El PP,  ¿defenderá el castellano en Alicante?

El PP, ¿defenderá el castellano en Alicante?


Como en la novela y en sus dos magníficas adaptaciones al cine, también en política “el cartero
siempre llama dos veces”. El grupo municipal del Partido Popular del Ayuntamiento de Alicante
va a tener que volver a posicionarse sobre el predominio lingüístico de Alicante. Actualmente y
de forma curiosa, Alicante está definida como ciudad de predominio lingüístico valenciano,
¡quién lo diría cuando vives aquí!
El jueves se votará en el pleno del Ayuntamiento una vez más si se actualiza al castellano. En
las anteriores ocasiones, el Partido Popular votó a favor de que se determinara Alicante como
zona de predominio lingüístico castellano. Es cierto que en aquellas votaciones el voto del PP
no era decisivo ante el sorprendente posicionamiento de los concejales del grupo municipal de
Ciudadanos, que no apoyaron la propuesta con lo que fue rechazada.
Esta votación que puede parecer algo baladí, no lo es, ni mucho menos. Este posicionamiento
implica realmente la lengua vehicular en el que se podrán o deberán impartir las asignaturas
troncales en los colegios de la ciudad, porcentajes mínimos de docencia en valenciano, así
como dar más o menos soportes a los proyectos lingüísticos que se defienden en algunos
centros educativos. Es más, tal como apunta este mismo diario “La Conselleria de Educación
que dirige José Antonio Rovira ha realizado una modificación de la Ley de Plurilingüismo a
través de la Ley de Acompañamiento de 2024 para eximir a las zonas castellanohablantes de la
Comunitat de la enseñanza en valenciano a partir del próximo curso escolar”. Fíjense si tiene
implicaciones la susodicha votación.
Las últimas encuestas realizadas por la Conselleria demuestran que en la ciudad de Alicante el
predominio de la lengua castellana sobre la valenciana es de siete a uno. También está
demostrado lo que dificulta estudiar asignaturas de cierta complejidad en una lengua que no
es la tuya. Lo único que les queda a los detractores de ese cambio es la tradición histórica y las
eternas referencias a la persecución malévola que, según algunos, hizo Franco del valenciano.
Yo no vivía en Alicante en aquellos tiempos, pero sí en Alcoy, donde se utilizaba habitualmente
el valenciano y no se notaba esa persecución. De hecho, recuerdo asistir con mis padres a
sainetes representados en valenciano, en locales abiertos y nada ocultos como si fuesen bares
durante la ley seca. Uno de esos sainetes del gran autor Armando Santacreu se titulaba “em
vieg negre pa eixir de negre”. Dicho libro seguro que no se hubiese prohibido por Franco, pero
lo hubiese tenido difícil hoy en día con los complejos progres de la actualidad.
Mas allá de mitos históricos, hay que preocuparse por el presente y futuro de nuestra
educación. Por eso es importante saber cuál es el posicionamiento real de los concejales del
Partido Popular en Alicante. El cartero ha vuelto a llamar a la puerta y vamos a poder
comprobar es si cambiarán de opinión y votarán con los socialistas, independentistas y
comunistas, o si están por la defensa del castellano y la libertad de elección de lengua
vehicular en la escuela.

La absurda guerra de las pancartas

La absurda guerra de las pancartas


No es una de las escenas más conocidas de la película “La vida de Brian”, pero sí que mantiene
la crítica corrosiva de la ineficacia de las organizaciones ante determinadas situaciones. En una
reunión de los miembros del Frente Popular de Judea, llegan al acuerdo de que hay que tomar
acciones inmediatas ante la ocupación romana, y repiten una y otra vez su acuerdo y de lo
importante que es dejar constancia de él. De repente llega a la reunión una joven del grupo,
ella les advierte que van a crucificar a Brian, y los miembros de su organización siguen
repitiendo que están de acuerdo en realizar acciones inmediatas para impedirlo, pero nadie se
levanta de la mesa, ni fija en que van a consistir esas acciones inmediatas.
Me recuerda mucho a las acciones que los grupos políticos proponen contra “la violencia
machista” o “la violencia contra los mujeres”, lemas utilizados por izquierda y derecha en la
última concentración en protesta por los recientes asesinatos de mujeres cometidos en
nuestra Comunidad.
Si obviáramos la gravedad del asunto, hemos llegado a una situación casi cómica, dónde
parece que todo el mundo está de acuerdo que hay que tratar de frenar esos asesinatos de
mujeres, pero que nadie es capaz de definir una estrategia para frenar la sangría. De hecho ni
siquiera son capaces de guardar los minutos de silencio tras la misma pancarta, ya se sabe “El
Frente Popular de Judea” y el “Frente Judaico Popular”.
Yo creo que estas concentraciones ya no tienen ningún sentido, una vez la sociedad ya se ha
concienciado del problema, y que de hecho es posible que provoquen un efecto nocivo
precisamente sobre las acciones en pos de conseguir la solución.
Los que hemos formado parte de esas concentraciones, hemos podido comprobar el ímpetu
con el que muchos políticos se dirigen para tratar de ocupar los lugares preferentes tras la
pancarta, o pancartas ahora, para luego, tras los correspondientes minutos de silencio, volver
orgullosos a sus despachos pensando que han hecho una labor impagable por la defensa de la
mujer. Y así, hasta el siguiente asesinato. Quizá si no se realizasen esas concentraciones,
algunos políticos tendrían algún cargo de conciencia y dedicarían algo de su tiempo a buscar
esas soluciones reales.
Hace unos años planteamos un trabajo de curso en Ingeniería Informática que consistía en el
diseño de aplicaciones para tratar de luchar contra esa violencia. En un curso, en el que la
absoluta mayoría eran hombres me llamó la atención lo concienciados que estaban con el
problema y la ilusión que dedicaron al desarrollo de esas posibles soluciones. También fue
curioso que uno de los estudiantes preguntara si los políticos de las pancartas creían
realmente que iban a frenar a los asesinos con sus minutos de silencio.
Yo de hecho, cada vez pienso que no hay demasiado interés en acabar con este problema,
además de que es prácticamente imposible. Para un sector de la política es un frente que les
es rentable mantener abierto.
Además, desgraciadamente hemos llegado a un momento en el que para parte de la sociedad,
fundamentalmente para la izquierda de este país, la gravedad de la violencia contra la mujer
depende si la mujer maltratada es de derechas o si el maltratador es de izquierdas.

El tono amenazante y violento del portavoz de Compromís, Joan Baldoví, contra la portavoz de
Vox, Ana Vega, en la pasada sesión de la Cortes hubiese sido criticado en portada de medios
escritos y noticia estrella delos programas de televisión si se hubiese invertido el signo político
de los protagonistas del enfrentamiento. Algunos dicen que se llama “la victoria de la izquierda
con el relato”.
Pero también es cierto que poco se puede esperar de la izquierda valenciana que le organizaba
actos de homenaje a su antigua lideresa, presunta implicada en asuntos de encubrimiento de
abusos de mujeres y menores.
Es hora de que las pancartas dejen paso a dotar de más medios a las fuerzas de seguridad y a
los servicios sociales para tratar de frenar esta lacra. También lo es de que los políticos que
gobiernan, en vez de contar las veces que se han puesto tras la pancarta muestren los
resultados, que parece que actualmente son igual de malos que hace unos años.
En la película, como no podía ser de otra manera dada la inactividad e incompetencia de su
grupo, Brian acaba crucificado. Pero lejos de la película y volviendo a la realidad actual, sería
deseable que con ese incremento de medios y mejora de protocolos de seguridad se pudiesen
evitar asesinatos, ya que es muy probable que esto no se conseguirá con el incremento de
pancartas.

Las vírgenes de Sánchez

Kids es una controvertida película, que en 1995 dirigió Larry Clark. La película cuenta un día en la historia de unos jóvenes de Nueva York y sus relaciones con el alcohol, drogas y sexo. Los principales protagonistas son Telly y Jennie. Telly es un joven que solo quiere hacer el amor con vírgenes y Jennie es una de sus conquistas, que se sigue preguntando porqué el cariñoso Telly parece que le ha olvidado una vez hizo el amor con él. La parte dramática de la película se inicia cuando Jennie descubre que Telly le ha infectado de SIDA y tiene que localizarlo cuanto antes para decírselo.

Las falsas promesas de amor, el olvidarlas cuando has conseguido tu propósito, el poner dicho objetivo por encima de cualquier consideración son la parte central de la película, pero también podrían ser la historia del socialista Pedro Sánchez en su camino a su investidura como presidente del Gobierno español. Sánchez no tiene ningún problema en ser cariñoso y convincente en sus promesas. Muchos como el nacionalista vasco Ortuzar cayeron ante su primera mirada y ahora mismo se están preguntando porque ya no les hace ningún caso y nadie les pregunta que van a hacer en las futuras votaciones. Nadie se lo pregunta porque el incompetente Ortuzar puso boca arriba sus cartas y negó al Feijoo cualquier posibilidad de acuerdo, en vez de mantener el tradicional pragmatismo que ha caracterizado siempre al PNV. Ahora que ya han perdido la virginidad con Sánchez ya no son interesantes, solo son una muesca más en la cabecera del dirigente socialista. Al PNV ya solo les queda ver como en base a su inutilidad van a ser sobrepasados por Bildu y mirar con pavor como el que les desvirgó vota con los filoetarras para apartarles del poder. Ese día no brindaré, pero seguro que una sonrisa se dibuja en mi cara.

A los republicanos catalanes de ERC les ha pasado lo mismo. Fueron los primeros desvirgados por Sánchez, pero todavía se creen eso del amor eterno y confían en que el presidente Sánchez les convoque el referéndum, mientras tanto siguen perdiendo votantes a espuertas.

Conociendo como les ha ido a estos, Puigdemont no se fía y quiere tener garantías antes de entregar su virginidad a Sánchez. Sabe que el día que lo haga, Sánchez va a pasar de él. Amnistía, indultos y referéndums de independencia se perderán en el olvido si no los consigue antes de que vote que sí  a Sánchez. Es lo que tiene ser un ”cambiante compulsivo de opinión” que nadie se fía de ti.

Sánchez se siente ganador, mientras PP y VOX siguen en un laberinto que probablemente les impida mejorar sus resultados ante un posible adelanto electoral. Sánchez puede presionar a Puigdemont que cualquier otra cosa que no sea su investidura como presidente, será malo para los separatistas y para las esperanzas de libertad del prófugo.

De Compromís nadie sabe nada, van a perder una oportunidad de oro para reivindicar el nacionalismo valenciano. Todo el mundo ya sabe que Compromís es un apéndice, lo que genera dudas es si lo son del PSOE, de Sumar, de ERC o de la nada.

Volviendo a la película Kids, acaba mal. En su carrera por evitar que Telly siga infectando a más jóvenes, Jennie llega a una fiesta, donde drogada, es violada por uno de sus amigos. A la mañana siguiente este, avergonzado se pregunta “Dios mío, ¿qué ha sucedido?”.

Me temo que esto lo pensaremos todos los españoles, sobre todo los que han votado a Sánchez, ante la deriva que previsiblemente va a tomar nuestro país cuando Sánchez y su cuadrilla nos gobiernen.

Feijoo y Mazón en Munich 1938

En octubre de 1938 el primer ministro británico, Arthur Neville Chamberlain, presentaba en el parlamento británico sus acuerdos con la Alemania nazi. Básicamente asumían las exigencias de Hitler sobre la anexión de una parte de Checoslovaquia a Alemania, todo ello con el objetivo de evitar una guerra en Europa. La gran mayoría de parlamentarios apoyó el acuerdo, sin embargo, brilló uno de los que se opuso certeramente al acuerdo con un memorable y desgraciadamente profético discurso. “No puede existir nunca la certeza de que habrá una lucha, si una de las partes está decidida a ceder por completo….Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… elegisteis el deshonor, y ahora tendréis la guerra”. Como el lector probablemente sepa, aquel brillante parlamentario opuesto a la cesión continuada ante las acciones de Hitler era Winston Churchill.

Ceder continuamente, arrodillarse sin ningún tipo de vergüenza no es la solución ante las chulerías pretenciosas de algunos partidos políticos que pueblan el panorama político español y que ahora más que nunca parece que son imprescindibles para alcanzar el poder.

Es evidente que hoy en día es muy difícil que un partido democrático pueda sentarse a pactar con partidos que siguen alabando las gestas de los cobardes asesinos de ETA o de otros que siguen dirigidos por un prófugo de la justicia. Por eso jamás podré entender el empeño de los dirigentes del Partido Popular en tratar de blanquear al partido del prófugo Puigdemont. Hemos asumido que el socialista Sánchez ya está preparando el camino para el pacto con este tipo de partidos, lo que jamás podríamos haber imaginado es que Nuñez Feijoo le asfaltara el camino previamente para posibilitar estos acuerdos. Feijoo quería los votos y con esos intentos tan solo se va a quedar con el deshonor cuando Puigdemont pacte con Sánchez.

En las elecciones de nuestro país no gana el partido que más votos obtiene, sino el que consigue reunirlos con pactos con otros partidos. Se llama aritmética parlamentaria, pero parece que hay algunos que todavía sueñan con el bosque de los mil acres. El Partido Popular debería haber asumido cuanto antes esa derrota en el pasado julio y preparar una inteligente oposición al que probablemente será el peor gobierno para España, y eso que ya hemos sufrido algunos gobiernos infames.

Esa oposición hubiese empezado ganando el relato de que nunca se pactará con partidos solamente unidos por el odio a lo español. La última propuesta realizada por el lehendakari Iñigo Urkullu sobre la España plurinacional y las prebendas que deben recibir Catalanes, Vascos y Gallegos es un insulto a la inteligencia que ya justificaría la convocatoria de nuevas elecciones. Además, debería implicar dos acuerdos entre los grandes partidos. El primero que a partir de ahora los nacionalistas van a ser convidados de piedra y el segundo lugar, un cambio de la ley electoral para que este ilógico poderío de los partidos antiespañoles no pueda decidir el gobierno de España.

Nuestro compañero en ABC lo ha definido a la perfección “Urkullu habla peyorativamente del ‘café para todos’ cuando todos los españoles venimos pagando los capuchinos al País Vasco desde hace 45 años.”

Ante estas cosas, a los valencianos nos esperan momentos muy difíciles. No esperemos la ayuda de Compromís, que va a seguir siendo el mayor tonto útil de la política nacional, ya que le puede su odio a la derecha que su pretendida preocupación por la Comunidad Valenciana.

Por eso a mí me indigna que, ante este panorama, el gobierno de PP y Vox en nuestra comunidad ande despistado sobre el valenciano normativo y si a partir de ahora algunos van a dejar de hacer los tuits en bilingüe. Mientras tanto han ido explotando las minas que dejó el anterior gobierno de izquierdas en la Conselleria de educación en la asignación de plazas del profesorado.  Nos jugamos el futuro y toca recordar al presidente Mazón que este no es el camino.

La situación actual me recuerda a la escena final de la película Terminator, donde a la intrépida Sarah Connor en una gasolinera el dicen “dese prisa que llega una tormenta” y ella contesta con un lacónico “Lo sé”. Al menos ella iba preparada y es lo que nos toca, prepararnos ante la amenaza que supone el gobierno de socialistas, comunistas y antiespañoles.

Miedo a que te llamen facha 

En mayo de 1938 Alicante sufrió un terrible bombardeo por parte de la aviación italiana durante la guerra de civil. Era día de mercado, y las personas que estaban en las cercanías del Mercado Central fueron las que más sufrieron las consecuencias. Un bombardeo terrible y miserable, que cayó en el olvido a pesar de ser el que generó más víctimas durante toda la guerra civil. Curiosamente gracias a Picasso y a los lloros nacionalistas, solo el de Guernica perduró  en el recuerdo.

En el 75 aniversario del bombardeo, con el Partido Popular al frente del Ayuntamiento de Alicante, se inauguró un monumento que recordaba a las trescientas víctimas. Concejales de todos los grupos políticos dimos un pequeño discurso aquel día, pero cuando los dos concejales del Partido Popular salieron a dar el suyo, empezaron los abucheos. Era casi cómico ver las caras que ponían ambos, como si no entendiesen nada de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Su gobierno había organizado y financiado el monumento, había transigido con el mensaje que debería aparecer en el mismo y a pesar de todo les silbaban. Uno de los concejales que había preparado un discurso algo más extenso contando los significados de algunos de los detalles del documento se quedó con las ganas de hacerlo, y ante el incremento de los murmullos y algún que otro insulto, optaron por abandonar rápidamente el atril. 

Días más tarde cuando comentaba con uno de ellos los sucesos de aquel día, me permití decirle al concejal del Partido Popular que para la izquierda, ellos eran como los pilotos italianos que bombardearon Alicante aquel día, y lo peor de todo es que en el fondo hasta ellos mismos tenían vestigios de culpa como si realmente lo hubiesen sido. 

Estos recuerdos me volvieron a la mente cuando leí que el Presidente de la Generalitat, D.Carlos Mazón seguía con todos los proyectos pendientes de memoria democrática que había dejado inacabados la ex Consellera comunista Rosa Garijo. Algunos proyectos de esos habrían sido firmados rápidamente por la Consellera, una vez el tripartito de izquierdas fue derrotado en las recientes elecciones autonómicas. Yo entiendo que no deberían ser muy importantes si fueron iniciados en aquellos minutos del descuento. El Presidente hablaba de evitar incurrir en ilegalidades y tal, algo que no parece muy lógico dado el momento de la firma. En el fondo inevitablemente da la sensación del miedo de los populares a que les llamen “fachas”. Esto les ha provocado querer ser más aplaudidos por una izquierda que les desprecia, en vez de por sus propios votantes que cada vez andan más despistados. 

Es bueno tener memoria de la guerra civil, una vez pasados casi noventa años desde su inicio. Pero la memoria debe ser completa, y no de que unos eran los buenos y los otros eran los malos malísimos y que además son los que forman la derecha actual en España. Que unos eran los listos y que los otros eran los incompetentes, pero que nadie sabe muy bien porque finalmente ganaron la guerra.

Se lleva mucho tiempo contando la guerra civil desde un prisma irreal y además proyectándolo continuamente sobre los políticos actuales con un claro objetivo electoral. Es fácil escuchar que un político del Partido Popular o Vox es heredero directo de los ejércitos de Franco, pero que un miembro de Bildu no tiene absolutamente nada ver con aquellos que tiñeron cobardemente de  sangre nuestras calles durante muchas décadas.

Me permito dar un consejo al Presidente, si quiere continuar con los proyectos de memoria democrática: hágalo, pero cuéntelo todo. Continué con el proyecto de recuperación del campo de concentración de Albatera, pero también recupere alguna de las checas donde comunistas y socialistas torturaban y asesinaban impunemente. O si quiere seguir con reconocimiento al enterrador republicano de Paterna, que recuerde que, por ejemplo, en el picadero de aquella localidad fueron fusilados muchos religiosos o personas que su única pena era haber ido a misa o parecer un buen católico. 

El Partido Popular tampoco debería tener tanto miedo de que le vinculasen a los, según la izquierda, “fachas de Vox”, ya que también fueron habitualmente considerados “fachas” todos los partidos como UPYD y Ciudadanos que no pertenecían a la “izquierda progresista”. La habilidad de la izquierda se basa en conseguir que el Partido Popular solo pueda recurrir a los habituales traidores del PNV.

Los miembros del Partido Popular deben dejar de obsesionarse con hacer las cosas para evitar que desde la izquierda les sigan llamando fachas. Da igual lo que hagan, seguirán diciéndoselo igual a pesar de que sigan los proyectos creados por  la Consellera Comunista. Es hora de vencer con el “relato”, y para eso solo es necesario recordar el pasado sin ira y con objetividad, y mirar hacia adelante. O sea, dejar de creer que el 25 de mayo fueron los miembros del Partido Popular los que bombardearon Alicante, que nadie de los políticos actuales luchó en la guerra civil, pero que sí que hubo partidos actuales que estuvieron presentes en la contienda y que además de su incompetencia, aquellos años demostraron una crueldad sin límites. 

Yo no creo que Pedro Sánchez fuese descendiente de los torturadores aquellos, pero sí que es cierto que su partido en aquella época tiene mucho de lo que avergonzarse.

El PP y el amanecer zulú

En enero de 1879 el británico Lord Chelsford iniciaba la invasión del reino zulú. Las primeras escaramuzas le fueron favorables, parecía obvio que unos nativos armados con escudos de pieles y lanzas no podían hacer nada frente a los modernos fusiles de repetición que utilizaba su ejército. Esa confianza le hizo dividir a su ejercito en dos columnas, la que no dirigía él acampó en una llanura llamada Isandlwana , que no se les ocurrió fortificar dado el desprecio que tenían por la fuerza rival. Cuando Lord Chelsford oyó los disparos que venían de aquel lugar, se dirigió con su columna hacia donde se encontraba la otra. Al llegar pudo comprobar el desastre. Los zulúes habían aniquilado totalmente la columna, mutilando horriblemente los cuerpos sin vida de los soldados. Para evitar tal visión a su ejército, Lord Chelsford hizo retroceder a su columna antes de que amaneciera, un amanecer que aquel día fue zulú.

El amanecer tras las elecciones del 23J no fue favorable al Partido Popular, por mucho que con bailes intentaran disimular que los números no les cuadraban para poder formar gobierno, más allá de alianzas imposibles. Pero mientras Lord Chelsford asumió sus errores y cambió la estrategia para poder derrotar a los zulúes, el Partido Popular todavía permanece atenazado desde aquel funesto amanecer.

Lo primero que debería haber aprendido durante todos estos años es que el PP es el enemigo de la izquierda de este país, una izquierda que jamás pactará con él exceptuando en algunos pequeños ayuntamientos, dónde lo han hecho en la mayoría de los casos por motivos espurios.

Ignoro que pretendía Feijoo enviando una carta a Sánchez, o tratando de pactar con nacionalistas vascos y catalanes. El Partido Popular debería haberse dado cuenta que en este siglo solo ha podido pactar con VOX o con Ciudadanos y que difícilmente va a poder gobernar en solitario. No hay que olvidar que la gran gesta en Andalucía al derrotar al PSOE, se consiguió precisamente con la ayuda de dichos partidos. Su empeño en quitar del tablero a Ciudadanos y a Vox ha sido fatal. En Cataluña la desaparición de Ciudadanos ha dejado la puerta abierta para un gran resultado de los socialistas que al final ha resultado letal para los intereses populares. Su campaña de acoso a Vox no ha sacado del tablero a este, pero ha conseguido movilizar a la izquierda más moderada.

Ignoro qué fundamento tenía el sueño de Feijoo de gobernar solo con la ayuda del PNV. No hay que olvidar que el PNV fue el partido que traicionó a Mariano Rajoy una vez había conseguido todas las prebendas presupuestarias de este. Pero a pesar de todo esto, el empeño del Partido Popular en apoyar al PNV, para que consiguiese varios gobiernos forales y municipales a cambio de un “quid pro quo” similar a nivel nacional, ha acabado en una humillación. El PNV ni se ha dignado en sentarse a negociar un posible apoyo, esta vez con la excusa de Vox, pero hubiesen utilizado cualquier otra excusa si hubiese sido necesario. A lo mejor el PP debería empezar a tratar al PNV como a Bildu, como partidos tóxicos y que da igual apoyar a uno que a otro. Personalmente yo estoy convencido de que son dos partidos que tienen muchas más semejanzas que diferencias, los que tenemos unos años recordamos la actitud miserable del PNV durante los años de plomo de ETA.

Lo de tratar de hablar con el partido del prófugo Puigdemont, además de una humillación innecesaria, es un error que puede permitir la justificación de los inevitables pactos de lo que será el gobierno Frankenstein II.

¿Y ahora qué? Pues toca asumir la derrota, cuanto antes mejor y con la mayor dignidad posible y prepararse para la próxima batalla. Toca hacer una oposición dura sacando todas las inconsistencias que tendrá este gobierno dirigido por independentistas vascos y catalanes.

Preocuparse en ganar el relato, hacer comprender a los españoles que este gobierno es y será una ruina para nuestro país. Que el modelo económico subvencionado de Sánchez nos conduce irremediablemente a una argentinización ruinosa del país.

La otra alternativa es seguir pensando que las elecciones se van a ganar en solitario y que el objetivo inmediato debe ser acabar con Vox. Algo me dice que esta estrategia acabaría como Isandlwhana y sufriríamos otro amanecer zulú.

La sanidad y la oscuridad de Einstein

Hace escasos días, un médico especialista me confesaba que un cuarenta por ciento de las citas que le habían asignado no se presentaban. Comprobó que no era un caso aislado y comunicó la incidencia a los responsables del hospital. Estos, entiendo más preocupados en servir a los que les habían colocado en dicho puesto, le pidieron que investigara el asunto si así se quedaba más tranquilo, pero que en el hospital no disponían de medios para realizar un análisis detallado de las posibles causas. El médico inasequible al desaliento empezó a realizar las llamadas pertinentes a los pacientes que no habían acudido a su cita. Pudo comprobar que además de algún despiste, en la mayoría de los casos estos le confesaron que dado el tiempo de espera que les pronosticaban, habían preferido buscar la solución alternativa que había consistido o bien en acudir a los servicios de urgencias, o bien a la sanidad privada.

Si pasamos a la atención primaria la situación no e mejor, ya que cuando pides cita a través de la aplicación, ya no sabes si el dato que te devuelve es el número de días que tienes de espera o el número de los apóstoles de Cristo.

Todo esto se agrava en determinadas áreas hospitalarias, las llamadas zonas de difícil cobertura, debido a la escasez de personal, dónde se incumple el objetivo de que todos los valencianos tengamos el derecho a una misma asistencia sanitaria independientemente del lugar en dónde vivimos. Esa diferencia de calidad asistencial va a ser una broma cuando el previsible pacto del socialista Sánchez con los “indepes” catalanes y vascos conlleve a unas inversiones en materia sanitaria en estas comunidades a las que nos privarán al resto. Como vulgarmente se dice “valencianos socialistas y comunistas disfruten de lo votado”.

Yo creo que ese desastre de gestión de la sanidad pública condenó en parte a la izquierda valenciana en las últimas elecciones autonómicas. Su discurso de que “viene la derecha a privatizar la sanidad” no atemorizó a los valencianos, ya que la espera a la que eran castigados no tenía ninguna relación con dicho mensaje. Además, las propuestas que lanzó el conseller socialista de sanidad de reducir la jornada laboral de los trabajadores sanitarios, a lo mejor consiguió algún voto entre los mismo, pero dudo mucho que pudiera hacer comprender a los usuarios del servicio que eso mejoraría el mismo.

Ahora tras la decepcionante gestión de sus tres predecesores, en la comunidad valenciana tenemos un nuevo conseller, Marciano Gómez, que tiene un complicado reto que llevar a cabo y no es otro que el mejorar esa asistencia sanitaria. Yo entiendo que no se trata solo de presupuestar más dinero en el sistema, aunque esto facilitaría las cosas. Tampoco se trata de cambiar a los directores y gerentes actuales con carné del PSOE por otros con carnet del PP, sino en poner a las personas más preparadas al frente.

Por supuesto es vital analizar adecuadamente las peculiaridades de las necesidades de asistencia sanitaria en el momento en el que vivimos y que requiere de muchos cambios en el planteamiento de gestión. Hay que abrir la mente para gestionar mejor y tal vez no tener miedo en trasgredir algún dogma que se utiliza desde hace décadas. Por supuesto, dada la escasez de profesionales sanitarios, es imprescindible evitar que pierdan su tiempo en tareas burocráticas y lo puedan dedicar a esa atención del paciente o al estudio de nuevos modelos de tratamiento.

La izquierda valenciana medía sus resultados en base al incremento de la cantidad que asignaba al capítulo de sanidad en  el presupuesto y en el número de centros de salud que decía que iba a hacer, aunque luego no hiciera ninguno.

Einstein decía que la oscuridad no existía, que realmente la oscuridad era la ausencia de luz. En la sanidad pública valenciana se inicia una nueva etapa con la llegada de luz. Del nuevo conseller depende que esa luz siga encendida mucho tiempo o vuelva la época de tinieblas del Botànic. Y para eso toca medir tiempos de espera, eficacia en los tratamientos y muchos aspectos más que por cierto ya evalúan muchos sistemas sanitarios privados y públicos de otros países. Al final se trata de que las acciones a tomar vengan determinadas para mejorar esas mediciones y no para satisfacer a ciertos dogmáticos 

Ciudadanos y los huérfanos de la tormenta

Es posible que hayamos vivido en un periodo político tormentoso que nos hiciese creer la posibilidad de cambiar mucho más las cosas en España de lo que estamos acostumbrados

Publicado en el diario ABC el 14 de julio de 2023

“¡Dios mío! – exclamó Julia- ¿Dónde podremos escondernos durante el buen tiempo, nosotros, los huérfanos de la tormenta?”

Un viaje en trasatlántico, una pareja de viejos amigos que inician un amor larvado con el tiempo, una tormenta en alta mar que lo posibilita, ya que hace que solo Julia y Charles puedan disfrutar del viaje, mientras sus parejas permanezcan en sus camarotes sufriendo insoportables mareos. Pero como dice Julia, la tormenta finalmente acabará sin dejar lugar para esconderse de la dura realidad con lo que toca enfrentarse. Esta historia forma parte de uno de los capítulos finales de la fenomenal serie británica “Retorno a Brideshead” basado en una novela de Evelyn Waugh.

Es posible que hayamos vivido en un periodo político tormentoso que nos hiciese creer la posibilidad de cambiar mucho más las cosas en España de lo que estamos acostumbrados. Hace cuatro años Ciudadanos obtuvo un resultado espectacular en las elecciones de abril y mayo. A pesar de eso, sigue habiendo gente que el resultado podía haber sido mejor del que fue, no soy yo de esas personas dada la estructura y asentamiento que tienen algunos partidos, lo que les da una ventaja notable. En cualquier caso, aquel resultado posibilitaba ser actor principal de la política española, pero los dirigentes entonces prefirieron ser actores de reparto. Ya no tiene sentido volver a analizar donde se empezó a perder el Perú, sino que hacer ahora cuando la tormenta amaina y nos enfrentamos a unas elecciones donde nuestro voto ya no está tan meridianamente claro.

Han sido muchas elecciones participando de forma muy activa a lo largo de toda la geografía española, con éxitos y fracasos, pero siempre con expectativas, hasta llegar a las de julio de 2023. Como Julia y Charles nos toca afrontar la decisión, para mí clave, de qué votar. Algunos compañeros están haciendo campaña activa por la abstención. Me dicen que no hay ningún partido que representa los ideales de Ciudadanos. Yo replico que al menos no son decididamente antiliberales como el gobierno que puede resultar si Pedro Sánchez consigue la mayoría suficiente junto con lo peor de la política antiespañola.

En el debate del lunes pasado entre el socialista Sánchez y el popular Feijoo quedó bastante claro que el primero va a pactar con quién sea necesario para alcanzar el poder.  Pues yo qué quieren que les diga, a mí me molesta especialmente que sean los de Bildu, Sumar, ERC y PdCat entre otros, los que dirijan un país en el que no creen, mientras de forma paralela los amigos de Sánchez destruyen entidades públicas como es el caso de Correos. La mejor forma de evitar esto es votar a la alternativa, y no es otra que votar a los partidos de la otra parte del arco parlamentario como serían Partido Popular o Vox. Puede que sea pragmático, pero siempre hay que elegir la mejor opción, aunque no sea la que hubiésemos soñado.  Pero como dijese el primer ministro británico, Winston Churchill, en plena segunda guerra mundial “Si Hitler invadiera el infierno, me gustaría por lo menos hacer una referencia positiva al diablo en la Cámara de los Comunes”.

Y es que los posibles aliados de Sánchez ya no se esconden. Los líderes de la izquierda independentista vasca y catalana ofrecieron recientemente un mitin conjunto en Durango y presumieron de su influencia sobre el presidente Sánchez diciendo «Lo que vaya a pasar en España lo van a elegir ERC y Bildu». Si esto es así, yo quiero que al menos que no sea gracias a mi voto al PSOE, Sumar o en blanco.

Como decían en la serie Retorno a Brideshead, “El alud había caído, dejando tras sí la ladera desnuda.”. El 23J toca reparar el alud y no profundizar en su hundimiento, y tal como profetizaba Albert Rivera, si ganan, den por hecho que Sánchez y su banda lo harán.

Annual y la última tarde con Inés

«Siempre he pensado que no se rodeó del mejor talento que disponía el partido en aquel momento y fue demasiado comprensiva con los flagrantes errores que habían cometido algunas personas de su confianza»

(Publicado en ABC el 30 de junio de 2023)

Hace escasos días puede disfrutar de una visita al congreso de los diputados acompañado por dos cicerones excepcionales, los diputados de Ciudadanos Inés Arrimadas y Guillermo Díaz. Inés había anunciado en Instagram que había organizado una visita al congreso abierta para los seguidores de su cuenta. Fui afortunado y pude pasar una tarde fenomenal compartiendo las interioridades y conociendo los lugares relevantes del congreso con las explicaciones de Inés y Guillermo. Además del interés cultural, indudablemente para mi era especial por lo que significaba como despedida de la que ha sido uno de mis referentes políticos.

Al hablar con ella tuve la sensación de que su decisión reciente de abandonar esa primera línea de la política le ha supuesto una sensación notable de alivio personal y posibilidad de apertura de otra forma de vida. Le ha tocado pilotar una nave en tiempos muy difíciles y no siempre rodeada de los mejores compañeros de viaje.

Hace algún tiempo comparé las figuras de Albert Rivera e Inés Arrimadas con las de los generales Silvestre y Navarro en el desgraciadamente famoso desastre de Annual. Silvestre fue un ambicioso general que pretendió acabar la guerra que España tenía con el caudillo rifeño Abd El Krim a las bravas llegando lo más rápido posible a Alhucemas. Pero las ganas por llegar a su objetivo le hicieron ir dejando una estructura endeble de pequeños fuertes mal comunicados y sin acceso al agua. Cuando Annual, la fortaleza principal, cayó ante el empuje rifeño, la frágil estructura que Silvestre había dispuesto se desmoronó como piezas del dominó. El general Silvestre nunca tuvo que dar explicaciones de sus desastrosas acciones ya que falleció en aquella batalla. Algo así ocurrió con Albert Rivera que nunca ha acabado de dar explicaciones creíbles sobre los motivos que le impulsaron a no gestionar eficazmente los resultados fenomenales que le habían dejado las elecciones de abril y mayo del 19 y a aparentar ser el responsable de la convocatoria de unas nuevas elecciones donde Ciudadanos fue castigado.

Con la dimisión de Rivera todos los ojos se centraron en Inés Arrimadas, como figura clave del partido para reconducir la situación. No era el mejor momento para ella en lo personal, como tampoco ayudó mucho la llegada de la pandemia que dificultó notablemente la reorganización del partido en aquellos momentos difíciles. Además, de igual forma que ocurrió en Marruecos tras el desastre de Annual, donde muchas de las tropas locales que estaban enroladas en el ejército español desertaron y se pasaron con sus bagajes al enemigo, en Ciudadanos ocurrió algo similar donde muchos vieron que su futuro pasaba mejor por servir a otros amos.

¿Pudo gestionar Inés Arrimadas mejor Ciudadanos tras el desastre de las elecciones noviembre de 2019 en aquella situación? Seguramente sí, yo siempre he pensado que no se rodeó del mejor talento que disponía el partido en aquel momento y fue demasiado comprensiva con los flagrantes errores que habían cometido algunas personas de su confianza (quizás en esto podría haber aprendido algo de Pedro Sánchez). Unas elecciones catalanas mal planificadas, con un resultado infame, dieron lugar a que los responsables de estas organizaran las mociones de censura de Murcia y ¿Madrid? de infausto recuerdo. Ridículo en Murcia y teniendo que afrontar unas elecciones en la Comunidad de Madrid como los malos de la película frente a una política en pleno crecimiento como era Isabel Díaz Ayuso.

Si la campaña de Cataluña fue horrible, parecía la de Kennedy frente a Nixon en comparación con la que organizó Edmundo Bal en Madrid. Bal por la mañana criticaba la corrupción del Partido Popular  para pasar a pedir el voto por la tarde para ser el vicepresidente de Ayuso. Los cero diputados obtenidos por Bal y su jefe de campaña fueron recompensados con puestos de privilegio para ambos en la ejecutiva de Ciudadanos. Visto la escasa lealtad de Bal que ha tenido con Inés, a pesar de aquel generoso e incomprensible gesto, seguro que le ha dado mucho que pensar.

Volviendo a Annual, el general Navarro fue el que tuvo que hacerse cargo de las tropas españolas tras el desastre.  Gestionó lo mejor posible la retirada a pesar de la falta de ayuda y de las acciones miserables de los rifeños.

A pesar de todo, el general Navarro fue llevado a consejo de guerra por sus actuaciones, pero la defensa que se hizo de las mismas hizo que fuese exonerado y absuelto con todos los pronunciamientos favorables.

Es sencillo ser “capitán a posteriori”, y juzgar a las personas una vez conocido lo que ha pasado y no teniendo en cuenta la información que se disponía en cada momento para tomar decisiones. Por eso es ciertamente complicado valorar muchas de las actuaciones tomadas por otros e incluso a veces por uno mismo.

La gestión de Inés Arrimadas al frente de Ciudadanos seguro que es controvertida, pero a mí me gustaría verla en primera línea de la política pronto.

El pacto, ¿con el diablo?

«La izquierda ve las pajas en el ojo ajeno mientras silba con las vigas en el propio»

Publicado en el ABC el 16 de junio de 2023

Uno de los momentos memorables de la película “Match Point” de Woody Allen es precisamente el principio de esta. Una bola de tenis que duda a qué lado de la pista debe caer   y todo lo que puede suponer para los dos tenistas que miran expectantes lo que les depara el destino. En breve se van a constituir los gobiernos de un sinfín de ayuntamientos. Unos cuantos no dependen del voto de tan solo un concejal, sino que además, muchos concejales lo son por un puñado de votos. En el mundo político de los dos bloques en el que nos encontramos, ese puñado de votos va a suponer el poder para unos y la desesperación para otros durante los próximos cuatro años. A la hora de determinar quién será el alcalde de una localidad, no es necesario obtener la mayoría absoluta de votos de los concejales electos, ya que puedes serlo si eres el cabeza de la lista más votada y ningún otro consigue dicha mayoría absoluta. Esto da lugar a que los cabezas de las listas más votadas tengan más juego a la hora de determinar si son necesarios los posibles pactos de gobierno. Los candidatos del Partido Popular de las ciudades de Alicante y Valencia parece que van a hacer valer el ser la lista más votada para no tener que pactar el gobierno con Vox, aunque esto les pueda obligar a tener que llegar a acuerdos puntuales con otras fuerzas políticas para aprobar determinadas propuestas durante los próximos cuatro años. En la tercera ciudad de la Comunidad, Elche, no obstante, el candidato del Partido Popular si que ha firmado un pacto con su homóloga de VOX para poder tener los votos suficientes para ser alcalde, al no ser la lista mas votada. Durante los próximos cuatro años veremos quienes de los tres tienen más tranquilidad a la hora de poner en marcha sus acciones de gobierno.

Pero dónde no ha habido dudas en cuanto al resultado ha sido en la Comunidad Valenciana. Los valencianos han votado mayoritariamente que preferían un gobierno del bloque de la derecha, al igual que hace ocho años votaron en otra línea.  Pero la izquierda ve mal ahora que el conseller de cultura sea un torero licenciado en derecho mientras no le preocupó que su ministro de cultura no haya finalizado ninguna de las carreras que empezó.

Además, es curioso que los que hemos tenido que soportar que unos de los actuales vicepresidentes de la comunidad valenciana lanzarán loas de los grandes logros que ha supuesto el comunismo para la libertad de los ciudadanos, nos tenga que preocupar que un torero ocupe su lugar.  También lo es que los que hemos tenido que escuchar los aplausos cerrados que los diputados del tripartito le dedicaban semana sí y semana también a la anterior vicepresidenta, a pesar de su relación en el asunto de abusos a menores en centros tutelados de la Conselleria, nos tengamos que sorprender como los mismos que aplaudían entonces se rasgan las vestiduras ahora por el pasado del candidato de VOX. Y es que la izquierda ve las pajas en el ojo ajeno mientras silba con las vigas en el propio. El pacto con el diablo no es el que previsiblemente se producirá el mes que viene en el Palau dels Borja, sino el que hemos tenido que soportar estos ocho años

Yo sinceramente como valenciano agradezco la rapidez con la que PP y VOX han llegado a un acuerdo. Ya se verá en el tiempo para quien es más beneficioso. Montar “paripés” de investiduras fallidas para luego llegar a un acuerdo, entiendo que es un insulto a la inteligencia de los valencianos.  También agradezco que esa rapidez permita que cuanto antes, ese nefasto tripartito de izquierdas deje de gobernar la comunidad valenciana. Ese tripartito que en estos últimos días parece que trata de blindar las subvenciones a determinadas organizaciones con la excusa de que es “por la gente”.  Ya pueden imaginar a que gente se refieren.

Por último, un día como hoy nos queda desear muchas suerte a los equipos de gobierno tanto autonómicos y municipales que dirigirán los destinos de la comunidad y los municipios valencianos, así como agradecer a todos los diputados y concejales salientes el trabajo desarrollado estos años.

Fabio, Publio y Ciudadanos

Adrián Vázquez y Patricia Guasp han liderado una propuesta en la línea de Fabio Máximo de retrasar la batalla

Publicado en ABC el 2 de junio de 2023

Uno de los primeros libros que cayó en mis manos sobre la historia de Roma tenía como título «Las batallas de Aníbal». Recuerdo como despertó mi interés sobre una época crítica de la historia de Roma y los tres personajes que destacaban en el libro, cada uno en su momento. Aníbal el general cartaginés que estuvo a punto de acabar con Roma antes de que se convirtiese en Imperio y dos de los generales romanos que se enfrentaron a él con diferentes tácticas.

Quinto Fabio Máximo recibió el poder de las legiones tras el desastre romano en Lago Trasimeno. Consciente de la superioridad de la caballería de Aníbal, inició contra él una guerra de guerrillas evitando los enfrentamientos campales en los que hasta el momento habían salido perdedores. Así, mantuvo a raya al invasor cartaginés, hasta que su cautela fue acusada de cobardía. Tuvo que dejar el poder a otros generales que condujeron al ejército romano a uno de sus mayores desastres en Cannas. Tras aquel funesto día, Fabio Máximo recuperó el poder y las «tácticas fabianas» fueron reconocidas como útiles. De hecho, a Fabio se le dio el sobrenombre de «Cunctator», «el que retrasa», como título honorífico.

Los años de pequeñas victorias de Fabio Máximo, dieron a Roma la suficiente pausa y capacidad para reforzar su ejército y llevar la guerra hasta la propia Cartago. Fue Publio Cornelio Escipión el que propuso cambiar de escenario las batallas y alejarlas de Roma, curiosamente con la oposición de Fabio Máximo. Este murió sin ver la victoria final de Escipión sobre Aníbal en Zama.

Una vez un escritor me comentó en una cena que no hay parte de la historia de nuestro tiempo que no tenga paralelismo con algún fragmento de la historia de Roma. Quizá por eso en el momento actual de Ciudadanos me vino a la mente aquel libro de batallas leído en mi juventud.

Adrián Vázquez y Patricia Guasp han liderado una propuesta en la línea de Fabio Máximo de retrasar la batalla, de no presentarse a las siguientes elecciones debido a que, tras los resultados del 28M, parece que no estamos preparados para estas. Es muy probable que tengan razón, en un momento tan polarizado de nuestra sociedad, con unas elecciones de circunscripción provincial que penalizan a los partidos minoritarios es muy posible que el resultado de Ciudadanos se acercase más a Cannas que a Zama, por mucha heroica o épica que se le quiera dar.

La propuesta ha generado una crisis importante en el seno de Ciudadanos, que deberá ser superada si el partido quiere llegar con la suficiente fuerza a los próximos comicios, que serán las elecciones europeas y las catalanas Para ello, no solo es importante el ahorro de medios económicos y personales, sino que es imprescindible una profunda reflexión sobre los hechos que nos han llevado a esta situación. Escipión aprendió mucho de los errores cometidos por sus predecesores y de hecho utilizó parte de las tácticas de Aníbal para derrotarle. No presentarse a las próximas elecciones puede ser la opción correcta, pero será un tremendo error si Ciudadanos se conforma con esperar tan solo que el ciclo cambie para las próximas elecciones.

Esta decisión ha supuesto muchos abandonos en el partido, incluso de personas tan relevantes como Inés Arrimadas. También es cierto que la derrota de los romanos en Trasimeno hizo que muchos de sus aliados cambiasen de bando, las tácticas de Fabio Máximo también, hasta que mostraron su éxito. Pero este éxito era temporal, la supervivencia de Roma no se podía conseguir solo retrasando cualquier acción bélica. Ciudadanos solo sobrevivirá si además de retrasar el enfrentamiento, consigue preparar el camino para que un Escipión presente batalla en un año. Tal como decía Sun Tzu: «Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después»

PD Releo el artículo que acabo de escribir. No puedo dejar de soltar una lágrima por todo lo que representa, muchas personas se quedan sin opción qué votar en las próximas elecciones. También habrá que sufrir críticas internas y externas por la aparente cobardía. Pero recordé lo que decía Quinto Fabio a sus amigos: «El hombre que temía las burlas y mofas era más cobarde que el que huía del enemigo.«

Desokupa y los Pinkerton

La existencia de ese tipo de empresas indica que algo se está haciendo mal. Pero desgraciadamente esto tiene visos de ir a peor

Allan Pinkerton es conocido por haber fundado la primera agencia de detectives del mundo. Escocés de nacimiento, emigró a los Estados Unidos en 1842 con 23 años. Unos años más tarde fue designado como el primer detective privado de Chicago, para posteriormente fundar, junto con un abogado, la que sería la agencia de detectives más famosa del mundo: “Agencia Pinkerton”.  En aquel momento de expansión de los Estados Unidos, la agencia Pinkerton creció como la espuma. Uno de los más trabajos más característicos era el de la protección de los transportes ferroviarios ante los ataques de bandidos, algo que tanto juego han dado en las películas del Oeste. En años posteriores, los sucesores de Allan Pinkerton siguieron desarrollando la agencia que también tuvo también sus acciones oscuras, como las de ser una fuerza de choque contra las organizaciones obreras que empezaban a desarrollarse a finales el siglo XIX.

Durante la historia siempre ha habido empresas que han crecido ofreciendo servicios que las escasas fuerzas orden público podían dar o en momentos en los que el mantenimiento de la ley y el orden no estaba en su mejor momento.

Hoy en día, el acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los mayores problemas de los españoles. En plena campaña electoral la mayoría de los partidos se están volcando en realizar propuestas para solucionarlo.

Los mensajes del presidente socialista Sánchez hablando de poner a disposición de los ciudadanos las casas de los “bancos malos”, recuerdan más a Hitler, moviendo figuritas de divisiones Panzer que no existen sobre los mapas que tenía en el bunker de Berlín, que a un presidente que haya realizado alguna acción de calado en este tema.

Los de Compromís no se han quedado atrás y ya han lanzado su propuesta, que podríamos calificar de xenófoba. Piden que los extranjeros no puedan comprar casas en España. Los que se volcaban en atender a los inmigrantes ilegales que llegaban a las costas españolas, intentando evitar que un extranjero compre de forma legal una casa en nuestro país. ¿Alguien les entiende?

Pero la última ocurrencia ha llegado por parte de Podemos. Su secretaria general, Ione Belarra, ha lanzado su propuesta de ilegalizar la empresa “Desokupa”. Esta empresa, salvando las distancias con la agencia Pinkerton, se ha especializado en “solucionar” de forma expeditiva los problemas causados por los “okupas”. Belarra ha acusado a esta empresa de ser “una organización parapolicial que acosa y hostiga a las personas vulnerables”.  Obviamente, personas que se han apropiado de la casa de otras personas, digo yo que también en muchos casos igual de vulnerables. Básicamente, Podemos propone que en vez de hacer frente a una ilegalidad, se ilegalice la empresa que hace frente a la ilegalidad. ¡Qué país!

Entiendo que lejos de las ensoñaciones y propuestas absurdas de los partidos de izquierda, se debería actuar urgentemente  sobre los problemas de acceso a la vivienda, poniendo menos trabas y dando más facilidades a la construcción de nuevas viviendas, así como facilitando la rehabilitación de barrios tradicionales. Además, hay medidas que en otros países han aplicado con éxito.

En dicha línea, Adrián Vázquez, secretario general de Ciudadanos, al contrario que los dirigentes arriba comentados, se ha movido con medidas mucho más sensatas. Una de ellas es que los jóvenes menores de 35 años puedan adelantar parte de su futura pensión para poder hacer frente a los primeros pagos de la compra de una vivienda en propiedad.  Vázquez también indica que es necesario mejorar el acceso al alquiler de viviendas y para ellos propone que los propietarios que pongan su vivienda en alquiler puedan obtener bonificaciones.

Al final, en un mercado como el nuestro, es necesario incrementar la oferta de viviendas para que baje el precio de estas. Por eso además de estas medidas de bonificación, es muy importante dar seguridad legal al propietario ante abusos o impagos.

En la España del siglo XXI, no deberían existir empresas como Desokupa, y deberían ser las fuerzas de orden público bajo mandato judicial las que realizasen los desalojos de viviendas ocupadas de forma ilegal. La existencia de ese tipo de empresas indica que algo se está haciendo mal. Pero desgraciadamente esto tiene visos de ir a peor. Con las nuevas leyes aprobadas por socialistas, comunistas y toda la cuadrilla de partidos que les sigue, va a ser más fácil que los “okupas” puedan tener una segunda residencia que cualquier ciudadano en España pueda acceder al alquiler o compra de una vivienda de forma legal pero asequible.

Con Sánchez y Belarra al frente del gobierno, los Pinkerton del siglo XXI tendrían claro que en España tienen posibilidades de trabajo.