Publicado en el diario ABC el 3 de julio de 2024
Si había algún ministro del gobierno Sánchez que había mantenido cierta imagen de coherencia durante su mandato, ese era José Luis Escrivá. Pero eso ya es algo del pasado tras su reciente comparecencia en la que presentó su “app” para controlar el acceso a las webs con contenido porno.
Si hace un mes alguien hubiese insinuado que se iba a poner en marcha un sistema para controlar el acceso a las páginas con contenidos para adultos, seguro que la izquierda se hubiese puesto en pie contra una idea, que seguro hubiesen pensado proveniente por lo que ellos llaman “la ultraderecha”. No podemos olvidar todo lo sucedido cuando Vox propuso instaurar el “pin parental” con el objeto de que los padres pudiesen evitar que sus hijos acudiesen a determinadas charlas. Ahora es el Partido Socialista el que propone instaurar un pin parental para que los mayores se tengan que identificar cada vez que accedan a una web con contenido sexual. Pero como es el PSOE el que propone ese mecanismo de control, la izquierda no solo asiente, sino que alaba la medida de protección de los menores. Según ha comentado el ministro Escrivá, todo tiene origen en los informes de unos expertos, a los que no identifica, que se muestran preocupados por el incremento de acceso no controlado a contenido sexual por parte de los menores de edad. Llegados a este punto yo ando bastante despistado sobre lo que piensa la izquierda con respecto a los menores. En la España de Sánchez parece que un menor de dieciocho años debe llevar un justificante firmado por sus padres para ir a una excursión del colegio, pero podría abortar sin su consentimiento e incluso podrá cambiar de sexo a los doce años, pero ahora ya no podrá acceder a determinadas páginas web de forma legal.
En fin, yo ya no sé si son tontos o se lo hacen. Los que no han conseguido erradicar las páginas de descargas ilegales de todo tipo de contenido protegido por derechos de autor, se creen ahora que, a través de lo que jocosamente ya se ha llamado “pajaporte socialista”, van a conseguir impedir que la mayoría de los menores de edad puedan seguir accediendo a las páginas que deseen. Existen muchos mecanismos que te permiten acceder a una web como si lo hicieses desde otro país. Así, el modelo de censura socialista se caerá en días ante la más que probable aparición de tutoriales en YouTube y TikTok, donde se explicará paso a paso como burlar el control de edad. De momento ya no hay más que darse una vuelta por las redes sociales para comprobar el cachondeo que ha provocado la medida. Como se preguntaba Cicerón, y probablemente ahora el ministro Escrivá, “¿Hay algo más vergonzoso que ser objeto de burla?”
Escrivá decía orgulloso que íbamos a ser el primer país en introducir una medida de este tipo, sin darse cuenta de que, más que en pioneros, en lo que nos vamos a convertir es en el conductor kamikaze por la autopista. También aseguraba que solo pedía un pequeño esfuerzo a los españoles y que por supuesto la privacidad estaría garantizada. Pero por lo poco que sabemos, sería un servidor del ministerio el que expediría las acreditaciones, por lo que desde el gobierno serán conocedores ya no solo de los ciudadanos que las usan, sino también de la frecuencia de uso. Y todo el montaje parece que pagado con fondos de la Unión Europea que seguro que se podrían haber dedicado a algo más productivo.
En España tenemos un gobierno en el que los ministros compiten por embarcarse en cruzadas lo más absurdas posible con tal de no abordar los problemas reales de España y que no son capaces de resolver.
Yo todavía recuerdo que hace ya muchísimos años, junto a mis padres esperaba ver el estreno de una nueva serie de televisión sobre bandoleros que se titulaba “Curro Jiménez”. Ante mi disgusto, nada más empezar aparecieron los dos fatídicos rombos que prevenían del contenido violento del programa. Mis padres me enviaron a la cama y tuve que ver aquella serie en una de sus tantas reposiciones años después. La clave de la formación de los menores está en los padres y en la familia. El gobierno podría haber diseñado un plan para ayudar a los padres a conocer los mecanismos que existen para impedir o al menos dificultar el acceso a determinados contenidos a sus hijos. Pero seguro que eso de los padres es calificado de “facha” por la izquierda progresista. Para ellos es mejor controlar a los padres y de paso poder almacenar información que quizá algún día les sea de utilidad.