El pacto, ¿con el diablo?

«La izquierda ve las pajas en el ojo ajeno mientras silba con las vigas en el propio»

Publicado en el ABC el 16 de junio de 2023

Uno de los momentos memorables de la película “Match Point” de Woody Allen es precisamente el principio de esta. Una bola de tenis que duda a qué lado de la pista debe caer   y todo lo que puede suponer para los dos tenistas que miran expectantes lo que les depara el destino. En breve se van a constituir los gobiernos de un sinfín de ayuntamientos. Unos cuantos no dependen del voto de tan solo un concejal, sino que además, muchos concejales lo son por un puñado de votos. En el mundo político de los dos bloques en el que nos encontramos, ese puñado de votos va a suponer el poder para unos y la desesperación para otros durante los próximos cuatro años. A la hora de determinar quién será el alcalde de una localidad, no es necesario obtener la mayoría absoluta de votos de los concejales electos, ya que puedes serlo si eres el cabeza de la lista más votada y ningún otro consigue dicha mayoría absoluta. Esto da lugar a que los cabezas de las listas más votadas tengan más juego a la hora de determinar si son necesarios los posibles pactos de gobierno. Los candidatos del Partido Popular de las ciudades de Alicante y Valencia parece que van a hacer valer el ser la lista más votada para no tener que pactar el gobierno con Vox, aunque esto les pueda obligar a tener que llegar a acuerdos puntuales con otras fuerzas políticas para aprobar determinadas propuestas durante los próximos cuatro años. En la tercera ciudad de la Comunidad, Elche, no obstante, el candidato del Partido Popular si que ha firmado un pacto con su homóloga de VOX para poder tener los votos suficientes para ser alcalde, al no ser la lista mas votada. Durante los próximos cuatro años veremos quienes de los tres tienen más tranquilidad a la hora de poner en marcha sus acciones de gobierno.

Pero dónde no ha habido dudas en cuanto al resultado ha sido en la Comunidad Valenciana. Los valencianos han votado mayoritariamente que preferían un gobierno del bloque de la derecha, al igual que hace ocho años votaron en otra línea.  Pero la izquierda ve mal ahora que el conseller de cultura sea un torero licenciado en derecho mientras no le preocupó que su ministro de cultura no haya finalizado ninguna de las carreras que empezó.

Además, es curioso que los que hemos tenido que soportar que unos de los actuales vicepresidentes de la comunidad valenciana lanzarán loas de los grandes logros que ha supuesto el comunismo para la libertad de los ciudadanos, nos tenga que preocupar que un torero ocupe su lugar.  También lo es que los que hemos tenido que escuchar los aplausos cerrados que los diputados del tripartito le dedicaban semana sí y semana también a la anterior vicepresidenta, a pesar de su relación en el asunto de abusos a menores en centros tutelados de la Conselleria, nos tengamos que sorprender como los mismos que aplaudían entonces se rasgan las vestiduras ahora por el pasado del candidato de VOX. Y es que la izquierda ve las pajas en el ojo ajeno mientras silba con las vigas en el propio. El pacto con el diablo no es el que previsiblemente se producirá el mes que viene en el Palau dels Borja, sino el que hemos tenido que soportar estos ocho años

Yo sinceramente como valenciano agradezco la rapidez con la que PP y VOX han llegado a un acuerdo. Ya se verá en el tiempo para quien es más beneficioso. Montar “paripés” de investiduras fallidas para luego llegar a un acuerdo, entiendo que es un insulto a la inteligencia de los valencianos.  También agradezco que esa rapidez permita que cuanto antes, ese nefasto tripartito de izquierdas deje de gobernar la comunidad valenciana. Ese tripartito que en estos últimos días parece que trata de blindar las subvenciones a determinadas organizaciones con la excusa de que es “por la gente”.  Ya pueden imaginar a que gente se refieren.

Por último, un día como hoy nos queda desear muchas suerte a los equipos de gobierno tanto autonómicos y municipales que dirigirán los destinos de la comunidad y los municipios valencianos, así como agradecer a todos los diputados y concejales salientes el trabajo desarrollado estos años.

La última reunión

«No vamos a exponer al conseller a que le den un zasca en la última reunión»

Publicado en ABC el 5 de mayo de 2023

Gabinete de Presidencia de la Generalitat. Lunes 9:AM

Uno de los miembros del gabinete entra a la reunión acompañado por un becario, este le pregunta

– ¿Y qué es eso de la Diputación Permanente?

– Básicamente es un pleno de las cortes en reducido, dónde solo pueden intervenir los diputados que todavía quedan en activo una vez se han disuelto las Corts.

– ¿Y esta reunión?

– Es precisamente para proponer los temas que se van a debatir en la última reunión de la Diputación Permanente que se hará la semana que viene. Queremos darle un matiz electoralista, las elecciones están a la vuelta de la esquina. Tú siéntate y escucha y no se te ocurra decir nada.

Ambos se sientan en una esquina de la mesa mientras una señora empieza a hablar.

-En la próxima reunión llevaremos el decreto para la ayuda para la cesta de la compra. Es bueno que se haga ahora y que podamos hacer campaña diciendo que los socialistas nos preocupamos porque la gente llegue a final de mes.

– Pero es posible que alguien se pregunte que si hay que dar ayudas a la gente para que pueda comprar en el supermercado, nuestra gestión económica no ha sido buena.

– Está previsto, vamos a echar la culpa a la pandemia, a la herencia recibida y a la guerra de Ucrania. Nuestro votante no piensa tanto para poner en duda eso.

– Perfecto, ¿solo vamos a llevar este tema?

– No, hemos pensado que para quitarle unos cuantos votos a Podemos. Vamos a llevar la comparecencia del vicepresidente podemita para que explique los decretos de alquiler. Tal como es él, esperamos que se líe defendiendo a los okupas y hablando de expropiaciones forzosas. El objetivo es que la izquierda moderada nos vote a nosotros, ya que Podemos no va a llegar al cinco por ciento.

– ¿Habéis tenido en cuenta que Ciudadanos pidió la comparecencia del Conseller de Sanidad por lo de la gestión centralizada de los servicios de emergencias?, está teniendo muchos errores.

– Ni se nos va a ocurrir, ha sido un error grave y parece que murió el otro día una persona en Alicante al enviar una ambulancia que estaba muy lejos. Así que diremos que lo hemos explicado todo mil veces, aunque no sea verdad. No vamos a exponer al Conseller a que le den un zasca en la última reunión.

– Buena idea, la que lo va a tener difícil explicar eso es Ana, nuestra candidata en Alicante, que fue la responsable precisamente de llevarse los servicios de emergencia de Alicante a Valencia.

– Sí, pero eso será otro día. Así que cerramos orden del día, decreto y comparecencia del conseller de Podemos. Mañana lo llevo a la junta de síndics.

De pronto desperté. Al rato, mientras me dirigía a la junta de síndics, otro de los portavoces me dijo “Seguro que llevarán la comparecencia del Conseller de Sanidad que pedisteis, él siempre ha dicho que daría la cara”.

Le miré y le dije “¿Crees en los sueños premonitorios?  yo no, pero algo me dice que la preocupación del tripartito por esta diputación permanente es puramente electoral y no van a permitir dar unas explicaciones que les quitarían votos.”

Socialistas contra Alicante

(Publicado en el diario ABC el 21 de mayo de 2021)

«Da la sensación de que esta provincia siempre se ha encontrado lejos del gobierno del Botànic y que sus problemas siempre les han parecido menos importantes»

Hace escasos meses el president de la Generalitat, Ximo Puig, defendía en un discurso en las Cortes Valencianas “una España plural y diversa” y rechazaba “independentismos y centralización”. Pero rápidamente pasaba a centrarse más en lo segundo que en lo primero para poder atacar la que ha sido y sigue siendo su enemigo particular, que es la Comunidad de Madrid. Acusaba a Madrid de ser una gran aspiradora que se quedaba con los recursos, población, funcionarios y redes de influencia apoyándose en su efecto capitalidad.

Vamos, “dijo el muerto al degollado”, entiendo que no pensará lo mismo sobre el efecto aspiradora que también ejerce Valencia dentro de la Comunidad Valenciana. Habitualmente, el efecto capitalidad siempre ha sido un foco de atracción, que puede paliarse en mayor o menor medida en base a una serie de acciones que traten de equilibrar, al menos de acercar, la balanza a un punto medio.

Pero sesión tras sesión en les Corts, da la sensación que Alicante es molesta para el gobierno del Botànic, o más que molesta, que son incapaces de entender porqué no han caído en su influjo de inmersión lingüística y desaladoras. En el fondo da la sensación de que la provincia de Alicante siempre se ha encontrado lejos del gobierno del Botànic, y que sus problemas siempre les han parecido menos importantes.

Esta semana se debatía en Corts Valencianes la defensa del trasvase Tajo-Segura ante el cierre impuesto por el gobierno del socialista Sánchez. Este cierre perjudicaba notablemente a Almería, Murcia y Alicante. Ante la convocatoria de una reunión de los presidentes de las comunidades afectadas, el presidente Puig, afirmó que no iba a participar en un, palabras suyas, “aquelarre”. Lo del aquelarre es llamativo que lo dijera precisamente el que no tuvo reparos en reunirse con todos los presidentes independentistas de Cataluña.

Puig, reconoció el error de sus palabras y como penitencia se impuso para compensar, viajar con cara triste un par de veces a la zona del trasvase, por si algún pardillo caía y pensaba que iba a defenderlo. Así, en la sesión de les Corts tanto PSPV como Compromís votaron escasamente convencidos por la defensa del trasvase, mientras asumían con una sonrisa que los de Unidas Podemos no lo apoyasen. No hubo presiones, ni malas caras en esa ruptura de unidad de voto del Botànic, porque “total, es una cosa para Alicante”.

En cualquier caso, no parece que Puig y los suyos se vayan a empeñar demasiado en esa defensa del trasvase ante el presidente Sánchez, si ni siquiera son capaces de defender con dignidad la imperiosa necesidad de un cambio de modelo de financiación autonómica, ni la forma del inminente reparto de los fondos COVID. Es muy probable que todo acabará con un “lo que tú quieras Pedro”.

Pero además de todo esto, muchas comarcas de Alicante sufren esa incomprensión acerca de la complejidad que tiene la inmersión lingüística o lo que va a suponer la nueva ley de la función pública en la que el valenciano es un requisito para ser funcionario autonómico. Por cierto, hubo muchas risas en la bancada del Botànic cuando se formuló una queja por las burlas que se hicieron en los perfiles de las redes sociales de A-Punt sobre los alicantinos que se manifestaban por la libertad de elección de lengua.

Y, por último, ¿ustedes se imaginan que en cuatro meses el hospital La Fe de Valencia fuese a sufrir un cambio de modelo organizativo y ni pacientes ni trabajadores lo conociesen? Imagino que no, pero esto está ocurriendo en el Hospital de Torrevieja en la antesala de la llegada del verano. Pero no hay preocupación en el Botànic, parece que se preguntan “¿existe algo al sur de Gandía?”.

Socialistas contra Alicante

Socialistas contra Alicante

«Da la sensación de que esta provincia siempre se ha encontrado lejos del gobierno del Botànic y que sus problemas siempre les han parecido menos importantes»

(Publicado en ABC el 21 de Mayo de 2021)

Hace escasos meses el president de la Generalitat, Ximo Puig, defendía en un discurso en las Cortes Valencianas “una España plural y diversa” y rechazaba “independentismos y centralización”. Pero rápidamente pasaba a centrarse más en lo segundo que en lo primero para poder atacar la que ha sido y sigue siendo su enemigo particular, que es la Comunidad de Madrid. Acusaba a Madrid de ser una gran aspiradora que se quedaba con los recursos, población, funcionarios y redes de influencia apoyándose en su efecto capitalidad.

Vamos, “dijo el muerto al degollado”, entiendo que no pensará lo mismo sobre el efecto aspiradora que también ejerce Valencia dentro de la Comunidad Valenciana. Habitualmente, el efecto capitalidad siempre ha sido un foco de atracción, que puede paliarse en mayor o menor medida en base a una serie de acciones que traten de equilibrar, al menos de acercar, la balanza a un punto medio.

Pero sesión tras sesión en les Corts, da la sensación que Alicante es molesta para el gobierno del Botànic, o más que molesta, que son incapaces de entender porqué no han caído en su influjo de inmersión lingüística y desaladoras. En el fondo da la sensación de que la provincia de Alicante siempre se ha encontrado lejos del gobierno del Botànic, y que sus problemas siempre les han parecido menos importantes.

Esta semana se debatía en Corts Valencianes la defensa del trasvase Tajo-Segura ante el cierre impuesto por el gobierno del socialista Sánchez. Este cierre perjudicaba notablemente a Almería, Murcia y Alicante. Ante la convocatoria de una reunión de los presidentes de las comunidades afectadas, el presidente Puig, afirmó que no iba a participar en un, palabras suyas, “aquelarre”. Lo del aquelarre es llamativo que lo dijera precisamente el que no tuvo reparos en reunirse con todos los presidentes independentistas de Cataluña.

Puig, reconoció el error de sus palabras y como penitencia se impuso para compensar, viajar con cara triste un par de veces a la zona del trasvase, por si algún pardillo caía y pensaba que iba a defenderlo. Así, en la sesión de les Corts tanto PSPV como Compromís votaron escasamente convencidos por la defensa del trasvase, mientras asumían con una sonrisa que los de Unidas Podemos no lo apoyasen. No hubo presiones, ni malas caras en esa ruptura de unidad de voto del Botànic, porque “total, es una cosa para Alicante”.

En cualquier caso, no parece que Puig y los suyos se vayan a empeñar demasiado en esa defensa del trasvase ante el presidente Sánchez, si ni siquiera son capaces de defender con dignidad la imperiosa necesidad de un cambio de modelo de financiación autonómica, ni la forma del inminente reparto de los fondos COVID. Es muy probable que todo acabará con un “lo que tú quieras Pedro”.

Pero además de todo esto, muchas comarcas de Alicante sufren esa incomprensión acerca de la complejidad que tiene la inmersión lingüística o lo que va a suponer la nueva ley de la función pública en la que el valenciano es un requisito para ser funcionario autonómico. Por cierto, hubo muchas risas en la bancada del Botànic cuando se formuló una queja por las burlas que se hicieron en los perfiles de las redes sociales de A-Punt sobre los alicantinos que se manifestaban por la libertad de elección de lengua.

Y, por último, ¿ustedes se imaginan que en cuatro meses el hospital La Fe de Valencia fuese a sufrir un cambio de modelo organizativo y ni pacientes ni trabajadores lo conociesen? Imagino que no, pero esto está ocurriendo en el Hospital de Torrevieja en la antesala de la llegada del verano. Pero no hay preocupación en el Botànic, parece que se preguntan “¿existe algo al sur de Gandía?”.

Independentistas a las puertas

Independentistas a las puertas

«Es momento de recuperar nuestro orgullo de ser valencianos y españoles, y dejar de agachar la cabeza ante la pretendida superioridad moral de la izquierda«

Cuando llegaron los ecos de la derrota del bosque de Teotoburgo al emperador Augusto, no se lo podía creer. Tres legiones habían sido exterminadas en Germania y era posible que las tribus bárbaras se decidieran a cruzar el Rin poniendo en riesgo el imperio romano, una vez se habían dado cuenta de su vulnerabilidad.

Todo desastre tiene un día después, y para mí la noche del domingo fue bastante dura tan pronto se iban conociendo los resultados de las elecciones catalanas. En general todos los escenarios previstos eran malos para las fuerzas constitucionalistas. No podemos olvidar que estas fuerzas son más escasas de lo que algunos indican, ya que tanto el PSC como la marca catalana de Podemos están muy cerca de los postulados de los partidos independentistas.

En Teotoburgo la derrota se debió fundamentalmente a la traición de Arminio, en teoría aliado de los romanos, pero que fue el que preparó la emboscada mortal para las tropas de Publio Quintilio Varo. El papel de Arminio lo ha desarrollado en nuestros tiempos a la perfección el exministro Salvador Illa, que empezó la campaña diciendo que no tenía nada que ver con los independentistas, pero estos han sido a los primeros que ha buscado tras conocerse los resultados. De En Comú Podem no cabe esperar ninguna buena acción, ya que no pierden ninguna ocasión de mostrar su postura alejada de la Constitución.

El resultado está ahí y más allá de esperar que se pongan de acuerdo en algo los futuros rectores del futuro catalán y, contemplados ya los primeros desordenes que se han producido nada más confirmarse la victoria independentista, considero que toca hacer lo que hizo Augusto en los tiempos de Teotoburgo. Augusto protegió las fronteras de su Imperio y fortaleció rápidamente los fuertes y empalizadas que protegían el Rin, distribuyendo refuerzos entre todas las guarniciones.

No me gustaría vivir en unos Països Catalans al estilo de lo que promueven los partidos independentistas catalanes y algunos de los integrantes del pacto del Botànic. Más allá de rasgarse las vestiduras y vestir de luto como hizo Augusto, toca reflexionar cómo es posible que ese tipo de ideologías sectarias y supremacistas se van imponiendo al sentido común. Esto es vital para detener su avance en nuestra Comunidad. Yo no quiero vivir en una comunidad excluyente, que te discrimine por tu origen o por no conocer el catalán, donde la calle es tomada una y otra vez por los violentos, donde los okupas campan a su anchas, donde no puedes elegir la lengua en la que estudien tus hijos o donde el trabajo está en riesgo porque las empresas se marchan al no observar viabilidad. Quiero vivir en una comunidad que quiera innovar y formar parte del futuro, y por supuesto donde se te respete y puedas vivir en libertad. Pero no podemos olvidar que ahora los independentistas están a las puertas, quieren expandirse y tienen aliados dentro. Es momento de recuperar nuestro orgullo de ser valencianos y españoles, y por supuesto dejar de agachar la cabeza ante la superioridad moral de la izquierda y de algunos de los dogmas que repiten una y otra vez para tratar de hacerlos verdad.

Los romanos superaron su derrota, y no solo consiguieron detener a los germanos en la frontera, sino que poco tiempo después, con la lección bien aprendida y liderados por Germánico, derrotaron a los bárbaros en Idistaviso. Aquel día, el orgulloso Arminio tuvo que huir a uña de caballo. Pero hoy estamos tras Teotoburgo, y para llegar a Idistaviso toca aprender de los errores cometidos, trabajar duro y tener líderes como Germánico. Ya no hay tiempo para lamerse las heridas.

La casilla de la muerte

El juego de la oca fue uno de los primeros juegos de mesa que recuerdo haber utilizado de mi caja de juegos reunidos Geyper. Era un juego bastante sencillo y parece que con gran historia. Básicamente tenías que avanzar tu ficha a golpe de lanzamiento de dados, saltando de casilla en casilla, con el objetivo de llegar al final del recorrido. Algunas casillas te permitían avanzar más rápidamente, el famoso “de oca a oca y tiro porque me toca”, otras eran mucho más terribles. Sin duda alguna, la peor era la casilla de la muerte o de la calavera, la cual se encontraba muy cerca del final del camino. Si caías en ella debías volver a empezar otra vez desde el principio. Era la dinámica del juego, no importa lo rápido que fueras, lo cerca que te encontraras de la meta, siempre podías encontrarte de repente al inicio del camino sin que ninguna de tus jugadas anteriores te hubiese servido para nada.

Es fácil identificar la situación sanitaria de la Comunidad Valenciana dirigida por el Botànic como si hubiésemos caído en la casilla de la muerte. No solo por el elevado número de valencianos que fallecen cada día a causa de la COVID19, sino por la sensación que la preparación de nuestro sistema sanitario ha vuelto a la casilla de salida, como si estuviésemos otra vez en marzo de dos mil veinte.

Hospitales de campaña que han costado un montón de millones y que tiene que ser desalojados por el fuerte viento que asola cada cierto día la ciudad de Valencia, afortunadamente este año no hemos tenido ninguna gota fría que hubiese empeorado la situación. Dirigentes del Botànic que cuando se dan cuenta del fiasco, aunque nunca los oirás reconocerlo, apuestan por rehabilitar un de los edificios de lo que era la antigua Fe de Valencia. La gestión ha sido tan incompetente que a los pocos días han saltado todas las costuras. Telefonillos que no funcionan y que provocan el abandono de los pacientes, sin agua caliente, camas no articuladas, escasez de personal y más defectos que sumados a la tipología grave de muchos de sus pacientes, cuando en teoría iba a ser destinado para pacientes leves, han hecho que se le conozca como “el hospital de los horrores”. Los testimonios de los sufrimientos de algunos de los pacientes valencianos que han sido atendidos allí son terribles.

Febrero 2021. los dirigentes Botánicos han caído en la casilla de la muerte y nos han hecho volver a la casilla de salida. Parece no importarles que cada día fallezcan mas de cien valencianos, no hay ninguna medida de las que proponen que invite al optimismo. Ana Barceló e Isaura Navarro siguen dirigiendo los destinos de la sanidad valenciana sin asumir responsabilidades, más bien tirándoselas la una a la otra. Bueno sí, han cesado a una directora de salud por poner por escrito lo que era un secreto a voces, que durante casi un mes no han existido unas ordenes claras del plan de vacunación acerca de las vacunas sobrantes.  Todo esto ha facilitado que los bajos instintos de unos cuantos dirigentes del Partido Popular y del Partido Socialista pudieran robar la dosis preparada para algún sanitario valenciano o persona vulnerable.  A Ximo Puig también parece que le da igual, ya que mientras mira cómo gestionar los fondos europeos, la economía y la salud de los valencianos se deteriora a pasos agigantados. Mientras los valencianos asistimos impotentes e incrédulos al espectáculo de incompetencia y sectarismos, los dirigentes Botánicos siguen tirando el dado como si nada pasase. Parecen no saber que el juego de la oca era un juego de azar, donde gana el más afortunado, pero en la lucha contra la COVID 19, triunfa el que tiene a las personas mas preparadas en los lugares de toma de decisiones críticas.

Manual del perfecto Botànico 2.0

«No existe un plan para poder combatir eficazmente a la crisis sanitaria y económica que asola y continuará asolando a la Comunidad Valenciana»

El otro día pude comprobar que era falso lo que decían algunos sobre que el pacto del Botànic no había evolucionado y seguía anclado en el pasado. En uno de los pasillos del edificio de las Cortes Valencianas encontré abandonado un libro encuadernado en rojo con el título “Manual del perfecto Botànico 2.0”. Intuí que probablemente habría al menos uno anterior. Al ojearlo pude comprobar las nuevas estrategias que se pretendían impulsar desde la publicación del libro. Al final del mismo, había un resumen del cual pude leer algunos de los mandamientos allí plasmados, antes que el dueño del libro recordara donde lo había olvidado y me lo reclamara mientras lo estaba ojeando.

El primero de los mandamientos era el de invocar al “espíritu del Botánic” cuando no se sepa que contestar. Es una solución fácil y como nadie sabe realmente que es ese espíritu, se puede utilizar de igual forma para un roto que para un descosido.

El segundo decía que ya está bien de echar la culpa de todos los males al Partido Popular, porque pasados casi seis años esa excusa solo cuela entre los sectarios más furibundos, y de esos ya cada vez quedan menos. Así, que se permitía criticar abiertamente al resto de partidos del Botànic para hacer pensar a la ciudadanía que realmente tienen un plan y que están proponiendo ideas que no pueden llevar a cabo por culpa de los socios. Este mandamiento lo han utilizado de manera continua en los últimos días, ya que no parecen estar de acuerdo en ninguna de las acciones que pretenden tomar para paliar los efectos de la pandemia. El objetivo de este segundo mandamiento es que la ciudadanía observe el ímpetu y entusiasmo con el que defienden ideas totalmente contrapuestas y se crea que realmente están trabajando, aunque no se observe ninguna acción sensata tras tanto debate.

El tercero va en la línea de indicar que más vale una rendición honrosa que una defenestración humillante. Este mandamiento lo ha aplicado a rajatabla el vicepresidente del Consell, afiliado a Podemos, que ha pasado de entonar el “No pasarán” refiriéndose al intento de cese de la portavoz de su grupo, Naiara Davó, al “que grande es Pilar Lima” una vez consumida la purga interna.

El cuarto es dejar de mentar a Franco en cada ocasión, que cada vez les cuesta más recordar entre sus huestes quien era el dictado. No obstante, se recomienda continuar hablando de la “herencia tardo franquista”, que suena más a película de terror. A ser posible, se recomienda unir lo de “tardo franquista” a “neoliberal” y si cabe, colocar por en medio a Donald Trump para causar un efecto de mayor pavor entre la ultraizquierda. Me hizo gracia leer lo estúpido del razonamiento de este mandamiento, pero al comprobar las declaraciones de Pilar Lima una vez había defenestrado a su compañera Naiara Davó, pude comprobar que lo siguen bastante a rajatabla.

El quinto es que una vez se conozcan  los desastrosos datos de la gestión del Botánic, se debe localizar algún dato peor, y si no lo hay inventarlo, de la gestión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

El sexto hace referencia al proyecto de inmersión lingüística. Decía literalmente, “No importa lo mal que vayan las cosas a nivel económico y/o sanitario, seguir en el proyecto de inmersión lingüística es una obligación que todo buen Botànico debe apoyar todos los días”. Y ahí vemos al conseller Marzà pidiendo a los centros proyectos plurilingües en vez de planes de prevención contra el COVID19.

El séptimo iba directamente a repetir una y otra vez el dogma “la sanidad y la educación privada solo buscan el dinero y no hay que darles ni agua”. Al leer este mandamiento podemos entender la falta de colaboración con la sanidad privada en unos momentos tan graves.

Como el lector habrá supuesto, todo el artículo es una ironía. No he visto el manual de perfecto Botànico, aunque a lo mejor si que existe.  Desgraciadamente lo que es seguro que no existe el un plan para poder combatir eficazmente a la crisis sanitaria y económica que asola y continuará asolando a la Comunidad Valenciana. 

El Botànic descansa, el virus no

«Los miembros del Botànic parecen tan solo preocupados por comprobar si en la Comunidad de su Lucifer particular, la presidenta Isabel Díaz Ayuso, van peor o mejor que ellos»

Hay películas que no solo no envejecen con el tiempo, sino que cobran cada día mayor actualidad. Hace casi cincuenta años Robert Redford interpretaba a un candidato al senado de los Estados Unidos. La película se denominaba precisamente “El candidato”, y trataba de reflejar la importancia de las campañas electorales con eslóganes vacuos pero resultones que al final permitían conseguir el objetivo de ser elegido. Obviamente en democracia, nadie gobierna sin haber ganado las elecciones, por tanto, el primer paso es ganarlas. Quizá lo más llamativo de la película es el final, permítanme el destripe, cuando Redford una vez conseguido el objetivo le pregunta a su jefe de campaña “¿Y ahora qué?”.

Tras ver el desastre en la planificación del plan de vacunación en la Comunidad Valenciana da la sensación de que esa frase fue la que pronunciaron los máximos dirigentes de la sanidad valenciana cuando se encontraban junto a la primera remesa de vacunas. Es probable que tras los primeros instantes de nerviosismo, retirando la enorme pegatina de gobierno de España que cubría la caja y apartando los folletos de la candidatura del ministro Illa a la Generalitat de Cataluña que alguien dejó olvidados, buscasen en alguna de las cajas las instrucciones del perfecto plan de vacunación que había prometido el presidente Sánchez. Desgraciadamente no había nada. Así, es fácil imaginar a los dirigentes botánicos mirándose los unos a los otros diciendo “¿Y ahora qué?”.

Tras varios días de vacunación a un ritmo exasperantemente lento y con varios días en los que no se vacunó a nadie, los miembros del Botànic parecen tan solo preocupados por comprobar si en la Comunidad de su Lucifer particular, la presidenta Isabel Díaz Ayuso, van peor o mejor que ellos.

Pero  el desastre de gestión no se debe al momento actual de la pandemia, sino que se arrastra desde el inicio del gobierno Botánico. No hay en estos primeros cinco años ningún plan de mejora de la sanidad pública, más bien falta de soluciones a problemas endémicos. Han dedicado su escaso tiempo de trabajo a la aplicación de unas políticas sectarias contra las concesiones sanitarias a la empresa privada. El plan estrella del Botànic fue la reversión del Hospital de Alzira, mientras olvidaban totalmente potenciar el sistema sanitario valenciano,  dados los recortes de los últimos años del gobierno popular. Ya en medio de la crisis del COVID 19, en vez de preparar al sistema sanitario para la previsible segunda y tercera ola, el Botànic prefirió centrarse en su segundo plan estrella, la reversión del Hospital de Torrevieja.

Mientras el Botànic descansa, el virus sigue por delante de todas sus previsiones,  continúa infectando a más valencianos y poniendo el riesgo de colapso al sistema sanitario. La atención primaria simplemente está desbordada, y las citas para cualquier consulta se retrasan en muchos casos a más de diez días. Mientras la mayor parte del gobierno del Botànic ni está ni se les espera, los responsables de Sanidad se miran los unos a los. Yo entiendo que  imprescindible tener un plan detallado de actuación que cuente con los medios adecuados. Por supuesto, es el momento de liderar e involucrar a todos los medios posibles contra el virus; farmacéuticos, veterinarios, dentistas, ejército podría ayudar en la vacunación. Es momento de olvidar ciertos corporativismos y buscar soluciones imaginativas y eficaces. También cabría reorganizar los servicios públicos, muchos funcionarios, ahora con menos carga o con trabajo no tan necesario, podrían dar soporte a sanidad y servicios sociales en estos momentos tan difíciles.

Desgraciadamente nos hemos acostumbrado a que personas poco preparadas estén ocupando puestos de enorme responsabilidad, donde lo único que saben hacer hoy es repetir lo que hicieron ayer. Parecen no conocer lo que decía Antoine de Saint-Exupéry  “Un objetivo sin un plan es solo un deseo”.  Me temo que contra el COVID19 los deseos sirven de poco.

Mover montañas

«Ximo Puig y Toni Cantó trabajaron para tratar de incrementar el apoyo a los presupuestos, pero los socios del Botànic se negaron en redondo a ese acuerdo»

Cuanta una antigua leyenda china que en un remoto pueblo al sur del río Han, los ciudadanos sufrían la presencia imponente de una montaña que les dificultaba moverse por sus tierras y que impedía que el sol cubriera sus campos. Un buen día, un anciano cogió una pala y caminó hacia la montaña decidido a acabar con el problema. Uno de sus vecinos le trató de disuadir del intento dado lo inútil del mismo. El anciano contestó, “No estoy solo, tengo hijos, mis hijos tienen hijos y mi familia crece, mientras que la montaña es una sola y no crecerá́ más”. Mientras el vecino se quedaba helado ante la respuesta, el anciano añadió “además, alguien tiene que empezar”.

Así es, alguien tiene que empezar a pensar en solucionar problemas y no en mirar al cielo esperando que la solución caiga como la lluvia. Tampoco es solución criticar sin dar alternativas viables, confiando que el descredito de los que ahora ocupan el gobierno les permita en breve poder recuperarlo.

Uno de los momentos claves de la acción de gobierno son la aprobación de los presupuestos, que son los que pretender marcar la acción política que se desarrollará durante el año siguiente. Los presupuestos que se debaten en les Corts Valencianes son simplemente números. Pero también son un compromiso con los ciudadanos y no es otro que el de convertir esos números en realidades. En este caso, la prioridad debería ser mejorar nuestro sistema sanitario para hacer frente no solo a esta pandemia, también a las venideras, pero también sin olvidar todos los males que sufren muchos valencianos y que no solo es el covid. Por supuesto también preparar a la Comunidad para afrontar la peor crisis económica que se avecina para el próximo año.

El Botánic no necesitaba a nadie para aprobar con holgura sus presupuestos. Pero entre el president Ximo Puig y el síndico de Ciudadanos Toni Cantó se estuvo trabajando para tratar de incrementar el apoyo al mismo. Ha habido mucho trabajo y complicidad en tratar de llegar a acuerdos mientras el resto de la oposición criticaba como hacía el vecino del anciano del río Han. Pero los socios de Puig se negaron en redondo a que ese acuerdo tuviese lugar. El punto de ruptura ha sido la propuesta de rebaja de impuestos para las clases medias y trabajadoras que Cantó llevaba, entendiendo que como han hecho el resto de los países civilizados, no se puede sangrar a los ciudadanos, más todavía en las situación actual.

Covid, sanidad, economía, impuestos, autónomos podrían haber preocupado a los socios de Puig en los debates, pero estos han preferido centrarse en fosas comunes, y defender la sucinta diferencia entre fascismo y comunismo.

Al final no ha habido acuerdo, pero se han conseguido por el camino la aprobación de un número considerable enmiendas de Ciudadanos que sin duda mejorarán el presupuesto original del Botànic. También se ha abierto un camino, un modelo de trabajo que puede posibilitar que los políticos valencianos trabajemos en base a lo que nos une y no sobre lo que nos diferencia.

Confío que como ocurra como sucediese según la leyenda china en la aldea al sur del río Han, finalmente se pudo despejar la montaña que la atenazaba. No lo hizo solo el aquel anciano, pero su historia consiguió conmover a sus vecinos, incluso al emperador, el cual mandó trabajadores a la zona para ayudar. Leyenda o no, es cierto que ya no hay montañas en aquella zona. Y es que, para superar los problemas graves, siempre hay alguien que tiene que empezar.

Ilegalizando el talento y el esfuerzo

«Parece que la ministra Celaá quiere quitar las montañas del camino y también el conocimiento que se adquiere al cruzarlas»

Llevar gafas de cierta graduación era muy peligroso en el régimen de terror que impusieron los comunistas de los jemeres rojos. Se consideraba que las personas que utilizaban gafas eran debido a que leían mucho y que por tanto podía cometer el pecado de pensar y ser un peligro para el régimen. Empresarios, ingenieros y médicos  eran candidatos a ser  los desgraciados protagonistas de los fusilamientos que se realizaban habitualmente durante el mandato de terror que impusieron.  Sin ser tan salvajes como los jemeres rojos, hay  ignorantes que afirman que “las personas con talento suelen crear problemas”.

Ignoro si la ministra Celaa es una de las que realiza tal afirmación, pero lo que parece evidente es que el talento no va a ser promocionado en la futura ley de educación, una más, que regirá el destino de las nuevas generaciones. La banalización de los suspensos es uno de los aspectos más resaltados de la futura ley tanto en críticas como en  alabanzas. Hay algunos estudios que indican que los suspensos y las repeticiones de curso no suponen un acicate para mejorar las expectativas académicas del estudiante. Es posible que así sea. Repetir curso porque no has superado un número determinado de asignaturas, puede provocar un efecto más desmoralizador que otra cosa en el estudiante que lo sufre. Deja de ir a clase con los compañeros de su edad y con los que ha compartido unos cuantos años de experiencias, para empezar a ir a clase con unos nuevos compañeros más jóvenes. Quizá por ello, la ministra Celaa ha decidido que eso de repetir curso no debe ser algo muy progresista y ha habilitado una serie de medidas que van a facilitar pasar de curso aunque no tengas asentados los conocimientos impartidos.  Es probable que la ministra haya olvidado que el suspenso  y las repeticiones de curso en sí no son  solo una especie de castigo para un estudiante que no ha sido capaz de asimilar una serie de conocimientos. En cierta forma esas repeticiones de curso trataban de garantizar que los estudiantes que sí los habían superado, habían adquirido una base suficiente para poder aprender unos nuevos conocimientos. Debe ser difícil explicar que es la multiplicación, si hay estudiantes que no saben sumar.

Todos los españoles tienen que tener el derecho a poder estudiar, a aprender, porque la educación es sin duda la mejor forma de romper o superar las barreras sociales. Por eso, la ley educativa que quiere poner en marcha el gobierno de Sánchez, sin el suficiente consenso por cierto,  es un grave error que espero que sea de aplicación efímera.  Es imprescindible que las fuerzas políticas se pongan de acuerdo en una ley que premie el esfuerzo, trabajo, y que ayude a potenciar el talento. Que no se preocupe de criminalizar la educación concertada, sino que alinee a todo el sistema educativo a cumplir un objetivo común, a lo mejor fomentando la competencia sana para conseguir dicho objetivo.  Y por supuesto que se olvide de facilitar a dirigentes como el Conseller Marzà la tarea de relegar el español en la escuela.

Creo que todos les que hemos estudiado no hemos sido buenos en todas las asignaturas que hemos cursado. Algunas nos han gustado más o estábamos más preparados para ellas, otras sin embargo podían parecernos auténticas montañas en medio del camino. Es curioso que el esfuerzo al superarlas suele dejar un grato recuerdo y sin duda es parte del proceso de formación y preparación.  Parece que  la ministra Celaa quiere quitar las montañas del camino, también el conocimiento que se adquiere al cruzarlas. Algunos ya lo han calificado como legalizar la ignorancia, yo más bien diría que el objetivo es ilegalizar el talento y el esfuerzo.

Independentistas en Alesia

indepnedentistas en Alesia

“Audacia, fuerza y sobre todo unidad”, algo así les dijo el gran Julio Cesar a sus generales cuando abordaba una de sus campañas más difíciles contra los irreductibles galos mandados por Vercingetorix. El caudillo galo había conseguido hacerse fuerte en la ciudad de Alesia y sabía que en breve iba a recibir una importante cantidad de refuerzos que le permitiría atrapar a Julio Cesar entre dos fuegos. Pero en los momentos difíciles siempre surgía el genio estratégico de Cesar, el que, conociendo la inmensa habilidad constructiva de los romanos, decidió rodear la ciudad de Alesia con una doble empalizada, una para frenar a los sitiados y otra para poder hacer frente a los refuerzos galos que en breve iban a llegar allí.

Dos mil años más tarde los independentistas catalanes se las prometían muy felices en su amenaza al estado español. Como Vercingetorix, se encontraban con mucha fuerza interna y esperaban la ayuda de algunos países europeos y del resto de partidos independentistas existentes en España (Compromís y Bildu incluidos), a los que se rápidamente se sumaron los podemitas de Pablo Iglesias.

Los canticos de libertad siempre han tenido una notable atracción en los europeos, sobre todo si se unen a una torpe actuación policial dirigida por el gobierno el día del simulacro de referéndum de independencia. Algunos medios de comunicación europeos retrataron la violencia ejercida aquel día multiplicada por diez, e inicialmente generaron ciertas dosis de simpatía que ya hicieron sentirse victoriosos a los caudillos independentistas.

Los partidos llamados Constitucionalistas se vieron envueltos en el doble fuego que tanto temía Cesar. Las dudas de Rajoy, la interminable sucesión de mensajes contradictorios en el Partido Socialista y la esperada deslealtad podemita hacían temer lo peor. Las personas que creemos en el orden y la ley nos sorprendíamos con cruceros con el logo de piolín llevando a los policías nacionales, guardias civiles expulsados de hoteles en Cataluña y manifestantes destrozando coches de la guardia civil con total impunidad mientras bramaban sus mensajes a través de un megáfono.

Afortunadamente el viento parece haber cambiado de dirección y ha apagado la sonrisa de los independentistas, como se le heló a Vercingetorix cuando comprobó lo que los arquitectos romanos eran capaces de construir en pocos días.

alesia

Europa ha dado la espalda de forma contundente a la posibilidad de reconocer la República Catalana, mientras los medios de comunicación dan cuenta de las mentiras independentistas.  Y por fin, lo que Julio cesar pidió en Alesia a sus generales de “unidad” se ha conseguido y los tres grandes partidos nacionales PP, PSOE y Ciudadanos, van de la mano en la aplicación del famoso artículo 155, que pretende desmontar el tinglado ilegal en el que habían convertido la Autonomía Catalana los Puigdemont, Junqueras y la CUP.

A estos solos les queda utilizar a la gente como escudo humano de su temerario viaje. Algo así pretendió Vercingetorix, que obligó a los viejos, mujeres y niños a abandonar la ciudad para que no consumieran los cada vez más escasos víveres, esperando generar un problema a Cesar. Aquello se volvió en contra del galo, cuando Cesar no les permitió pasar, dejando a los expulsados en tierra de nadie sin nada que alimentarse. De momento la justicia no se ha cebado en la gente, sino que ya ha “metido“ en prisión a los famosos Jordis, irritando a algunos que siguen defendiendo el pacifismo de organizar una manifestación para impedir que la justicia pueda trabajar, y de paso destrozar unos coches policiales con la sonrisa en los labios.

Alesia fue el fin de Vercingetorix, que perdió frente a la audacia romana y sobre todo a su unidad, al apoyo que cada general prestó al resto en los momentos más difíciles. Cada vez estoy más convencido que si se consigue mantener esa unidad de los partidos constitucionalistas la victoria será del estado de derecho, y por tanto nuestra. Sin duda alguna, los independentistas van a tratar de provocar rupturas en ese frente, como cuando los galos intentaban explotar cualquier mínima rendija para romper las fortalezas romanas.  En Alesia no lo consiguieron y la ley romana imperó muchos siglos más allí. Quizá algunos hubiesen preferido otro final, lo único que cuanta la historia es que tras el fin del imperio romano vinieron unos tiempos muy oscuros. En la actualidad, el proyecto de Europa tiene sus claros y sombras, pero fuera de ella prevalecen sobre todo estas últimas.

 

Bienvenido Banco de Sabadell

banco sabadell

(Publicado en el Diario Información el 11 de Octubre de 2017)

Muy probablemente, aquel dueño del restaurante lamentó subir su menú del día cien pesetas, así como alguna de las medidas que tomó con los clientes habituales. Ante dicha acción, José, el dueño del otro restaurante cercano, prefirió mantener el precio de su menú y contratar otro camarero, muy competente por cierto. Recuerdo, una conversación con José, que me dio una lección de economía, no desde la academia, sino desde la experiencia de lo complicado que es el mercado, y que tu éxito depende tanto de tus aciertos como de aprovecharte de los errores de tu competencia. Me habló de sus momentos fáciles, cuando prácticamente era una de las pocas opciones que teníamos los trabajadores para ir a comer a mediodía a un precio razonable. De los momentos mucho más complicados, cuando otro restaurante abrió y por una mezcla de novedad y cocina le «robó» gran parte de sus clientes. En un mercado de libre competencia, los clientes pueden elegir, y así lo hacen por una mezcla de precio, calidad, servicio y sensaciones.

Aquel empresario, esperó su oportunidad y puedo dar fe que la aprovechó. Muchos de los que íbamos a un restaurante, pasamos a ir al otro con la naturalidad de que siempre hubiésemos ido a comer allí.

Solo los muy inútiles en Cataluña podían pensar, y de hecho lo hicieron tal como cuentan las hemerotecas, que la proclamación de la independencia no les iba a afectar económicamente en un mercado tan global y dependiente. Las cotizadas en bolsa han sido las primeras en abandonar el barco tras ver cómo los ciudadanos retiraban sus depósitos o vendían sus títulos en bolsa. Es muy probable que la decisión haya sido dura y difícil, dados los vínculos económicos y sentimentales de muchas de las sociedades con Cataluña, pero la economía manda.

Y en esas, los alicantinos nos despertamos con el traslado de la sede social del Banco de Sabadell a nuestra ciudad. Se que soy muy provinciano al afirmar que me gustó mucho la idea, no tanto como cuando veía una oficina de la CAM en Madrid, pero me gustó. En el fondo pienso que como mínimo va a suponer que una serie de impuestos van a repercutir en nuestra ciudad y en nuestra Comunidad. A partir de ahí todo puede ocurrir, es una especie de segunda oportunidad, como la que tuvo aquel dueño de restaurante que vio subir el precio del menú de su rival. Considero que es una segunda oportunidad para los dos, por un lado, para Alicante y la Comunidad Valenciana de realizar las acciones para facilitar que esa implantación no sea sólo simbólica, sino que suponga mucho más. Por otro lado, para el Banco Sabadell, que con su comportamiento hasta el momento nos ha hecho echar de menos muchas de las acciones sociales y culturales que realizaba la extinta CAM. Obviamente jamás les pediremos que financien Terra Mítica II o similares.

También, todo este proceso también nos ha permitido conocer el pensamiento de los diputados de Compromís y Podemos, algunos de los cuales, como Josep Nadal o el propio líder de los segundos, Antonio Estañ, han criticado abiertamente el traslado o se han burlado de él. Ignoro si por el riesgo que supone para el proceso de independencia o por su desconocimiento de la importancia de la economía al haber sido escaso su trabajo fuera de la vida política. También fue algo tibio el presidente socialista Puig, lamentando que la llegada del Sabadell a Alicante haya sido por estos motivos. No lo dijo al día siguiente con la llegada de Caixabank a Valencia, ni lo dijeron los dirigentes catalanes cuando el Banco Sabadell se quedó la CAM por un euro.

Parece que la situación en Cataluña no va a solucionarse de cara al inversor en un breve espacio de tiempo, ojalá me equivoque, con lo cual ese refuerzo de vínculos del Banco Sabadell con nuestra Comunidad seguro que es bien valorada. Tampoco podemos olvidar que, por ejemplo, en Canadá, cuando se iniciaron las tensiones separatistas en Quebec, los grandes bancos que estaban allí ubicados jamás regresaron. De hecho, solo un tercio de las grandes empresas se quedaron allí. Y es que no hay nada más cobarde que un millón de euros, ni nadie más ignorante que un independentista incapaz de conocer la historia.