Algunos siguen empeñados en poner su “ego” y su “culo” por encima de cualquier otra consideración.

 

 

(Publicado en el diario La Verdad el 25/09/16)

Tarde de sábado, cuatro de la tarde, empieza la película de “indios y vaqueros” tal y como las llamábamos entonces. No me importaba entonces, tampoco ahora, que fuera en blanco y negro. Allí estaba, el fácilmente reconocible John Wayne, tratando de evitar que Henry Fonda llevara a su regimiento a una muerte segura, al obligarlos a cargar a través de un desfiladero infestado de salvajes indios.  Es la historia de la sinrazón, de anteponer los egos personales a la lógica que nos exigiría otras soluciones mucho más recomendables. Es “Fort Apache”, una película dirigida por John Ford que me impresionó, sobre todo en ese tramo final que entonces no pude entender.

Me preguntaba, cómo un experimentado general, degradado a coronel, no sabía los riesgos de la decisión que iba a tomar, ante tal cantidad de indicios y los sabios consejos del capitán Kirby, interpretado por Wayne. Pensé entonces, era un chaval en aquella época, que esas cosas no podían pasar de verdad. Ya no creo lo mismo, ahora mismo en España, estamos en Fort Apache, frente a un desfiladero lleno de problemas y con los que deberían tomar decisiones sensatas empeñados en poner su “ego” y su “culo” por encima de cualquier otra consideración.

Tras prácticamente un año sin gobierno, dos elecciones realizadas, puede ocurrir que se desbloquee la situación si el resultado de las elecciones gallegas y/o vascas ayuda a cuadrar el círculo. Pero si se siguen manteniendo la tónica de diabólicas combinaciones, nos podemos encontrar con una campaña electoral que se solape con la campaña navideña, decidiendo el voto mientras disfrutas de los festivales de villancicos del colegio.

Rivera, en toda esta película ha sido una especie de capitán Kirby, tratando de poner cierta sensatez en todo este asunto, llegando a acuerdos primero con Sánchez, luego con Rajoy, para formar un gobierno que pudiese desbloquear la situación. Al igual que el de la película, parece no haber tenido éxito, y es que el coronel interpretado por momentos por Sánchez y en otros por Rajoy tienen otra forma de ver las cosas. Sánchez quiere apurar todas las posibilidades para ser Presidente de Gobierno, aunque tenga que pactar con Bildu. Es consciente qué si no es Presidente, será “pasado a cuchillo” por sus barones. En el otro lado, Rajoy y su “entorno”, no quieren oír hablar de dejar paso en su partido. En cualquier otro país civilizado, el Partido Popular hubiese regenerado a su cúpula de poder, por personas menos cercanas a toda esta etapa oscura en la que han vivido.

Y así seguimos, los españoles, como los soldados del regimiento que observan como Sánchez Y Rajoy preparan la carga hacia el desastre de las terceras elecciones. Por cierto, en Fort Apache, el coronel comparte el final con sus soldados, a Sánchez y a Rajoy me los veo más bien de embajadores en la ONU o dando conferencias relajadamente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *