(Publicado en el diario El Mundo el 13/08/2013)
¿El mundo será romano o cartaginés?, es una frase que se me quedó grabada al leer una narración juvenil sobre la batalla de Zama. En esta batalla se enfrentaban el famoso general cartaginés Anibal frente al general romano Escipión. He vuelto a Zama este verano al leer la trilogía, en mi opinión muy recomendable, de Santiago Posteguillo sobre el gran general romano. Descubrí en el segundo de la trilogía que Escipión utilizó a las llamadas legiones malditas para enfrentarse a su rival. Estas legiones habían sido consideradas malditas por ser las únicas que sobrevivieron a la mayor derrota que Roma había sufrido precisamente frente Anibal unos años antes. Las legiones habían sido desterradas y totalmente olvidadas, y Escipión tuvo que recurrir a ellas ya que el Senado romano no quiso poner bajo su mando otras legiones, como no podía ser de otra manera instigado por los celos de su rival político.
La imagen de Escipión en territorio cartaginés, con un ejército maldito a punto de enfrentarse a una de las batallas más influyentes de la historia me ha venido a la cabeza tras ver la foto del grupo de concejales del Partido Popular en Orihuela camino de la secretaria del Ayuntamiento para presentar una moción de censura. Las tropas de Pepa Ferrando, repletas de imputados y trásfugas, de concejales malditos desde sus respectivos partidos, intentaban por segunda vez el asalto tras descabalgar a Mónica Lorente del liderazgo de las legiones.
Al final toda persona es esclava de sus palabras y de sus silencios, y para mí lo importante de la moción de censura era comprobar si era una acto desesperado, interesado y muy localizado en una ciudad o si era un acto realizado en connivencia con la dirección del Partido Popular. Por las declaraciones de sus máximos dirigentes está claro que esta segunda opción es la real.
En otros países más desarrollados democráticamente se suele perdonar los errores de los políticos, pero jamás sus mentiras. El pacto antitransfuguismo acordado por Partido Popular y Partido Socialista ha sido una gran mentira que jamás han estado dispuestos a cumplir. Para mí lo peor es que los ciudadanos parecen no castigar las mentiras, el ejemplo de Benidorm con moción de censura y abandono del partido socialista de los que la hicieron para luego volver a encabezar sus listas del Partido Socialista. En Orihuela está ocurriendo más de lo mismo, el espíritu del pacto estaba claro y es lamentable que busquen vericuetos cada vez más raros para incumplirlo.
En Orihuela añadimos un aspecto más, y es el número de imputados que el partido Popular iba a presentar en su posible equipo de gobierno, nada menos que cuatro. Además la historia de fingir enfado cuando se presentaba a Mónica Lorente como candidata a alcaldesa y de mostrar alegría cuando iba al lado de la segunda alternativa es de lo más curioso. O sea, que el modelo PP es que un imputado no puede ser cabeza de lista pero si teniente alcalde, seguro que Sonia Castedo y Milagrosa Martínez estarán tomando buena nota de la actitud de su partido.
De todas formas tal es la progresión de los dirigentes del Partido Popular en nuestra Comunidad , y más tras ver los líos generados por Bárcenas a nivel nacional, que se prevén cambios progresivos. Primero era imputados NO, luego imputados SI pero llamados a juicio oral NO, más tarde será solamente los condenados NO, y seguro que acabarán diciendo que los condenados también pueden seguir ocupando cargos políticos para mejorar su reinserción.
A mi me gustaría que en vez de elegir imputados para liderar listas, nuestro dirigentes siguieran otros ejemplos marcados por Escipión. El primero sería no pedir a nadie lo que él mismo no estaba dispuesto a hacer, por eso es lamentable que sigan castigando a la ciudadanía mientras otros mantienen sus privilegios. Otro sería el de la innovación, el cambio de estrategia cuando una se demuestra errónea. Escipión cambió la estrategia para enfrentarse a Anibal, mientras otros generales insistían una y otra vez en el mismo error. Por último Escipión puso a los mejores al mando de sus tropas no a los más fieles a su persona.
Para acabar me gustaría pedir perdón por haber comparado la gesta de Escipión con la esperpéntica moción de Orihuela, y para finalizar tal como empecé yo me haría una pregunta, ¿Nuestro mundo seguirá dominado por los corruptos o no?. Los ciudadanos tendrán la palabra.