Las lanzaderas  y las lecciones de Artur Más

Las lanzaderas  y las lecciones de Artur Más

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(Publicado en el Diario Información el 7/05/2014)

Ante su gestión económica infame, la complicada situación social, y el descrédito político in crescendo,  el Partido Popular en Alicante ha decidido seguir las tesis  que el President de la Generalitat Catalana, Artur Más, y en general todos los nacionalistas,  llevan aplicando con cierta maestría.  Las acciones a realizar son las de inventarse un conflicto que desvíe la atención y focalizar todas las culpas en un enemigo exterior, y por último definir un par de acciones heroicas que les permitan incrementar su popularidad.

Imagino que cómo les resultaría algo difícil dedicarse a quemar banderas españolas, han sustituido el “España ens roba” por el “Las lanzaderas son la muerte” o el “Toni Mayor nos quiere quitar el turismo a Alicante”.

He de decir que sentí vergüenza ajena por el discurso que el concejal de tráfico del Partido Popular, Juan Seva,  utilizó para defender la negativa del Partido Popular a permitir el uso de lanzaderas en la estación del AVE. Frases como ¿Usted es Concejal de Benidorm o Alicante? me parecen más cercanas al ¿Usted es español o catalán? que realmente a un estudio serio para determinar qué es lo más conveniente para los intereses de la  ciudad de Alicante y para la provincia de la que es capital, y que yo entiendo que no son contrapuestos ni mucho menos.

La llegada del AVE ha supuesto una pequeña revolución en Alicante, dado su innegable éxito (a los fríos números me remito). La posibilidad de que en poco más de dos horas se conecte la capital de España con Alicante y que con algo más podamos enlazar otras zonas de España con gran cantidad de potenciales visitantes de nuestra ciudad y nuestro entorno empiezan a abrir algunos ojos.

El AVE es una potencialidad enorme para la ciudad de Alicante, para ello tiene que tener una demanda notable que nos permita exigir un incremento de frecuencias y que genere ese concepto de facilidad de llegada a una provincia con un clima excepcional  y que dispone de las que son, a mi parecer, las mejores playas de España.

Es totalmente estéril el debate si la estación del AVE debería estar junto al puente rojo, o en San Vicent, ya que en su momento se decidió que la alternativa es que el tren llegara al centro de la capital de la provincia como en muchas otras ciudades de España y del mundo. Esto ha sido enormemente positivo para la ciudad ya que permite ser la receptora directamente en su corazón de un sinfín de viajeros que tiene como destino Alicante y otros que sólo van a estar un pequeño espacio de tiempo para tomar un enlace a otro destino

Yo considero que en vez de dificultar a estos últimos que tomen su enlace que les lleve a su destino, una de nuestras obligaciones sería el conseguir en esos “minutos de oro” que el visitante pasa en Alicante crearle el deseo de venir a pasar al menos un día de su estancia en la capital. No es difícil imaginar lo positivo que sería  que esos cientos de miles de turistas que pasan cerca de una semana en la provincia visitaran la capital para conocer sus atractivos culturales, comerciales y gastronómicos.

Ese debería ser nuestro objetivo, pero eso no se consigue frenando la intermodalidad que todos los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento aprobamos por unanimidad, sino favoreciéndola, consiguiendo que Alicante sea un destino preferente de cualquier visitante pero también un nudo de comunicación moderno que le permita continuar viaje de forma cómoda. El cómo conseguir se debe hacer con los correspondientes estudios por parte de  técnicos expertos y  desde la negociación entre los responsables de las ciudades para conseguir beneficios comunes. Me apena mucho que en vez de eso, tantas personas de peso político y empresarial  prefieran lanzar cortinas de humo y convertir en enemigo el que debería ser nuestro imprescindible aliado.

 

El político y el técnico del Titanic

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(Publicado en el diario La verdad el 30 de Abril de 2014)

Es probable que si el capitán Edward John Smith hubiese sobrevivido a la tragedia del Titanic hubiese culpado de la misma a algún informe técnico que aseguraba que el barco era insumergible y que unos icebergs apenas podían causar daño considerable a la estructura del navío.  El concepto de informe técnico debería tener una importancia mayor de la que algunos políticos le dan y por supuesto más del interés que algunos ponen a la hora de confeccionarlos.

Es sorprendente el partido de tenis que juegan miembros del equipo de gobierno y responsables técnicos, tanto en las diversas comisiones como en las propias sesiones del pleno del Ayuntamiento de Alicante, acerca de la autoría final de los informes. Unos dicen que un informe técnico es simplemente un informe de los técnicos que hay que cumplir, mientras en muchos casos los otros achacan a decisiones meramente políticas las que han inclinado definitivamente la toma de decisiones y que los técnicos solamente están para hacer recomendaciones.

Tras casi veinte años de gobierno, el Partido Popular ha conseguido definir una estructura donde, en muchos casos, los elegidos para ocupar los puesto de la cima de la pirámide son muy cercanos o al menos sensibles a la política del equipo de gobierno. Las formas más habituales han sido la elección a dedo de la mayoría de las jefaturas y la sensación creada de que remar en una dirección contraria al equipo de gobierno produce ciertas incomodidades, y sino que se lo digan al anterior interventor o a muchos funcionarios del Ayuntamiento incompresiblemente apartados de la toma de decisiones de primer nivel.

Recientemente se han producido un serie  de acciones que han desacreditado la labor de los técnicos del Ayuntamiento y lo peor es que nadie parece sorprenderse. Por un lado, desde el equipo de gobierno se había esgrimido un informe de la Concejalía de Cultura para negar cualquier posibilidad de tirar ni siquiera un pequeño petardo en la plaza de Luceros  ya que se ponía en riesgo la supervivencia del monumento que allí se encuentra. Posteriormente otros técnicos recomendaron cambiar una  normativa para disminuir distancias de disparo y así posibilitar que las “mascletás” tuvieran lugar en la plaza de la Estrella, olvidando que al lado había una infraestructura de primer nivel como es la estación de tren. Así que, imagino que se tuvo que recurrir a los mismos técnicos de tráfico que afirmaban la imposibilidad de las lanzaderas a otras localidades, para que escribieran un informe indicando incidencia negativa  para el tráfico de realizar tal evento alicantino en la plaza de la Estrella. Finalmente sólo se tuvo que pedir otro informe para, sin cambiar el ademán ni la sonrisa, pasar de no poder ni siquiera realizar una “mascletá” de prueba en Luceros, a realizar todas y cada una de las mismas en las próximas fiestas sin que al monumento le fuera a  pasar nada.

Al vodevil de las mascletás habría que añadir todos los pliegos de condiciones presumiblemente “técnicas” que han conseguido que en Alicante en casi el setenta por ciento de las ocasiones sólo haya una empresa que concurra, cargándose así la libre competencia e imposibilitando obtener mejores condiciones económicas y de servicio para Alicante. El último episodio ha sido el del técnico que parece que desconocía los conceptos de precedencia de operadores (uso de paréntesis a la hora de definir correctamente una fórmula) y que ha obligado a repetir un concurso de varios cientos de miles de euros. ¿Decisiones políticas o técnicas con poca confianza y credibilidad?, la verdad que uno no sabe que pensar.

En una institución como el Ayuntamiento, los políticos marcan la política, pero la labor de los funcionarios es fundamental para poder llevar a cabo esa política por un lado y por otro lado denunciar si una determinada política es negativa para los intereses de la ciudadanía, siempre desde un punto de vista técnico. Por eso es imprescindible recuperar para el funcionario el concepto de “probo”, capacitado y comprometido con el servicio público. Hay que volver a hablar de mérito, capacidad e igualdad a la hora de que la gente pueda optar a un puesto de funcionario o pueda promocionar dentro de la estructura.

Es posible que si el capitán del Titanic hubiese hecho más caso a los informes técnicos correctos que al empresario que tenía como objetivo que el barco batiera records de velocidad, hubiésemos perdido una gran película y cientos de buenas historias, pero muchos viajeros hubiesen llegado a su nuevo mundo en busca de nuevas oportunidades.