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(Publicado en La Verdad de Alicante el 7 de Agosto de 2012).

Mariano Rajoy llegó victorioso a la Moncloa tras su gran éxito en las elecciones del 20N. Iniciaba su andadura confiado y seguro que con su sola presencia el país iba cambiar y la infame herencia de su predecesor  se disolvería como un azucarillo en el café. Eso sí, al hacerse cargo de su puesto como presidente no dudo de hablar de la mala situación en la que encontraba las cuentas para dar mayor valor a su segura gesta.

 

En 1878, con la seguridad de Rajoy, pero montado a caballo, Lord Chelmsford cruzaba el río que dividía las tierras dominadas por el imperio británico de las tierras de los zulúes. Sin una declaración formal de guerra, Chelmsford avanzaba confiado en que ante el armamento moderno de sus tropas las lanzas y los escudos de los zulúes no tenían ninguna posibilidad.

 

Los primeros momentos de Rajoy y Chelmsford tuvieron un nexo común, en el fondo no tenían ningún plan de actuación, daba la sensación que solo se trataba de esperar y ya está, que al igual que los zulúes se rendirían porque sí, los mercados claudicarían ante la seguridad del gobierno Rajoy.

 

En acciones de este tipo el primer impulso es el más importante, Rajoy esperó  cuatro meses a que se celebraran las elecciones andaluzas, mientras intentaba pensar que acciones podía tomar, mientras amagaba con sus propuestas de los viernes con las que asustaba al personal y en muchos casos no llevaba a cabo.

 

La derrota en Andalucía sumió en la más profunda depresión al equipo de Rajoy, acababan de llegar y a pesar de haber intentado esconder sus medidas económicas el pueblo de Andalucía les había vuelto la espalda, muy probablemente porque en el fondo desde el PP pensaron que esas elecciones las ganaban sin bajarse del autobús. Los resultados repetidos en Asturias tampoco les insuflaron ningún ánimo. La famosa prima de riesgo subiendo y las autonomías, incluso las gobernadas por su partido,  sublevándose y negándose a colaborar con él, tampoco ayudaban mucho.

 

En las tierras de los zulúes habíamos dejado a Lord Chelmsford sin ningún plan y aburrido de no encontrar a zulúes que se dejaran masacrar por sus modernos fusiles.  Así que cometió un error grave, dividió sus tropas y dejó cerca de la mitad (unos 1500 soldados)  en un lugar sin fortificar. Al mando de estas últimas estaban dos coroneles Pulleine y Durnford.

 

Se comenta que el ataque zulú al campamento fue improvisado, motivado porque los ingleses  descubrieron un pequeño contingente zulú y estos instintivamente movieron a todas las tropas que se acercaban al lugar.

 

Como los famosos ataques de los mercados, que nadie sabe si son obras de los especuladores o simplemente de la sensación de poca confianza del gobierno Rajoy transmite. Así, los zulúes se acercaron en gran número a un campamento británico que no estaba fortificado ni conocía las tácticas de ataque de los zulúes.

 

Ni Rajoy ni los británicos estaban preparados para hacer frente a lo que se les venía encima. Ahí en esos momentos, es donde pueden marcar la diferencia las personas que están al cargo de las tropas. Desgraciadamente los subordinados de Rajoy y Chelmsford no estuvieron a la altura de las circunstancias. El caos que han montado De Guidos y Montoro, en el que se han contradicho en más de una ocasión  y han soltado perlas como las de “el IVA lo subimos porqué hay gente que no lo paga” es comparable a la poca coordinación que mostraron Pulleine y Durnford a la hora  de  repeler el ataque de los zulúes.

 

Para agravar más la situación algunas de las tropas nativas de los británicos emprendieron la huida, de forma similar a como las Comunidades Autónomas Andaluzas y Catalana que dicen que eso de reducir el  déficit no va con ellos.

 

Hay un cuadro de Charles Edwin Fripp que muestra el final de las últimas tropas británicas totalmente envueltas  por el ataque de los zulúes. Al mirar el cuadro, uno como ciudadano de este país se ve reflejado en esos soldados que no  terminan por entender como han llegado hasta allí, ni porque su fin está tan cerca,  personas que se han preparado bien, que han trabajado mucho y que ahora se encuentran bajo un clima depresivo donde solo se habla de prima de riesgo y rescate.

 

Lord Chelmsford no fue consciente del desastre hasta que poco después llego a Islandwana, que era así como se llamaba el lugar donde se instaló el campamento que ahora estaba en cenizas.

 

Ignoro cuales serán los pasos que va a tomar Rajoy, Lord Chelmsford mandó a sus tropas partir antes del amanecer para que sus soldados no fueran conscientes del desastre que les había sucedido a sus compañeros. Nada más llegar a un puesto comunicado pidió el rescate, digo la ayuda al Imperio Británico.

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