Publicado en Abc el 4 de setiembre de 2024
La política es como una película de Indiana Jones, donde pasas de situaciones de cierta tranquilidad a otras donde te encuentras en un puente de cuerdas con cientos de enemigos a ambos lados. El ahora presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se encontraba hace poco más de un año tratando de desalojar del poder al tripartito de izquierdas, algo que consiguió con la colaboración inestimable de Vox. Fue el primer presidente del partido popular que llegó a un acuerdo de investidura con ellos, por cierto, un acuerdo fenomenal donde consiguió prácticamente todo el poder y el presupuesto, mientras los de Vox se conformaban con unos cuantos abalorios de cuencas de vidrio. Mientras los conselleres de Vox se mimetizaban con los del Partido Popular y nadie sabía quiénes eran, Mazón se preparaba a disfrutar de unos plácidos años de legislatura. Pero en una de esas, el presidente nacional de Vox, Santiago Abascal, decidía que a partir de ese momento no iban a seguir apoyando a los gobiernos del Partido Popular porque no sé qué cosas de la recepción de inmigrantes ilegales y tal. Ignoro si realmente era por eso o si no confiaba demasiado en las personas que había propuesto para los gobiernos. Pienso yo que, si tenían esa duda, a lo mejor una buena alternativa hubiese sido cambiarlos. Pero cuando el líder cree que puede ser el portero del equipo de fútbol, el que lanza los saques de esquina y los remata, todo ello a la vez, las cosas suelen acabar mal y se lo digo por experiencia propia.
Así, cuando el exvicepresidente Vicente Barrera le dijo a Mazón lo de “Yo podría haber sido tu gran aventura”, este último se dio cuenta que ya no contaba con los votos suficiente para ni siquiera poder dar los buenos días. Además de muchas leyes, decretos y nombramientos varios, también se halla a la vuelta de la esquina la necesidad de aprobar el presupuesto del año que viene.
Ahí es donde D. Carlos Mazón se deberá poner el sombrero de Indiana y recordar aquello de “Hoy has perdido chico, pero no tiene por qué gustarte”. La ventaja que tiene el presidente es que ya tiene experiencia en negociar con otros partidos, de hecho, Compromís le apoyó en repetidas ocasiones los presupuestos de la Diputación de Alicante. También es cierto que no es lo mismo un apoyo simbólico que no cambia el resultado, a unos votos que puedan decantar la aprobación de unos presupuestos de la malvada y pérfida derecha. Compromís sigue siendo, en este orden, un partido de izquierdas, nacionalista, catalanista y finalmente valenciano, con lo que mucho tendría que ocurrir para que finalmente se decidiese a apoyar un presupuesto del PP.
Entiendo improbable que los socialistas apoyen el presupuesto de Mazón, a pesar de que los populares apoyan al alcalde de Mislata en la retirada de nombres de calles de religiosos que fueron fusilados por los milicianos durante la guerra civil. Con socialistas y nacionalistas a Mazón le ocurrirá como a Indiana en la última cruzada, se encontrará con una despedida a lo alemán y otra a la austriaca, pero ambas con voto negativo.
Al final solo queda Vox, pero Vox sin Iván Espinosa de los Monteros parece más perdido que un mosso d’esquadra catalán en un curso de estrategia policial. Ahora mismo nadie sabe, posiblemente ni ellos mismos, cual es la estrategia que van a seguir en el resto de la legislatura. Puede que sigan el modelo pagafantas del Ayuntamiento de Alicante u otro más reivindicativo. En cualquier caso, si finalmente dan su apoyo al partido popular, se seguirá sin entender los motivos que le impulsaron a abandonar el gobierno y a perder la posibilidad de apuntarse algún tanto en esta aprobación. Si, por el contrario, se van al monte y votan con la izquierda, muchos votantes empezarán a valorar el voto a Alvise y su “Se acabó la fiesta”, ya que es igual de útil, pero al menos es más divertido.
Así que, a Carlos Mazón le tocará salir de la biblioteca para ser un buen arqueólogo y conseguir los apoyos necesarios para aprobar el presupuesto del año que viene.
¿Se puede prorrogar el de este año?, sin duda, pero quizá queda mal el exigir a Pedro Sánchez que convoque elecciones por no poder aprobar los presupuestos generales mientras en las comunidades autónomas del PP se sigue con presupuestos prorrogados.
Muchos ciudadanos pensamos que el presupuesto de 2024 “debe estar en un museo” y el del 2025 deber ser un nuevo presupuesto que responda a las necesidades del momento y no a las del año pasado.