Grouchy, Marciano y las 35 horas.

Grouchy, Marciano y las 35 horas.

(Publicado en el Diario Información el 16/12/2023)

“Grouchy, devuélveme a mis hombres” parece que gritaba Napoleón Bonaparte en el momento álgido de la batalla de Waterloo. Grouchy era el mariscal al que Napoleón le había confiado parte de su ejército con el objetivo de que impidiese que el ejercito prusiano llegase a tiempo para ayudar al británico.  Pero Grouchy ni localizó al grueso de las fuerzas prusianas que llegaron a Waterloo en el momento culminante, ni tampoco acudió en ayuda del emperador al escuchar los disparos en la lejanía. Napoleón echo de menos esas tropas, que quien sabe si hubiesen cambiado el rumbo de la batalla.

La gestión de los recursos de cualquier tipo es algo crítico, en especial de los recursos humanos. Tener personas preparadas, motivadas, en suficiente número y con la adecuada organización pueden suponer la diferencia entre el éxito o el fracaso en cualquier empresa.

La salud es algo que, especialmente tras la reciente pandemia, ocupa un lugar preferente en las preocupaciones de la ciudadanía. Da la sensación de que el sistema sanitario sigue colapsado tras la pandemia. Aunque también es cierto que los números sobre listas y tiempos de espera ya no eran aceptables antes de esta, especialmente en algunas áreas de salud con falta endémica de personal.  

Los ocho años de gobierno de la izquierda han sido especialmente terribles para el sistema público de salud valenciano. La guerra contra la sanidad privada en general y en especial su obsesión de acabar cualquier concesión sanitaria a una empresa privada, independientemente de los resultados de su gestión, han sido una de sus principales líneas de trabajo. La otra fue la de colocar a personas afines en los principales puestos de dirección de hospitales y áreas de salud.

Así, esa gestión de la sanidad pública por parte del partido socialista se realizaba sin pensar demasiado en lo que debería ser el centro de esta, que era y es el ciudadano.

Y es que la sanidad pública es especialmente sensible a la gestión de unos recursos humanos cada vez más escasos y a la falta de profesionalidad de muchos de los responsables de la gestión, que lo eran por su lealtad a unas siglas y no por su capacidad.

A pesar de la situación de las listas de espera en la comunidad valenciana y la falta endémica de profesionales sanitarios, el anterior conseller, el socialista Miguel Mínguez, tomó una de las decisiones más irresponsables y vergonzantes, ya que parece que lo hizo en clave electoral con el objeto de ganar votos entre el personal sanitario. Me refiero al de acordar reducir la jornada del personal sanitario, dejándolas en treinta y cinco horas a la semana. Desconozco si les ayudó a ganar muchos votos entre los sanitarios, pero los ciudadanos prefirieron votar otras opciones, lo que condujo a que los socialistas abandonan el gobierno y, por ende, la gestión de la sanidad pública.

El nuevo conseller del Partido Popular, Marciano Gómez, empezó dando largas a los acuerdos de su predecesor sobre esa reducción de jornada. Pero ante las presiones de los sindicatos, reculó y parece que al final, los sanitarios valencianos trabajarán menos horas en la sanidad pública. Ni siquiera son medidas excepcionales para aquellas plazas que son de difícil cobertura como forma de premiar a los que las ocupan, sino para todo el personal.

Esto supone un duro golpe al sistema sanitario público, ya que disminuye las horas de atención al ciudadano. Es curioso como los sindicatos de izquierdas criminalizan a la sanidad privada con una mano, mientras se cargan la sostenibilidad del sistema público con la otra. Porque las matemáticas no engañan, quite dos horas y media de jornada a cada trabajador del sistema y cuente las horas que supone de menor atención al ciudadano.

Tampoco es una cuestión de inyectar más dinero en el sistema para compensar por dos motivos, en primer lugar, porque no hay maquinita para imprimir billetes en el palacio presidencial y los fondos parece que van a ser escasos y por otro lado la falta endémica de determinados profesionales.

Pero parece que la suerte está echada, el conseller Marciano Gómez reducirá la jornada a sus trabajadores sin ni siquiera esperar a normalizar la situación de la atención sanitaria al ciudadano. Es previsible saber lo que pasará, quizá de aquí a un tiempo, cuando al presidente Carlos Mazón le muestren los datos de subida da las listas de espera. Probablemente gritará como Napoleón “Marciano devuélveme mis horas”.

El President y los antidisturbios

El President y los antidisturbios

(publicado en ABC el 24/11/2023)

El President de la Generalitat, D. Carlos Mazón, se acercó a la zona donde estaban los antidisturbios de la policía junto a la sede del partido socialista en Valencia. Le ofrecieron un chaleco y un casco que se puso inmediatamente, así como una porra que probó contra una de las farolas con fuerza. El señor Mazón esperó con paciencia la orden de carga, y cuando empezaron a sonar los silbatos se lanzó el primero contra los manifestantes que allí se encontraban.  Miró a una persona mayor que portaba una bandera de España y huía con cierta dificultad, rápidamente lo alcanzó y descargó la porra sobre él. Inmediatamente miró hacia la ventana de la sede socialista esperando la aprobación del expresidente Ximo Puig que le miraba desde la ventana.  Mazón se entristeció cuando pudo ver como Puig movía la cabeza de izquierda a derecha en claro signo de que aquello no era suficiente. En ese momento Mazón despertó de su pesadilla.

El frente valenciano para tratar de frenar el maltrato en los presupuestos generales no es que no se consolide, es que ni siquiera puede iniciar su andadura a pesar de los esfuerzos por parte del presidente Mazón. El hasta ahora líder socialista sigue insistiendo en que hasta que no denuncie los ataques a las sedes socialistas por parte de los manifestantes, no hay nada que hacer. Mazón ha manifestado en repetidas ocasiones su denuncia de la violencia, pero no parece suficiente. Es curioso que los socialistas sean tan exigentes con los que se manifiestan antes sus sedes mientras preparan una amnistía para los que convirtieron Cataluña en una batalla campal.

En cualquier caso, el President de la Generalitat parece empeñado, y hace bien, en tratar de conseguir ese frente valenciano a pesar de todos los desprecios que recibe desde el partido socialista en base a excusas peregrinas de mal pagador. Entiendo que es bueno que la sociedad valenciana comprenda que ahora mismo la izquierda de esta Comunidad no piensa en el bien de los valencianos. Todos añoramos unos tiempos donde se podían llegar a acuerdos entre partidos de todo el arco político, pero hay que asumir que ahora parece mucho menos que imposible. El Guerra civilismo impuesto por Zapatero en su mandato con el famoso “nos interesa que haya tensión” ha quedado como un gesto de aprendiz ante toda la estrategia fijada por su sucesor Pedro Sánchez.

En muchas guerras, cuando uno de los bandos colocaba una bandera roja se indicaba que aquella lucha iba a ser sin cuartel y que probablemente no iban a tomar prisioneros. Algo así ha debido colocar en su sede el Partido Socialista y los miembros del Partido Popular no parecen haberse dado cuenta. La excusa es ahora Vox, pero antes fue UPyD, luego Ciudadanos y siempre el propio Partido Popular.

La situación actual es terrible, los socialistas parecen haberse plegado ante todos los deseos de los independentistas catalanes. Algunos de esos deseos pueden ser más financiación para ellos (obviamente menos para el resto porque el dinero no crece de los árboles). Otros deseos pueden ir directamente en contra de la Comunidad Valenciana, no hay que olvidar que el último pacto entre socialistas e Independentistas catalanes supuso el fin del trasvase del Ebro.

Visto ese panorama, yo recomendaría al señor Mazón que trate de llegar a acuerdos con todos en la construcción de ese frente valenciano, pero que el tren arranque, se dé la bienvenida a todos los que quieran subir y si los socialistas y los de Compromís prefieren quedarse en la estación, solo queda despedirse de ellos con un gesto.

Carlos Mazón contra las cuerdas

Carlos Mazón contra las cuerdas

(Publicado el 9 de noviembre e 2023 en ABC)

Basado en hechos reales

El President de la Generalitat, D. Carlos Mazón, levantó la cabeza tan sobresaltado que casi se le caen las gafas de cerca. Miró al atril del hemiciclo de las Cortes Valencianas donde la portavoz del partido socialista, doña Rebeca Torró, le acusaba de machista y de faltarle al respeto en la última sesión de control. Mazón trató de procesar en milisegundos lo que él le había dicho hace quince días. Sin darle tiempo, la portavoz socialista siguió con su discurso, “usted es un machista porque me guiñó un ojo”.  Mazón giró la cabeza hacia su conseller de educación, José Antonio Rovira, para ver si había entendido bien, el gesto del conseller encogiéndose de hombros le hizo ver que sí. Mazón ya no recordaba si había guiñado un ojo en su intervención o si tenía un tic nervioso y no se había dado cuenta, pero lo que probablemente pensó fue “quince días y me echa en cara si le guiñé un ojo, esto es rencor y no lo del Conde de Montecristo. Menos más que no le dije lo que Joan Baldoví le gritó a la de portavoz de Vox en el otro pleno, ya que en ese caso me hubiesen mandado a la checa del Grao”.

Casi sin tiempo de asimilar la regañina de la portavoz socialista, la consellera de hacienda, Rut Merino, le enseña a Mazón un tuit del portavoz adjunto socialista, Arcadi España, criticando la bajada de doscientos millones del presupuesto de la Generalitat contra el calentamiento global. Mazón piensa “calentamiento global son las listas de espera en sanidad que nos han dejado en herencia el tripartito de izquierdas, digo yo que habrá que dedicar el dinero a lo importante”. Mazón volvió a dirigir su atención al documento que tenía entre manos, pero al recordar las palabras del analista ruso Georgy Arbatov se dio cuenta que podría estar ahora mismo contra las cuerdas. Tras la disolución de la Unión Soviética, Arbatov dijo a los norteamericanos: “Acabamos de hacerles algo mucho peor que cuando les amenazábamos con nuestros misiles nucleares , les hemos dejado sin enemigo”.

Y es muy posible que para Mazón sea así, ya que la oposición de izquierdas valenciana no existe. El anterior presidente socialista, Ximo Puig, para estar más tranquilo en el gobierno, preparó unas listas electorales que mi abuela hubiese calificado de “huits i nous i cartes que no lliguen” (ocho y nueves y cartas de escaso valor que no forma nada). Puig no esperaba el desastre electoral que le llevó a él y a su grupo a la oposición. Ahora solo suspira por un ministerio. De Compromís solo se conocen sus cuitas internas y su empeño en reducir el horario de trabajo.

El alemán Carl Schmidt decía que no se puede vivir sin un enemigo contra el que unir a tus tropas para combatir. Esa falta de enemigos hace que te relajes y puedas acabar buscando los enemigos entre los tuyos. Hay quien asegura que la decadencia del Roma se inició cuando venció y destruyó definitivamente a Cartago. Yo creo más bien que esa decadencia surgió por otros motivos de los que Europa debería aprender más que seguir los pasos que le llevaron a su fin.

En cualquier caso, ante la falta de enemigo local de peso, Mazón tendrá que encontrarlo allende de las fronteras de la Comunidad, más si cabe en unos años que se auguran complicados. No obstante, probablemente Pedro Sánchez le va a poner fácil encontrar ese enemigo, dados sus pactos con los golpistas catalanes y  el previsible maltrato que nos espera a los que vivimos en la Comunidad Valenciana.   

Reversiones sanitarias y el pánico del Conseller

Reversiones sanitarias y el pánico del Conseller

(Publicado el 27 de octubre en ABC)

La sanidad en los tiempos del tripartito de izquierdas en una comunidad cercana, interpretado con sentido del humor. Defina usted si cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Primera Consellera.

  • Señora consellera, vence el contrato que tenemos con una empresa privada en el área de salud de Alzira. Los números son aceptables, de hecho, mejores que en la mayoría de las áreas gestionadas directamente por la Conselleria
  • Da igual, hay que proceder a la reversión al sistema público de la gestión sanitaria del área. No importa lo que cueste. Para todo buen socialista, lo privado es malo y lo público maravilloso.

Segunda Consellera

  • Señora consellera, vence el contrato con una empresa privada en el área de salud de Torrevieja. Los números son buenos, el precedente de la reversión de Alzira no ha sido bueno, las listas de espera se han incrementado notablemente y los trabajadores están enfadados. ¿Quiere que hagamos un estudio previo de qué es lo más recomendable? No hay que olvidar que estamos en plena pandemia.
  • Ni pandemia, ni pandemio. Da igual, hay que proceder a la reversión al sistema público de la gestión sanitaria del área. No importa lo que cueste. Para todo buen socialista lo privado es malo y lo público maravilloso. Por si acaso, mandaré a algún conocido socialista para gestionar la reversión, no sabe nada de sanidad, pero es un buen socialista.

Tercer conseller

  • Señor conseller, vence el contrato de las áreas de la Marina Alta y de Manises. El precedente de la reversión de Alzira ha sido malo, el de Torrevieja catastrófico. En Alzira tuvimos que doblar el personal, pero ahora ya no quedan sanitarios que contratar.
  • Da igual, proceda a la reversión, las elecciones están a la vuelta de la esquina y tenemos que ganar votos.
  • ¿Y lo de la falta de personal sanitario? Hay enormes listas de espera y es difícil contratar a el personal necesario.
  • Déjame que piense, sí, lo mejor será reducir el horario de trabajo de los trabajadores sanitarios a treinta y cinco horas. Así conseguiremos que el personal sanitario nos vote, se incrementará la lista de espera, pero todo es cuestión de echarle la culpa a la extrema derecha y a la guerra de Ucrania.    

Y entonces llegó la derecha al poder.

Primer conseller

  • Señor conseller, no se han llevado a cabo las reversiones de la Marina y Manises. ¿Qué hacemos? ¿Hacemos un estudio tal como pedíamos cuando estábamos en la oposición?
  • Deja, deja, que a ver si los sindicatos de los hospitales se enfadan que ya se habían hecho la idea de formar parte del sistema público.
  • Y ¿cómo lo justificamos?

-Tranquilo, ahora llamo a ver si nos dan una excusa jurídica

Uno de los primeros compromisos que se autoexigió el último conseller de sanidad del tripartito de izquierdas que gobernó en la Comunidad Valenciana fue el de poner al paciente en el centro del sistema sanitario. En cierta forma, ya asumía que sus dos predecesoras no lo habían hecho. Sorprendentemente él también olvidó su compromiso demasiado rápido. Las reversiones de las concesiones sanitarias es un claro ejemplo de cómo lo político ha estado por encima de los intereses de los ciudadanos. A pesar de los precedentes en este tema, el Partido Popular va a seguir la hoja de ruta marcada por el tripartito de izquierdas.  Se ha hablado poco de los usuarios de la sanidad y mucho de cuestiones legales, derechos sindicales y conflictividad laboral. Con esos planteamientos ¿qué puede salir mal? 

El pacto, ¿con el diablo?

«La izquierda ve las pajas en el ojo ajeno mientras silba con las vigas en el propio»

Publicado en el ABC el 16 de junio de 2023

Uno de los momentos memorables de la película “Match Point” de Woody Allen es precisamente el principio de esta. Una bola de tenis que duda a qué lado de la pista debe caer   y todo lo que puede suponer para los dos tenistas que miran expectantes lo que les depara el destino. En breve se van a constituir los gobiernos de un sinfín de ayuntamientos. Unos cuantos no dependen del voto de tan solo un concejal, sino que además, muchos concejales lo son por un puñado de votos. En el mundo político de los dos bloques en el que nos encontramos, ese puñado de votos va a suponer el poder para unos y la desesperación para otros durante los próximos cuatro años. A la hora de determinar quién será el alcalde de una localidad, no es necesario obtener la mayoría absoluta de votos de los concejales electos, ya que puedes serlo si eres el cabeza de la lista más votada y ningún otro consigue dicha mayoría absoluta. Esto da lugar a que los cabezas de las listas más votadas tengan más juego a la hora de determinar si son necesarios los posibles pactos de gobierno. Los candidatos del Partido Popular de las ciudades de Alicante y Valencia parece que van a hacer valer el ser la lista más votada para no tener que pactar el gobierno con Vox, aunque esto les pueda obligar a tener que llegar a acuerdos puntuales con otras fuerzas políticas para aprobar determinadas propuestas durante los próximos cuatro años. En la tercera ciudad de la Comunidad, Elche, no obstante, el candidato del Partido Popular si que ha firmado un pacto con su homóloga de VOX para poder tener los votos suficientes para ser alcalde, al no ser la lista mas votada. Durante los próximos cuatro años veremos quienes de los tres tienen más tranquilidad a la hora de poner en marcha sus acciones de gobierno.

Pero dónde no ha habido dudas en cuanto al resultado ha sido en la Comunidad Valenciana. Los valencianos han votado mayoritariamente que preferían un gobierno del bloque de la derecha, al igual que hace ocho años votaron en otra línea.  Pero la izquierda ve mal ahora que el conseller de cultura sea un torero licenciado en derecho mientras no le preocupó que su ministro de cultura no haya finalizado ninguna de las carreras que empezó.

Además, es curioso que los que hemos tenido que soportar que unos de los actuales vicepresidentes de la comunidad valenciana lanzarán loas de los grandes logros que ha supuesto el comunismo para la libertad de los ciudadanos, nos tenga que preocupar que un torero ocupe su lugar.  También lo es que los que hemos tenido que escuchar los aplausos cerrados que los diputados del tripartito le dedicaban semana sí y semana también a la anterior vicepresidenta, a pesar de su relación en el asunto de abusos a menores en centros tutelados de la Conselleria, nos tengamos que sorprender como los mismos que aplaudían entonces se rasgan las vestiduras ahora por el pasado del candidato de VOX. Y es que la izquierda ve las pajas en el ojo ajeno mientras silba con las vigas en el propio. El pacto con el diablo no es el que previsiblemente se producirá el mes que viene en el Palau dels Borja, sino el que hemos tenido que soportar estos ocho años

Yo sinceramente como valenciano agradezco la rapidez con la que PP y VOX han llegado a un acuerdo. Ya se verá en el tiempo para quien es más beneficioso. Montar “paripés” de investiduras fallidas para luego llegar a un acuerdo, entiendo que es un insulto a la inteligencia de los valencianos.  También agradezco que esa rapidez permita que cuanto antes, ese nefasto tripartito de izquierdas deje de gobernar la comunidad valenciana. Ese tripartito que en estos últimos días parece que trata de blindar las subvenciones a determinadas organizaciones con la excusa de que es “por la gente”.  Ya pueden imaginar a que gente se refieren.

Por último, un día como hoy nos queda desear muchas suerte a los equipos de gobierno tanto autonómicos y municipales que dirigirán los destinos de la comunidad y los municipios valencianos, así como agradecer a todos los diputados y concejales salientes el trabajo desarrollado estos años.

La última reunión

«No vamos a exponer al conseller a que le den un zasca en la última reunión»

Publicado en ABC el 5 de mayo de 2023

Gabinete de Presidencia de la Generalitat. Lunes 9:AM

Uno de los miembros del gabinete entra a la reunión acompañado por un becario, este le pregunta

– ¿Y qué es eso de la Diputación Permanente?

– Básicamente es un pleno de las cortes en reducido, dónde solo pueden intervenir los diputados que todavía quedan en activo una vez se han disuelto las Corts.

– ¿Y esta reunión?

– Es precisamente para proponer los temas que se van a debatir en la última reunión de la Diputación Permanente que se hará la semana que viene. Queremos darle un matiz electoralista, las elecciones están a la vuelta de la esquina. Tú siéntate y escucha y no se te ocurra decir nada.

Ambos se sientan en una esquina de la mesa mientras una señora empieza a hablar.

-En la próxima reunión llevaremos el decreto para la ayuda para la cesta de la compra. Es bueno que se haga ahora y que podamos hacer campaña diciendo que los socialistas nos preocupamos porque la gente llegue a final de mes.

– Pero es posible que alguien se pregunte que si hay que dar ayudas a la gente para que pueda comprar en el supermercado, nuestra gestión económica no ha sido buena.

– Está previsto, vamos a echar la culpa a la pandemia, a la herencia recibida y a la guerra de Ucrania. Nuestro votante no piensa tanto para poner en duda eso.

– Perfecto, ¿solo vamos a llevar este tema?

– No, hemos pensado que para quitarle unos cuantos votos a Podemos. Vamos a llevar la comparecencia del vicepresidente podemita para que explique los decretos de alquiler. Tal como es él, esperamos que se líe defendiendo a los okupas y hablando de expropiaciones forzosas. El objetivo es que la izquierda moderada nos vote a nosotros, ya que Podemos no va a llegar al cinco por ciento.

– ¿Habéis tenido en cuenta que Ciudadanos pidió la comparecencia del Conseller de Sanidad por lo de la gestión centralizada de los servicios de emergencias?, está teniendo muchos errores.

– Ni se nos va a ocurrir, ha sido un error grave y parece que murió el otro día una persona en Alicante al enviar una ambulancia que estaba muy lejos. Así que diremos que lo hemos explicado todo mil veces, aunque no sea verdad. No vamos a exponer al Conseller a que le den un zasca en la última reunión.

– Buena idea, la que lo va a tener difícil explicar eso es Ana, nuestra candidata en Alicante, que fue la responsable precisamente de llevarse los servicios de emergencia de Alicante a Valencia.

– Sí, pero eso será otro día. Así que cerramos orden del día, decreto y comparecencia del conseller de Podemos. Mañana lo llevo a la junta de síndics.

De pronto desperté. Al rato, mientras me dirigía a la junta de síndics, otro de los portavoces me dijo “Seguro que llevarán la comparecencia del Conseller de Sanidad que pedisteis, él siempre ha dicho que daría la cara”.

Le miré y le dije “¿Crees en los sueños premonitorios?  yo no, pero algo me dice que la preocupación del tripartito por esta diputación permanente es puramente electoral y no van a permitir dar unas explicaciones que les quitarían votos.”

El video que mató a la estrella de Compromís

El video que mató a la estrella de Compromís

(publicado en El Español el 28 de junio de 2022)

Hace ya unos cuantos años, en los inicios de lo que se vino a denominar la era del techno-pop, el grupo Buggles lanzó una canción que obtuvo un notable éxito : “El video que mató a la estrella de la radio”. Básicamente contaba como la aparición de las imágenes de los videos iban a acabar con la importancia de la radio. No tuvieron mucho éxito en sus predicciones, pero si que han conseguido dejar su pegadiza melodía en los cerebros de toda una generación.

Pero sí que es cierto que el video, sin ser capaz de acabar con la radio, se ha convertido en una importante forma de mostrar mensajes y en poder influir en la gente. Lo de una imagen vale más que mil palabras es cierto, pero si en vez de ser una, son miles y si se les añade sonido la potencia ya es brutal.

Yo estoy convencido que lo que ha acabado con la carrera política de Mónica Oltra y que puede dejar muy tocada a la formación de izquierdas independentista Compromís es el video que refleja el homenaje, casi más bien un aquelarre, que le hicieron tras su imputación por el asunto del abuso a menores.

Cuando una fiscal independiente escribió negro sobre blanco los motivos que podían conducir a la imputación de la vicepresidenta del socialista Ximo Puig, muchos de los que la aplaudían a rabiar en los plenos de las Cortes Valencianas empezaron a ausentarse en los momentos de intervención de Oltra.

Oltra pudo haber sido inteligente y haber mantenido desde entonces un perfil bajo, abandonar las labores de portavoz del tripartito de izquierdas y esperar que entre unas cosas y otras pasara el verano y a lo mejor el temporal hubiese amainado. Pero su prepotencia o la llamada superioridad cultural de la izquierda le impidieron comprender que en este caso, no había conspiraciones judeo-masónicas de la ultraderecha, sino una serie de errores graves (como mínimo) en el tratamiento de los abusos a una menor por parte de su marido en un centro dependiente de su Conselleria.

Ha dado vergüenza ajena comprobar como miembros de los diferentes partidos de la izquierda que gobierna la comunidad, restaban credibilidad a la acusación del fiscal tan solo por el origen de la denuncia. Son tan sectarios que a lo mejor piensan como la época nazi, en la que los judíos no podían denunciar los atropellos que sufrían. Olvidan que en España, fiscales y jueces son los que gestionan la justicia venga de donde venga la denuncia.

Por mucho que digan, Puig no hubiese sido capaz de romper la estabilidad de su gobierno ni tampoco Compromís quería correr el riesgo de perder todos sus cargos. Por eso, lo único que pudimos oír fue al referente de Compromis, Joan Baldoví decir “si nos tocan a una nos tocan a todas”. Me hubiese gustado oírle decir lo mismo sobre la menor que sufrió abusos en el centro de la Conselleria gestionada por Compromis.

Pero llegó el video, no fue grabado por la grabadora que imaginaban los componentes de los Buggles sino por un teléfono móvil, y fue terrible:  Oltra saltando mientras recibía los aplausos enfervorecidos de Joan Baldoví y Águeda Micó, y a lo lejos también los del alcalde de Valencia Joan Ribó. Este último quizás fue el único que daba la sensación de darse cuenta del error que estaban cometiendo. Aquello se había convertido en una especie de “Ongi Etorri”, pero en este caso dirigido a una imputada por encubrir un asunto de abusos de menores.

Estoy casi seguro de que el presidente Ximo Puig sonrió al ver el video, pero puso su famosa cara triste al decir el famoso “no estoy para bailecitos”, sabía que la piedra en el zapato se caía.  En el otro lado, los de Compromís pueden ser sectarios, pero no son tan tontos y cuando se vieron reflejados en las televisiones y redes sociales, fueron conscientes que el video había matado a la estrella de Compromís. Obviamente no querían que acabase también con sus cargos y sueldos y por eso el resto de la historia ya es conocida.

Socialistas contra Alicante

(Publicado en el diario ABC el 21 de mayo de 2021)

«Da la sensación de que esta provincia siempre se ha encontrado lejos del gobierno del Botànic y que sus problemas siempre les han parecido menos importantes»

Hace escasos meses el president de la Generalitat, Ximo Puig, defendía en un discurso en las Cortes Valencianas “una España plural y diversa” y rechazaba “independentismos y centralización”. Pero rápidamente pasaba a centrarse más en lo segundo que en lo primero para poder atacar la que ha sido y sigue siendo su enemigo particular, que es la Comunidad de Madrid. Acusaba a Madrid de ser una gran aspiradora que se quedaba con los recursos, población, funcionarios y redes de influencia apoyándose en su efecto capitalidad.

Vamos, “dijo el muerto al degollado”, entiendo que no pensará lo mismo sobre el efecto aspiradora que también ejerce Valencia dentro de la Comunidad Valenciana. Habitualmente, el efecto capitalidad siempre ha sido un foco de atracción, que puede paliarse en mayor o menor medida en base a una serie de acciones que traten de equilibrar, al menos de acercar, la balanza a un punto medio.

Pero sesión tras sesión en les Corts, da la sensación que Alicante es molesta para el gobierno del Botànic, o más que molesta, que son incapaces de entender porqué no han caído en su influjo de inmersión lingüística y desaladoras. En el fondo da la sensación de que la provincia de Alicante siempre se ha encontrado lejos del gobierno del Botànic, y que sus problemas siempre les han parecido menos importantes.

Esta semana se debatía en Corts Valencianes la defensa del trasvase Tajo-Segura ante el cierre impuesto por el gobierno del socialista Sánchez. Este cierre perjudicaba notablemente a Almería, Murcia y Alicante. Ante la convocatoria de una reunión de los presidentes de las comunidades afectadas, el presidente Puig, afirmó que no iba a participar en un, palabras suyas, “aquelarre”. Lo del aquelarre es llamativo que lo dijera precisamente el que no tuvo reparos en reunirse con todos los presidentes independentistas de Cataluña.

Puig, reconoció el error de sus palabras y como penitencia se impuso para compensar, viajar con cara triste un par de veces a la zona del trasvase, por si algún pardillo caía y pensaba que iba a defenderlo. Así, en la sesión de les Corts tanto PSPV como Compromís votaron escasamente convencidos por la defensa del trasvase, mientras asumían con una sonrisa que los de Unidas Podemos no lo apoyasen. No hubo presiones, ni malas caras en esa ruptura de unidad de voto del Botànic, porque “total, es una cosa para Alicante”.

En cualquier caso, no parece que Puig y los suyos se vayan a empeñar demasiado en esa defensa del trasvase ante el presidente Sánchez, si ni siquiera son capaces de defender con dignidad la imperiosa necesidad de un cambio de modelo de financiación autonómica, ni la forma del inminente reparto de los fondos COVID. Es muy probable que todo acabará con un “lo que tú quieras Pedro”.

Pero además de todo esto, muchas comarcas de Alicante sufren esa incomprensión acerca de la complejidad que tiene la inmersión lingüística o lo que va a suponer la nueva ley de la función pública en la que el valenciano es un requisito para ser funcionario autonómico. Por cierto, hubo muchas risas en la bancada del Botànic cuando se formuló una queja por las burlas que se hicieron en los perfiles de las redes sociales de A-Punt sobre los alicantinos que se manifestaban por la libertad de elección de lengua.

Y, por último, ¿ustedes se imaginan que en cuatro meses el hospital La Fe de Valencia fuese a sufrir un cambio de modelo organizativo y ni pacientes ni trabajadores lo conociesen? Imagino que no, pero esto está ocurriendo en el Hospital de Torrevieja en la antesala de la llegada del verano. Pero no hay preocupación en el Botànic, parece que se preguntan “¿existe algo al sur de Gandía?”.

Socialistas contra Alicante

Socialistas contra Alicante

«Da la sensación de que esta provincia siempre se ha encontrado lejos del gobierno del Botànic y que sus problemas siempre les han parecido menos importantes»

(Publicado en ABC el 21 de Mayo de 2021)

Hace escasos meses el president de la Generalitat, Ximo Puig, defendía en un discurso en las Cortes Valencianas “una España plural y diversa” y rechazaba “independentismos y centralización”. Pero rápidamente pasaba a centrarse más en lo segundo que en lo primero para poder atacar la que ha sido y sigue siendo su enemigo particular, que es la Comunidad de Madrid. Acusaba a Madrid de ser una gran aspiradora que se quedaba con los recursos, población, funcionarios y redes de influencia apoyándose en su efecto capitalidad.

Vamos, “dijo el muerto al degollado”, entiendo que no pensará lo mismo sobre el efecto aspiradora que también ejerce Valencia dentro de la Comunidad Valenciana. Habitualmente, el efecto capitalidad siempre ha sido un foco de atracción, que puede paliarse en mayor o menor medida en base a una serie de acciones que traten de equilibrar, al menos de acercar, la balanza a un punto medio.

Pero sesión tras sesión en les Corts, da la sensación que Alicante es molesta para el gobierno del Botànic, o más que molesta, que son incapaces de entender porqué no han caído en su influjo de inmersión lingüística y desaladoras. En el fondo da la sensación de que la provincia de Alicante siempre se ha encontrado lejos del gobierno del Botànic, y que sus problemas siempre les han parecido menos importantes.

Esta semana se debatía en Corts Valencianes la defensa del trasvase Tajo-Segura ante el cierre impuesto por el gobierno del socialista Sánchez. Este cierre perjudicaba notablemente a Almería, Murcia y Alicante. Ante la convocatoria de una reunión de los presidentes de las comunidades afectadas, el presidente Puig, afirmó que no iba a participar en un, palabras suyas, “aquelarre”. Lo del aquelarre es llamativo que lo dijera precisamente el que no tuvo reparos en reunirse con todos los presidentes independentistas de Cataluña.

Puig, reconoció el error de sus palabras y como penitencia se impuso para compensar, viajar con cara triste un par de veces a la zona del trasvase, por si algún pardillo caía y pensaba que iba a defenderlo. Así, en la sesión de les Corts tanto PSPV como Compromís votaron escasamente convencidos por la defensa del trasvase, mientras asumían con una sonrisa que los de Unidas Podemos no lo apoyasen. No hubo presiones, ni malas caras en esa ruptura de unidad de voto del Botànic, porque “total, es una cosa para Alicante”.

En cualquier caso, no parece que Puig y los suyos se vayan a empeñar demasiado en esa defensa del trasvase ante el presidente Sánchez, si ni siquiera son capaces de defender con dignidad la imperiosa necesidad de un cambio de modelo de financiación autonómica, ni la forma del inminente reparto de los fondos COVID. Es muy probable que todo acabará con un “lo que tú quieras Pedro”.

Pero además de todo esto, muchas comarcas de Alicante sufren esa incomprensión acerca de la complejidad que tiene la inmersión lingüística o lo que va a suponer la nueva ley de la función pública en la que el valenciano es un requisito para ser funcionario autonómico. Por cierto, hubo muchas risas en la bancada del Botànic cuando se formuló una queja por las burlas que se hicieron en los perfiles de las redes sociales de A-Punt sobre los alicantinos que se manifestaban por la libertad de elección de lengua.

Y, por último, ¿ustedes se imaginan que en cuatro meses el hospital La Fe de Valencia fuese a sufrir un cambio de modelo organizativo y ni pacientes ni trabajadores lo conociesen? Imagino que no, pero esto está ocurriendo en el Hospital de Torrevieja en la antesala de la llegada del verano. Pero no hay preocupación en el Botànic, parece que se preguntan “¿existe algo al sur de Gandía?”.

Independentistas a las puertas

Independentistas a las puertas

«Es momento de recuperar nuestro orgullo de ser valencianos y españoles, y dejar de agachar la cabeza ante la pretendida superioridad moral de la izquierda«

Cuando llegaron los ecos de la derrota del bosque de Teotoburgo al emperador Augusto, no se lo podía creer. Tres legiones habían sido exterminadas en Germania y era posible que las tribus bárbaras se decidieran a cruzar el Rin poniendo en riesgo el imperio romano, una vez se habían dado cuenta de su vulnerabilidad.

Todo desastre tiene un día después, y para mí la noche del domingo fue bastante dura tan pronto se iban conociendo los resultados de las elecciones catalanas. En general todos los escenarios previstos eran malos para las fuerzas constitucionalistas. No podemos olvidar que estas fuerzas son más escasas de lo que algunos indican, ya que tanto el PSC como la marca catalana de Podemos están muy cerca de los postulados de los partidos independentistas.

En Teotoburgo la derrota se debió fundamentalmente a la traición de Arminio, en teoría aliado de los romanos, pero que fue el que preparó la emboscada mortal para las tropas de Publio Quintilio Varo. El papel de Arminio lo ha desarrollado en nuestros tiempos a la perfección el exministro Salvador Illa, que empezó la campaña diciendo que no tenía nada que ver con los independentistas, pero estos han sido a los primeros que ha buscado tras conocerse los resultados. De En Comú Podem no cabe esperar ninguna buena acción, ya que no pierden ninguna ocasión de mostrar su postura alejada de la Constitución.

El resultado está ahí y más allá de esperar que se pongan de acuerdo en algo los futuros rectores del futuro catalán y, contemplados ya los primeros desordenes que se han producido nada más confirmarse la victoria independentista, considero que toca hacer lo que hizo Augusto en los tiempos de Teotoburgo. Augusto protegió las fronteras de su Imperio y fortaleció rápidamente los fuertes y empalizadas que protegían el Rin, distribuyendo refuerzos entre todas las guarniciones.

No me gustaría vivir en unos Països Catalans al estilo de lo que promueven los partidos independentistas catalanes y algunos de los integrantes del pacto del Botànic. Más allá de rasgarse las vestiduras y vestir de luto como hizo Augusto, toca reflexionar cómo es posible que ese tipo de ideologías sectarias y supremacistas se van imponiendo al sentido común. Esto es vital para detener su avance en nuestra Comunidad. Yo no quiero vivir en una comunidad excluyente, que te discrimine por tu origen o por no conocer el catalán, donde la calle es tomada una y otra vez por los violentos, donde los okupas campan a su anchas, donde no puedes elegir la lengua en la que estudien tus hijos o donde el trabajo está en riesgo porque las empresas se marchan al no observar viabilidad. Quiero vivir en una comunidad que quiera innovar y formar parte del futuro, y por supuesto donde se te respete y puedas vivir en libertad. Pero no podemos olvidar que ahora los independentistas están a las puertas, quieren expandirse y tienen aliados dentro. Es momento de recuperar nuestro orgullo de ser valencianos y españoles, y por supuesto dejar de agachar la cabeza ante la superioridad moral de la izquierda y de algunos de los dogmas que repiten una y otra vez para tratar de hacerlos verdad.

Los romanos superaron su derrota, y no solo consiguieron detener a los germanos en la frontera, sino que poco tiempo después, con la lección bien aprendida y liderados por Germánico, derrotaron a los bárbaros en Idistaviso. Aquel día, el orgulloso Arminio tuvo que huir a uña de caballo. Pero hoy estamos tras Teotoburgo, y para llegar a Idistaviso toca aprender de los errores cometidos, trabajar duro y tener líderes como Germánico. Ya no hay tiempo para lamerse las heridas.

La casilla de la muerte

El juego de la oca fue uno de los primeros juegos de mesa que recuerdo haber utilizado de mi caja de juegos reunidos Geyper. Era un juego bastante sencillo y parece que con gran historia. Básicamente tenías que avanzar tu ficha a golpe de lanzamiento de dados, saltando de casilla en casilla, con el objetivo de llegar al final del recorrido. Algunas casillas te permitían avanzar más rápidamente, el famoso “de oca a oca y tiro porque me toca”, otras eran mucho más terribles. Sin duda alguna, la peor era la casilla de la muerte o de la calavera, la cual se encontraba muy cerca del final del camino. Si caías en ella debías volver a empezar otra vez desde el principio. Era la dinámica del juego, no importa lo rápido que fueras, lo cerca que te encontraras de la meta, siempre podías encontrarte de repente al inicio del camino sin que ninguna de tus jugadas anteriores te hubiese servido para nada.

Es fácil identificar la situación sanitaria de la Comunidad Valenciana dirigida por el Botànic como si hubiésemos caído en la casilla de la muerte. No solo por el elevado número de valencianos que fallecen cada día a causa de la COVID19, sino por la sensación que la preparación de nuestro sistema sanitario ha vuelto a la casilla de salida, como si estuviésemos otra vez en marzo de dos mil veinte.

Hospitales de campaña que han costado un montón de millones y que tiene que ser desalojados por el fuerte viento que asola cada cierto día la ciudad de Valencia, afortunadamente este año no hemos tenido ninguna gota fría que hubiese empeorado la situación. Dirigentes del Botànic que cuando se dan cuenta del fiasco, aunque nunca los oirás reconocerlo, apuestan por rehabilitar un de los edificios de lo que era la antigua Fe de Valencia. La gestión ha sido tan incompetente que a los pocos días han saltado todas las costuras. Telefonillos que no funcionan y que provocan el abandono de los pacientes, sin agua caliente, camas no articuladas, escasez de personal y más defectos que sumados a la tipología grave de muchos de sus pacientes, cuando en teoría iba a ser destinado para pacientes leves, han hecho que se le conozca como “el hospital de los horrores”. Los testimonios de los sufrimientos de algunos de los pacientes valencianos que han sido atendidos allí son terribles.

Febrero 2021. los dirigentes Botánicos han caído en la casilla de la muerte y nos han hecho volver a la casilla de salida. Parece no importarles que cada día fallezcan mas de cien valencianos, no hay ninguna medida de las que proponen que invite al optimismo. Ana Barceló e Isaura Navarro siguen dirigiendo los destinos de la sanidad valenciana sin asumir responsabilidades, más bien tirándoselas la una a la otra. Bueno sí, han cesado a una directora de salud por poner por escrito lo que era un secreto a voces, que durante casi un mes no han existido unas ordenes claras del plan de vacunación acerca de las vacunas sobrantes.  Todo esto ha facilitado que los bajos instintos de unos cuantos dirigentes del Partido Popular y del Partido Socialista pudieran robar la dosis preparada para algún sanitario valenciano o persona vulnerable.  A Ximo Puig también parece que le da igual, ya que mientras mira cómo gestionar los fondos europeos, la economía y la salud de los valencianos se deteriora a pasos agigantados. Mientras los valencianos asistimos impotentes e incrédulos al espectáculo de incompetencia y sectarismos, los dirigentes Botánicos siguen tirando el dado como si nada pasase. Parecen no saber que el juego de la oca era un juego de azar, donde gana el más afortunado, pero en la lucha contra la COVID 19, triunfa el que tiene a las personas mas preparadas en los lugares de toma de decisiones críticas.

Manual del perfecto Botànico 2.0

«No existe un plan para poder combatir eficazmente a la crisis sanitaria y económica que asola y continuará asolando a la Comunidad Valenciana»

El otro día pude comprobar que era falso lo que decían algunos sobre que el pacto del Botànic no había evolucionado y seguía anclado en el pasado. En uno de los pasillos del edificio de las Cortes Valencianas encontré abandonado un libro encuadernado en rojo con el título “Manual del perfecto Botànico 2.0”. Intuí que probablemente habría al menos uno anterior. Al ojearlo pude comprobar las nuevas estrategias que se pretendían impulsar desde la publicación del libro. Al final del mismo, había un resumen del cual pude leer algunos de los mandamientos allí plasmados, antes que el dueño del libro recordara donde lo había olvidado y me lo reclamara mientras lo estaba ojeando.

El primero de los mandamientos era el de invocar al “espíritu del Botánic” cuando no se sepa que contestar. Es una solución fácil y como nadie sabe realmente que es ese espíritu, se puede utilizar de igual forma para un roto que para un descosido.

El segundo decía que ya está bien de echar la culpa de todos los males al Partido Popular, porque pasados casi seis años esa excusa solo cuela entre los sectarios más furibundos, y de esos ya cada vez quedan menos. Así, que se permitía criticar abiertamente al resto de partidos del Botànic para hacer pensar a la ciudadanía que realmente tienen un plan y que están proponiendo ideas que no pueden llevar a cabo por culpa de los socios. Este mandamiento lo han utilizado de manera continua en los últimos días, ya que no parecen estar de acuerdo en ninguna de las acciones que pretenden tomar para paliar los efectos de la pandemia. El objetivo de este segundo mandamiento es que la ciudadanía observe el ímpetu y entusiasmo con el que defienden ideas totalmente contrapuestas y se crea que realmente están trabajando, aunque no se observe ninguna acción sensata tras tanto debate.

El tercero va en la línea de indicar que más vale una rendición honrosa que una defenestración humillante. Este mandamiento lo ha aplicado a rajatabla el vicepresidente del Consell, afiliado a Podemos, que ha pasado de entonar el “No pasarán” refiriéndose al intento de cese de la portavoz de su grupo, Naiara Davó, al “que grande es Pilar Lima” una vez consumida la purga interna.

El cuarto es dejar de mentar a Franco en cada ocasión, que cada vez les cuesta más recordar entre sus huestes quien era el dictado. No obstante, se recomienda continuar hablando de la “herencia tardo franquista”, que suena más a película de terror. A ser posible, se recomienda unir lo de “tardo franquista” a “neoliberal” y si cabe, colocar por en medio a Donald Trump para causar un efecto de mayor pavor entre la ultraizquierda. Me hizo gracia leer lo estúpido del razonamiento de este mandamiento, pero al comprobar las declaraciones de Pilar Lima una vez había defenestrado a su compañera Naiara Davó, pude comprobar que lo siguen bastante a rajatabla.

El quinto es que una vez se conozcan  los desastrosos datos de la gestión del Botánic, se debe localizar algún dato peor, y si no lo hay inventarlo, de la gestión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

El sexto hace referencia al proyecto de inmersión lingüística. Decía literalmente, “No importa lo mal que vayan las cosas a nivel económico y/o sanitario, seguir en el proyecto de inmersión lingüística es una obligación que todo buen Botànico debe apoyar todos los días”. Y ahí vemos al conseller Marzà pidiendo a los centros proyectos plurilingües en vez de planes de prevención contra el COVID19.

El séptimo iba directamente a repetir una y otra vez el dogma “la sanidad y la educación privada solo buscan el dinero y no hay que darles ni agua”. Al leer este mandamiento podemos entender la falta de colaboración con la sanidad privada en unos momentos tan graves.

Como el lector habrá supuesto, todo el artículo es una ironía. No he visto el manual de perfecto Botànico, aunque a lo mejor si que existe.  Desgraciadamente lo que es seguro que no existe el un plan para poder combatir eficazmente a la crisis sanitaria y económica que asola y continuará asolando a la Comunidad Valenciana.