El alcalde parece haberse dado cuenta del error, aunque sus socios de gobierno parecen seguir viviendo en la economía del trueque.
(Publicado en el Diario La Verdad el 28/02/16)
No le acusó de celebrar sus juntas de gobierno en algún club de alterne de Al-Andalus, sino que fue mucho peor lo que el rey Alfonso VIII le dijo al califa Abū Yūsuf en plena reconquista. Al rey castellano no se le ocurrió otra cosa que decirle al Califa que “le retaba a que mandase sus tropas a batirse en España o le facilitase navíos para que los cristianos pudiesen embarcar y derrotarle en África”. Esto sumado a que el arzobispo de Toledo había atacado en plena tregua las ciudades de Córdoba y Jaén inició un momento conflictivo en la España de 1194. El rey castellano no había medido sus acciones, ya que todavía no había podido construir las murallas en los territorios recientemente conquistados. El “tripartito de entonces” formado por los reyes de Castilla, León y Navarra tuvieron que intentaron frenar la invasión musulmana que se produjo tras los hechos.
Ignoro si la desconfianza es algo inherente a los tripartitos, el caso es que por unas cosas u otras el rey castellano tuvo que enfrentarse sólo con su ejército a unas fuerzas superiores que lo derrotaron en Alarcos y detuvieron la reconquista durante muchos años.
Dirigir una ciudad tan grande como Alicante en un entorno económico complicado es difícil. Por eso lo razonable es que el equipo de gobierno trate de solucionar los problemas importantes de la ciudad y planifique acciones a corto, medio y largo plazo que incrementen la calidad de vida de los ciudadanos. Además hay un dicho y es el de “No toques las cosas que funcionan hasta que tengas finalizada una alternativa mejor”.. Por eso es incomprensible la cruzada que una parte del tripartito lanzó contra la apertura en domingo de la calle Maissonave, para un mes después exigir la libertad horaria de toda la ciudad. Han conseguido convertir una situación razonablemente asumida en un auténtico caos y cruce de declaraciones que van a ser difícilmente reconducibles.
Alicante se había convertido en el centro comercial de la provincia y en vez de potenciarlo y ampliar la zona de influencia para conseguir más beneficio en zonas adyacentes, se ha limitado inexplicablemente. Sólo cuando otras ciudades han iniciado acciones para abrir los domingos, el alcalde parece haberse dado cuenta del error, aunque sus socios de gobierno parecen seguir viviendo en la economía del trueque.
Se ha generado un problema donde no lo había. Lo razonable ahora es reconducir la situación más pronto que tarde. Podrían tomar ejemplo del mismo rey castellano Alfonso VIII que recondujo el “tripartito” junto con los reyes de Aragón y Navarra, Así, pocos años después del desastre de Alarcos, lograron la gran victoria de las Navas de Tolosa que supuso el inicio del fin de la presencia musulmana en la Península Ibérica.