Se llamaba Wilhelm Keitel y fue mariscal de campo del ejército alemán durante la segunda guerra mundial, pero otros altos jefes militares le llamaban “Lakeitel” que en alemán significa lacayo. Otros compañeros le llamaban el general “Sí Señor” o “la alfombra” por su servilismo ante las órdenes de Hitler por muy absurdas que fueran. Pero no solo fue Hitler el que se aprovechó del carácter sumiso de Keitel, sino que además Heinrich Himmler utilizó al mariscal para amparar numerosas órdenes que incumplían totalmente la convención de Ginebra, organizando ejecuciones de prisioneros de guerra en lugar de que estos fuesen tratados como tales.

A pesar de su escasa capacidad estratégica, su sumisión a Hitler le permitió estar cercano al poder durante toda la guerra, siendo incluso uno de los oficiales que firmaron la rendición del ejército alemán.

¿Lealtad o capacidad? ¿Qué se busca a la hora de elegir a las personas a tu cargo? En el caso de Keitel parece claro, aunque también es cierto que en misiones complejas Hitler trataba de colocar al frente a sus generales más competentes, aunque fuesen algo más contestatarios.

Recientemente Iñigo Errejón escribía un tuit con la frase “Los nada de hoy todo han de ser”, a lo que el ex diputado nacional Carlos Gorriarán le contestaba “Eso ya lo habéis conseguido. Nunca hubo tanto mindundi, inepto, lunático, vago, farsante y parásito al frente de todo. La nada ya es”

Con la llegada del tripartito de izquierdas se ha cumplido la máxima que pronunciaba Errejón, siguiendo un curioso proceso. Se ampliaron el número de cargos y asesores, algunos aseguran que el incremento se debía a que había que colocar a gente preparada para hacer las cosas, pero también había que colocar a todos los amigos y colaboradores más cercanos independientemente de su capacidad de trabajo. Pero como le pasaba a Hitler y Himmler, los cargos contestatarios que ponían en duda sus órdenes cada vez resultaban más molestos.

En la reciente reversión del hospital del Torrevieja, al tripartito de izquierdas no quiso correr ningún riesgo de que alguien aplicase el sentido común y puso “a la nada” al frente de todas las operaciones. El resultado es que actualmente la dirección del hospital en vez de gestionar eficazmente solo se limita a negar los problemas que hasta los sindicatos más cercanos denuncian.

El caso del hospital de Torrevieja es muy claro y muy visible, pero si alguien atiende a la evolución de los cargos de libre designación puede comprobar que, en la mayoría de los casos las sustituciones de un cargo de libre designación por otro suponen un incremento de lealtad por parte del elegido, aunque sea a costa de una notable disminución de la capacidad.

Todo ello hace que la gestión del día a día del gobierno valenciano se degrade rápidamente hasta llevarlos a una inacción notable en prácticamente todas las consellerias. Por eso, la legislatura está agotada y solo se sostiene por un interés electoral que puede alargarse hasta las elecciones municipales.

Poco antes de que Hitler se suicidara en el búnker, un general alemán escribió un informe en el que analizaba a los mejores y peores generales. Incluso llegó a apuntar la hipótesis de que si hubiese dado más cancha a los primeros se podría haber ganado la guerra. Las organizaciones que solo se basan en los leales y aduladores suelen tener un recorrido muy corto, aunque suelen hacerlo placentero al jefe supremo hasta que este se da cuenta de que vivía en una mentira.

Al general Wilhelm Keitel no le sirvieron sus excusas de obediencia debida ante muchos de los desmanes que cometió, por mucho que fuesen ordenadas por otros. Acabó sus días en la horca en una ejecución muy chapucera, quizás realizada por algunos aduladores de los responsables de los juicios de Nuremberg.

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