La caída del Imperio Castediano

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(Publicado en el Diario El mundo el 27-01-2014)

“No tuvo jamás interés en las tareas administrativas que conllevaba su puesto y que siguió la tendencia a lo largo de su reinado de impulsar el ascenso de sus favoritos”. “Sus compañeros, descontentos con esta situación, iniciaron una serie de conspiraciones  que a su vez provocaron que su modo de hacer las cosas se fuera haciendo progresivamente más despótico y tiránico”  “ El amor que le profesaban los ciudadanos del Imperio no sólo se debía a sus abundantes muestras de generosidad, sino a los espectaculares juegos de gladiadores que se celebraron durante su reinado”.

Obviamente estas frases no se refieren a la alcaldesa de Alicante, ya que sólo nos faltaba que en Alicante se organizarán juegos de gladiadores para tener el festival al completo. Las frases se refieren a Cómodo, el emperador romano del que el historiador Dion Casio dijo que “su  reinado marcó la transición de un reino de oro y plata a uno de óxido y hierro”.  Esa frase llevo al conocido historiador Edward Gibbon a decir que el reinado de Cómodo fue el que marcaba el inicio de la decadencia del Imperio Romano.

La figura de Cómodo es conocida en nuestros días por su aparición en dos películas, la última de ellas fue la famosa “Gladiator”, y la otra, una que sólo los algo más mayores quizá hayamos visto:  “La caída del Imperio Romano”. En ambas, Cómodo era un malvado y caprichoso emperador que se enfrentaba a un general romano serio y sensato. Es mucho más que probable que ambas películas se tomaran una serie de licencias que no se correspondieran  a la realidad, lo que si que parece plausible es que inevitablemente las primeras frases de este artículo nos acerquen a la ciudad de Alicante y a su máxima representante institucional, la alcaldesa Sonia Castedo.

No voy a discutir el trabajo que realiza, ni las horas que dedica a su ciudad la alcaldesa, pero sí  es inevitable comparar su  falta de interés en la gestión de la ciudad como la que parece que tenía Cómodo. Siempre he dicho que una institución que no es capaz de afrontar correctamente problemas  elementales es mucho más que improbable que sea capaz de solucionar los más complicados.

El espectáculo dado el otro día en el pleno del Ayuntamiento en el que el prácticamente el Partido Popular se abstuvo de defender sus presupuestos municipales, así como el intento de incrementar el salario de algunos asesores. Faltan catorce meses para las próximas elecciones pero el equipo del Partido Popular está totalmente agotado. Yo comentaba en el pleno que el presupuesto que querían aprobar era como ver un cadáver con dos flechas en la espalda y que cuando te girabas veías a los Concejales de Hacienda y Personal, Juan Seva, y Atención Urbana, Andrés Llorens con un arco y que el resto de concejales estaban silbando y mirando hacia otro lado.

Personal y Contratas que son dos de las mayores partidas que suponen el presupuesto son el claro ejemplo de mala gestión. El Partido Popular ha asignado las contratas más importantes de la ciudad, a los de siempre, sin favorecer libre competencia  y con unos sobrecostes difícilmente asumibles. La gestión de personal es un claro ejemplo más de nepotismo, donde mientras la mayoría de jefaturas son designadas a dedo, por otro lado se apartan a probos y capaces funcionarios que no repiten continuamente lo bien que hacen las cosas el Partido Popular en Alicante. Como última muestra cabe recordar que en vez de intentar gestionar adecuadamente el trabajo del departamento de Hacienda Seva ha preferido subcontratrar a SUMA el cobro de impuestos a cambio de una generosa cantidad, obviamente sin saber qué hacer con los trabajadores que hasta ahora se dedicaban a ese trabajo.

Es curioso, que sus grandes apoyos, los funcionarios y los trabajadores de Inusa son los que están llenando las calles de Alicante con protestas a la gestión del PP. Y es que el gran problema lo tiene un dirigente cuando limita su gestión a pagar juegos de gladiadores en la ciudad y ya no le queda dinero para seguir organizándolos. Ignoro si el mandato de Castedo marca la decadencia imparable del PP en Alicante pero estoy seguro que la situación actual de la ciudad indica que necesita urgentemente un cambio en la forma de gestionarla.