Presupuestar que vas a ingresar cerca de dos mil millones más de lo que razonablemente puedes pensar que realmente vas a ingresar, ¿qué puede salir mal? Algo así debió pensar el general Custer cuando se decidió a atacar con una tropa de poco más de doscientos hombres a todo un campamento indio de cerca de cinco mil guerreros.
Del general Custer supe por primera vez en la película “Murieron con las botas puestas” con unos Errol Flynn y Oliva de Havilland en su mejor momento. Errol Flynn interpretaba al general que moría heroicamente con el sable en la mano junto a la bandera de su regimiento. Parece que los hechos reales no se correspondieron con tal épica visión. En 1876, durante las guerras indias, Custer junto el Mayor Reno y el Capitán Benteen establecieron una estrategia para derrotar a unas tribus indias. Las relaciones entre los tres oficiales parece que no se encontraban en su mejor momento y la confianza que tenían los unos con los otros era más bien escasa. Además, la ambición de Custer por lograr una importante victoria, algunos dicen que, para optar a ser presidente del país, le hicieron olvidar los riesgos que iba a correr.
El Botànic inició un proceso de elaboración de los presupuestos, cuando muchos pensaban que iban a prorrogar los anteriores dadas las complicadas relaciones entre los líderes de los tres partidos que ¿gobiernan? La Comunidad Valenciana. Pero una vez animados a completar la propuesta de un nuevo presupuesto y como no podía ser de otra manera, saltaron los egos y ambiciones de cada uno de los partidos. Cada Conseller quería que su parte del presupuesto creciera y no querían perder ni un ápice de las competencias obtenidas durante el pasado mandato. El primer enfrentamiento público se produjo entre Compromís y el PSPV sobre una gestión de las ayudas a Institutos tecnológicos (unos cincuenta millones de euros) que pasaron de los socialistas a los nacionalistas en el tiempo de descuento, segundos antes de la presentación del presupuesto. Para evitar más enfados, el conseller de economía, Vicent Soler, puso imaginación en el asunto y empezó a plantear ingresos de dudosa realidad. Más allá de calmar los egos de los miembros del Botànic, los presupuestos son más de lo mismo, con poca ambición e ideas novedosas. Así, es muy probable que el Conseller Soler confie en la escasa capacidad del equipo de gobierno al ejecutar su presupuesto para no incrementar todavía más el inmenso déficit que asola la Comunidad. Su última esperanza, en cualquier caso, tal como comentan, es que el gobierno central, de forma sorprendente, apruebe un nuevo modelo exprés de financiación de las autonomías que beneficie a nuestra Comunidad. Viendo las conversaciones que está teniendo el candidato socialista Pedro Sánchez, que esto ocurra es más improbable a qué te toque la lotería nacional cuando no has comprado ningún número. Esperar que alguien te salve de los problemas en los que uno se mete no es una buena estrategia, y es que dos mil millones son muchos millones. Pero, algo así le pasó a Custer, al que, tras su imprudente ataque, totalmente rodeado esperó infructuosamente que alguien le ayudara. Así acabaron él y su tropa, muriendo con las botas puestas. Espero que a los valencianos no nos pase esto.