(Publicado en el Diario el mundo el 31/01/2015)
Simón el simpaticón
Simón el simpaticón fue una de los más temibles rivales de Maxwell Smart, el superagente 86, la mítica serie de los setenta que algunos vimos unos años más tarde en sus redifusiones televisivas. Maxwell Smart era una mezcla de dos de los personajes más populares de la época, James Bond y el Inspector Clouseau, que luchaba contra el mal, representado por la organización K.A.O.S. , ayudado por un sinfín de gadgets muy avanzados a su tiempo.
En uno de sus más recordados episodios, K.A.O.S. manda a uno de sus mejores agentes, Simón el Simpaticón (Simón el agradable en su doblaje latino). Los atributos de Simón no eran la habilidad en el uso de armas blancas o de fuego, súper velocidad o algún atributo similar sino que simplemente es un hombre tan dulce, agradable y modesto que con solo mirar a una persona la conquista.
K.A.O.S., digo el Partido Popular, ha puesto de alcalde de la ciudad de Alicante a Simón, digo Miguel el simpaticón para intentar reconquistar a los ciudadanos de Alicante tras el tenso escenario que había dejado su antecesora, Sonia Castedo. También es cierto que ha tenido que saltar del número dos al ocho de la lista electoral que presentaron en las elecciones municipales de 2011, obligando a un número de concejales de mucho peso que renunciaran a que fueran ellos los elegidos. Esto no parece haber molestado en exceso a los ciudadanos, aunque sí que es cierto que pone de manifiesto poco acierto por parte del Partido Popular a la hora de confeccionar las listas. Desde el mayoritario partido de la oposición, el PSPV, tampoco pueden decir mucho al respecto, ya que ellos sustituyeron como portavoz a Elena Martín, cabeza de lista, también por el número ocho de la lista.
Miguel Valor tiene una gran experiencia política y es una persona entrañable con la que es fácil llegar a acuerdos. Yo lo he hecho durante estos tres años y medio que hemos compartido, aunque desde distintas atalayas y responsabilidades, trabajo como concejales en el Ayuntamiento de Alicante. No tengo ninguna duda que comparto con él un gran amor por Alicante o la Cultura, aunque nuestras formas de promocionar esta última difieren en aspectos notables.
He de reconocer que sí que ha conseguido rebajar la tensión, absurda por cierta, entre equipo de gobierno y oposición. Se han recuperado formas de trabajo y dialogo que se habían desterrado injustificadamente. También parece que ha calmado a sus huestes, aunque no ha salido gratis, ha nombrado tres nuevos tenientes alcalde, con su consiguiente coste, y ha dado la exclusiva a la nueva concejala. Queda la sensación que si por Valor fuera se daría la exclusiva hasta el que vende las cervezas en la playa del Postiguet.
Pero lo que parece no haber cambiado ha sido la posición de Valor con respecto al núcleo duro de Castedo. Andrés Llorens sigue de Vicealcalde a pesar de su inminente llegada al banquillo, Seva parece haber cobrado más protagonismo y García Romeu sigue gobernando el urbanismo de la ciudad y lamentablemente Valor ha dejado huérfano el Turismo en Alicante. Tampoco sabemos cuál es su planteamiento acerca del Plan General Urbano de Alicante. Es obvio que Alicante necesita un plan para dar sentido y seguridad al crecimiento de la ciudad, pero yo tengo claro que la actual propuesta no es ni de lejos la más deseable por su obsolescencia y duda de honestidad en su realización.
Quizá lo menos positivo de la llegada de Valor a la alcaldía es que ha triunfado actuando como Simón el simpaticón convenciendo, o al menos consiguiendo una razonable tregua, a oposición, medios y sociedad civil, pero parece que el núcleo duro castediano ha conseguido ser inmune a su encanto.