“Cuando ya parece que han sido capaces de llegar al límite total del ridículo, sorprendentemente hacen otra “metida de pata” que empequeñece a la anterior”

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(Publicado en el Diario La Verdad el 20/03/2016)

El pobre Brian  acaba de ser crucificado por los romanos. Cuando nada parece que va a salvarle de su cruel destino, aparecen en la lejanía un grupo de soldados. Son el “escuadrón suicida” ante el que los soldados romanos huyen. Brian respira aliviado por su salvación. Pero, aterrorizado comprueba que el escuadrón hace “honor” a su nombre y todos sus componentes se suicidan delante de él.  Es una de las escenas de una película divertidamente absurda y muy recomendable como es “La vida de Brian”.

Vino a mi mente esta escena de la película al comprobar día a día la deriva de un equipo de gobierno que ya no es equipo ni gobierna en Alicante. Cuando ya parece que han sido capaces de llegar al límite total del ridículo, sorprendentemente hacen otra “metida de pata” que empequeñece a la anterior.

 

El alcalde se enredó él sólo en el tema de la apertura de los comercios en los domingos, provocando que a lo mejor la ciudad tenga que hacer frente a demandas muy importantes. Las concejales de Guanyar se liaron con la expulsión sin previo aviso de asociaciones del local que ocupaban o con sus salidas de tono sobre las juntas de gobierno populares en los prostíbulos.   Por otro lado, los de Compromís aparecen siempre de perfil, solo tirando alguna que otra “puyita” a sus socios para provocar su desgaste.

Mientras tanto los alicantinos seguían como Brian, crucificados esperando esa tranquilidad y honrada gestión que el tripartito prometía. “Afortunadamente”, llegaron los del escuadrón inmaculado de Podemos, rezumando lecciones de honestidad, por supuesto mirando a sus compañeros de gobierno con evidente  desprecio, a los que calificaban como “casta” o “los comunistas de siempre”. Pero,  en nueve meses el escuadrón parece que se ha suicidado ante los ojos atónitos de todos, cuando se ha descubierto que eso de dar contrato a los amigos que montan apresuradamente empresas para recibirlos no es cuestión solo de la “casta”. Que eso de vender informes y páginas web muy por encima de su valor no es exclusivo del caso Noos. Y que por supuesto que cuando te pillan con el carrito del helado no es necesario suspender ningunas vacaciones para dar explicaciones a los sorprendidos ciudadanos.

Y lo peor es que ya no hay reacción, las reiteradas amenazas incumplidas del alcalde ya no se las cree nadie. El prestigio de muchos de los concejales del tripartito en su lucha contra la corrupción se ha perdido, cuando se ha visualizado su silencio ante casos contra los que hace un año hubiesen bramado lágrimas de fuego.

Pero,  no hay que perder el optimismo, como se dice, no hay mal que cien años dure, aunque tampoco existe nadie que los pueda aguantar.

 

 

 

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