(Publicado en Alicante24horas el 22/10/2011)
El pasado 12 de Octubre acudí en el día de la patrona de la Guardia Civil al acto que esta institución organizaba en su cuartel de la ciudad de Alicante. Era la primera vez que visitaba este cuartel por dentro y al ver su formato no pude dejar de pensar que en muchos cuarteles la vida de guardia civiles con sus familias ha sido y sigue siendo un hecho en nuestro país. Desgraciadamente no pude dejar de pensar en el sinfín de atentados frustrados o no, que la banda terrorista ETA ha perpetrado contra este tipo de edificios. En este tipo de atentados y en similares, muchas personas, incluyendo muchos niños, han fallecido en nuestro país durante todos estos años de terrorismo y no de conflicto armado como muchos llaman.
El terrorismo se ha utilizado por muchos terroristas y por partidos y organizaciones muy afines para cobrar un protagonismo que sin duda no merecían. Así, el señor Arnaldo Otegi era mucho más conocido que otros dirigentes políticos por representar a quien representaba y no por el número total de votos que recibía. Desafortunadamente en nuestro país muchos partidos democráticos se han apoyado en el terrorismo o le han ayudado en muchos momentos de la historia con un oportunismo que desgraciadamente ha retrasado el final de esta lacra.
Creo que no hay duda que la gran mayoría de demócratas deseamos que el terrorismo sea una cosa anacrónica y del oscuro pasado de nuestro país. Lo que diferencia a mucha gente es definir la forma en la que desean que el terrorismo desaparezca y el número de votos que pueden conseguir con ello.
Yo considero que el terrorismo debe ser erradicado de nuestro país sin ninguna ambición política de sumar más votos, sino simplemente como cuando se erradica una enfermedad o una plaga. Pero el PSOE en su final oscuro de legislatura facilitó que partidos políticos afines a los terroristas jugaran un papel importante en la dirección de ayuntamientos y ahora ha acudido como invitado (más que de piedra, que se ha quedado de piedra) a la conferencia de paz celebrada en San Sebastián.
Si uno estudia la historia reciente de nuestro país comprobará que cuando más firmes y unidos han estado los partidos democráticos más débil ha estado ETA y cuando más se han acercado al dialogo con los terroristas más fuerza han cobrado.
Hay gente que dice que hay que dar una salida a los terroristas, que no pueden abandonar las armas sin ningún éxito, sin ningún motivo para justificar su lucha. Yo digo que si les damos esa salida dejaremos de justificar toda la gente que ha luchado desde la democracia contra el terrorismo y que en muchos casos yace por esa lucha en los cementerios.
En democracia el terrorismo no tiene ninguna justificación, debe rendirse y esperar que la justicia y la sociedad democrática sean magnánimas. No puede ser de otra manera, jamás podremos tratar de la misma forma al ciudadano y al que quiere dispararle en la nuca. Cuando empezamos a poner en duda esto hacemos que el último tiro en la nuca se pueda convertir en el penúltimo.