Mirar o actuar

Mirar o actuar

ver de otro modo

(Publicado en el Diario Información el 31/10/2014)

No preguntes lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer» son las palabras de Fernando Savater que yo siempre pongo como origen de mi entrada en política, harto, cansado, aburrido de ver cómo la situación política se degeneraba a pasos agigantados, cómo se iban al garete, lenta pero sin pausa, los sistemas educativos, sanitarios, judicial, asistencial y tantos otros. El bipartidismo que había dado cierta estabilidad a la democracia española, tras los duros años de la Dictadura, había iniciado su inexorable fin debido a la gangrena que se estaba adueñando de los dos partidos mayoritarios. El discurso del «y tú más» era el fácil recurso para no criticar los casos de corrupción internos e intentar volcar las miradas en los problemas de los otros. Ni populares ni socialistas eran capaces de cesar a la maraña de golfos que se había adueñado de los principales resortes de cada partido bajo la excusa de la financiación de los partidos o simplemente para apoyar el clientelismo en el que se habían basado para seguir consiguiendo triunfos electorales.

La crisis que padecemos ha hecho que los ciudadanos digan basta y ha hecho que los casos de corrupción sean ya totalmente intolerables. El lento sistema judicial ha hecho que políticos implicados en casos graves de corrupción consigan retrasar una y otra vez los procesos. También ha facilitado que los poderosos, con grandes bufetes y enormes medios, pusieran trabas una y otra vez a las instrucciones que sólo unos competentes jueces han sido capaces de llevar a cabo, pero dejando atascadas muchas otras en el camino.

Parece que las cosas cambian, hace dos años presenté una declaración institucional en el pleno del Ayuntamiento de Alicante en la que solicitábamos que se impidiera la presencia de imputados por corrupción o terrorismo en las listas electorales. Me quedé totalmente sólo en la votación. Utilizando las más peregrinas y burdas excusas el resto de grupos se desmarcó de nuestra propuesta que sólo obtuvo mi voto a favor. Esto no ha impedido utilizar el término «imputadísima» para justificar la dimisión de la alcaldesa a muchos de los que no apoyaron dicha propuesta.

Hoy se vuelve a debatir en el pleno del Ayuntamiento de Alicante esta propuesta, considero que es imprescindible dar ejemplo a los ciudadanos y, como decía Savater, que las personas que tienen responsabilidades políticas dejen de mirar lo que está pasando y pasen a actuar. No es hora de dilatar las decisiones que se debería haber tomado tiempo atrás, tampoco es necesario que se lamente no haberlas tomado, simplemente es imprescindible definir un modelo alejado de la corrupción y seguirlo a rajatabla.

Si no es razonable que un imputado por corrupción forme parte de una lista electoral, mucho menos lo es que siga siendo la principal representante de la ciudad.

En la Comunidad Valenciana el Partido Popular que parece haber vivido en un mundo de corrupción, no ha sido capaz de sobreponerse a la misma. El señor Fabra debería haber liderado la lucha contra la corrupción al primer minuto tras ser nombrado presidente, no lo hizo en su momento y ahora parece focalizar sus acciones sólo sobre la alcaldesa de Alicante, mientras mantiene algún que otro imputado en puestos relevantes que son propuestos por el Consell. No es el momento de ponerse de perfil o de sólo buscar cabezas de turco, es el momento de ponerse enfrente de la corrupción.

Socialistas y los de Izquierda Unida deberían hacer lo mismo, y no pensar que los únicos imputados malos son los de los otros partidos, y que apoyar gobiernos corruptos a cambio de cargos les suma al descrédito.

Hoy puede ser un día en el que por fin en Alicante sentemos las bases para dar un paso adelante en la construcción de una gran ciudad con muchísimas posibilidades, haciendo que Alicante sea conocida por sus blancas playas, su eterno sol, su inmejorable gastronomía, por sus imponentes castillos, por los museos que derrochan arte e historia, por su innovación y comercio y por tantas cosas más. Si podemos empezar hoy es mucho mejor, mañana quizás sea tarde.

El «lado oscuro» del PP

El «lado oscuro» del PP

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(Publicado en el Diario el Mundo el 15 de Octubre de 2014)

 

“Me ha fallado por última vez, Almirante”  fueron las últimas palabras que escuchó el Almirante Ozzel antes de ser estrangulado a distancia por el oscuro poder de la fuerza de Darth Vader en la mítica “El imperio contrataca” de la saga Star Wars. Era habitual que la incompetencia supina era castigada con la muerte, sin esperar dimisiones, por el malvado Jedí.

Si Darth Vader fuera el presidente de este país no pararía de ejecutar uno tras otro a destacadas personalidades que ocupan puestos de elevada responsabilidad en nuestro país. Pero nuestro presidente de gobierno no es Darth Vader y el concepto de dimisión parece estar  totalmente olvidado y denostado. Son escasos los políticos y responsables técnicos de primer nivel que han dejado sus puestos por voluntad propia ante un fracaso, una serie de notables errores o ante casos de corrupción.

Ya es parte de la política de ciencia ficción el saber en que posición estaría hoy el atribulado President Fabra si en vez de que los imputados, que su partido tenía ocupando puestos relevantes a su llegada a la presidencia, le marcaran la agenda, hubiese podido imitar a Lord Vader y hubiera dicho eso de “Su carencia de fe me resulta molesta”  y les hubiese expulsado al grupo mixto. Tampoco nunca se sabrá que sería del PP de la capital alicantina si hubiesen dado un paso adelante apartando a Castedo de la alcaldía tras las imputaciones y vergonzantes escuchas. Es posible que el Rey y el presidente Rajoy hubiesen podido disfrutar de la capital alicantina y de paso ver  la salida de la Volvo, y que el PP  encararía las próximas elecciones con mejores expectativas. Lo que es seguro es que el gobierno de la ciudad se haría desde el Ayuntamiento y no desde los juzgados.

La dimisión de un responsable político es un hecho habitual en los países serios, en ocasiones hasta por hechos de lo más baladí. Las personas que ocupan estos puestos de responsabilidad suelen tener una preparación que les permite no vivir en exclusiva de la política y suelen considerar esta dedicación como algo temporal (obviamente siempre hay excepciones). Por ello, ante errores de importancia de su ministerio, gabinete o departamento piden disculpas, abandonan su cargo y se reincorporan a sus puestos de origen.

En España no es así, cada vez es más habitual que los máximos responsables políticos sean personas sin oficio ni beneficio, con escasa preparación y menos conocimientos de los asuntos que deben tratar.  Esto provoca que aferrarse al puesto que las ha caído del cielo sea un denominador común, por lo que dimitir es un verbo que no existe en su diccionario y buscan siempre alguna persona a la que echar la culpa de los desaguisados que cometen.

Las actuaciones de la Ministra de Sanidad Ana Mato y del Consejero de Sanidad de Madrid con respecto a la crisis del ébola han sido lo más vergonzante que recuerdo yo en los últimos años. Tras destrozar la sanidad pública, realizar una operación de marketing sabiendo que España no estaba preparada para atender a los misioneros aquí, tras mandar a profesionales españoles a correr un riesgo salvaje sin dotarles de los más mínimos  medios, ni sin definir un protocolo de seguridad que no atentara contra el sentido común, hace falta ser un miserable para decir que la gran culpable de todo ha sido la auxiliar de clínica que atendió a uno de los misioneros.

Pero esa es la política actual, el PSOE y el PP han nombrado como Ministras de Sanidad a dos inexpertas del tema, aunque curiosamente ambos han criticado los nombramientos del otro.  Seguro que en el próximo congreso del PP harán una “brillante” exposición  sobre la “incomprensible” desafección de los ciudadanos hacia los políticos,  que será premiada con un atronador aplauso.  Pero eso es lo que pasa en España, los que gobiernan y muchos de los que están en la oposición ya viven en un mundo paralelo donde no existe la preparación, el conocimiento y los errores propios.  Apenas hay referentes que puedan dar ejemplo y mientras tanto se manda a honrados trabajadores al matadero y encima se les hecha las culpas de haber entrado allí.  Y eso me hace pensar, ¿Hace falta que se presenta Darth Vader a las próximas elecciones?, yo creo que no, pero sí que es imprescindible aplicar una gran cantidad de sentido común y de orden.

El extraño idilio de Castedo y Pavón

El extraño idilio de Castedo y Pavón

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(Publicado en el Diario Información el 2/10/14)

A los pocos años de la muerte del general Franco se extendió una frase que se hizo muy famosa en determinados ambientes del denominado franquismo sociológico, que era la de “Con Franco vivíamos mejor”.  No era más que la constatación de muchos que añoraban una forma de vida que se acabó con la muerte de Franco.  En los sectores políticos situados en el otro extremo político se acuñó una modificación de la frase que representaba cierta frustación ante la creación de un nuevo rival mucho más difuso que el viejo general. Esta frase era  “Contra Franco vivíamos mejor”.  Para muchos sectores de la sociedad española, Franco representaba la maldad absoluta, maldad contra la que resultaba sencillo unir las fuerzas y contra la que nadie ponía en duda la continuidad de la lucha.

En el fondo, Franco no dejaba de ser el archienemigo a batir, de la misma forma que el doctor Moriarty lo era de Holmes, Anibal de Escipión y porqué no, Joker de Batman.

Tras la junta de portavoces del pasado jueves y el pleno del martes ya se empieza a vislumbrar la estrategia del Partido Popular en Alicante de cara a las próximas elecciones. Dado el despilfarro económico al que han castigado a las arcas del Ayuntamiento y la falta de ideas imaginativas que puedan dar soluciones que vive la ciudad de Alicante, han tomado una estrategia mucho más sencilla que es la de definir un enemigo claro contra el que unir a sus huestes de forma indiscutible. Ese enemigo es el portavoz de Esquerra Unida, Miguel Angel Pavón.

En el otro lado precisamente tienen un problema similar, desde Esquerra Unida son conscientes que las propuestas que hacen, que nos llevan a un mix de la política chavista venezolana con la de la Alemania  del Este antes de la caída del muro de Berlín,  son cada vez menos atractivas para los ciudadanos. Por eso han volcado todas sus fuerzas en aderezar sus propuestas con un ataque frontal brutal contra la corrupción que representa la alcaldesa de la ciudad Sonia Castedo.

Es difícil imaginar a Holmes sin un enemigo tan conocido contra el que luchar como Moriarty, dos personas tan distintas pero en el fondo con aspectos en común que los hacían casi indivisibles en el tiempo.  Lo mismo puede ocurrir con Castedo y Pavón, que de tanto disfrutar peleándose de cara a la galería les va a ser cada vez más difícil imaginar la vida el uno sin el otro.

Como decía, en la junta de portavoces el Partido Popular decidía impedir una moción del PSOE (la única que presentaban) y permitía que se debatiese una presentada por EU  con errores importantes en su enunciado. ¿Inexplicable?, no , en el fondo Castedo y Pavón cada vez están más contentos con el circo que intentan montar cada mes en el pleno, donde ocultan que no tienen soluciones a los problemas de los ciudadanos con gritos y abucheos de los fans de unos y de otros, pancartas, tentativas de desalojo y un sinfín de acciones que no tienen nada que ver con el desarrollo normal de un pleno.

Mientras desde UPyD llevábamos al pleno propuestas concretas para el desarrollo del turismo idiomático, potenciar los centros comerciales urbanos, recuperar el servicio de bicicletas de alquiler, interrogar ante al extraña forma de conceder las ferias outlet o el descuido total de los solares en lugares significativos de la ciudad, Esquerra Unida repetía por enésima vez ataques contra la alcaldesa con las mismas propuestas y añadía peticiones a la Generalitat o al Parlamento Europeo  de acciones muy alejadas del ámbito municipal.

Si Sonia Castedo hubiese dimitido tras su primera imputación, tal como pedimos desde UPyD,  el circo se hubiese acabado, y el Partido Popular hubiese tenido unos años para poder cambiar el errático rumbo con el que se ha castigado a  Alicante y a los que en ella vivimos. Posiblemente en ese caso, al tercer o cuarto mes Pavón hubiese pensado “Contra Castedo vivíamos mejor”.