Independentistas en Alesia

indepnedentistas en Alesia

“Audacia, fuerza y sobre todo unidad”, algo así les dijo el gran Julio Cesar a sus generales cuando abordaba una de sus campañas más difíciles contra los irreductibles galos mandados por Vercingetorix. El caudillo galo había conseguido hacerse fuerte en la ciudad de Alesia y sabía que en breve iba a recibir una importante cantidad de refuerzos que le permitiría atrapar a Julio Cesar entre dos fuegos. Pero en los momentos difíciles siempre surgía el genio estratégico de Cesar, el que, conociendo la inmensa habilidad constructiva de los romanos, decidió rodear la ciudad de Alesia con una doble empalizada, una para frenar a los sitiados y otra para poder hacer frente a los refuerzos galos que en breve iban a llegar allí.

Dos mil años más tarde los independentistas catalanes se las prometían muy felices en su amenaza al estado español. Como Vercingetorix, se encontraban con mucha fuerza interna y esperaban la ayuda de algunos países europeos y del resto de partidos independentistas existentes en España (Compromís y Bildu incluidos), a los que se rápidamente se sumaron los podemitas de Pablo Iglesias.

Los canticos de libertad siempre han tenido una notable atracción en los europeos, sobre todo si se unen a una torpe actuación policial dirigida por el gobierno el día del simulacro de referéndum de independencia. Algunos medios de comunicación europeos retrataron la violencia ejercida aquel día multiplicada por diez, e inicialmente generaron ciertas dosis de simpatía que ya hicieron sentirse victoriosos a los caudillos independentistas.

Los partidos llamados Constitucionalistas se vieron envueltos en el doble fuego que tanto temía Cesar. Las dudas de Rajoy, la interminable sucesión de mensajes contradictorios en el Partido Socialista y la esperada deslealtad podemita hacían temer lo peor. Las personas que creemos en el orden y la ley nos sorprendíamos con cruceros con el logo de piolín llevando a los policías nacionales, guardias civiles expulsados de hoteles en Cataluña y manifestantes destrozando coches de la guardia civil con total impunidad mientras bramaban sus mensajes a través de un megáfono.

Afortunadamente el viento parece haber cambiado de dirección y ha apagado la sonrisa de los independentistas, como se le heló a Vercingetorix cuando comprobó lo que los arquitectos romanos eran capaces de construir en pocos días.

alesia

Europa ha dado la espalda de forma contundente a la posibilidad de reconocer la República Catalana, mientras los medios de comunicación dan cuenta de las mentiras independentistas.  Y por fin, lo que Julio cesar pidió en Alesia a sus generales de “unidad” se ha conseguido y los tres grandes partidos nacionales PP, PSOE y Ciudadanos, van de la mano en la aplicación del famoso artículo 155, que pretende desmontar el tinglado ilegal en el que habían convertido la Autonomía Catalana los Puigdemont, Junqueras y la CUP.

A estos solos les queda utilizar a la gente como escudo humano de su temerario viaje. Algo así pretendió Vercingetorix, que obligó a los viejos, mujeres y niños a abandonar la ciudad para que no consumieran los cada vez más escasos víveres, esperando generar un problema a Cesar. Aquello se volvió en contra del galo, cuando Cesar no les permitió pasar, dejando a los expulsados en tierra de nadie sin nada que alimentarse. De momento la justicia no se ha cebado en la gente, sino que ya ha “metido“ en prisión a los famosos Jordis, irritando a algunos que siguen defendiendo el pacifismo de organizar una manifestación para impedir que la justicia pueda trabajar, y de paso destrozar unos coches policiales con la sonrisa en los labios.

Alesia fue el fin de Vercingetorix, que perdió frente a la audacia romana y sobre todo a su unidad, al apoyo que cada general prestó al resto en los momentos más difíciles. Cada vez estoy más convencido que si se consigue mantener esa unidad de los partidos constitucionalistas la victoria será del estado de derecho, y por tanto nuestra. Sin duda alguna, los independentistas van a tratar de provocar rupturas en ese frente, como cuando los galos intentaban explotar cualquier mínima rendija para romper las fortalezas romanas.  En Alesia no lo consiguieron y la ley romana imperó muchos siglos más allí. Quizá algunos hubiesen preferido otro final, lo único que cuanta la historia es que tras el fin del imperio romano vinieron unos tiempos muy oscuros. En la actualidad, el proyecto de Europa tiene sus claros y sombras, pero fuera de ella prevalecen sobre todo estas últimas.

 

Bienvenido Banco de Sabadell

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(Publicado en el Diario Información el 11 de Octubre de 2017)

Muy probablemente, aquel dueño del restaurante lamentó subir su menú del día cien pesetas, así como alguna de las medidas que tomó con los clientes habituales. Ante dicha acción, José, el dueño del otro restaurante cercano, prefirió mantener el precio de su menú y contratar otro camarero, muy competente por cierto. Recuerdo, una conversación con José, que me dio una lección de economía, no desde la academia, sino desde la experiencia de lo complicado que es el mercado, y que tu éxito depende tanto de tus aciertos como de aprovecharte de los errores de tu competencia. Me habló de sus momentos fáciles, cuando prácticamente era una de las pocas opciones que teníamos los trabajadores para ir a comer a mediodía a un precio razonable. De los momentos mucho más complicados, cuando otro restaurante abrió y por una mezcla de novedad y cocina le «robó» gran parte de sus clientes. En un mercado de libre competencia, los clientes pueden elegir, y así lo hacen por una mezcla de precio, calidad, servicio y sensaciones.

Aquel empresario, esperó su oportunidad y puedo dar fe que la aprovechó. Muchos de los que íbamos a un restaurante, pasamos a ir al otro con la naturalidad de que siempre hubiésemos ido a comer allí.

Solo los muy inútiles en Cataluña podían pensar, y de hecho lo hicieron tal como cuentan las hemerotecas, que la proclamación de la independencia no les iba a afectar económicamente en un mercado tan global y dependiente. Las cotizadas en bolsa han sido las primeras en abandonar el barco tras ver cómo los ciudadanos retiraban sus depósitos o vendían sus títulos en bolsa. Es muy probable que la decisión haya sido dura y difícil, dados los vínculos económicos y sentimentales de muchas de las sociedades con Cataluña, pero la economía manda.

Y en esas, los alicantinos nos despertamos con el traslado de la sede social del Banco de Sabadell a nuestra ciudad. Se que soy muy provinciano al afirmar que me gustó mucho la idea, no tanto como cuando veía una oficina de la CAM en Madrid, pero me gustó. En el fondo pienso que como mínimo va a suponer que una serie de impuestos van a repercutir en nuestra ciudad y en nuestra Comunidad. A partir de ahí todo puede ocurrir, es una especie de segunda oportunidad, como la que tuvo aquel dueño de restaurante que vio subir el precio del menú de su rival. Considero que es una segunda oportunidad para los dos, por un lado, para Alicante y la Comunidad Valenciana de realizar las acciones para facilitar que esa implantación no sea sólo simbólica, sino que suponga mucho más. Por otro lado, para el Banco Sabadell, que con su comportamiento hasta el momento nos ha hecho echar de menos muchas de las acciones sociales y culturales que realizaba la extinta CAM. Obviamente jamás les pediremos que financien Terra Mítica II o similares.

También, todo este proceso también nos ha permitido conocer el pensamiento de los diputados de Compromís y Podemos, algunos de los cuales, como Josep Nadal o el propio líder de los segundos, Antonio Estañ, han criticado abiertamente el traslado o se han burlado de él. Ignoro si por el riesgo que supone para el proceso de independencia o por su desconocimiento de la importancia de la economía al haber sido escaso su trabajo fuera de la vida política. También fue algo tibio el presidente socialista Puig, lamentando que la llegada del Sabadell a Alicante haya sido por estos motivos. No lo dijo al día siguiente con la llegada de Caixabank a Valencia, ni lo dijeron los dirigentes catalanes cuando el Banco Sabadell se quedó la CAM por un euro.

Parece que la situación en Cataluña no va a solucionarse de cara al inversor en un breve espacio de tiempo, ojalá me equivoque, con lo cual ese refuerzo de vínculos del Banco Sabadell con nuestra Comunidad seguro que es bien valorada. Tampoco podemos olvidar que, por ejemplo, en Canadá, cuando se iniciaron las tensiones separatistas en Quebec, los grandes bancos que estaban allí ubicados jamás regresaron. De hecho, solo un tercio de las grandes empresas se quedaron allí. Y es que no hay nada más cobarde que un millón de euros, ni nadie más ignorante que un independentista incapaz de conocer la historia.