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(Publicado en el diario El Mundo, edición Alicante el 15/06/2013)

“Durante las votaciones el bar está cerrado, es una ley de la democracia”, es una de las frases memorables de una de las, para mí, mejores películas de la historia: “El hombre que mató a Liberty Valance”. En un pasado algo lejano, en un país en construcción como era el actual Estados Unidos, una frase tan curiosa definía la esencia de la democracia. Se podría resumir como que el voto es el momento más importante de la democracia, vota tranquilo, da importancia al voto y por supuesto mantente sobrio mientras decides lo que vas a votar y lo haces. Otra de las figuras simbólicas de la película es el genialmente interpretado

Liberty Valance, que no es más que un pistolero bajo las órdenes del cacique local, con el objetivo de intimidar a los ciudadanos de una localidad del Oeste americano. Su objetivo: que los ciudadanos no voten lo que consideren adecuado sino lo que el cacique considere razonable. Ya hace tiempo que el ¿equipo? del Partido Popular que ¿gobierna? Alicante funciona sin iniciativas dignas de nombrar y sólo parece activarse en situaciones de extrema presión. El espíritu de Liberty Balance hizo su aparición en Alicante cuando un gran numero de miembros del SPEIS (Servicio de Prevención de Extinción de Incendios y Salvamento), bloquearon una junta de gobierno del Partido Popular y parece que consiguieron un acuerdo de negociación ventajoso sobre los complementos que van a percibir en su nómina. A pesar de que la misma alcaldesa negó en un pleno que no se había llegado a ningún acuerdo con respecto a la presión de los bomberos, está se mostró con claridad meridiana en la mesa negociadora del pasado viernes. Esta mesa fue convocada precipitadamente por el señor Juan Seva, concejal de recursos Humanos, con un asunto tan importante como la renegociación de los complementos económicos fundamentalmente para miembros del SPEIS.

El motivo de la inusual precipitación parece que se debía a que el compromiso era tener aprobado el acuerdo antes de la celebración de las fiestas de hogueras. Las presiones a lo Liberty Valance surtían efecto, nos encontrábamos en una mesa negociadora donde se debatían unos acuerdos de largo y gran alcance que indudablemente van a afectar a las depauperadas arcas municipales. Para empeorar más la mesa, Juan Seva había traído la propuesta directamente negociada con los miembros del SPEIS, sin la negociación previa con los representantes sindicales, que tuvieron que fingir dignidad dentro del ninguneo que suponía que el acuerdo se había negociado a sus espaldas. Los representantes legalmente elegidos por los trabajadores prefirieron obviar el ninguneo al que les habían sometido y mayoritariamente apoyaron el acuerdo que los bomberos traían bajo el brazo, solo CSIF y UGT no lo hicieron.

Además, se puede decir Juan Seva que “abrió el bar durante la negociación”, permitiendo estar en la misma a un gran número de bomberos que jaleaban o abucheaban algunas intervenciones de los miembros de la mesa, a pesar de que se solicitó que el debate se realizara con tranquilidad. Al final el guión previsto de esta película se cumplió, por un lado la alcaldesa de esta ciudad y su flamante concejal de Recursos Humanos han vuelto a claudicar ante las presiones más cercanas a los modos de Liberty Valance que a una negociación sindical y ha abierto una nueva forma de negociación mucho más resolutiva. No hacen falta sindicatos, solo montar algún lío y tomar alguna dependencia del Ayuntamiento para conseguir lo que uno quiere, por cierto mientras la ciudad se arruina día a día. Además han conseguido que en el Ayuntamiento de Alicante haya trabajadores de primera y de segunda, los que pueden presionar a lo Liberty Valance y los que esperan que sean sus sindicatos los que negocien pausadamente condiciones salariales.

Señor Seva si usted no sabe hacer respetar las mínimas normas de democracia y respeto, si no se atreve a hacer frente a las presiones de Liberty Balance lo mejor es que se abandone su puesto de Concejal de Recursos Humanos y que deje que otra persona lo ocupe.

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