(Publicado en el diario El Mundo edición Alicante el 3/06/2013)
Publio Clodio Pulcro era un patricio romano, muy rico y con gran influencia sobre la plebe, que se encaprichó de Pompeya, esposa del gran y poderoso Julio César. Como le era difícil acercarse a Pompeya, aprovechó la celebración de una fiesta religiosa a la que los hombres no podían asistir. Ese día se vistió de mujer e intentó llegar a su amada. Publio tuvo la desgracia de ser pillado in fraganti y fue acusado de inmoralidad y sacrilegio. Uno de los efectos de la aventura de Publio fue que César repudió a la que hasta el momento era su mujer con la célebre frase de “La esposa del César no sólo debe ser honesta sino también tiene que parecerlo”.
Quizá es la frase que muchos ciudadanos desearíamos que se aplicara al gobierno del Partido Popular en el Ayuntamiento de Alicante con respecto a su relación con uno de los empresarios más conocidos de la ciudad y que resulta ser el proveedor principal de servicios para la misma.
Son constantes los pagos que el Ayuntamiento realiza por servicios realizados por empresas vinculadas al mismo empresario. Quizá es más grave la forma en la que se han resuelto los dos últimos grandes concursos realizados en la ciudad. En el de limpieza de colegios, no se llevó el concurso la oferta más económica, sino la del susodicho empresario. En la de limpieza viaria, recogida y tratamiento de residuos el caso ha sido más grave si cabe. A un contrato que puede suponer más de 400 millones de euros únicamente ha llegado una oferta. Si comparamos lo sucedido con ciudades del entorno o de un tamaño similar podemos comprobar que en la mayoría de los casos se suelen presentar de 3 a 5 empresas que intentan llevarse el concurso. El de Alicante era uno de los concurso más elevados, ya que en otras ciudades más grandes se suelen dividir los contratos en varios, agrupados por zonas o por el servicio, es decir limpieza y tratamiento de residuos de forma separada.
La resolución del contrato de limpieza de colegios fue una señal previa clara, posteriormente las inusuales condiciones del pliego fueron un mensaje claro que sería muy difícil que otra empresa pudiera optar con ciertas garantías al contrato. Resultado, solo un única oferta, con un descuento mínimo sobre el precio de licitación, o sea, al final los ciudadanos de Alicante pagaremos más por un peor servicio.
Es curioso ver como los miembros del equipo de gobierno responden que no pueden impedir que el señor Ortiz se presente a los contratos del Ayuntamiento. No sé si se mienten a sí mismos para poder dormir por las noches o ya han asumido la triste realidad de su forma de gestionar la ciudad. La realidad es que en Alicante, un empresario gana prácticamente todos los concursos a los que se presenta mientras no le ocurre lo mismo cuando se presenta a pliegos de otros ayuntamientos o entidades.
Las contratas del Ayuntamiento suponen junto con los gastos de personal las partes fundamentales del presupuesto. Un ahorro con la gestión eficiente de estas contratas repercute notablemente sobre el total del presupuesto. La forma de conseguirlo es simplemente con una confección de pliegos bien estudiados y garantizar la libre competencia de las empresas que puedan optar a los mismos.
Desgraciadamente se ha generado un estado de opinión de que una empresa sólo puede optar a contratos importantes del Ayuntamiento si va de la mano del conocido empresario. Yo no puedo asegurar que el equipo de gobierno del PP no sea honesto, tampoco puedo afirmar que la amistad entre Sonia Castedo y Enrique Ortiz sea íntima o no, lo que sí se puede decir es que flota en el ambiente la sensación de que el equipo de gobierno no parece honesto, y lo peor es que parece no importarles.
Si haciendo un símil, Ortiz fuera Publio Colido Pulcro, Sonia Castedo fuera Pompeya y el Partido Popular el César, da la sensación que este último en vez de repudiar a Pompeya ha preferido cazar conejos en el Aeropuerto de Castellón