(Publicado en ABC el 18/11/2015)
Hace casi sesenta años se estrenaba uno de los clásicos del cine de ciencia ficción, “El increíble hombre menguante”. La historia narra, en plena psicosis de la amenaza nuclear, las desventuras de un hombre que empieza a disminuir de tamaño al ser atrapado por una extraña nube mientras navegaba con su lancha.
Ignoro si la película se rodó en Alicante y si nuestro alcalde, Gabriel Echávarri, ha sido atrapado por la funesta nube radioactiva, lo que sí que parece evidente es que su liderazgo en el gobierno de la ciudad mengua por momentos. Tras la constitución del tripartito hubo mucha gente que pensó que los socialistas podrían aprovechar la vara de mando para liderar el gobierno de Alicante. No ha sido así, el vicealcalde de Guanyar/Podemos, Pavón, ha desautorizado públicamente cualquier iniciativa de Echávarri, mientras el vicealcade de Compromís, Bellido, le ha arrebatado la presidencia en todas las ruedas de prensa.
La ciudad se pierde entre los líos que provoca Pavón sobre el tardeo, con la limpieza, con el Belén, en el puerto, en el famoso acuario (ahora cerrado), con la concejala imputada y los reuniones con todas las asociaciones catalanistas posibles que realiza Bellido.
Echavarri tiene dos opciones, limitarse a dar lecciones a las asociaciones empresariales y llorar por el pasado, tal como hizo en el fórum Europa en Valencia, o liderar de verdad un proceso que relance a Alicante. Considero que es imprescindible gestionar las enormes posibilidades que tiene Alicante, y también exigir a Ximo Puig que por una vez, aparezca la ciudad en los presupuestos de la Generalitat. Pero para eso Echávarri tiene que ser consciente que él es el alcalde y no debe soportar los ninguneos de sus socios del tripartito.
En la película el hombre menguante sale victorioso en su lucha contra el gato y la araña (terribles dado su tamaño), pero para eso hace falta tener un plan y mucha determinación, ya que, como decía Séneca, si no sabes dónde vas, ningún viento te será favorable.