Los pagafantas del Botànic

“Eres un pagafantas y lo sabes, hay cosas que nunca cambian”, es parte de uno de los ingeniosos diálogos de “Pagafantas”, una entretenida comedia española de hace algunos años pero que no pierde actualidad. Se conoce como pagafantas a aquella persona que actúa para agradar a otra, no atendiendo a su propio beneficio, a la espera de alguna retribución improbable en el futuro. O lo que es lo mismo, un tonto útil. En la película, Chema es el pringado pegado a la chica guapa; el que no tiene ninguna posibilidad de ligársela, pero a la que acecha por si cae algo. Pero ella lo ve como amigo, y jamás se ha planteado que el chaval tenga ningún «peligro» sexual.

Como decía Borja Cabeaga, director de la película, “todos hemos sido pagafantas al menos una vez en nuestra vida. Hombres y mujeres. Solo falta ver hasta cuando nos humillamos para ver si cae algo”.

Día a día los miembros del Botánic asumen su papel de pagafantas oficiales de la política española. Algunos ya indican que tiene certificado de pedigree de pagafantas. Como el protagonista, los emisarios del Botànic cortejan al presidente socialista del gobierno Pedro Sánchez. Pero este les da palmaditas en la espalda mientras bloquea la llegada de agua trasvasada a Alicante o pacta con Torra y los chicos de Bildu.  Tengo miedo de lo que les habrá prometido a estos últimos, pero al primero parece que en la reunión bilateral que ha tenido con él y que ha sido denominada “agenda para el reencuentro”, entre otras cosas les ha prometido una cantidad notable de millones de euros adicionales. 

Como Chema, el pagafantas de película, seguro que Ximo Puig o Joan Baldoví sueñan con tener un encuentro bilateral con Pedro Sánchez, sino no se puede entender que Baldoví regalara el apoyo mientras el resto de los partidos nacionalistas exigieran alguna cara compensación. Él se fue contento con la sonrisa de Sánchez como cuando la protagonista de la película se aprovecha del pobre Chema. Es probable que Baldoví al final se diera cuenta que es un pagafantas más en la agenda del presidente. 

El presidente Puig mientras tanto ha adormecido a su equipo de diputados para que, como hacía Aznar con el catalán, solo hablen de la infrafinanciación que sufre la Comunidad Valenciana o de lo negativo que es la cancelación del trasvase para la agricultura alicantina, en privado.

Pero mientras tanto, Torra tendrá más millones para sus embajadas o para tener más canales de TV3, que parece que tenían pocos, o para que este llegue a más lugares en su poca leal emisión a los intereses de España.

Quizá cuando uno juega con sus sentimientos, puede ser comprensible mimetizarse en lo que significa un pagafantas, pero lo que quizá no se puede tolerar es cuando se hace jugando con el orgullo y el dinero de los valencianos y valencianas. Tener un gobierno pagafantas en la Comunidad Valenciana nos sale demasiado caro.

En À-Punt vieron Gladiator

Algunos crecimos viendo películas de los géneros “western” y “peplum”. A las primeras le llamábamos coloquialmente “de indios y vaqueros” y a las segundas “de romanos”.  Cada cierto tiempo vuelven a rodarse películas de estos géneros con mayor o menor fortuna. Uno de los “peplums” recientes con más éxito sin duda fue “Gladiator”, película dirigida por Ridley Scott. La misma, narra el enfrentamiento del valiente general hispano Máximo Décimo Meridio y el malvado emperador Cómodo. Todo acaba con la lucha a muerte entre ambos en el circo romano. Si alguien no ha visto la película, que recomiendo, no sigan leyendo ya que voy a descifrar parte del final de esta. En este final, Cómodo para evitar correr riesgos en la pelea, antes de iniciarla, acuchilla a Máximo, dejándole con una importante hemorragia, imperceptible para el público, pero lentamente mortal de necesidad. Afortunadamente para los amantes de los finales felices, a pesar de estar herido, Máximo consigue matar al malvado emperador.

Salvo que controlara la máquina del tiempo, Cómodo no leyó al soldado español Alonso de Ercilla cuando dijo “Jamás debe, Señor, menospreciarse el enemigo vivo, pues sabemos puede de una cautela levantarse fuego con que después nos abrasemos.”  Imagino que los miembros del Botánic tampoco, pero es probable que sí que hayan visto la película Gladiator y pensasen que es mejor no correr riesgos innecesarios. Digo todo esto porque ha finalizado la selección del nuevo director de A-Punt, en sustitución de Empar Marco, la cual ha dejado tras de sí unos números de audiencia e ingresos publicitarios tan bajos que no los maquilla ni el CIS de Tezanos.

Al concurso de la plaza se presentaron diez candidatos, muchos de ellos con currículos más que interesantes. Se definieron dos fases para la selección, una primera en la que se filtraban tres candidatos por parte de un subgrupo de consejeros, para que entre los tres preseleccionados el consejo rector al completo tomase la decisión final.

Es probable que alguien pensase que era razonable asegurarse la victoria en el combate final. Pero habiendo visto Gladiator, prefirieron elegir el modelo de Alonso de Arcilla. Así que, en vez de tres, seleccionaron tan solo dos, uno cercano al Partido Socialista y un segundo que era mucho más cercano. Así evitaban que les pasara como como a Cómoda con Máximo y que un tercer candidato independiente les diera un susto con el proyecto presentado.

Ahora todo ha acabado. Uno se queda con la sensación de que para estas formas a lo mejor es más razonable que directamente elijan al director de forma directa, así se evitaría que profesionales del sector desarrollen un anteproyecto y se pongan en el candelero público sin tener ninguna opción real de alcanzar el puesto.

El nuevo director, una vez ratificado por les Corts, será Alfred Costa. sinceramente le deseo la mejor de las suertes en su desempeño. Además, creo que tiene un currículo lo suficientemente adecuado y poblado para que hubiesen sido innecesarias las maniobras extrañas en el proceso de selección, pero hacer trampas al solitario se está convirtiendo en un clásico en la Comunidad Valenciana del Botànic.

El reto que tiene Alfred Costa es complicado al tener que lidiar con un modelo de plantilla que no ha podido elegir y en general en una situación muy difícil donde À-Punt apenas está en la mente de los valencianos. Afortunadamente para él, su predecesora la ha puesto el listón tan bajo que será prácticamente imposible hacerlo peor.