(Publicado en la verdad el 3/11/2014)
En la Segunda Guerra Púnica, que enfrentó a romanos y cartagineses, estos últimos parecía que tenían todas las de ganar. Su general, el gran Ánibal, campaba a sus anchas por la península itálica y derrotaba uno tras otro los vanos esfuerzos romanos que pretendían expulsarlo de allí. Así estaban las cosas cuando un general romano, Escipión, cambió la estrategia y consideró que la única forma de derrotar a Anibal era llevando la guerra a Cartago, acostumbrada a mirar desde la lejanía el conflicto.
Hace dos años presenté una moción para realizar las modificaciones legales que impidieran la inclusión de imputados por corrupción o terrorismo en las listas electorales. Me llevé una cierta frustración al comprobar como ni Partido Popular, ni Partido Socialista ni Esquerra Unida daban su respaldo a la moción utilizando los más peregrinos razonamientos. Se hablaba de presunción de inocencia, pero en el fondo flotaba en el ambiente que todos tienen mucho que ocultar y mientras solicitaban que los imputados de los otros partidos debían abandonar sus cargos, se autorizaba con autocomplacencia a que los propios los siguieran ocupando.
En el caso de Alicante, pasaba en cierta forma como en los tiempos de los enfrentamientos de Ánibal y Escipión. Los concejales populares defendían a capa y espada, al menos en el pleno, a su imputada alcaldesa con lo que las sucesivas peticiones directas que Esquerra Unida llevaba eran desmontadas sin mayor rubor. Si a eso le sumamos el fracaso de las manifestaciones que intentaban organizar a las puertas del pleno, la alcaldesa seguía plácidamente disfrutando ante la escasa presión real.
Como hizo Escipión llevando la guerra a Cartago, yo consideré que era el momento de llevar la lucha contra los corruptos al centro de los partidos políticos con representación institucional en el Ayuntamiento de Alicante. No se trataba de un ruego a la alcaldesa para que dimitiera como presentó Esquerra Unida, era una simple declaración institucional en la que se pedía a los comités electorales de los partidos que no incorporaran imputados por delitos de corrupción y/o terrorismo en las listas electorales.
Todo cambió con respecto a dos años atrás, Unión Progreso y Democracia prohíbe estatutariamente llevar imputados por corrupción en las listas electorales, pero el resto de los partidos siempre hablaban rimbombantemente de compromisos contra la corrupción que jamás articulaban de ninguna forma, por eso consideré necesario que se definieran de una vez por todas, al menos en Alicante.
Así, el pasado viernes, celebrábamos un pleno en el Ayuntamiento de Alicante con inusitada expectación. Parecía que todos los grupos iban a apoyar la propuesta de UPyD, aunque dos años antes no lo habían hecho, y es que tal como comenté en mi intervención, no se puede mantener ya ni un minuto más ese discurso tolerante frente a la corrupción mientras afloran imputados de la mayoría de partidos en cada telediario.
Me sorprendió que el portavoz de Esquerra Unida pasara la mayor parte del tiempo de su exposición centrándose en que no consideraba que el terrorismo fuera un asunto importante para ser excluido de las listas electorales, y no se centrase más en los aspectos de poner freno a los imputados por corrupción, pero cada uno es fiel a sus creencias.
Cuando tocaba el turno al PP, tenía mucha curiosidad por saber si se iba a imponer un modelo institucional o el embarrado de la alcaldesa Castedo. Pensaba que la portavoz del Partido Popular realizaría un discurso hablando de las líneas rojas, que están iniciando una lucha contra la corrupción y que la mayoría de concejales de su grupo levantarían la mano apoyando con cierto entusiasmo la moción. No fue así, se impuso el modelo Castedo en la no votación, en vez de ver un pleno con todas las manos levantadas contra la corrupción pasamos a un aprobado por unanimidad que recitó en su mente la alcaldesa y que ni siquiera el secretario del pleno pudo oír.
Mis conclusiones son varias, en primer lugar que ha sido importante que la declaración fuese aprobada y que es posible que los imputados por corrupción desaparezcan de las listas. En segundo lugar, que sigue habiendo muchos políticos que confunden responsabilidad penal con política, y que les da igual que los asuntos de una ciudad tan importante de Alicante estén paralizados a la espera de las decisiones del los jueces, por lo que se aferran a sus puestos con la complicidad de sus compañeros y dirigentes.
Ánibal fue derrotado en Cartago por Escipión, era el principio del fin de su imperio, no sé las consecuencias del pasado pleno, pero si en vez de batallas utilizáramos el argot ajedrecístico, para mi ha sido un “Jaque a la alcaldesa”, digo “Jaque a la reina”.