En poco más de dos meses y con un presupuesto bastante escaso, el director de cine Steven Soderbergh sorprendió con su opera prima. Un cartel y un título sugerente, “Sexo, mentiras y cintas de video”, complementaron un guion y puesta en escena fenomenal que hicieron el resto para que esta película consiguiera un éxito notable tanto de crítica como de público.
En la película ninguno de los personajes es lo que parece ser, algo que se puede descubrir si se está atento a los pequeños detalles que pueblan toda la cinta. De una forma u otra, todos los personajes mienten y solo parecen decir la verdad cuando están frente a una cámara de video.
Sería positivo que pudiéramos conseguir conocer la verdad sobre un tema tan espinoso como es el tema de abuso de menores por parte del ex marido de la vicepresidenta del gobierno de la comunidad valenciana y líder de Compromís, la señora Mónica Oltra.
Los partidos que forman el tripartito de izquierdas aluden a conspiraciones judeomasónicas, en las que incluso se atreven a implicar a los jueces, para tratar de liberar de toda sospecha a la vicepresidenta Oltra. Es curioso que, mientras tratan de aparentar cierto entusiasmo tras las intervenciones de Oltra, aplaudiendo como si no hubiese un mañana, agachan la cabeza cuando fuera de las cámaras de video se habla sobre el tema.
La justicia tiene su camino, muchas veces mucho más lento de lo deseado, pero el político tiene otro. Pero el caso huele muy mal, sobre todo si uno recuerda las actuaciones que la consellera Oltra tomó en un caso similar que sucedió casi a la vez. En aquel caso, la señora Oltra vació un centro de menores, el de Segorbe de las Hermanas Capuchinas, sin darles ninguna «posibilidad de defensa» tal como resolvió el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. También se criminalizó al presunto agresor, luego absuelto de toda culpa. Curiosamente en el caso que afectaba al entonces esposo de la Consellera, la que acabó yendo esposada al juzgado fue la joven que sufrió abusos sexuales.
Pero el círculo parece que se va estrechando sobre la señora Oltra. Recientemente el juez ha imputado a otros cinco cargos de la Conselleria de Oltra por la gestión del caso de los abusos de su expareja, siendo ya nada más y nada menos que trece personas las investigadas en el proceso.
Todo esto se nota y va destruyendo la defensa de la segunda del gobierno del socialista Puig. En la reciente sesión de control de Corts Valencianes, Oltra ya basó su defensa en atacar la gestión del Partido Popular en algún caso similar, pero no pudo soportar el golpe cuando alguien le recordó que en aquel caso no estaba implicado ningún marido de alguna consellera.
Cuando la defensa de una gestión tan deficiente en algo tan crítico, solo se puede sustanciar en el ataque por casos ocurridos hace casi diez años, uno ya puede empezar a pensar que esa defensa se está quebrando. Además de todo esto, se van conociendo más aspectos de lo que parece que ocurrió y aparecen insospechados documentos en forma de comunicados, faxes e investigaciones paralelas, que no se sustanciaron por ejemplo en el caso de las Hermanas Capuchinas.
En general la gestión de la vicepresidenta Oltra ha sido tan nefasta que recomendaría en cualquier gobierno a un cambio, pero todo el asunto del abuso de menores lo hace obligado.
Es curioso que ante una pregunta al president Ximo Puig, sobre la nota a gestión de la señora Mónica Oltra, se conformara con darle un notable. Sería curioso ver la nota que le daría diciendo lo que realmente piensa ante la cámara de video del protagonista de la película de Soderbergh.