan bonita como la de Urbanova siga echando de menos las obras necesarias en su paseo, o que incluso, algo aprobado por unanimidad por todos los partidos como es la mejora de los senderos de las Torres de la Huerta se ha quedado simplemente en el acuerdo. Así hay muchas más inversiones que se han olvidado tanto en la ciudad como también lo ha sido  la imprescindible mejora de los polígonos industriales para facilitar la implantación de empresas como negocio alternativo al Turismo, otro de los grandes olvidados en estos presupuestos.

Pero ustedes se preguntarán donde se van los cerca de 240 millones de euros del presupuesto, Muy sencillo: en gastos de personal, gastos corrientes y en las contratas pagadas a precio de oro. Mientras el Ayuntamiento sigue cediendo competencias,  como el cobro de impuestos que se ha transferido a SUMA, porque, según ellos mismos son más eficientes que los funcionarios del Ayuntamiento.  Esto no es gratis, este trabajo lo hace obviamente a cambio de una generosa SUMA de dinero.

Con tanta externalización,    el Ayuntamiento tiene menos servicios gestionados por él, pero mientras tanto todos los costes se mantienen fijos. No hay ahorro, no hay gestión de personal, que no se debe confundir con ERE’s sino con seguir adecuar la organización del personal a lo que el ciudadano demanda. Lo más triste es que si el ministro Montoro cierra un día el Ayuntamiento, ¿alguien lo echaría de menos?

No debería ser así, el Ayuntamiento debería liderar la recuperación económica, debería ser el motor de la misma, debería ser más eficaz en la gestión del dinero de todos y dar respuestas a los ciudadanos y no que estas sean sólo ese cierre de puertas tal como hiciera según Poe el príncipe Próspero. No sé si al PP su atrincheramiento en el Ayuntamiento le servirá para volver a ganar en 2015, al príncipe Próspero no le sirvió, inexorable, la muerte Roja se infiltró en las cerradas murallas del castillo acabando con sus habitantes.

La opaca transparencia

La opaca transparencia

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(Publicada en el Diario el Mundo el 16/12/2013)

El concejal de hacienda frunció el ceño ante mi pregunta y dada mi reiteración, miró hacia el técnico que estaba al fondo de la sala de la junta de gobierno donde estábamos celebrando la comisión de hacienda. El técnico rápidamente sacó de entre unas carpetas la famosa ley de transparencia que el Partido Popular ha aprobado recientemente, y blandiéndola, como Errol Flyn hacía con su espada al frente del séptimo de caballería, utilizó uno de los apartados de la ley para justificar la negativa del Partido Popular a aceptar una enmienda a las bases del presupuesto municipal,  que desde el grupo municipal de Unión Progreso y Democracia habíamos planteado.

Tras la lectura del apartado, el concejal de hacienda sonrió aliviado como colono de película de western recién rescatado, pero en el fondo seguro que pensaba como yo, para aprobar una ley de transparencia con cosas como esta, podían haber dedicado el tiempo a otros menesteres más provechosos para la ciudadanía.

En la enmienda planteábamos que la gestión cualquier subvención que se otorgara desde el Ayuntamiento debería ser totalmente  pública y accesible por los ciudadanos durante todo su proceso, desde la convocatoria de la misma hasta su finalización. Esto incluía que se incorporara la obligación de que el receptor de la subvención debía presentar una memoria justificativa de las tareas objeto de la subvención.

La ley de transparencia del Partido Popular considera que este último apartado no es necesario, imagino que pensarán que todo el mundo es honrado y que el dinero público siempre se  gasta de manera justificada, y si no que se lo pregunten a los de UGT de Andalucía.

España necesita una Ley de Transparencia que permita un triple control de todo lo público: por la oposición, por los órganos supervisores y el control que podría ejercer cualquier ciudadano de forma directa, para ello debe haber libre acceso de la información.

Pero, libre acceso a la información no significa que primero hay que pedir la información justificando porqué la quieres  y luego esperar a que la suministren (sino dada la celeridad de con la que contesta el Partido Popular en el Ayuntamiento habría que exigir una silla para esperar sentado). Libre acceso a la información implica que los datos estén accesibles, que sean sencillos de encontrar y que estén expuestos con rigor pero de forma comprensible. El ciudadano no tiene por qué justificar su deseo de comprobar una información que es suya, con lo que devolveríamos  a los españoles algo que les pertenece. De esta forma se obligaría a todas las entidades públicas a ser más eficientes y  haría más difícil la labor de desaprensivos que estuvieran pensando en aprovecharse de ellas.

No todo es malo en la ley, faltaría más, la sonrisa del concejal de Hacienda se quebrará cuando lea el punto que indica que constituyen infracciones muy graves los compromisos de gastos, reconocimiento de obligaciones y ordenación de pagos sin crédito suficiente para realizarlos o con infracción de lo dispuesto. Algo habitual en el Ayuntamiento de Alicante, donde los reconocimientos extrajudiciales de créditos y facturas en el cajón no son algo excepcional. También me parece acertado el apartado en el que se penaliza el hecho de recibir regalos o tratos de favor.

No obstante estos últimos aspectos interesantes se pierden cuando compruebas que esta ley  no se trata de una ley orgánica.  Las leyes orgánicas son aquellas que protegen derechos fundamentales y requieren de mayoría absoluta del congreso para su aprobación. La ley de protección de datos es orgánica y sin embargo la de transparencia que debería garantizar el acceso a la información no lo es. Con lo cual se prima más la protección de información que el acceso de los ciudadanos. La Ley de Transparencia  no se basa en que el derecho al acceso a la información es básico; establece muchas limitaciones y restricciones para acceder a determinados papeles de la administración y contiene el silencio como respuesta. También considero inaceptable que entes que reciben financiación pública, tales como partidos, sindicatos, patronales y Casa Real  queden fuera de la aplicación de la ley.

Además la ley es muy poco concreta,  sobre todo en las conductas sancionables,  lo cual me temo, permite una inevitable discrecionalidad y subjetividad en su interpretación y aplicación. Es probable que las personas que la incumplan solo  sean castigados a una noche sin cena o a leer las memorias de Zapatero un par de veces (aunque  pensándolo bien, esto último sería terrible).