El alcalde sólo debe vencer las reticencias de su concejal de urbanismo
(Publicado en el Diario La verdad el 20/11/16)
“Vive, muere, repite” era el eslogan con el que se anunciaba la película futurista “Al filo del mañana”, sobre guerras entre soldados y aliens, tema sobre el que he de reconocer que tengo una gran debilidad. Con ciertos aires de “Atrapado en el tiempo”, contaba la historia de un oficial que es enviado a una misión casi suicida contra unos peligrosos aliens que han invadido la tierra. En la primera escaramuza con estos, el oficial muere, pero adquiere la extraña habilidad de poder resucitar y regresar un día atrás en el tiempo, pero recordando todo lo que ha aprendido.
El oficial, interpretado por Tom Cruise, trata por todos los medios de conocer como vencer a los extraterrestres utilizando el método habitual de los videojuegos: ante una amenaza o reto, elegir una opción y si mueres, vuelves a empezar.
En su cuarto intento serio en Alicante, la lucha contra los aliens se ha convertido en una carrera contra reloj por la llegada de Ikea antes de la aprobación de nuevas leyes que probablemente lo dificultaran. Los papeles de Tom Cruise y de la amenaza alien los han asumido respectivamente el alcalde socialista Echavarri y el concejal podemita de urbanismo Miguel Angel Pavón.
Es curioso comprobar la cantidad de titulares, propuestas, contrapropuestas y cambiantes giros de opinión varios que se han ido produciendo en el tiempo.
El pecado original se produjo en un momento en el que daba la sensación, ignoro si real o no pero era lo que parecía, que si querías hacer negocios en Alicante debías pasar por un determinado empresario. El caso es que el Partido Popular gestionó de forma infame y muy chapucera esta posible llegada de Ikea, siempre con una sombra oscura de sospecha. Del PSOE no sabría decir cuál fue su postura, ya que parecía variar en función de si el día era impar o par. Afortunadamente, el alcalde se ha dado cuenta por fin que hay que encontrar vías para esa llegada de la multinacional, por los posibles beneficios que supone para la ciudad.
Me agrada saber que más allá del “No a Ikea” o “nosotros no negociamos con delincuentes”, puede que al final se imponga la tesis que yo defendí en su momento, y que era que la solución se hallaba en limitar la superficie de los centros comerciales anexos.
El alcalde sabe que uno de sus pocos éxitos que vender a la ciudadanía, puede ser la llegada de Ikea, ya que dudo mucho que su apresurado y sectario cambio de nombres de las calles le pueda suponer algún beneficio electoral. Con Compromís siempre de perfil, el alcalde solo debe vencer las reticencias de su concejal de urbanismo, cada vez más solo en “No a Ikea”. Pavón, muy feliz con su poder en Urbanismo, sabe que este poder peligra si se empeña en su defensa numantina. Yo confío que esta vez será la buena, y no habrá muerte y repetición. Todo apunta en la buena dirección, aunque, como ustedes ya saben, con el Tripartito este nunca se sabe.