(Publicado en la Crónica Virtual el 18/09/2012)
Considero muy importante el mirar hacia delante, el planificar nuevas acciones, nuevos proyectos pero también es muy importante recordar lo que fuimos o las personas que pusieron mucho de su parte para que hayamos podido llegar a donde nos encontramos.
Si preguntamos sobre el Capitán Vicente Torregrosa o el que Alicante fuera capital provisional del Reino de Valencia durante la guerra de independencia hace 200 años posiblemente nos encontremos con una cara de extrañeza. Contrasta mucho este desconocimiento de nuestra historia con el orgullo que tienen en muchas ciudades de otros países en recordar esos pequeños instantes donde fueron muy grandes.
Me permito detallar parte de nuestra pequeña historia, extraída de “La guerra de Independencia. Alicante 1808-1814” de María Luisa Álvarez Cañas y de “El telescopio: Historias del Castillo de Santa Bárbara” de Juan José Amores.
A principio del año 1812, en plena guerra de la independencia, las tropas francesas del Mariscal Suchet asediaban por tercera vez la ciudad de Valencia, la cual finalmente capítulo pocos días después. Alicante no solo acogió a los los miembros de la Junta Suprema Provincial y de la Audiencia, sino también a una multitud de ciudadanos y ciudadanas de las poblaciones existentes entre ambas ciudades. Además, “la ciudad de Alicante se convirtió provisionalmente en la capital del reino de Valencia, al constituirse en ella una Comisión de Gobierno que sustituyó a la disuelta Junta Suprema”.
El 16 de Enero de 1812 tres divisiones del ejercito francés al mando del General Montbrun llegaron a Alicante. Los soldados franceses se desplegaron por el Altozano y tomaron la iglesia y el convento de los Ángeles. Tras cercar a la ciudad, el general Montbrun exigió a los alicantinos su rendición inmediata, rendición que ellos rechazaron. Tras un intercambio artillero, que los Alicantinos hicieron desde el Castillo de Santa Bárbara, los soldados franceses colocaron una potente pieza artillera en lo alto del cerro de los Ángeles.
Pero, desde lo alto del baluarte de la Ampolla, junto a la ermita de Santa Cruz, el capitán de artillería don Vicente Torregrosa apuntó con mucho cuidado su cañón y dio la voz de fuego. Esperó, tras la detonación, mirando con su catalejo hacia la ermita de Los Ángeles, hasta que vio surgir allí una gran polvareda. El proyectil había dado de lleno en el potente obús instalado por las tropas francesas, que poco después se volvían a Valencia, incapaces de enfrentarse a la artillería del castillo de Santa Bárbara. Los soldados de Napoleón jamás entraron en Alicante, siendo junto con Cádiz la única ciudad importante de España que no fue conquistada por el ejercito napoleónico.
Apenas quedan vestigios o recuerdos de aquella gesta, parece como si nos diera igual que pasara al olvido cuando todo el mundo hablaba que Cádiz era la única ciudad no tomada o de la importancia de la ciudad de Valencia durante la guerra.
Considero que una ciudad debe conocer su historia y si es como ésta estar muy orgulloso de ella, Alicante tuvo un papel muy importante en la guerra de Independencia que ahora que celebramos su doscientos aniversario deberíamos recordar y dejar relatos que permitan a las actuales y futuras generaciones conocer esta parte de nuestra historia. No hace falta hacer grandes fastos pero si colocar unas placas explicativas en los lugares importantes de la batalla puede hacer interesar a cualquier alicantino o visitante conocer algo más de lo que pasó en nuestra ciudad en aquellos momentos críticos para España en la que se decidía su futuro.