(Publicado en el Diario el Mundo el 22/07/14)
El final de la película “Dos hombres y un destino” es sin duda alguna uno de los más inolvidables de la historia del cine. Sundance Kid y Butch Cassidy, dos pistoleros magistralmente interpretados por los dos sex symboks de los setenta, Robert Redford y Paul Newman, se enfrentaban a unos soldados de Bolivia tras un fracasado robo. Ambos pistoleros, que ya están gravemente heridos, se parapetan y definen una estrategia desesperada e imposible para huir del cerco.
Espero no destripar la película a quien no la haya visto, ya que es de recomendable visión, aunque es bastante difícil que los que pertenecemos a una serie de generaciones no la recordemos. Esa estrategia que definen ambos pistoleros es imposible, ya que en parte no son o no quieren ser conscientes de la realidad. Hasta ahora la suerte les ha acompañado y quizá por ello no quieren darse cuenta de lo que pasa a su alrededor. Así parece afrontar su último año de mandato la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y su equipo de gobierno de Partido Popular.
La señora Castedo que ha conseguido rozar el esperpento en la gestión económica del Ayuntamiento de Alicante, se permitía el otro día en unos cursos de verano, organizados para mayor autobombo para su partido, dar lecciones de gestión económica y pedir una nueva descentralización en la gestión de los recursos públicos. Sin el más mínimo rubor, decía que era para promover acciones que facilitaran la creación de puestos de trabajo. Posiblemente ha olvidado que escasos días antes, su equipo de gobierno había aprobado que se le quitasen una gran cantidad de fondos a la Agencia Local de Desarrollo con dirección a un destino incierto, pero más que probablemente para pagar la nefasta gestión de contratas que también han realizado. Unas contratas en las que ha primado de todo menos conceptos como los de libre competencia y concurrencia. Como yo ya denunciaba desde inicios de la legislatura y ahora incluso ya lo dicen abiertamente los empresarios alicantinos, no existe igualdad de trato por parte del consistorio alicantino, y los contratos siempre recaen en los mismos.
Pero al igual que los pistoleros de la película, en un arranque de dignidad, ahora los del PP dicen que van a regular un mecanismo para garantizar la transparencia en los contratos. Seguramente es una casualidad que los contratos más importantes económicamente ya han sido concedidos al mismo empresario. Es un insulto a los ciudadanos que tras hipotecar a la ciudad de Alicante con unas contratas otorgadas muy por encima del precio de mercado, ahora quieran recuperar la imagen de honestidad y eficacia.
Pero ya no es sólo una gestión de contratos sino además de influir notablemente en todos los ámbitos. El enfoque tan romántico de la película hacía impensable que los pistoleros protagonistas pudieran pensar un plan tan mafioso, si hacemos caso a las escuchas recientemente publicadas en este periódico, sobre el como “quitar de en medio” al presidente de la asociación de comerciantes. Pero ahí están las escuchas que parecen demostrarlo, así como una cantidad de acciones que sonrojarían a cualquiera menos al President Fabra y al presidente de la Cámara de Comercio, José Enrique Garrigós, que perdió una gran oportunidad en la noche dela economía alicantina para ubicar a los empresarios en una posición totalmente opuesta al mar de corrupción que asola la ciudad y la Comunidad. Quizá su blando discurso pueda deberse al generoso alquiler que el Ayuntamiento paga por la antigua sede de la Cámara, algunos lo entenderán pero para mí es una pena que algunos pongan un precio tan bajo a la dignidad.
Personalmente he propuesto soluciones y compromiso para cambiar la situación que vive Alicante, pero parece que no hay intención alguna en el Partido Popular de cambiar las cosas. Sólo parecen dispuestos a planificar una última e imposible estrategia como hicieron Sundance Kid y Butch Cassidy antes de caer abatidos en una escena de foto fija inolvidable.