Vox Madrid con la Escola Valenciana

Vox Madrid con la Escola Valenciana


El 22 de enero de 1944 los aliados desembarcaron en Anzio a pocos kilómetros de Roma, justo
a la espalda de las defensas alemanas. Cuando el general alemán Kesselring se enteró del
desembarco pensó que ya no podrían detener a los aliados en su camino hacia Roma, ya que
no disponía de tropas para hacerle frente. Pero, contra todo pronóstico, el general
norteamericano John P. Lucas decidió esperar, a no se sabe qué y permitió a los alemanes
reforzar sus defensas y contraatacar. La “prudencia” del general Lucas casi les cuesta la total
aniquilación de su ejército y retrasó el avance en aquel frente.
Del general Lucas, Winston Churchill dijo “En vez de soltar a un gato montés en la playa,
acabamos con una ballena varada”. Algo así pensarán en Vox Alicante sobre el genial estratega
que les hizo retirar del último pleno una propuesta mucho más que controvertida, pero que
ponía en aprietos al resto de partidos en Alicante.
Desde hace décadas la ciudad de Alicante se declaró zona de predominio lingüístico
valenciano, algo que podría haber tenido en los años cincuenta o sesenta del siglo pasado,
pero en los tiempos actuales es una anomalía debido a la proporción de siete a uno de
personas que tienen como lengua materna el castellano. Esta declaración, en cualquier caso,
podría haber sido simbólica, pero no lo fue debido a que se aprovechó para incrementar el
número de horas en valenciano en los colegios de la ciudad, así como permitió justificar
muchos proyectos de inmersión lingüística de algunos centros educativos.
El portavoz adjunto de Vox en el Ayuntamiento de Alicante, Mario Ortolá, decidió hábilmente
llevar una vez más al pleno la propuesta de cambio de dicho predominio lingüístico del
valenciano al castellano. Ya lo había llevado en la pasada legislatura, pero entonces el grupo
municipal de Ciudadanos, algunos dicen que, por consejo del Partido Popular, hizo que
fracasara la iniciativa, aunque el Partido Popular la apoyase de forma insuficiente de cara a la
galería.
Pero la composición de la corporación actual no dejaba lugar a la duda, Vox y Partido Popular
suman mayoría en el pleno para aprobar cualquier propuesta, aunque el alcalde Luis Barcala
haya humillado al grupo Vox al decir que no lo necesitan en el gobierno y que prefiere
gobernar en solitario.
Y el pasado jueves en el pleno del Ayuntamiento de Alicante se disputaba un nuevo
desembarco de Anzio en el que Vox parecía tener todos los ases. Por un lado, derrotaba a los
independentistas y comunistas que se habían rodeado de todo el apoyo externo posible, y por
otro lado ponía en un brete a los concejales del Partido Popular que tenían que elegir entre
contentar a sus votantes de la ciudad de Alicante o a sus jefes de Valencia.
Por esos, había tensión en los concejales del Partido Popular que se veían obligados a
posicionarse en algo que no les gusta y en el que siempre se encuentran en una habitual
equidistancia lingüística.
Llegó la tarde de una votación que no se produjo jamás, ya que, al parecer, un estratega de
Vox Madrid dio la orden de retirar la propuesta por prudencia de forma previa a la votación.
Todo esto provocó la algarabía de Compromís o de asociaciones defensoras de la inmersión
lingüística, como Escola Valenciana, que empezaron a vanagloriarse en las redes sociales de su
victoria sobre la “extrema derecha”. Mientras tanto, los concejales de Vox y Partido Popular
intentaban ridículamente justificar la decisión con “posibles futuros” acuerdos sobre cambios

en leyes que no tienen nada que ver el asunto que se llevaba a pleno o al menos son
perfectamente compatibles.
No se conocen los motivos de la decisión impulsada por Vox Madrid, si es por desconocimiento
de la realidad alicantina o por otros motivos espurios que ignoramos, pero quizá estos errores
deberían hacerles replantear la estrategia de tomar las decisiones desde tan lejos y con tan
escaso conocimiento del terreno y/o poca confianza en tus tropas sobre él.
Por cierto, el general John P. Lucas tras su “prudencia” en Anzio, fue relevado y apartado del
servicio activo. Sus errores habían supuesto demasiadas vidas y probablemente incrementar la
duración de la segunda guerra mundial al imposibilitar la ruptura del frente en Italia. Y es que
algunos estrategas no están para tomar determinadas decisiones importantes.

El PP,  ¿defenderá el castellano en Alicante?

El PP, ¿defenderá el castellano en Alicante?

(Publicado en Alicante Plaza el 27 de setiembre de 2023)

Como en la novela y en sus dos magníficas adaptaciones al cine, también en política “el cartero siempre llama dos veces”. El grupo municipal del Partido Popular del Ayuntamiento de Alicante va a tener que volver a posicionarse sobre el predominio lingüístico de Alicante. Actualmente y de forma curiosa, Alicante está definida como ciudad de predominio lingüístico valenciano, ¡quién lo diría cuando vives aquí!

El jueves se votará en el pleno del Ayuntamiento una vez más si se actualiza al castellano. En las anteriores ocasiones, el Partido Popular votó a favor de que se determinara Alicante como zona de predominio lingüístico castellano. Es cierto que en aquellas votaciones el voto del PP no era decisivo ante el sorprendente posicionamiento de los concejales del grupo municipal de Ciudadanos, que no apoyaron la propuesta con lo que fue rechazada.

Esta votación que puede parecer algo baladí, no lo es, ni mucho menos. Este posicionamiento implica realmente la lengua vehicular en el que se podrán o deberán impartir las asignaturas troncales en los colegios de la ciudad, porcentajes mínimos de docencia en valenciano, así como dar más o menos soportes a los proyectos lingüísticos que se defienden en algunos centros educativos. Es más, tal como apunta este mismo diario “La Conselleria de Educación que dirige José Antonio Rovira ha realizado una modificación de la Ley de Plurilingüismo a través de la Ley de Acompañamiento de 2024 para eximir a las zonas castellanohablantes de la Comunitat de la enseñanza en valenciano a partir del próximo curso escolar”. Fíjense si tiene implicaciones la susodicha votación.

Las últimas encuestas realizadas por la Conselleria demuestran que en la ciudad de Alicante el predominio de la lengua castellana sobre la valenciana es de siete a uno. También está demostrado lo que dificulta estudiar asignaturas de cierta complejidad en una lengua que no es la tuya.  Lo único que les queda a los detractores de ese cambio es la tradición histórica y las eternas referencias a la persecución malévola que, según algunos, hizo Franco del valenciano. Yo no vivía en Alicante en aquellos tiempos, pero sí en Alcoy, donde se utilizaba habitualmente el valenciano y no se notaba esa persecución. De hecho, recuerdo asistir con mis padres a sainetes representados en valenciano, en locales abiertos y nada ocultos como si fuesen bares durante la ley seca. Uno de esos sainetes del gran autor Armando Santacreu se titulaba “em vieg negre pa eixir de negre”. Dicho libro seguro que no se hubiese prohibido por Franco, pero lo hubiese tenido difícil hoy en día con los complejos progres de la actualidad.

Mas allá de mitos históricos, hay que preocuparse por el presente y futuro de nuestra educación. Por eso es importante saber cuál es el posicionamiento real de los concejales del Partido Popular en Alicante. El cartero ha vuelto a llamar a la puerta y vamos a poder comprobar es si cambiarán de opinión y votarán con los socialistas, independentistas y comunistas, o si están por la defensa del castellano y la libertad de elección de lengua vehicular en la escuela.

El PP,  ¿defenderá el castellano en Alicante?

El PP, ¿defenderá el castellano en Alicante?


Como en la novela y en sus dos magníficas adaptaciones al cine, también en política “el cartero
siempre llama dos veces”. El grupo municipal del Partido Popular del Ayuntamiento de Alicante
va a tener que volver a posicionarse sobre el predominio lingüístico de Alicante. Actualmente y
de forma curiosa, Alicante está definida como ciudad de predominio lingüístico valenciano,
¡quién lo diría cuando vives aquí!
El jueves se votará en el pleno del Ayuntamiento una vez más si se actualiza al castellano. En
las anteriores ocasiones, el Partido Popular votó a favor de que se determinara Alicante como
zona de predominio lingüístico castellano. Es cierto que en aquellas votaciones el voto del PP
no era decisivo ante el sorprendente posicionamiento de los concejales del grupo municipal de
Ciudadanos, que no apoyaron la propuesta con lo que fue rechazada.
Esta votación que puede parecer algo baladí, no lo es, ni mucho menos. Este posicionamiento
implica realmente la lengua vehicular en el que se podrán o deberán impartir las asignaturas
troncales en los colegios de la ciudad, porcentajes mínimos de docencia en valenciano, así
como dar más o menos soportes a los proyectos lingüísticos que se defienden en algunos
centros educativos. Es más, tal como apunta este mismo diario “La Conselleria de Educación
que dirige José Antonio Rovira ha realizado una modificación de la Ley de Plurilingüismo a
través de la Ley de Acompañamiento de 2024 para eximir a las zonas castellanohablantes de la
Comunitat de la enseñanza en valenciano a partir del próximo curso escolar”. Fíjense si tiene
implicaciones la susodicha votación.
Las últimas encuestas realizadas por la Conselleria demuestran que en la ciudad de Alicante el
predominio de la lengua castellana sobre la valenciana es de siete a uno. También está
demostrado lo que dificulta estudiar asignaturas de cierta complejidad en una lengua que no
es la tuya. Lo único que les queda a los detractores de ese cambio es la tradición histórica y las
eternas referencias a la persecución malévola que, según algunos, hizo Franco del valenciano.
Yo no vivía en Alicante en aquellos tiempos, pero sí en Alcoy, donde se utilizaba habitualmente
el valenciano y no se notaba esa persecución. De hecho, recuerdo asistir con mis padres a
sainetes representados en valenciano, en locales abiertos y nada ocultos como si fuesen bares
durante la ley seca. Uno de esos sainetes del gran autor Armando Santacreu se titulaba “em
vieg negre pa eixir de negre”. Dicho libro seguro que no se hubiese prohibido por Franco, pero
lo hubiese tenido difícil hoy en día con los complejos progres de la actualidad.
Mas allá de mitos históricos, hay que preocuparse por el presente y futuro de nuestra
educación. Por eso es importante saber cuál es el posicionamiento real de los concejales del
Partido Popular en Alicante. El cartero ha vuelto a llamar a la puerta y vamos a poder
comprobar es si cambiarán de opinión y votarán con los socialistas, independentistas y
comunistas, o si están por la defensa del castellano y la libertad de elección de lengua
vehicular en la escuela.

La absurda guerra de las pancartas

La absurda guerra de las pancartas


No es una de las escenas más conocidas de la película “La vida de Brian”, pero sí que mantiene
la crítica corrosiva de la ineficacia de las organizaciones ante determinadas situaciones. En una
reunión de los miembros del Frente Popular de Judea, llegan al acuerdo de que hay que tomar
acciones inmediatas ante la ocupación romana, y repiten una y otra vez su acuerdo y de lo
importante que es dejar constancia de él. De repente llega a la reunión una joven del grupo,
ella les advierte que van a crucificar a Brian, y los miembros de su organización siguen
repitiendo que están de acuerdo en realizar acciones inmediatas para impedirlo, pero nadie se
levanta de la mesa, ni fija en que van a consistir esas acciones inmediatas.
Me recuerda mucho a las acciones que los grupos políticos proponen contra “la violencia
machista” o “la violencia contra los mujeres”, lemas utilizados por izquierda y derecha en la
última concentración en protesta por los recientes asesinatos de mujeres cometidos en
nuestra Comunidad.
Si obviáramos la gravedad del asunto, hemos llegado a una situación casi cómica, dónde
parece que todo el mundo está de acuerdo que hay que tratar de frenar esos asesinatos de
mujeres, pero que nadie es capaz de definir una estrategia para frenar la sangría. De hecho ni
siquiera son capaces de guardar los minutos de silencio tras la misma pancarta, ya se sabe “El
Frente Popular de Judea” y el “Frente Judaico Popular”.
Yo creo que estas concentraciones ya no tienen ningún sentido, una vez la sociedad ya se ha
concienciado del problema, y que de hecho es posible que provoquen un efecto nocivo
precisamente sobre las acciones en pos de conseguir la solución.
Los que hemos formado parte de esas concentraciones, hemos podido comprobar el ímpetu
con el que muchos políticos se dirigen para tratar de ocupar los lugares preferentes tras la
pancarta, o pancartas ahora, para luego, tras los correspondientes minutos de silencio, volver
orgullosos a sus despachos pensando que han hecho una labor impagable por la defensa de la
mujer. Y así, hasta el siguiente asesinato. Quizá si no se realizasen esas concentraciones,
algunos políticos tendrían algún cargo de conciencia y dedicarían algo de su tiempo a buscar
esas soluciones reales.
Hace unos años planteamos un trabajo de curso en Ingeniería Informática que consistía en el
diseño de aplicaciones para tratar de luchar contra esa violencia. En un curso, en el que la
absoluta mayoría eran hombres me llamó la atención lo concienciados que estaban con el
problema y la ilusión que dedicaron al desarrollo de esas posibles soluciones. También fue
curioso que uno de los estudiantes preguntara si los políticos de las pancartas creían
realmente que iban a frenar a los asesinos con sus minutos de silencio.
Yo de hecho, cada vez pienso que no hay demasiado interés en acabar con este problema,
además de que es prácticamente imposible. Para un sector de la política es un frente que les
es rentable mantener abierto.
Además, desgraciadamente hemos llegado a un momento en el que para parte de la sociedad,
fundamentalmente para la izquierda de este país, la gravedad de la violencia contra la mujer
depende si la mujer maltratada es de derechas o si el maltratador es de izquierdas.

El tono amenazante y violento del portavoz de Compromís, Joan Baldoví, contra la portavoz de
Vox, Ana Vega, en la pasada sesión de la Cortes hubiese sido criticado en portada de medios
escritos y noticia estrella delos programas de televisión si se hubiese invertido el signo político
de los protagonistas del enfrentamiento. Algunos dicen que se llama “la victoria de la izquierda
con el relato”.
Pero también es cierto que poco se puede esperar de la izquierda valenciana que le organizaba
actos de homenaje a su antigua lideresa, presunta implicada en asuntos de encubrimiento de
abusos de mujeres y menores.
Es hora de que las pancartas dejen paso a dotar de más medios a las fuerzas de seguridad y a
los servicios sociales para tratar de frenar esta lacra. También lo es de que los políticos que
gobiernan, en vez de contar las veces que se han puesto tras la pancarta muestren los
resultados, que parece que actualmente son igual de malos que hace unos años.
En la película, como no podía ser de otra manera dada la inactividad e incompetencia de su
grupo, Brian acaba crucificado. Pero lejos de la película y volviendo a la realidad actual, sería
deseable que con ese incremento de medios y mejora de protocolos de seguridad se pudiesen
evitar asesinatos, ya que es muy probable que esto no se conseguirá con el incremento de
pancartas.

Las vírgenes de Sánchez

Kids es una controvertida película, que en 1995 dirigió Larry Clark. La película cuenta un día en la historia de unos jóvenes de Nueva York y sus relaciones con el alcohol, drogas y sexo. Los principales protagonistas son Telly y Jennie. Telly es un joven que solo quiere hacer el amor con vírgenes y Jennie es una de sus conquistas, que se sigue preguntando porqué el cariñoso Telly parece que le ha olvidado una vez hizo el amor con él. La parte dramática de la película se inicia cuando Jennie descubre que Telly le ha infectado de SIDA y tiene que localizarlo cuanto antes para decírselo.

Las falsas promesas de amor, el olvidarlas cuando has conseguido tu propósito, el poner dicho objetivo por encima de cualquier consideración son la parte central de la película, pero también podrían ser la historia del socialista Pedro Sánchez en su camino a su investidura como presidente del Gobierno español. Sánchez no tiene ningún problema en ser cariñoso y convincente en sus promesas. Muchos como el nacionalista vasco Ortuzar cayeron ante su primera mirada y ahora mismo se están preguntando porque ya no les hace ningún caso y nadie les pregunta que van a hacer en las futuras votaciones. Nadie se lo pregunta porque el incompetente Ortuzar puso boca arriba sus cartas y negó al Feijoo cualquier posibilidad de acuerdo, en vez de mantener el tradicional pragmatismo que ha caracterizado siempre al PNV. Ahora que ya han perdido la virginidad con Sánchez ya no son interesantes, solo son una muesca más en la cabecera del dirigente socialista. Al PNV ya solo les queda ver como en base a su inutilidad van a ser sobrepasados por Bildu y mirar con pavor como el que les desvirgó vota con los filoetarras para apartarles del poder. Ese día no brindaré, pero seguro que una sonrisa se dibuja en mi cara.

A los republicanos catalanes de ERC les ha pasado lo mismo. Fueron los primeros desvirgados por Sánchez, pero todavía se creen eso del amor eterno y confían en que el presidente Sánchez les convoque el referéndum, mientras tanto siguen perdiendo votantes a espuertas.

Conociendo como les ha ido a estos, Puigdemont no se fía y quiere tener garantías antes de entregar su virginidad a Sánchez. Sabe que el día que lo haga, Sánchez va a pasar de él. Amnistía, indultos y referéndums de independencia se perderán en el olvido si no los consigue antes de que vote que sí  a Sánchez. Es lo que tiene ser un ”cambiante compulsivo de opinión” que nadie se fía de ti.

Sánchez se siente ganador, mientras PP y VOX siguen en un laberinto que probablemente les impida mejorar sus resultados ante un posible adelanto electoral. Sánchez puede presionar a Puigdemont que cualquier otra cosa que no sea su investidura como presidente, será malo para los separatistas y para las esperanzas de libertad del prófugo.

De Compromís nadie sabe nada, van a perder una oportunidad de oro para reivindicar el nacionalismo valenciano. Todo el mundo ya sabe que Compromís es un apéndice, lo que genera dudas es si lo son del PSOE, de Sumar, de ERC o de la nada.

Volviendo a la película Kids, acaba mal. En su carrera por evitar que Telly siga infectando a más jóvenes, Jennie llega a una fiesta, donde drogada, es violada por uno de sus amigos. A la mañana siguiente este, avergonzado se pregunta “Dios mío, ¿qué ha sucedido?”.

Me temo que esto lo pensaremos todos los españoles, sobre todo los que han votado a Sánchez, ante la deriva que previsiblemente va a tomar nuestro país cuando Sánchez y su cuadrilla nos gobiernen.

Feijoo y Mazón en Munich 1938

En octubre de 1938 el primer ministro británico, Arthur Neville Chamberlain, presentaba en el parlamento británico sus acuerdos con la Alemania nazi. Básicamente asumían las exigencias de Hitler sobre la anexión de una parte de Checoslovaquia a Alemania, todo ello con el objetivo de evitar una guerra en Europa. La gran mayoría de parlamentarios apoyó el acuerdo, sin embargo, brilló uno de los que se opuso certeramente al acuerdo con un memorable y desgraciadamente profético discurso. “No puede existir nunca la certeza de que habrá una lucha, si una de las partes está decidida a ceder por completo….Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… elegisteis el deshonor, y ahora tendréis la guerra”. Como el lector probablemente sepa, aquel brillante parlamentario opuesto a la cesión continuada ante las acciones de Hitler era Winston Churchill.

Ceder continuamente, arrodillarse sin ningún tipo de vergüenza no es la solución ante las chulerías pretenciosas de algunos partidos políticos que pueblan el panorama político español y que ahora más que nunca parece que son imprescindibles para alcanzar el poder.

Es evidente que hoy en día es muy difícil que un partido democrático pueda sentarse a pactar con partidos que siguen alabando las gestas de los cobardes asesinos de ETA o de otros que siguen dirigidos por un prófugo de la justicia. Por eso jamás podré entender el empeño de los dirigentes del Partido Popular en tratar de blanquear al partido del prófugo Puigdemont. Hemos asumido que el socialista Sánchez ya está preparando el camino para el pacto con este tipo de partidos, lo que jamás podríamos haber imaginado es que Nuñez Feijoo le asfaltara el camino previamente para posibilitar estos acuerdos. Feijoo quería los votos y con esos intentos tan solo se va a quedar con el deshonor cuando Puigdemont pacte con Sánchez.

En las elecciones de nuestro país no gana el partido que más votos obtiene, sino el que consigue reunirlos con pactos con otros partidos. Se llama aritmética parlamentaria, pero parece que hay algunos que todavía sueñan con el bosque de los mil acres. El Partido Popular debería haber asumido cuanto antes esa derrota en el pasado julio y preparar una inteligente oposición al que probablemente será el peor gobierno para España, y eso que ya hemos sufrido algunos gobiernos infames.

Esa oposición hubiese empezado ganando el relato de que nunca se pactará con partidos solamente unidos por el odio a lo español. La última propuesta realizada por el lehendakari Iñigo Urkullu sobre la España plurinacional y las prebendas que deben recibir Catalanes, Vascos y Gallegos es un insulto a la inteligencia que ya justificaría la convocatoria de nuevas elecciones. Además, debería implicar dos acuerdos entre los grandes partidos. El primero que a partir de ahora los nacionalistas van a ser convidados de piedra y el segundo lugar, un cambio de la ley electoral para que este ilógico poderío de los partidos antiespañoles no pueda decidir el gobierno de España.

Nuestro compañero en ABC lo ha definido a la perfección “Urkullu habla peyorativamente del ‘café para todos’ cuando todos los españoles venimos pagando los capuchinos al País Vasco desde hace 45 años.”

Ante estas cosas, a los valencianos nos esperan momentos muy difíciles. No esperemos la ayuda de Compromís, que va a seguir siendo el mayor tonto útil de la política nacional, ya que le puede su odio a la derecha que su pretendida preocupación por la Comunidad Valenciana.

Por eso a mí me indigna que, ante este panorama, el gobierno de PP y Vox en nuestra comunidad ande despistado sobre el valenciano normativo y si a partir de ahora algunos van a dejar de hacer los tuits en bilingüe. Mientras tanto han ido explotando las minas que dejó el anterior gobierno de izquierdas en la Conselleria de educación en la asignación de plazas del profesorado.  Nos jugamos el futuro y toca recordar al presidente Mazón que este no es el camino.

La situación actual me recuerda a la escena final de la película Terminator, donde a la intrépida Sarah Connor en una gasolinera el dicen “dese prisa que llega una tormenta” y ella contesta con un lacónico “Lo sé”. Al menos ella iba preparada y es lo que nos toca, prepararnos ante la amenaza que supone el gobierno de socialistas, comunistas y antiespañoles.