El error es pensar que vas a ganar porque no van a votar al otro.

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(Publicado en el Diario La Verdad el 13/11/2016)

“Nunca pensamos que lo que ocurrió a nuestros vecinos nos podría pasar a nosotros”, rezaba una de las frases escritas en un panel de una exposición, celebrada en Budapest, sobre las invasiones móngolas de Europa. Una exposición que me gustó, no sólo por su contenido, sino porque la información además de en la lengua local, se hallaba en inglés (dato por si algún responsable cultural de por aquí lo lee y se siente por aludido).

Los mongoles habían masacrado previamente a los polacos y a los caballeros Teutónicos, y cuando llegaron a Hungría, todavía muchos nobles pensaron que aquellos bárbaros no suponían ningún riesgo y que toda precaución era excesiva. Aquello acabó con el Rey húngaro Bela huyendo con su ejército destruido a sus espaldas. Tal fue su sensación de derrota que prometió que ingresaría a su hija en un convento como ofrenda a Dios para que éste les liberara de los malvados mongoles. Ignoro si fue por actuación divina, pero cuando los mongoles planificaban seguir sus conquistas por Europa, el gran Khan murió y los príncipes mongoles tuvieron que volver a casa a elegir uno nuevo.

Más de setecientos cincuenta años después, deberíamos pensar en aquella frase y tomar algún tipo de medida o al menos dejar de sorprendernos con nuestro curioso comportamiento democrático. Contra todo pronóstico, más bien casi todo, Donald Trump será el nuevo presidente de los Estados Unidos. Así lo han decidido los americanos libre y democráticamente. Como los ingleses decidieron que era mejor abandonar a la Unión Europea, como los españoles votaron en gran número a Podemos, como en su día los venezolanos pensaron que Hugo Chaves era la solución de sus problemas y también como los valencianos pensaron que un candidato a punto de sentarse en el banquillo de los acusados era la mejor opción para ser el presidente de la Generalitat.

Es curioso comprobar los racionales intentos de analizar los resultados de todas estas votaciones, ya que las encuestas suelen ser cada vez menos fiables, porque la gente ya no dice la verdad sobre lo que va a votar. Yo me quedo con la idea de que es muy probable que Hillary no ilusionara a la gente, y que simplemente pensara que iba a ganar porque sencillamente ere imposible que Trump fuera masivamente votado. Como los húngaros pensaron que los tártaros jamás les iban a derrotar.

¿Y ahora qué? Donald Trump es el nuevo Khan de los Estados Unidos y un referente mundial. Su mandato lo veremos en cuatro años. Los americanos lo podrán refrendar o no, ventajas de la democracia. Podrá ser recordado como uno de los mejores presidentes, como el caso curioso de Ronald Reagan, o pasar al olvido como la película que dedicó Howard Hawks al gran conquistador mongol Genghis Khan. Un fracaso absoluto que solo es recordada por ser una de las películas malditas, ya que al ser rodada en un lugar donde se habían realizado pruebas nucleares, la mayoría de los que intervinieron en ella murieron de cáncer.

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