Publicado en el diario ABC el 22/10/2024
Donald Sutherland, actor recientemente fallecido, nos ha dejado una multitud de grandes interpretaciones. Quizá la más recordada fue su grito en la última escena de la película “la invasión de los ultracuerpos”. Esta película narraba la historia de una mujer que empieza a comprobar que la gente de su ciudad esta empezando a comportarse de forma extraña. Lo que ocurre realmente es que una a una, las personas van siendo sustituidas por unos entes extraterrestres.
Yo estoy empezando a pensar que algo así está ocurriendo en la España de Pedro Sánchez, donde la gente ya no se sorprende de las actitudes y afirmaciones que se hacen desde su gobierno. Oscar López, ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, afirmaba sin ruborizarse que para acabar con la corrupción que asola España, Feijoo lo que debe hacer es exigir la dimisión de Ayuso. ¿Ayuso?, sí, Ayuso. Con un sumario de la UCO de la guardia civil que casi tiene más páginas que el Quijote, relatando los manejos del hasta hace nada número dos del PSOE, ¿la culpable de la corrupción de España es la presidenta de la Comunidad de Madrid?
Pero, el otro Óscar, Óscar Puente parece que va más lejos en sus afirmaciones. Da la sensación de que quiere insinuar que la culpa del caos ferroviario no es producto de su infame gestión, sino de posibles sabotajes. En breve, veremos imágenes en la oscuridad grabadas por las cámaras de seguridad de alguien parecido a Isabel Díaz Ayuso con un pico por el túnel de Atocha. Pero, no hay que preocuparse, ya que el ministro Puente afirma que se ha recuperado la normalidad en el tráfico ferroviario. Ignoro si se refieren a la normalidad puntual de Renfe antes de la llegada de los socialistas o a los retrasos y cancelaciones a la que nos han acostumbrado día sí y día también.
Seguimos sin saber lo que pasó con la visita de la mandataria venezolana, Delcy Rodríguez, al aeropuerto de Barajas aquella noche en la que aterrizó a pesar de tener prohibida su entrada en la Unión Europea. Entre tantas versiones, nadie es capaz de afirmar qué miembros del gobierno conocían la visita, los que la autorizaron, si había maletas o no, y si las había qué fue de ellas. Para mí lo grave ya no es poder saber que es lo que pasó, es que a la mayoría de gente a mi alrededor parece no importarle lo más mínimo.
Ya no entramos en la imputación del fiscal general, defendido a ultranza por los tertulianos de la televisión pública española. Estos justificaban la revelación de conversaciones privadas para desmentir posibles “fake-news”. Obviamente es así para ellos porque el implicado está relacionado con Ayuso. Curiosamente, estos defensores de “la verdad”, no muestran mucha preocupación por que alguien les aclare lo de Delcy Rodríguez. Hay que añadir que los mismos tertulianos defendían como jugada maestra de Sánchez que la abogacía del estado le defendiera en un asunto más bien privado contra el juez Peinado. Esta jugada ha acabado en un el varapalo por parte del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en el que los profesionales de la institución han quedado como malos estudiantes recién licenciados en derecho.
También sigo sorprendido de que la gente vea normal que un estadio de fútbol del País Vasco ovacione a una persona por llevar una bandera con símbolos etarras al Everest. Lo triste es que seguramente el homenaje no fue por subir al Everest, esto lo han hecho muchas personas, sino por llevar una bandera con simbología etarra a dicha cima justo en los sangrientos años de ETA. Digo yo que los ultracuerpos avanzan, no solo en el País Vasco, porque en el resto de España la gente ve normal que el portavoz de los nacionalistas vascos diga que apoya la propuesta del gobierno socialista de gravar las empresas energéticas en España a cambio de que le permitan bonificar ese impuesto en el País Vasco. Obviamente con fondos que pagaremos todos los españoles.
Y lo último que nos quedaba por ver es al gobierno haciéndose manifestaciones contra sí mismos. Hablamos de las reivindicaciones por las dificultadas que existen para la compra o alquiler de viviendas. Obviamente, para ellos, el culpable no es la falta de acciones por parte del gobierno, sino de los malvados propietarios de las viviendas, que mira por dónde, quieren cobrar por el alquiler de las casas que han comprado. Las propuestas que circulaba en esas manifestaciones eran “consignas en contra de los PAI que permitirían la construcción de más viviendas” y “facilidades para permitir el impago de los alquileres”. Mientras tanto, organizaciones de izquierdas organizan “talleres de okupación”, vamos, sensatez máxima.
Hay que rendirse, los ultra cuerpos parece que se han adueñado de la población. No hay encuesta que, a pesar de todo esto, otorgue menos de ciento veinte diputados al PSOE. Con estos y la banda de nacionalistas, filo terroristas y comunistas varios, es probable que les dé para revalidar el gobierno cuatro años más. Tiempo más que suficiente para acabar con los últimos vestigios de honradez y eficacia en la guardia civil y sistema judicial.
No busquen a la oposición, vistas sus últimas actuaciones parece que ya han sido invadidos por los ultracuerpos. De hecho, su portavoz, Borja Samper parece que ha sido invadido dos veces. No es de recibo que trate de desacreditar a su compañera Isabel Díaz Ayuso frente a Pedro Sánchez. Como la invasión siga así, un día me veo sonriendo feliz con lo que cuenta Pedro Sánchez y gritando, como hacía Donald Sutherland, contra la fachosfera y los seudomedios