Ikea y la marmota

atrapado

(Publicado en el Diario Información el 5/07/2013)

El día de la marmota, o como se le conoce en España “Atrapado en el tiempo”, es una curiosa y divertida película que narra las aventuras y desventuras de un hombre del tiempo condenado a vivir una y otra vez el mismo día.  El hombre del tiempo, genial Bill Murray, conserva las experiencias de vivir una y otra vez el mismo día mientras para todos los que le rodean el día vuelve a empezar de cero.

En muchos momentos los plenos del Ayuntamiento de Alicante se han convertido en un día de la marmota, repitiéndose una y otra vez los mismos temas, fundamentalmente porque el Partido Popular es incapaz de cerrarlos para una vez solucionados poder dedicarse a otros.

Uno de los temas recurrentes, desde la legislatura pasada es la posibilidad de que la multinacional Ikea instale uno de sus centros en la ciudad de Alicante.  Hay mucha gente que considera que tener un Ikea un tu ciudad te pone en el mapa, al igual que hacen los aeropuertos o las estaciones del AVE. No obstante por las implicaciones que tiene, toda implantación de gran superficie genera una controversia notable entre los que las defienden por los puestos de trabajo que puede crear y otros que la atacan precisamente por los que pueda destruir.

Desgraciadamente, esta posible implantación de Ikea se ha vinculado al famoso plan Rabasa y al archiconocido empresario que está detrás de él. Para mí este es uno de los grandes errores en la gestión del Partido Popular en este asunto. La negociación debería haber sido directa, pensando en los intereses de la ciudad y no en la de intermediarios. Así siempre ha existido un halo de oscuridad que no ha permitido conocer cuales era la planificación real y si Rabasa era realmente la única alternativa aceptada por Ikea o la que interesaba al intermediario.

En el pleno cuando se debatió el asunto Ikea a partir de una declaración institucional de Esquerra Unida, las posturas se repitieron como en el día de la marmota. El Partido Popular con su oscuro “Haremos lo mejor para la ciudad pero sin aclarar nada, no sea que tenga que rectificar y cada día se me note más”.  Esquerra Unida continua con su opinión de “No a Ikea”, postura que yo respeto ya que es la misma que han mantenido siempre, aunque en el pleno la intentaron enmascarar con un sí condicionado a más condiciones que las que se impusieron a los alemanes al finalizar la primera guerra mundial.

Desde UPyD siempre hemos considerado que una instalación de Ikea sería positiva para Alicante, siempre que no viniera acompañada por la instalación de dos macro centros comerciales anexos. Yo entiendo que Ikea puede ser un revulsivo positivo pero el construir dos macrocentros en la zona romperían el ya frágil equilibrio de los centro actuales y desplazaría el comercio hacia el extrarradio en vez de hacia la ciudad que es donde interesa. Puedo comprender que Ikea desee instalarse en Rabasa, ya que esa zona conforma el punto de mayor accesibilidad de la provincia de Alicante. No obstante y por  ello los responsables institucionales deberían reservar dicho lugar a un fin más importante como pudiera ser un parque tecnológico junto a la Universidad, pero dada la situación económica éste no se vislumbra. Este parque, en cualquier caso, podría ser compatible con Ikea si ésta viene sola.

Por cierto el Bill Murray del día de la marmota es en nuestro caso el PSPV, son los únicos que cambian cada día,  empezaron hace tiempo con un No a Ikea, pasaron a sí a Ikea pero no en Rabasa, luego a un “bueno no estaría mal en Rabasa”, como sigan en esta progresión acabarán montando una UTE con Enrique Ortiz para construirla conjuntamente. Por cierto su propuesta de pedir a Ikea que contrate a gente residente en Alicante, además de ser amoral y posiblemente ilegal, no es razonable en un partido de vocación nacional. Además podría provocar respuestas en las misma línea de los municipios colindantes.

 En la película del día de la marmota se rompía  el hechizo con el cambio de actitud del protagonista, en Alicante la solución a Ikea sólo se puede conseguir con transparencia, independencia de intermediarios y con responsabilidad por parte de todos los grupos políticos

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