Publicado en el diario ABC el 8 de mayo de 2024
Era una oportunidad que la pequeña periodista no podía dejar escapar, atravesar los Estados Unidos del futuro en plena guerra civil, acompañando a unos veteranos colegas de profesión. El objetivo era entrevistar al presidente del país que se hallaba atrincherado en la Casa Blanca ante la inminente llegada de las tropas rebeldes. Es el argumento de “Civil War” una película que fui a ver el fin de semana pasado acompañado por mi hijo. Cailee Spaeny da vida en la pantalla a esa joven e inexperta periodista que se va formando como tal, arriesgando su vida con el objetivo de retratar esos últimos momentos de los Estados Unidos tal como los conocemos ahora.
La película es un homenaje a ese grupo de periodistas que arriesgan su vida en su afán de conseguir esa exclusiva o retratar esos momentos estelares del crepúsculo de una civilización. Por eso no podía dejar de pensar en cómo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y todos sus acólitos, habían puesto en entredicho sino la profesión del periodismo, sí la profesionalidad de todos aquellos del gremio que no comulgan con su visión de la situación política del país.
Los que hemos trabajado con periodistas o los hemos tenido enfrente, creo que siempre hemos recibido la recomendación de que jamás pensemos que un periodista es nuestro amigo, sino tan solo un profesional que busca hacer su trabajo. Necesariamente no va a contar la historia de la misma forma que uno la contaría, ya que la historia no es única, sino que depende del observador, también de las líneas editoriales y otras zarandajas.
Tras la película pude comentar con mi hijo sus primeros contactos con la prensa. Los fines de semana solía acudir con mis hijos al quiosco del barrio, dónde adquiría el periódico y alguna de las revistas que poblaban las estanterías. Agrl pequeño le gustaban las revistas de videojuegos y daba mucha importancia a las puntuaciones que aparecían en las revisiones de los juegos que eran analizados cada mes. Mi hijo se sorprendió cuando una vez le dije que era probable que esas puntuaciones pudiesen estar condicionadas por la publicidad contratada y que por tanto era recomendable leer la crónica completa, ya que probablemente podría sacar más conclusiones que solo con el titular o la puntuación numérica. También que si estaba muy interesado en alguno de esos juegos era interesante que pudiese contrastar lo leído en otra revista.
Esa es una de las cosas que más me gusta de nuestro país, todavía, la facilidad que tenemos para acceder a diversos medios de comunicación para conocer una noticia o una opinión acerca de la misma. En un mundo tan polarizado, de tantas noticias cercanas a la mentira, de tantos titulares engañosos que tratan de provocar que hagas clic sobre ellos, lo importante es que todavía seguimos teniendo la posibilidad de elegir qué o cuáles medios queremos utilizar para conocer lo que está pasando a nuestro alrededor. También pienso que somos lo suficientemente inteligentes para tratar de desechar los medios que solo buscan nuestro clic o que nos cuentan noticias sesgadas.
Para Sánchez esto no es deseable. Da la sensación de que le encantaría que muchos de los medios, él los llama pseudomedios o despectivamente páginas web, que ahora publican noticias que no le gustan, no pudiesen hacerlo. Las insinuaciones acerca de la forma del reparto de publicidad institucional o presiones a las empresas anunciantes son mensajes bastante vergonzosos en una democracia consolidada como la nuestra. Mas absurdos son los mensajes de periodistas defendiendo ese modelo casi de censura, sin pensar que con un cambio de gobierno podrían ser ellos los censurados, ya que toda revolución acaba guillotinando a sus hijos, y si no que se lo digan a Robespierre.
Este diario fue censurado en tiempos de la República, también curiosamente fue el único medio que se publicó en ambos lados durante la guerra civil. Una guerra en la que los corresponsables del diario seguro se jugarían la vida en el frente para poder contarla a sus lectores, tal como hacen los periodistas de la película Civil War. Y es que algunos de los pilares de la democracia es esa libertad de prensa y esa libertad de elección.
Por cierto, otra de las cosas que comentamos tras la película, es la épica de la historia del presidente de los Estados Unidos atrincherado hasta el fin en la Casa Blanca. Yo lo comparaba con la Pasionaria o Juan Negrín que decían mucho aquello de “resistir hasta el final”, pero bien que cogieron el avión hacia Moscú dejando al pueblo solo ante el peligro. Pero esta es la historia que cuentan los comunistas y la que algunos se creen, aunque los hechos la desmienten, y es que las “fake news” no son solo cosas del presente.