Publicado en el diario ABC el 8/10/2024

En España se llamó “Caballero sin espada” pero el título original era algo más americano “Mr Smith goes to Washington”. Es una película que Frank Capra dirigió en 1939 y narraba las aventuras de Jonathan Smith, un joven idealista interpretado por James Steward, que es nombrado senador y tiene que vérselas con lo políticos sin escrúpulos que pueblan la capital estadounidense. Casi cien años después, seguimos con la misma historia de la política universal narrada por Capra.

Recordé la película al ver la sucesión de presidentes autonómicos, la mayoría del Partido Popular (PP), rindiendo pleitesía al presidente del gobierno Pedro Sánchez. Uno tras otro subían las escaleras de la Moncloa mientras con gesto de perdonavidas, Sánchez parecía añorar los tiempos en el que los señores feudales se arrodillaban ante el rey.  Todos han ido con su carta a los reyes magos esperando que Sánchez les tenga en cuenta en unos presupuestos que difícilmente van a ser aprobados, y si lo son, solo repartirán riqueza en Cataluña y País Vasco.  Algunos ya conocen al personaje como el presidente de Castilla la Mancha, Emiliano García-Page. No pudo más que sonreír cuando en su comparecencia dijo que el presidente Sánchez se había “comprometido” a estudiar las propuestas que le había llevado. Para Sánchez, su peor castigo es que ya nadie le cree. Es como el moroso al que ya nadie le fía y solo le sirven la mercancía cuando paga con dinero en efectivo. Por eso los únicos que parecen cobrar son sus socios de Bildu, responsables por la gracia de los votantes socialistas, de definir la nueva ley de seguridad ciudadana. O los de Esquerra Republicana, que no saben si tendrán cupo o no, pero que han recibido cargos y prebendas en el reciente gobierno de Cataluña para contentar a muchos de sus huérfanos de poder. 

Por cierto, en su discurso pretendidamente nacional, García Page, en un intento de criticar la propuesta del cupo catalán, llegó a afirmar que la riqueza de Castilla La Mancha es de todos los españoles. Espero que alguien se lo recuerde cuando siga con su idea de acabar con el trasvase del Tajo-Segura.

Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, no es el ingenuo Smith que iba a Washington, ya que tiene muchas batallas a sus espaldas. También sabe que hoy en día, la Moncloa se parece más a Mordor que a Camelot. Pero allí fue y las conclusiones de la reunión fueron que se va a formar una comisión para estudiar el traslado de la dama de Elche a la ciudad que le da nombre y la pretendida polémica por una pregunta de un periodista catalán.

Lo de la Dama de Elche me genera sentimientos encontrados, ya que por una parte piensas que su lugar es donde se encuentra actualmente, Museo Arqueológico Nacional. Pero por otro lado también es cierto que al ser algo tan característico de la ciudad de Elche. quizá valdría la pena valorar ese traslado. Todo esto demuestra el interés del PP de la comunidad en reforzar su poder en Elche, una de las grandes ciudades donde su poder está más en duda. En cualquier caso, pienso que si esa escultura fuese “La dama de Mollerusa o de Mondragón” ya la habrían llevado allí Marlaska y Bolaños a hombros.

Pero, lo que ha destacado en redes sociales el gabinete de prensa del PP en la Comunidad Valenciana sobre la visita del presidente ha sido la negativa de Mazón a contestar, todo indignado, a un periodista catalán cuando le ha preguntado utilizando el término “País Valencià”.  El video colgado en redes y sorprendentemente ha sido aplaudido por muchos alcaldes del PP que tienen sorprendentemente calles en sus municipios con el nombre “País Valencia”.

Sinceramente si al final de la visita, de la pleitesía a Sánchez, lo que los valencianos sacamos en claro es que el president se enfada si le nombran el País Valencia, creo que no ha valido la pena ni el gasto de gasolina para ir a Madrid. Yo sinceramente pensaba que esto del Regne, Comunitat o País era ya una polémica superada y que no genera ningún beneficio para los valencianos.

En la película de Capra, el senador Smith da un discurso final memorable que permite desmontar una trama de corrupción. No he visto nada parecido en las visitas a Mordor de esta semana pasada.  Bueno, quizás a López Miras, presidente de Murcia, que resumió su visita diciendo “me voy como he venido”.  

Así, la sensación es que el gran ganador de estas reuniones ha sido Sánchez, que ha quedado como hombre de estado dialogante con unos presidentes autonómicos populares más encantados de hacerse la foto con él que con el presidente de su partido, Alberto Nuñez Feijoo. Este ve la situación y seguro que está pensando de los suyos “¡Cáspita, vaya tropa!”

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