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(Publicado en el diario el mundo el 14/10/2013)

1921, en plena guerra colonial del Rif, el general español Silvestre se marca un objetivo: llegar a la bahía de Alhucemas, donde se encontraba el centro de operaciones de las tribus rifeñas.  El general Silvestre es consciente de que el ejército  que disponía, ni estaba adecuadamente entrenado ni correctamente  armado. Además tenía un problema adicional de corrupción (¡qué cosas!), ya que parte de sus oficiales, completaban sus sueldos con la venta al ejército rifeño del armamento del que disponían sus unidades. Parece que animado por el telegrama que le envió el rey Alfonso XII con el contenido “Olé los hombres”, se deshizo de cualquier duda y se lanzó en su alocada carrera hacia Alhucemas. Avanzó 130 kilómetros de manera rápida e incruenta, pero ni desarmó a las tribus que ocupaban los lugares que iba conquistando, ni estableció unas adecuadas líneas de suministro. La doctrina que bautizaron los americanos años más tarde como la del dominó, se cumplió de manera estricta en tierra africana. Al ser aniquilada la guarnición de la última de las fortificaciones, todas y cada una de ellas fueron siendo exterminadas ante el desorden  y la mala gestión en la retirada del ejército español. La historia fue conocida como el desastre de Annual y además de los cerca de 10.000 soldados españoles que dejaron su vida en la arena africana, el desastre provocó la caída del gobierno y la implantación de la  dictadura de Primo de Rivera. El nombre del general Silvestre quedó definitivamente manchado, cosa que él no pudo ver ya que fue uno de los caídos en la defensa de Annual.

En Alicante, el equipo de gobierno que dirige Sonia Castedo ya ha definido su estrategia para solucionar la mayor crisis económica que hemos sufrido en los últimas décadas. Su Alhucemas particular no es un lugar sino una fecha, la de mayo de 2015. Es la fecha de las próximas elecciones municipales, y todas las maniobras que parece tomar el Partido Popular es sostener la difícil situación económica que respira el Ayuntamiento sin que este reviente antes del período electoral. No hay ninguna planificación más que la huida hacia adelante. Tras las elecciones de 2011, aparecieron una gran cantidad de facturas que parece estaban ocultas en los cajones y que obligaron a solicitar varios créditos para poder hacerles frente. Tras incrementar el nivel de deuda del Ayuntamiento, pero como decían poniendo a cero el contador, el equipo de gobierno volvió a generar una deuda que finalmente le han obligado a dos cosas, una acudir al plan de ajuste y otra  delegar en SUMA el cobro del IBI.  No son operaciones interesantes para la ciudad, más bien todo lo contrario, pero curiosamente no son demasiado malas para el objetivo de llegar a 2015 sin que esto explote. Las condiciones fijadas por el  rescate obligarán a una subida de impuestos espectacular, pero siempre tras las elecciones, la liquidez que ofrece SUMA en su acuerdo durará cuatro años, luego los anticipos se cobrarán con sus respectivos intereses,  pero siempre tras el 2015. El anterior interventor, muy crítico en este tipo de operaciones fue cesado sin una justificación clara, el informe del sindic de Comptes ha sido desdeñado sin que nadie en la Generalitat haya dicho esta boca es mía, (obvio, el PP que nos ha gobernado en la Comunidad Valenciana  tampoco está para dar muchas lecciones), incluso con acciones como las de desalojar de público el  último  pleno Castedo  consiguió, al menos visualmente, que las escenas del debate de asuntos importantes del pleno fueran sustituidas por la imagen de unas sillas vacías.

No hay un plan, como hiciera Hernán Cortés quemando las naves y no dejando otra opción que seguir hacia adelante. Las huidas hacia adelante pueden salir bien, de hecho a Cortés no le fue mal con la suya, es curioso, incluso hay quien especula que si Silvestre hubiese tenido algo de fortuna podría haber llegado a Alhucemas y  hoy en día su nombre figuraría junto  a los de Don Juan De Austria, el gran Capitán y muchos generales españoles victoriosos en los campos de batalla.  La duda es, ¿Conseguirá Castedo llegar al 2015 sin que esto explote?, y si llega ¿Cuál será su objetivo económico? Me atrevo a contestar a la segunda pregunta: Llegar a Mayo de 2019 sin que esto explote.

 

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