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(Publicado en el Diario la verdad el 16/10/16)

El general Custer fue considerado un héroe durante muchos años en los Estados Unidos. Un enorme retrato con su última batalla colgaba en la pared de muchas cantinas de oeste a este del país. Un joven general de largo cabello rubio, vestido con chaqueta de flecos, luchaba junto con un puñado de soldados del séptimo de caballería contra enormes hordas de salvajes y pintarrajeados indios.

Aquella batalla ocurrió muy cerca del rio Litte Big Horn, que fue el que dio el nombre a la batalla que supuso el mayor desastre de la historia del ejército de los Estados Unidos contra tribus nativas.

Aquel suceso fue llevado al cine en multitud de ocasiones, pero sin duda Errol Flynn fue el que consiguió que el personaje fuera de nuevo idolatrado, consiguiendo labrar la imagen de un general simpático y valiente que sacrificaba a su regimiento para impedir que las importantes ciudades fueran arrasadas por los indios nativos en pie de guerra.

No obstante, la película, titulada “Murieron con las botas puestas”, que apenas contiene hechos históricos, no deja de ser una gran película de aventuras con una inolvidable historia de amor.

La realidad de la batalla de Little Big Horn fue otra muy diferente. Tres columnas de soldados, mandadas por Custer, el mayor Reno y el capitán Benteen se lanzaron sin ninguna coordinación en busca de la gloria. Formaban parte de una expedición mayor dirigida por el general Crook.

Parece que la falta de empatía y coordinación entre los jefes de las tres columnas fue la principal causante del desastre. Algo así le pasó al tripartito que gobierna Alicante desde 2015 al abordar el pleno del estado de la ciudad que se celebró el pasado viernes. Bellido, Pavón Y Montesinos portavoces de Compromis, Guanyar y PSOE plantearon discursos descoordinados que mostraron mensajes muy diferentes sobre más de un tema, sobre todo la posición de cada uno de ellos sobre la instalación de Ikea en la ciudad. Cada uno trató de salvar su trabajo y no se comportaron como un equipo en ningún momento.

Al igual que los soldados del séptimo de caballería fueron presa fácil de los indios muy superiores en número y con mejor estrategia, los portavoces del tripartito fueron machacados literalmente por la oposición. Populares, Ciudadanos e incluso, si me aprietan, los concejales tránsfugas dieron buena cuenta de los numerosos errores que acumula el tripartito en su, quizá, peor momento de la legislatura.

Custer tras darse cuenta de sus errores, trató de formar un círculo para esperar la llegada de las tropas del general Crook. Aquello nunca pasó, Crook llegó cuando Custer había caído con sus tropas con las botas puestas. Lo mismo pasó el viernes, cuando los portavoces del tripartito miraron hacia el alcalde con la esperanza de que su intervención salvara los muebles, éste prefirió salvar sus botas y dio por terminado el pleno.

 

 

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