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(Publicado en el Diario Información el 14/11/2013)

Palestina, 1187. Un ejército de cruzados agotados y sedientos camina hacia Tiberíades donde pretenden enfrentarse al sultán Saladino. Éste, hábilmente ha estado durante varios días acosando al ejército cruzado, que tras días de marcha con un sofocante calor ya sólo espera su final. Los cruzados están perfectamente pertrechados, pero seguro que hubiesen cambiado alguna de sus armas por un poco de agua.

La marcha hacia Tiberíades jamás se debería haber producido, ya que el ejército cruzado poseía una posición ventajosa, pero el gran maestre templario Gerard de Ridefort había convencido al rey Raimundo de Trípoli de intentar derrotar a Saladino en la batalla final. Desafortunadamente para los cruzados, tras días de marcha se encontraban en un desfiladero, llamado los cuernos de Hattin, esperando su inevitable final.

Como los cruzados en Hattin,  Radio Televisión Valenciana (RTVV), se encontraba en una situación desesperada, con una deuda disparada, una cuota de pantalla miserable y una plantilla con cuatro veces más personal que cualquier televisión nacional privada.  Si los cruzados habían llegado hasta allí por los deseos de venganza del gran maestre templario, los motivos que han conducido a RTVV a su desastroso final han sido varios, pero en la mayoría de los casos apuntan a una gestión desastrosa por parte de diferentes dirigentes del Partido Popular, con la mirada hacia otro lado de otros partidos de la oposición y algún que otro sindicato.

Yo considero que en una comunidad bilingüe como es la nuestra tenía sentido tener una televisión autonómica. Una televisión que debería tener como principales objetivos dar a conocer la lengua de todos los valencianos, pero sobre todo ayudar a vertebrar de manera definitiva a una Comunidad que jamás lo ha estado. Debería haber sido una televisión austera, de calidad y sobre todo centrada en lo que ocurre en nuestra comunidad, centrada a darnos a conocer quienes somos, por ejemplo a acercar las comarcas de Castellón a Alicante y viceversa, a comprender nuestro pasado y a apoyar nuestro crecimiento en el futuro.

Por supuesto, jamás se tendría que haber puesto en duda la necesidad de independencia y pluralidad informativa. Contar lo que pasa en nuestra Comunidad con objetividad, haciendo llegar opiniones y voces desde todos los extremos debería haber sido su razón de ser. No fue  así, como ocurre en la mayoría del resto de televisiones autonómicas, RTVV fue uno de los elementos de propaganda que más y mejor utilizó el Partido Popular para afianzar victoria tras victoria. Dudo mucho que en países bajo el yugo de alguna dictadura dispusiesen de una televisión tan servil al poder como ha sido la nuestra.

Desafortunadamente, RTVV no desaparece por haber sido servil, y en algunos casos miserable como por ejemplo en su tratamiento al accidente del metro de Valencia. RTVV desaparece por una nefasta gestión que se basó en pagar el triple de lo razonable por cualquier producción, desaparece por haber financiado clubs de fútbol y eventos deportivos, desaparece por haber contratado a casi cualquier persona que pasaba por allí con carnet del PP . No se ha oído mucho hablar de mala gestión a ningún partido de la oposición ni a ningún sindicato, habrá que buscar mucho para encontrar alguien de ellos que criticara el sinsentido de cuadriplicar plantillas de televisiones que tenían diez veces más audiencia que la nuestra.

Es curioso, hace escasos días hubiese sido razonable un pacto en la Comunidad Valenciana entre todos los partidos y los sindicatos, precisamente para salvar a RTVV. No ha sido así, el PP prefiere vender que ha cambiado la tele por hospitales, mientras la oposición y sindicatos rápidamente se han puesto tras la pancarta para protestar sin especificar alternativas. Mala gestión de todos, este era un momento de ceder, de pactar, de llegar a acuerdos, de pensar en los ciudadanos y no en las próximas elecciones.

El último tramo del fin de RTVV ha sido esperpéntico, con un ERE planificado según un informe pagado a precio de oro tumbado fácilmente, con algún que otro profesional intentando salvar su imagen dando información que ocultó durante años, con un comportamiento de la ex-directora del ente que cada vez entiendo menos.

En 1187, Saladino cargó y prácticamente exterminó al ejercito cruzado, poco después caería Jerusalén. Los malos consejos de Gerard de Ridefort habían conducido al desastre de perder Jerusalén, algo más de 800 años después, la gestión PPSOE han conducido a la pérdida de la CAM, Bancaixa, RTVV y tantas cosas más. Es curioso, Gerard de Ridefort escapó de la batalla mientras sus compañeros perecían en ella. Aquí y ahora, temo que 1800 trabajadores van a ir a la calle mientras los auténticos responsables seguirán ocupando cargos de importancia durante algunos años más. Por cierto, el número de años dependerá de lo que opinen los ciudadanos en las urnas.

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