El partido de la gente ha mostrado su cara real
(Publicado en el Diario La Verdad el 31/12/2016)
En la portada del libro destacaban los ojos siniestros de un señor sobre fondo rojo y la foto de un anciano, con apariencia venerable. El título, de lo más sugerente, “Como asesinó Stalin a Trotski”. Aquel libro, que leía mi padre, llamó la imaginación del chaval que yo era entonces.
Recuerdo algunas de las fotos del libro y las contestaciones de mi padre ante mi inusitada curiosidad por saber más de aquellos personajes.
Parece que, Stalin, tan poco amigo de las críticas internas y de los rivales que podían oscurecer su brillo, decidió cargarse a otro de los principales actores de la Revolución Rusa. Quizá temiera que al igual que en la última y recomendable película de Star Wars, Trotski se adentrara en la Unión Soviética para robar los planos de su particular estrella de la muerte.
Si aquella historia fue muy anterior a la Wikipedia, también lo fue a la importancia de las redes sociales en general y de Twitter en particular. Es posible que si aquellas desavenencias entre Stalin y Trotski se hubiesen producido en la actualidad, en vez de borrar a este último de las fotos de la revolución (gracias a artistas que todavía no utilizaban el Photoshop) y mandar a unos cuantos asesinos a cargárselo, Stalín se hubiese conformado con lanzar miles de tuits con el lema #TrotskiAsíNo de la misma forma que los seguidores de Pablo Iglesias han hecho con el hasta ahora su segundo Iñigo Errejón.
Y es que el partido de la gente, de los abrazos, del dialogo, ha mostrado, como era esperable su cara más dura y dictatorial al servicio de su líder. Como decía Alfonso Guerra, “el que se mueve no sale en la foto”, los Pablistas han empezado a cesar o destituir a sus rivales Errejonistas sin ninguna piedad ni explicación.
Pero creo que se equivocan, González y Guerra interpretaron una fabulosa pareja de dos caras que consiguió perpetuarse en el poder durante mucho tiempo. Cada cara tenía su polo de atracción más moderado o más revolucionario en función del tiempo y lugar. Pero González y Guerra eran dos políticos inteligentes, capaces de estar por encima de sus egos. Iglesias y Errejón en vez de seguir su ejemplo, han preferido romper con la otra parte antes siquiera de llegar al poder.
Así, las huestes Pablistas, convencidas por el mensaje de su líder o por la comodidad del sueldo que reciben y que podrían perder, han lanzado una campaña en Twittter con el lema #IñigoAsíNo para atajar cualquier atisbo de crítica.
Si usted se pregunta como han vistos sus votantes este desbarajuste imprevisto, lo ignoro, pero el otro día tomé un café con un viejo conocido, podemita desde los primeros tiempos. Me sonrió cuando le pregunté el porque me felicitaba la Navidad y no el solsticio de Invierno y cuando le mencioné el lío del #IñigoAsíNo sentenció con cierta amargura “Fue bonito mientras duró”. Por mi parte, yo les deseo de todo corazón que el 2017 sea lo más bonito posible para ustedes.