Braveheart o el transfuguismo a la alicantina

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Uno de los momentos culminantes de la película Braveheart ocurre cuando éste se enfrenta en una gran batalla al malvado (según la película) rey inglés Eduardo I. Todo parecía ir según los planes que el escoces Braveheart había realizado para obtener una importante victoria.  La victoria se frustra cuando dos de los nobles escoceses le traicionan al abandonar el campo de batalla. La siguiente escena se focaliza en el rey inglés comentando a uno de sus soldados lo barato que le había sido comprar la traición de los dos nobles. Puedes verlo pinchando aquí.

Mucho más lejos en el tiempo y en el espacio, en el Ayuntamiento de Alicante hemos vuelto a vivir el enésimo y vergonzante espectáculo al que nos tiene ya acostumbrados el equipo de gobierno. Los dos tránsfugas han facilitado que se aprobara el presupuesto del tripartito y de la noche a la mañana ya se han transmutado para ellos de “tránsfugas” a “no adscritos”. El mismo camino que siguió el concejal Sepulcre en la Diputación cuando también decidió apoyar el presupuesto, del Partido Popular en este caso, allí.

La hemeroteca reciente es terrible. Mientras el Partido Popular gobierna la Diputación con el apoyo de un tránsfuga y es criticado por Compromís por ello, ahora en Alicante es el tripartito es el que se apoya en dos mientras es criticado por el Partido Popular.

El otro de los dos tránsfugas es la concejala Belmonte, a la que criticaban ferozmente los miembros del tripartito hace escasos días, incluso parece que, con amenazas físicas. Ahora sólo falta que en la nueva reestructuración de los nombres de las calles le den uno a ella.

La ciudad de Alicante es testigo del escaso compromiso que tienen Partido Popular, Partido Socialista, Compromís y Guanyar Podemos con la regeneración democrática. Todos ellos se apoyan en tránsfugas, por mucho que se empeñen en llamarles no adscritos. La tentación es muy fuerte y todo les vale con mantener su poder, sus sueldos, sus asesores. Los tránsfugas, en la mayoría de los casos personas sin oficio ni beneficio al que les tocó la lotería de estar en unas listas electorales favorecidas por la fortuna aritmética de los resultados electorales, son presa fácil.  

Acabar con el transfuguismo es muy sencillo, se puede vincular el acta al partido, o que las listas sean abiertas o incluso que haya doble vuelta en las elecciones en los que ninguno obtenga mayoría absoluta. Nadie parece querer modificar el modelo. Pero si no quieren hacerlo, yo ya solo pido que se quiten la careta los unos y otros y no insulten la inteligencia de los ciudadanos de a pie. Le definición de lo que es un tránsfuga es muy clara y por mucho que quieran llamarlos “no adscritos” no por ello Sepulcre y Belmonte se van a convertir en Adenahuer y Margaret Thatcher.

No creo que a para que cambiaran su voto estos dos les hayan dado posesiones en Inglaterra, como hacía el rey Eduardo, pero dado su historial reciente de facturas de coches privados con cargo a los público y proyectos a amigos me temo lo peor.

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