Publicado en Abc el 7 de agosto de 2024

Podía parecer el personaje con el mismo nombre de la comedia de Lope de Vega “la boba para los otros”. En esa comedia, una joven y audaz Diana conseguía el título de duquesa ante unos rivales que inicialmente la consideraban como una boba. Algo así les pasó a dos pesos pesados del socialismo valenciano, Alejandro Morant y Carlos Fernández Bielsa, que pugnaban por la secretaria de los socialistas valencianos (PSPV). Ambos empezaron a mover sus fichas de delegados por toda la Comunidad Valenciana. Sus declaraciones públicas eran de que nadie les iba a impedir pelear por la secretaria y mucho menos por imposiciones desde el exterior. Tras una visita a Ferraz, sede en Madrid del PSOE, ambos agacharon la cabeza y asumieron que la nueva jefa del socialismo valenciano era la flamante ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant. O sea que muy boba no era, de hecho, yo pensaba en aquellos momentos que era de los tres candidatos a la secretaria del PSPV, el rival más complicado para Carlos Mazón.

Desde su proclamación hasta la fecha, Diana Morant había tenido un perfil bastante bajo, críticas a Mazón por asuntos baladís y solo tuvo que actuar cuando Bielsa intentó una pequeña rebelión.

Pero llegó el momento en el que Diana Morant tuvo que salir de la cueva para posicionarse en un asunto tan trascendental para los valencianos como la endémica infrafinanciación que sufrimos desde hace décadas, por cierto, tras gobiernos del PP y PSOE.

Su jefe y principal mentor, Pedro Sánchez, para conseguir la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, había ofrecido a Cataluña mejorar su financiación y que pudiese gestionar sus impuestos con un sistema similar al cupo vasco y navarro. El cupo vasco y navarro era una anormalidad que costaba dinero al resto de los españoles, pero que se podría soportar dado el escaso nivel de incidencia que tenía sobre el total nacional. Si Cataluña entrase también en el modelo sería algo inasumible, al multiplicarse por cinco dichos niveles de incidencia.

Los valencianos no dábamos crédito a lo que estaban proponiendo los que se proclaman máximos defensores de la solidaridad entre regiones. Era esperable la queja de los portavoces del PP y Vox. De Compromís no se esperaba nada de interés, es un partido que no pierde una oportunidad de perder una oportunidad. La tuvo cuando disponía de cuatro diputados en el Congreso y Mariano Rajoy estaba buscando desesperadamente apoyos para su investidura. Compromís dijo que eran de izquierdas antes que valencianistas y no utilizaron su poder en beneficio de la Comunidad. En las siguientes elecciones pasaron de cuatro diputados a uno.

Y todas las miradas se posaron en Diana Morant, era su momento. ¿Sería la líder que liderase las reivindicaciones de una financiación justa para la Comunidad Valenciana? Y en ese momento fue cuando Morant mutó de la simpática Diana de la obra de Lope a la oscura Christa-María Sieland de la película “La vida de los otros”. En esta, Christa traiciona a su pareja a la Stassi para poder seguir manteniendo su carrera de actriz en la oscura RDA comunista.

Los socialistas valencianos han aguantado con escasa vergüenza los indultos, amnistías y demás cesiones a los “indepes”, para poder mantenerse en el poder. Pero estas decisiones afectan a la economía de las familias y no solo para los catalanes “la pela es la pela”. Diana Morant podría haber aprovechado la cesión a Cataluña para exigir lo mismo para nuestra Comunidad o incluso ponerse de perfil. No fue así, sus declaraciones vía X fueron “No te fíes de los profetas del desastre, mienten. La convivencia ha regresado a Cataluña. La C. Valenciana tiene la mayor financiación de la historia.”  Solo le falto añadir, “los valencianos son unos llorones”, es posible que no le quedaran caracteres para escribirlo en el tuit.

Pero los últimos informes de Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), con datos del Ministerio de Hacienda, la dejan en evidencia.  Pero lo peor para ella y otros mandatarios socialistas es que la gente, ya no les cree. No les cree porque dicen ahora lo contrario de lo que decían hace escasos meses. Diana Morant ha perdido una gran oportunidad para ser alternativa a Carlos Mazón y tenía mimbres para ello. Pero no lo será a menos que de un giro en su estrategia o que en las próximas elecciones contrate a los expertos electorales de Maduro para contar los votos. Esta semana, Morant puedo elegir entre los valencianos o Pedro Sánchez y sus socios “indepes”. No tuvo ninguna duda. Ya saben lo que eligió y lo que puede suponer para nuestra Comunidad si alguna vez alcanzara el poder.

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