Mes: junio 2015

(Publicado en el diario ABC el 26/06/2015)

En las guerras de la independencia de Escocia, que enfrentaban a los escoceses e ingleses, eran habituales las negociaciones previas a la batalla  entre los líderes de cada ejército y los nobles que apoyaban a cada uno de ellos. Con el ofrecimiento de tierras u oro se conseguía en ocasiones que algún noble abandonara el campo de batalla con sus tropas e incluso que cambiase de bando.  Las cuestiones de lealtad a un aspirante al trono o la defensa de tu tierra frente al extranjero pasaban a segundo plano frente a los intereses económicos.

Tras la batalla electoral  de Mayo, es llamativo que algunos concejales elegidos han mostrado su preocupación por las dedicaciones exclusivas. Éstas,  permiten  a un concejal cobrar un sueldo por ejercer su labor, en caso de no tenerla sólo percibe una compensación por asistencia a plenos.

Hace ocho años en el Ayuntamiento de Alicante todos los concejales cobraban la exclusiva. Las malas lenguas dicen que fue el premio que el alcalde Alperi dio a los concejales socialistas por apoyar el plan Rabasa. Su sucesora, Sonia Castedo decidió destrozar  al grupo socialista reduciendo el número de exclusivas con lo que generó una guerra interna,  que no pudieron superar.  Entonces, los concejales de la oposición  (PSOE y EU) decían que la exclusiva era imprescindible para realizar la labor de oposición mientras los populares lo negaban. Cuatro años más tarde, con las tornas cambiadas, sin ningún rubor,  los que decían blanco ahora dicen negro y viceversa.

Es razonable que se definan, incluso a nivel nacional,  unas reglas que permitieran fijar el número de exclusivas e incluso el número de asesores en función del tamaño de la ciudad y del número de votos o concejales obtenidos. Así, evitaríamos que cada cuatro años esto se convierta en un mercadeo del tipo a la previa de las batallas de la independencia escocesa, donde lo que parece importar es el oro que vas a recibir a cambio de tus servicios o incluso para comprar tu voto.

(Publicado en el diario ABC el 11/06/2015)

“Instar a la Fiscalía del Estado a estar atenta a posibles declaraciones públicas del Papa que sean constitutivas de delito”.  Tuve que leerlo más de una vez para darme cuenta que realmente eso era lo que estaba allí escrito. No era ni una petición realizada en una república bananera, ni siquiera era algo solicitado hace treinta años. Era una petición de Esquerra Unida realizó en una de las sesiones del Ayuntamiento de Alicante durante este mandato ante la visita que el Papa Benedicto XVI iba a realizar a España. La moción no prosperó y ni siquiera pasó a la antología del disparate dado el poco caso que se le hizo. En cada pleno, cada grupo podía presentar hasta un máximo de seis iniciativas, yo pienso que  al llevar propuestas como éstas perdías la posibilidad de presentar alguna acción positiva real para Alicante.

Estas peticiones parecían no tener importancia hasta que desgraciadamente hemos podido comprobar que iniciativas algo peculiares, por decir algo amable,  van a formar parte del nuevo gobierno de la ciudad desde el inicio del nuevo mandato.

Que en el pleno de investidura del nuevo alcalde se deba declarar la oposición de Alicante al tratado TTIP, se discuta la presencia del señor Obispo en el acto, o que se organice una marcha fúnebre hasta el  puerto para homenajear al Stanbrook indican lo prioritario para algunos. Alicante tiene muchos problemas: paro, limpieza, situación económica del Ayuntamiento, plan general, modelo de ciudad y otros muchos más,  por lo que me parece fundamental planificar acciones   para solucionarlos. Siempre será más fácil si potenciamos lo que nos une a los alicantinos en vez de buscar las pocas cosas que nos diferencian.  Confío que estas propuestas sólo sean consecuencia del ansia del recién llegado al poder y el nuevo gobierno se centre en lo fundamental para los ciudadanos, aunque visto lo visto no me extrañaría nada que en breve veamos la declaración conjunta de Alicante y Valencia como ciudades amigas del Chavismo.

(publicado en el diario ABC el 5/06/2015)

En la antigua república romana se elegían a los cónsules para dirigir a los ejércitos. Si dos cónsules coincidían en la misma campaña militar, era habitual que alternaran el mando. Ante la invasión del gran general cartaginés Anibal, Roma puso a disposición de dos cónsules, Paulo y Varrón, el mayor ejército que habían reunido hasta la fecha. Paulo era un hombre experimentado y prudente, mientras Varrón era un impulsivo comandante.  Anibal, conocedor de las virtudes y defectos de sus rivales, esperó que llegase el turno a Varrón para conducir al ejército romano a una trampa mortal en las llanuras de Cannas.  En la ciudad de Alicante, los cabecillas del tripartito ya han mostrado el deseo que la alcaldía sea rotatoria y que cada uno de ellos la ocupe un determinado tiempo. Mientras en la campaña electoral parecía que lo importante eran las ideas, éstas han pasado a un segundo, o tercer plano, al concluir ésta. Alicante no puede permitir otros cuatro años de pausa o retroceso, dados los últimos desgobiernos que hemos sufrido.  Es necesario marcar un programa de actuación que permita definir las acciones a realizar en los próximos cuatro años e incluso marcar la tendencia del siguiente mandato.  Pero,  la atracción de la vara de mando de Alcalde es muy grande y no hay confianza mutua entre los miembros del tripartito. Es fácil ir a la contra del que gobierna, no lo es tanto gobernar  cuando la ambición y desconfianza superan al interés de la ciudadanía.  En el preludio de la batalla de Cannas, mientras Paulo un día ordenaba el ejército de una forma, Varrón lo hacía de otra forma al día siguiente. Si se alterna la alcaldía en Alicante, puede ocurrir que  los menos de dos años de mandato que correspondan a cada partido se queden muy cortos, más si cabe cuando cada uno de los partidos del tripartito querrá socavar el prestigio de los otros dos de cara a las siguientes elecciones. ¿Habría que ir a un modelo de segunda vuelta para garantizar más estabilidad?