Publicado en el diario Información el 13.02.2010
Sherlock Holmes mira el cuerpo del asesinado mientras avanza hacia el fondo de la sala donde se encuentran dos personas trabajando cada uno con su ordenador. Tras mirarlos, señala a uno de ellos indicando que es el asesino ante la mirada sorprendida de su inseparable Dr. Watson. Holmes indica con autosuficiencia: «Elemental querido Watson, el malo de la película siempre utiliza Windows».
Es curioso comprobar los clichés que se otorgan a cada una de las marcas en los diferentes sectores productivos. Desde hace unos años, Microsoft es el centro de todas las iras de un sinfín de personas que califican a la empresa entre otras cosas como las de prepotente, monopolista y malvada en todos los sentidos. En contraposición a esto se suele etiquetar a los usuarios de sistemas de software libre como los defensores de la libertad y a los que utilizan los ingenios de Apple como la parte «fashion» del sector.
Quizá esta forma de ver a las compañías de software o hardware en general cambiaría si miráramos lo suficientemente atrás en el tiempo. Recuerdo que en mis inicios en el mundo de la informática el gran referente era IBM, que incluso daba nombre al famoso ordenador HAL de la película «2001: una odisea en el espacio». Con el tiempo, IBM pareció para muchos convertirse en el símbolo de la prepotencia, mientras Microsoft aparecía como la pequeña compañía simpática que crecía bajo la sombra del gran gigante.
En el momento crítico en el que se ponía la plataforma del ordenador personal desarrollada por IBM al servicio de toda la sociedad, se produjo un vuelco que sin duda alguna pocos habían previsto. Esos momentos supusieron un auge democratizador brutal para el sector de la Informática, en pocos años se pasó de la exclusividad de las grandes compañías a poder utilizar ordenadores hasta el momento actual en el que todas las empresas y la mayoría de hogares disponen de algún ordenador. Mientras los ordenadores personales se abarataban, Apple continuaba con su modelo caro de ordenadores y software exclusivo que casi le lleva a desaparecer. No hay que olvidar que entonces era Microsoft la que acercaba a todo el mundo la informática liderando el sector de los ordenadores compatibles fabricados por un sinfín de diversas compañías gracias a su sistema operativo MS-DOS.
El golpe definitivo fue el diseño de los primeros sistemas operativos Windows, antepasados de los actuales. Microsoft fue de los pocos que apostó por ese entorno gráfico mientras el resto de las compañías de referencia siguieron apostando por el modelo de caracteres proporcionado por MS-DOS. Así, los procesadores de texto, hojas de cálculo, bases de datos, lenguajes de programación diseñados por Microsoft se comieron la parte del mercado que entonces representaban compañías tales como Borland, Lotus, WordPerfect que hasta entonces habían liderado el mismo.
Es posible que en esos momentos Microsoft al verse tan superior pudiera mostrar cierta prepotencia y superioridad, que por cierto no le sienta nada bien. Microsoft, tal como me comentan algunos miembros de la compañía, funciona mejor bajo presión y competencia. Creo que no estuvo demasiado hábil en los primeros momentos de la explosión de Internet y que descuidó mucho el acercamiento a las universidades, lo que posiblemente unido a otros factores provocó el surgimiento de las ideas de software libre y abierto. Microsoft ha resuelto parte de estos problemas pero la situación de monopolio ha desaparecido. Apple vuelve a ser algo importante dentro del mundo de la Informática con unas técnicas de marketing y unos productos envidiables. Google no para de ofrecernos cada vez más servicios de interés, las alternativas de software libre están ahí, pero no creo que debamos pensar que Microsoft ha dejado de aportar cosas de interés. La última versión de su sistema operativo funciona fenomenal, la mayoría de los productos ofimáticos intentan copiar a los suyos, incluso ha cobrado un protagonismo en sectores en los que es un recién llegado como es el de los videojuegos y de las consolas.
Todo esto hace que Microsoft sea una empresa de referencia, como lo demuestra el interés que generan en mis alumnos cada vez que se acercan a nuestra Universidad a impartir charlas, y cómo no, tal como hemos podido ver en la lista de ciudades que desean tener el centro de investigación de Microsoft que va a construir en nuestra Comunidad. Por cierto, lista que va a ir creciendo indefinidamente si el presidente Camps no indica cual es la ubicación definitiva del centro y que puede crear agravios interprovinciales.
Volviendo al tema anterior, como usuario de servicios informáticos estoy encantado con la situación actual de competencia que obliga a las compañías a trabajar intensamente para mejorar continuamente. Además, considero que la tecnología puede ser útil a la sociedad o no serlo, pero no debemos caer en ideas sectarias que indican que la tecnología es buena o mala por las empresas que las fabrican o por si utilizan código libre o no. De hecho, Microsoft es la diana favorita de los defensores del software libre que parecen ignorar que otras compañías como Apple y Google son incluso más restrictivas en liberar su software y/o hardware.