Las basuras y la incompetencia

Las basuras y la incompetencia

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(Publicado en el Diario Información el 21/01/2014)

Muchos ciudadanos consideran que la política es algo muy complicado y difícil de gestionar. Cada vez estoy más convencido que aplicando el sentido común que solemos utilizar en decisiones domésticas mejoraríamos en mucho a las decisiones tomadas por caros y complejos pero incompetentes equipos de trabajo.
En la experiencia de mi corta vida política me he visto sorprendido por muchos detalles, acciones o sucesos que jamás podría pensar que ocurrirían en un Ayuntamiento como el de Alicante. Siempre había pensado que muchas de las acciones que se emprendían se podrían hacer mejor, pero que de alguna forma tendrían la suficiente planificación o estudio previo que garantizara una mínima calidad. Día a día he podido comprobar que no era así, que la improvisación, la falta de sentido común, y en muchas ocasiones incluso la falta de trabajo de cualquier tipo están siendo la tónica habitual en la forma de hacer política del Partido Popular en Alicante.
Es probable que la gestión del contrato de limpieza y recogida de residuos sea un claro ejemplo de decisiones tomadas una detrás de otra, de forma que la incompetencia que se ha demostrado en cada una de ellas sea difícilmente superable.

Obviamente la gestión de la limpieza y recogida y tratamiento de residuos de una ciudad es mucho más complicado que realizar la misma tarea pero para una comunidad de vecinos pero voy a permitirme realizar ciertas correlaciones entre ambas. Imagínese una situación en la que a punto de finalizar la vinculación de una comunidad de vecinos con una empresa de limpieza se plantean las decisiones más adecuadas para el nuevo contrato.
En primer lugar, se sabe que el contrato actual es mucho más caro que el precio actual del mercado. ¿Qué es preferible tener preparada la opción alternativa más barata cuando finalice el contrato o mejor esperar algo más de medio año pagando sobrecostes? Obviamente, todos en nuestra comunidad de vecinos preferiríamos la primera pero Andrés Llorens, concejal de Atención Urbana, consideró que era preferible esperar unos cuantos meses más para tener tiempo para desarrollar el pliego de condiciones. Así el Ayuntamiento ha tenido que pagar a precio del contrato anterior, mucho más caro, durante más de medio año. Obviamente, usted seguro que se preguntará ¿y por qué conociendo la fecha de finalización del contrato no empezaron antes a preparar el pliego de condiciones para el siguiente contrato? Por cierto, no hay respuesta.

En segundo lugar, imagínese que a la hora de decidir la empresa que se va a hacer cargo del contrato el presidente de la comunidad de vecinos sólo trae una oferta a debate. Es mucho más que probable que la mayoría de los vecinos exigiesen varias ofertas para poder comparar y determinar cuál es la mejor. Pues en Alicante no, ante tal fantástico pliego sólo se presentó una única oferta. ¿Motivo más que probable?, pues que dados los antecedentes de previos concursos así como las condiciones fijadas en el pliego, la mayoría de posibles participantes pensaron que no tenían ninguna posibilidad de ganar y prefirieron ahorrarse el elevado coste de presentarse a un concurso de ese tipo.

En tercer lugar, el pliego tenía algunos aspectos técnicos mejorables, pero lo que más llamaba la atención es que penalizaba las ofertas que supusiesen ahorros de poco más del 1%. Es decir, si llega una empresa solvente y oferta un diez por ciento de descuento sobre el precio de licitación el Partido Popular le dice que no. El equivalente a ese diez por ciento son los 2,7 millones que nos va a tocar pagar cada año debido a los últimos préstamos y rescates a los que ha tenido que acudir el equipo que dirige Sonia Castedo.

En cuarto lugar lo fija un tema por el que uno puede considerar algo panoli a algún redactor del pliego. Parece que el Partido Popular se basó para fijar el precio del contrato en las condiciones del convenio actual de los trabajadores, obviamente como un guiño a los mismos. Pero, como no podía ser de otra manera, ante la «candidez» de Llorens, Castedo y su equipo, la empresa, una vez recibido el contrato, para incrementar sus beneficios decidió renegociar el convenio de los trabajadores con la consiguiente amenaza de huelga por parte de los mismos.

En quinto lugar, no solo contentos con todo lo anterior, cuando los trabajadores parece que estaban a punto de llegar a un acuerdo, Llorens les indica que todo su convenio estaba contemplado en el contrato quebrando las posibilidades de solucionar el problema y evitar la huelga.

Resultado: los alicantinos pagamos de más por un servicio más que defectuoso, tenemos que soportar una huelga durante tiempo indefinido y que dada la torpeza e incompetencia de los que dirigen la ciudad seguro que se va a solucionar a coste del bolsillo de todos nosotros.

Ciudadanos y políticos

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(Publicado en el diario El Mundo de 2/1/2014)

 La primera vez que vi a Juan Nadie, éste caminaba por la terraza del Ayuntamiento dispuesto a tirarse al vacío en un gélido día con nevada incluida. Obviamente no me refiero a Alicante ya que es harto complicado ver los copos blancos  dejarse caer dado nuestro benigno clima, me refiero a la escena final de una de las famosas películas de Frank Capra, con las que, hace algunos años, la Televisión Española nos obsequiaba en Navidad.

 En apenas unos minutos de película puedes visualizar a los diferentes personajes que han intervenido en la misma a través de unos breves diálogos y la vestimenta de los personajes. Allí estaban los potentados que intentaban evitar el suicidio de Juan Nadie por los problemas que posiblemente les iba a provocar y por otra parte los ciudadanos de a pie que sinceramente querían evitar la muerte de Juan Nadie a pesar de que éste parecía haberles engañado.

 La película tiene más de 70 años pero sin duda alguna, excepto alguna noñería típica del director, es de bastante actualidad. Relata el alejamiento de los políticos de la realidad de los ciudadanos, el interés que tienen por controlarlos, por evitar que el pueblo pueda pensar y decidir. Esto lo intentan a través de un falso movimiento ciudadano que pretendidamente dirigía Juan Nadie.  En la película también se relata la crisis de los medios de comunicación pero también se hace eco de la enorme importancia que tienen.

 No ha cambiado mucho desde entonces y  los políticos hoy en día es el colectivo peor valorado por los ciudadanos. Desgraciadamente esto ha provocado un  desinterés total por los políticos que nos gobiernan, salvo en aspectos muy puntuales y que en la mayoría de casos son por motivos mediáticos.

 Es más que probable que cualquier ciudadano conozca mejor la plantilla de un equipo de fútbol que el nombre de los ministros de nuestro país. También es probable que muchos conozcan mejor las diferentes ofertas de las compañías de telefonía móvil que los programas electorales con la que los diferentes partidos políticos concurrían a las elecciones.

 Pero no hay que olvidar que los políticos que gobiernan los hemos puesto todos y cada uno de los ciudadanos con nuestro voto. Esa es la principal ley de la democracia,  los candidatos los eligen los partidos pero los gobernantes los elegimos los ciudadanos.  Es nuestra elección la que determina que personas van a tomar las decisiones que inevitablemente nos van a afectar para bien o para mal. Por eso es necesario dedicar el tiempo necesario para elegir la mejor opción y no caer en el desánimo que predica algún que otro partido ahora en crisis del que “todos los partidos son iguales”.

 Pero, ni todos los partidos son iguales, ni todos los políticos son iguales. Hay políticos honestos y otros  que no lo son, hay políticos preparados y con experiencia y otros que no la tienen. También hay partidos que cumplen sus promesas y otros que las olvidan una vez se ha iniciado el recuento de los votos.

 Hay partidos que marcan líneas rojas contra la corrupción, que continuamente saltan, justificando lo injustificable. Hay partidos que en campaña critican una forma de hacer política y luego venden sus votos a cambio de prebendas o cargos.

Hay políticos, que tras una larga vida en la política se disfrazan de ciudadanos como si acabaran de llegar al mundo de la política, cuando en realidad jamás la han abandonado.

 Mientras unos apuestan por las manifestaciones o por los scratches yo considero que el voto es el momento del ciudadano,  es el momento en el que expresamos lo que opinamos de los políticos, de los partidos y de sus propuestas. Pero ese voto hay que hacerlo desde el estudio, desde el recuerdo y no por un spot publicitario. Para eso hay que leer, escuchar y ver, hay que comentar y preguntar. Por eso hay que dar importancia a nuestro voto, que en democracia no es sólo un derecho sino también un deber.  Considero que es imprescindible y necesario que los ciudadanos nos interesemos por la política porque sino tendremos políticos que no se interesen por los ciudadanos, y así siempre podemos decir la frase con la que finaliza la película Juan Nadie dicho por un ciudadano a los potentados “Atrévanse con el pueblo»

Alcalde aunque sea de balde

Alcalde aunque sea de balde

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(Publicado en el Diario Información el 2/1/2014)

Mariano Ozores es probablemente uno de los directores de cine más denostados de nuestro país. Su extensa filmografía ha sido calificada como un subgénero sin valor dentro de la cinematografía española, pero también es cierto que ha sido sin duda alguna,  una de las más comercialmente exitosa y rentable. La mayoría de las películas que yo recuerdo de él contenían a partes iguales un humor grueso, algo de destape light y casi siempre una crítica feroz a los políticos y a las instituciones. No he pagado muchas entradas de cine para ver alguna de sus películas pero si reconozco que he visto multitud de ellas en la televisión o a través de las ya olvidadas cintas de video.  Una de sus películas volvió a mi mente tras leer los últimos acontecimientos políticos que ocurren en nuestra querida Orihuela: “Alcalde aunque sea de balde”. La película con un título tan curioso, contaba la noche previa a las elecciones municipales en un pueblo, y en ella aparecen el anterior alcalde, la jefa de las juventudes de su partido, la líder del principal partido de la oposición y  fauna adicional que Ozores introducía en sus películas para dar sustento a la trama.

La película es de 1987, imagino que yo la vería uno o dos años más tarde, pero sí que recuerdo no dar ninguna credibilidad a la trama que allí se contaba con frases como las de “Si pactamos vamos a ser mayoría para gobernar pero minoría para chupar” o “Si nos ponemos honestos no nos vamos a hacer ricos”. Pero al igual que me ocurrió con la escena de la película “Las autonosuyas”, de Rafael Gil,  donde se relataba un encuentro entre los líderes catalán y vasco que utilizaban un intérprete  para hacerse entender, la realidad supera a la ficción por muy increíble y disparatada que  sea esta última.  Esta escena  se ha convertido en real años más tarde en nuestro país donde disponemos de un Senado donde los senadores utilizan traductores para hacerse entender pero toman café juntos hablando castellano.

Desgraciadamente en muchos lugares de nuestra comunidad, la vida política está superando a las películas de Ozores con demasiada frecuencia. En una de las ciudades más grandes de nuestra provincia, el Partido Popular ya ha pactado dos mociones de censura con dos facciones de un mismo partido, el CLR. Este partido se presentó como una alternativa, que según decían jamás iba a pactar con los populares,  y no sólo lo han intentado sino que se han dividido en dos y cada una de las facciones se ha intentado unir al PP para derrocar al actual alcalde.  Mientras tanto el President Fabra pone cara de “autopista hacia el cielo” y sigue diciendo que su línea roja la marcan los imputados mientras manda a su mano derecha a firmar los acuerdos de la moción de censura con el objeto de meter a no sé cuantos imputados más en un equipo de gobierno municipal. Lo peor es que intentan insultar la inteligencia de los ciudadanos,  dicen que no proponen de posible alcaldesa a una imputada pero sí quieren que muchos concejales que sí lo son ocupen concejalías de importancia y podrían tomar decisiones fatales para su ciudad.

En El Campello el Partido Popular ha acogido en su equipo de gobierno a una concejala de un partido independiente, que en la campaña renegaba de los populares,  pero a la que rápidamente ha puesto sueldo y competencias municipales.

Cada vez está más claro que muchos de estos partidos independientes, lo son hasta que sus miembros entran en un equipo de gobierno al ser necesarios para las designaciones o sustento de los alcaldes. Los partidos mayoritarios tampoco ponen pegas a ningún pacto siempre que les garantizan la estabilidad.  Eso es lo triste, los programas electorales se olvidan una vez se cierran los colegios electorales tras las votaciones. No debería ser así, es muy probable que deberíamos recurrir a segundas vueltas en municipios donde un partido ni hubiese obtenido mayoría absoluta, ya que esto obligaría a definir acuerdos previos pero siempre ratificados en última instancia por los ciudadanos.

Considero que deben ser los ciudadanos los que ratifiquen con su voto al alcalde y a los posibles pactos necesarios a los que tendrían que llegar los partidos políticos. Es necesario definir algún modelo ya que cada vez son más frecuentes estas mociones de censura o apoyos que los ciudadanos que votaron una determinada opción jamás hubiesen apoyado.

A lo mejor los políticos actuales deberíamos ver “Alcalde aunque sea de balde” y hacer todo lo posible para que las películas de este estilo fueran “comedietas” de sal gruesa sin ningún fundamento y no algo que si hubiese dirigido Nostradamus se considerase como una profecía cumplida.