Un viejo les enseña a sus hijos lo sencillo que es romper una única flecha y lo complicado que puede llegar a ser romper tres flechas a la vez. Es el inicio de “Ran”, la última película épica del director japonés Akira Kurosawa. Basada en la tragedia del Rey Lear de Shakespeare, narra las desventuras de un clan familiar, cuando Hidetora, el señor de la guerra japonés de dicho clan decide abdicar en sus tres hijos. Hidetora advierte a sus hijos de lo importante que es permanecer unidos para mantener todo lo que han conseguido, ya que sus clanes rivales están esperando cualquier muestra de debilidad para caer sobre ellos. Desafortunadamente, sus hijos no le hacen caso.
Todo cambio, todo traspaso de poder tiene su inevitable complejidad, más todavía cuando no se realiza en un buen momento y cuando hay varios en disputa para asumir esas nuevas responsabilidades. Lo que si que parece evidente es que, para tratar de incrementar las posibilidades de éxito en un proceso de este tipo, hay que evitar enfrentamientos más “salvajes” de lo razonable y por supuesto, cerrar filas con el nuevo “señor” o “señora” una vez haya sido elegido.
“Ran” me recuerda mucho a la tensión provocada en el seno de Ciudadanos ante la elección de la nueva ejecutiva que dirigirá los designios del partido durante los próximos años. El proceso de refundación tenía como objeto revitalizar un proyecto que parece haber caído en el olvido por parte de los electores españoles, aunque curiosamente, responde al demandado modelo de partido centrado y liberal, capaz de evitar que Populares y Socialistas puedan caer en radicalismos absurdos.
Dicha refundación tenía como acertado el principio el poner en duda todo y no dar por sentado nada, con lo que ha habido un proceso, para algunos demasiado largo, de reflexión por parte de la militancia acerca de lo que deberían ser las nuevas bases del partido.
En los proyectos, a esto se le llama retrospectiva y tiene como objetivo final dar propuestas de solución a los problemas detectados más que centrarse en localizar o señalar a los posibles culpables de dichos problemas. Pero también la retrospectiva hace necesario realizar ese análisis de forma autocrítica y nunca pensar que los errores solo los cometen los demás.
Pero muchos afiliados estamos asistiendo con cierto enfado al cruce de acusaciones públicas sobre las responsabilidades pasadas, entre miembros de diferentes candidaturas. Ese enfado, da lugar a la sorpresa cuando algunos tratan de incorporar a la negociación de la refundación del partido, acciones que no tocan ahora, como es el cambio de responsabilidades en los grupos institucionales o casi el destierro para algunos de los referentes. Todo ello hace pensar que algunos han olvidado que tras la elección de la nueva directiva vendrá el día después, en el que habrá que seguir trabajando todos juntos, cada uno con las responsabilidades que tenga y que tampoco se puede prescindir del talento del que se dispone.
Por eso creo sensato es que cada candidatura se centre en mostrar sus fortalezas más que en publicar las debilidades supuestas de las otras candidaturas, y evitar esos mensajes apocalípticos de lo que ocurrirá si no gana su candidatura. También es necesario no aprovechar la refundación para negociar otras cosas.
Si no, aacabaremos como el clan de Hidetora, preso de las luchas internas entre los tres hermanos que son aprovechadas por sus clanes vecinos para acabar con ellos. Al final, el mayor de los hermanos cuando es consciente del error de haber tratado de acabar con los otros dos y escucha las palabras que le dice su general “Señor, nuestros rivales están tomando el castillo, prepárese a morir, yo le seguiré”. Confiemos que los candidatos se den cuenta que hay muchos clanes que quieren acabar con nosotros, no se lo pongamos fácil y sigamos siendo útiles a la sociedad.