Fran Hervías generaba el suficiente respeto o temor para que nadie se atreviese a contradecirle en su discurso

Publicado en ABC el 21 de abril de 2023

Me sorprendió enormemente la expectación que provocó en 2016 una visita a Alicante de Fran Hervías, en ese momento secretario de organización de Ciudadanos. La presentación se realizó en un hotel de Alicante y asistieron la mayoría de los concejales recientemente elegidos en las elecciones de 2015, así como multitud de afiliados y simpatizantes. Las elecciones habían sido un éxito y se respiraba gran entusiasmo. Aquel día todavía yo no había visto personalmente a esa persona de la que muchos hablaban con pleitesía por aquí, como si fuese el que pusiese y quitase cargos políticos.

Mientras Fran Hervías empezó a hablar con su voz muy característica, una joven que estaba a mi lado dijo “este hombre me recuerda al león malo de la película del rey León”. Aunque no di mayor importancia a dicho comentario, es curioso que a partir de aquel día cuando lo veía acompañado por sus fieles ayudantes Hervías me recordaba a Scar. Este era el malvado león que provocaba la muerte de Mufasa, el rey León, para poder apoderarse del reino. Scar, para conseguir estos objetivos, había pactado con unas temibles hienas que son las que provocaban la estampida que acababa con la vida del bondadoso Mufasa.

Fran Hervías expuso aquel día, delante de la cara sorprendida de todos los concejales y afiliados que habían trabajado la campaña meses antes, cuáles eran las claves del éxito de esta. Dijo dos o tres veces que el éxito de las pasada elecciones se debía a que “Yo y Vicente recorrimos miles de kilómetros para ir organizando las candidaturas”. Lo del “yo” delante para que el burro no se espante me llamó mucho la atención, ya que lo repitió en varias ocasiones.

Mientras él repetía las claves de su éxito los concejales murmuraban en voz baja que algo tendrían que ver ellos también en el resultado. Obviamente, si una cosa era cierta en aquellos días es que Fran Hervías generaba el suficiente respeto o temor para que nadie se atreviese a contradecirle en su discurso.

Tres años y algo más tarde, de nuevo en Alicante, Fran Hervías volvía a Alicante para reunirse con los afiliados, pero la situación ya no era la misma. Se había producido la debacle de noviembre de 2019, la dimisión de Albert Rivera y el ambiente era mucho más gélido. Hervías ya no era el Napoleón de Austerlitz sino el que volvía de Waterloo. Lo sorprendente fue su nuevo discurso, básicamente era el de “toda la pasada campaña la llevó Comunicación y que en este caso Organización, él, no era responsable del desastre”.  Vamos, “si ganamos es gracias a mí, si perdemos es culpa de los otros”.

Ese día ya se veía que Hervías no estaba en el proyecto, no porque el proyecto hubiese cambiado radicalmente, sino porque el ya no estaba en la cúpula que lo dirigía.  Parece que, según el propio Hervías,  él ofreció sus servicios al Partido Popular. Para muchos pasó en un día, de senador del grupo Ciudadanos a tratar de acabar con él, probablemente con la información que había atesorado del partido. No me extraña que el equipo de Pablo Casado se fuese a pique en tiempo récord con tales asesores.  Hervías inició más tarde una campaña para recuperar la relevancia perdida como cuando el malvado Scar pide ayuda a las hienas. El modelo es fácil, según todos los indicios, consigue que muchos cargos de ciudadanos abandonen el partido sin dejar el acta y pasen a los no adscritos. Muchos de ellos los encontraran ustedes estos días en las listas del Partido Popular. El protocolo de actuación es muy similar, entiendo que deliberadamente para que se notase quien estaba detrás de dicha operación. Carta publicada en redes sociales donde se trata de asimilar a Ciudadanos casi a un partido estalinista, conversión del afectado más rápida que la de San Pablo cuando cayó del caballo y obviamente un intento de justificación de los motivos por los que se aferraban al acta siempre en beneficio de los ciudadanos. Así hasta ahora.

Tal como está la política hoy en día, es posible que Scar y las hienas sobrevivan mucho tiempo en el barro de esta. Quizás no, quizás como en la película del rey León, las hienas devoren a el malvado Scar cuando se den cuenta que ya no les es necesario o que no ha podido cumplir todo lo que les había prometido.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *