¿Seré franquista?

¿Seré franquista?

Publicado en Abc el 24 de abril de 2024
Lo reconozco, soy culpable, culpable de leer en mi juventud más de uno de los libros
que el escritor valenciano Fernando Vizcaíno Casas escribió. En todo caso, debería
compartir la culpa con mi padre, que era el que los compraba. Vizcaíno Casas era
considerado por muchos como un nostálgico del franquismo, por otros, un crítico con
algunas de las cosas que la democracia había traído a España. También algunos lo
calificaron como visionario por la forma en la que predijo el absurdo al que podríamos
llegar con la implantación de las lenguas autonómicas en Congreso y Senado.
Recuerdo especialmente su libro “Cien años de honradez”, dónde con gran sentido del
humor, pero también con mucha documentación, narraba los primeros años del
felipismo. Para “mi joven yo” era muy curioso y estimulante comparar la visión
triunfalista que la televisión de entonces retrataba aquellos años, con la mirada crítica
de Vizcaíno Casas. También lo fue comparar el relato que de la guerra civil hacía
Ricardo de la Cierva en el semanario “Época” con el que podía leer sobre la misma
contienda escrito por el historiador inglés Hugh Thomas, de gran relevancia por
aquellas fechas. Quizá el leer prácticamente todo lo que cayera en mis manos en
aquellos tiempos, y pensar que nada de lo que leía necesariamente era cierto al cien
por cien, me ayudó mucho a construir mi espíritu crítico.
Ese espíritu crítico puede ayudar a entender una época que no viviste o en la que eras
demasiado pequeño para darte cuenta de lo que ocurría más allá de tu casa o de tu
grupo de amigos. De aquellos años solo recuerdo las imágenes en televisión de
enormes colas de gente rindiendo pleitesía a los restos mortales de Franco en el día de
su entierro. Sí que recuerdo una conversación de mis padres acerca del apoyo que
tenían que dar a la votación al referéndum de 1976 que sepultaba la dictadura y daba
origen a la democracia que hoy en día disfrutamos.
Y es que muchos podían ser nostálgicos del franquismo, o quizá de la época en la que
fueron jóvenes, pero como no podía ser de otra manera, el franquismo murió con
Franco. Quizás se podía haber hecho una transición mejor, o quizás no, ya todo es
historia ficción. Parece evidente que hoy en día pagamos algunos de los errores
cometidos en aquellos años, pero sinceramente yo no creo que se pudiera haber
hecho mejor.
Pero incapaz de solucionar los problemas del hoy, la izquierda parece empeñada en
tratar de ganar las guerras que perdieron hace casi cien años. Y han regresado Franco,
Largo Caballero y los millones de muertos en las cunetas para tratar de encrespar y
dirigir a la sociedad del siglo XXI. Que Franco fuese un dictador no lo niega nadie, que
Largo Caballero fuese además de un radical, un inútil consumado que perdió la guerra
tampoco. Que Franco dio un golpe de estado en 1936 contra la República democrática
no lo puede negar nadie, tampoco que el PSOE y la UGT organizaron otro contra la
misma Republica en 1934. La historia es la que es, aunque pueda tener diversos
matices.
Y llegamos a 2024, y la Cortes Valencianas van a aprobar una ley de Concordia
Democrática, parece que para contrarrestar la ley de Memoria Histórica promulgada
por el socialista Sánchez con la colaboración de Bildu. Conociendo los autores de esta
última, seguro que me gustará más la primera.

Y es que la izquierda se indigna porque una consellera del gobierno valenciano, Elisa
Nuñez, dijese que Franco era un personaje histórico, pero no le molesta que Zapatero
califique de “Presidente” al huido de la justicia Carles Puigdemont. También esa
izquierda que solo se indigna hasta que finalizaron las elecciones vascas, de que el
candidato de Bildu no quisiese calificar de banda terrorista a ETA.
Es posible que la izquierda necesite algo más tangible que el término fascista para
insultarte cuando pones en duda alguno de sus dogmas y por eso ha resucitado a
Franco. Si pones en duda la inmersión lingüística eres franquista, si crees que se
debiera limitar la influencia de los independentistas a través de una nueva ley electoral
eres franquista, si escribes en ABC eres franquista (no es broma todo eso me ha
pasado en redes sociales). Así, casi cincuenta años después de su muerte, Franco está
más presente entre nosotros que al año de morir. Vizcaíno lo predijo con su libro “al
tercer año resucitó”. En su narración, Franco decide volver al Valle de los Caídos al
comprobar cómo ha cambiado España tras su muerte. Si lo escribiera ahora describiría
como la izquierda trata de impedírselo.

Bildu o el vicelehendakari del PP

Bildu o el vicelehendakari del PP

Publicado en Abc l 17 de abril de 2024


El día que los terroristas de ETA asesinaron al almirante Carrero Blanco tenía miedo
de irme a dormir por la noche, miedo a que los asesinos llegasen a mi casa e hiciesen
lo mismo conmigo. Tampoco puedo olvidar la cantidad de años en los que hemos
pensado lo peligroso que podía ser ir a Madrid o Barcelona por si ETA cometiese uno
de sus salvajes crímenes. El miedo a ir a Barcelona duró algo menos, ya que tras la
tregua firmada entre los de Esquerra Republicana y los terroristas de ETA, estos
últimos se comprometieron a no atentar en Cataluña. En su momento entendí que a
los de Esquerra les daba igual si un catalán era asesinado, siempre que lo fuese en el
resto de España.
Unos años más tarde, los de Esquerra Republicana gobiernan en Cataluña y el partido
de los sucesores de ETA tiene serias opciones de hacerlo en el País Vasco. Ya
gobiernan con el apoyo del Partido Socialista en la capital navarra.
Mientras tanto, la izquierda está empeñada en volver a juzgar todos los crímenes
sucedidos durante la guerra civil, obviamente solo los de un bando, no sea que se les
vea la vertiente criminal de su partido en aquellos años. Este es el país que tenemos,
donde algunos pretenden recordar lo sucedido hace casi un siglo, pero sepultar los
crímenes que los terroristas de ETA cometieron en plena democracia. Para mayor
tristeza de muchos de los que consideramos a la guardia civil como un cuerpo
ejemplar del que sentirnos orgullosos, parece que alguno de sus mandos ha
colaborado por acción o por omisión en ocultar la implicación de uno de los líderes de
Bildu, Arnaldo Otegi, en algunos de los crímenes cometidos. Una de dos, o es algo de
lo que se acordó en los pactos de investidura del socialista Sánchez o la izquierda no
quiere que se les estropee su política de “pactos de progreso” con los que siguen
homenajeando a los asesinos etarras.
La alternativa al candidato de Bildu es Imanol Pradales, del partido más traidor de la
historia de España desde que Aníbal desembarcó en lo que sería nuestro país. El PNV
lleva toda su existencia mirando solo por su interés. Ha traicionado al PP, pero también
a los republicanos, que vieron como los valientes gudaris les abandonaban en plena
ofensiva de las tropas franquistas. Luego te venderán lo del cinturón de acero
antifranquista, pero no reconocerán que se rindió sin pegar un solo tiro. Tiene algo de
justicia poética que los del PNV ahora tengan miedo de que el partido al que siempre
protegieron, pisoteando cualquier atisbo de dignidad, pueda arrebatarles el poder.
Podían haberlo pensado antes de proponer el famoso pacto de Estella para blanquear
a los abertzales tras la conmoción existente en toda España por el asesinato del
concejal popular, Miguel Ángel Blanco.
Lo cierto es que el PNV se aprovechó de que la violencia etarra expulsara del País
Vasco a aquellos que podían ser una alternativa democrática y de paso también les
permitía chantajear a los gobiernos sucesivos del España.
El candidato socialista, Eneko Andueza, sigue diciendo a todo el que le da los buenos
días que él jamás va a pactar con Bildu. De momento ha sido incapaz de explicar
porque en Navarra o en España sí que pactaron con ellos. Obviamente viendo la
trayectoria reciente de los socialistas muy poca gente le cree. Hay un chiste que
circula por las redes en las que dice que unos estafadores están buscando a esos
votantes crédulos que confían todavía en la palabra de los socialistas, para intentar
venderles la torre Eiffel.

Desgraciadamente los partidos de estado lo tienen complicado. Los militantes de Vox
se juegan la vida cada vez que intentan realizar un mitin. Es bastante miserable que
algunos que se llaman demócratas, aplaudan a los salvajes que les impiden realizarlos
con normalidad.
Por último, queda el Partido Popular. Me encantaría que obtuviese los suficientes
diputados como para poder decidir si el futuro lehendakari fuese del PNV o de Bildu.
Confío que si eligen al primero sea a cambio de que uno de los suyos fuese el
vicelehendakari. Visto lo visto, cada vez hay menos diferencias entre que gobierne el
PNV y los socialistas, a que gobiernen estos últimos con Bildu. Y decantarse de gratis
por la primera opción podría llamar la atención de esos estafadores de las redes
sociales y que estos intentaran vender la torre Eiffel a los del PP. Y si dudan, que se le
pregunten a los que dieron la alcaldía al socialista Collboni en Barcelona.

¿Libertad lingüística o traición a sus votantes?

¿Libertad lingüística o traición a sus votantes?

Publicado en Abc el 9 de abril de 2024

Tras la victoria de los aliados en el Alamein frente a las tropas de Hitler, el primer
ministro británico, Winston Churchill, dijo aquello de «Esto no es el fin. Ni siquiera es el
principio del fin. Pero tal vez sea el fin del principio».
Estas podrían ser las palabras que recite el conseller de Educación, José Antonio
Rovira, ante la presentación de la ley de libertad lingüística que, previsiblemente
Partido Popular y Vox aprobarán en breve en las Cortes Valencianas.
Si esta ley es el fin del principio, cabría recordar que el principio se produjo cuando el
socialista Ximo Puig encargó a Vicent Marzà, un nacionalista de Castellón con escaso
conocimiento de la realidad lingüística de la Comunidad Valenciana, gestionar la
educación de los jóvenes valencianos. Marzà, al que se le podría perdonar su escaso
conocimiento inicial de esa realidad, pero no su falta de voluntad de conocerla, ya que
esta realidad podría destruir su pensamiento onírico sobre la necesidad imperiosa de
imponer el aprendizaje del valenciano y a desterrar en lo posible el español de las
aulas. Al final ese pensamiento onírico se plasmó tras múltiples derrotas jurídicas en la
ley del plurilingüismo, todavía vigente.
Al equipo de Mazón le ha costado casi un año poder construir un borrador que pudiera
llevar a los colegios esa libertad de elección de la lengua vehicular que había
prometido en campaña. Y el resultado final parece que no ha contentado a todo el
mundo. A la izquierda era previsible, ya que con la coherencia que lo caracteriza
hubiesen criticado cualquier propuesta que venga del equipo de gobierno sea la que
sea. Obviamente al tratarse de un tema tan espinoso como es el de la lengua, ya han
sacado a pasear el espíritu de Franco, que es el comodín que de tanto utilizarlo se les
va a gastar.
Los que se han sentido traicionados son muchos de los votantes de Vox, que
esperaban una ley que erradicara casi completamente el valenciano de las aulas. No
ha sido así como era previsible, ya que, en una comunidad bilingüe, como es la
nuestra, podría no ser razonable e incluso recurrible. En cualquier caso, si los
negociadores de su partido hubiesen sido algo más hábiles en el momento del pacto
de gobierno, podrían haber aprendido de Compromís y haber exigido la Conselleria de
Educación. Quizá en Madrid desconocieran lo sensible que es este tema y los
enormes réditos que le podría haber dado de gestionar dicha Conselleria. Ahora solo
les queda asumir el documento que ha confeccionado el Partido Popular, aunque
pueden solicitar algunas mejoras.
La proposición de ley es correcta. Me gusta que se vaya a preguntar a los padres la
lengua base con la que quieren que se eduque a sus hijos, ya que permitirá conocer la
realidad lingüística de nuestra Comunidad, en vez seguir sobre unas hipótesis con
escaso fundamento. También me ha parecido adecuado que se contemple que los
estudiantes puedan utilizar libros y realizar el examen en la lengua que deseen. El
hecho de que haber obtenido determinadas calificaciones en las asignaturas de
valenciano de bachillerato o en las pruebas de la EBAU sea equivalente al “C1” es
algo que animará a muchos estudiantes a realizar esas pruebas con interés. También
romperá el mercado, algunos lo llaman mafia, de la obtención de certificados.

La determinación de los porcentajes de uso de las lenguas oficiales en las asignaturas
es algo complejo y habrá que esperar a ver como se articula en cada curso en los
centros escolares.
Esta ley es el primer paso por mejorar la educación de nuestros jóvenes. Queda un
largo camino por recorrer. Será importante saber qué hace el gobierno en base a los
resultados de las consultas a los padres de toda la Comunidad. También es importante
comprobar si se atreven a modificar las pruebas de acceso a la universidad para no
seguir perjudicando a muchos valencianos que tienen que seguir haciendo de forma
obligatoria el examen de valenciano.
Yo considero que esta ley de libertad lingüística es tan solo el fin del principio. Si se
aprovecha de las posibilidades que aporta, se podrá conseguir el principio del fin de
las anormalidades que trajeron socialistas e independentistas a su paso por el
gobierno valenciano. En caso contrario, quedaremos en el fin del principio hasta que
vuelva a gobernar la izquierda y retrocedamos una vez más en el tiempo.

Oltra, Ayuso y el destino del rey Pedro

Oltra, Ayuso y el destino del rey Pedro

Publicado en Abc el 3 de abril de 2024


El rey Pedro II de Aragón, padre de nuestro Jaume I el conquistador, encontró la
muerte en la localidad fortificada de Muret. El comandante de sus enemigos, Simón de
Monfort, había decidido que una de las acciones que podían facilitar su triunfo era
precisamente la muerte de su rival. Por ello, mandó expresamente a dos caballeros a
que se encargaran, lo más pronto que pudieran, de abatir al rey rival. Así lo hicieron y
consiguieron que, con la muerte de rey, las tropas de este emprendieran la retirada.
Más allá de lo que se contaba de las acciones caballerescas de la guerra medieval, la
verdad es que en la mayoría de las ocasiones se buscaba lograr la victoria a cualquier
precio, y matar al rey o comandante rival era una de las formas de conseguirlo.
Algo así lleva sucediendo durante muchos años en nuestra política, cuya acción no se
basa en definir estrategias y planes que mejoren la vida de los ciudadanos, sino de
simplemente destrozar a las personas que brillan en el bando rival. Nadie puede dudar
de que Mónica Oltra había sido el artífice del éxito de una izquierda nacionalista
valenciana, que hasta el momento se había estrellado en las urnas sin ella. Y quizá
por ello, Mónica Oltra ha sido víctima de este modelo de estrategia. Así, veintiún
meses después de lo que antes se conocía como imputación, su caso ha sido
sobreseído. Pero durante todo ese incomprensiblemente largo período, Oltra dejó la
vicepresidencia del gobierno valenciano y unos meses más tarde la izquierda era
derrotada en las urnas.
El actual líder de Compromís Joan Baldoví se preguntaba “¿Y ahora quién paga por
todo el sufrimiento?, a lo que la ex alcaldesa de Alicante, Sonia Ramos, le contestaba
que “Ahora se aguanta como hemos hecho todos, todas y todes”. Y es que la izquierda
parece no querer darse cuenta de que en este tipo de acciones no ha sido solo víctima
sino también verdugo. No son solo los casos del pasado reciente, sino los mismos que
se rasgan ahora las vestiduras ante lo sucedido a Oltra, están a la vez pidiendo la
dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid por los presuntos delitos fiscales
de su pareja. Se ve que el día que repartían en el cielo las dosis de coherencia, ellos
estaban escuchando un discurso de Fidel Castro.
En cualquier caso, parece que la Conselleria que dirigía Mónica Oltra actúo
negligentemente en el caso de la menor que sufrió abusos y de forma
sorprendentemente diferente a como lo hizo en otro centro ante un caso similar que
había ocurrido unos meses antes.
Pero tampoco hay que olvidar los hechos que condujeron a su dimisión. Lo primero
que hizo Compromís tras conocerse su imputación, fue organizar una fiesta en su
honor. Las imágenes vergonzantes de Baldoví y el entonces alcalde de Valencia, Joan
Ribó bailando encima de un escenario con Oltra la condujeron al borde del precipicio.
¿La izquierda progresista y feminista homenajeando a una señora presunta
encubridora de abusos sexuales a menores? Y Yolanda Díaz y Mónica García que
hasta ese momento compartían proyecto con ella, salieron silbando. Solo faltaba que
alguien diese el hachazo final, y fueron los socialistas de Ximo Puig los que lo hicieron.
Puig aprovechó la ocasión para librarse de un solo golpe de una socia incómoda que
le chantajeaba en cada presupuesto, y por otro lado eliminaba una rival del arco
político de la izquierda. Puig probablemente pensaba entonces que tenía suficiente
margen para seguir derrotando a la derecha. Puig le enseñó el camino del adiós a
Oltra con la bendición de la ministra Diana Morant. No me lo invento, las hemerotecas

están ahí. Así que provoca sonrojo la forma en la que ahora se dan golpes en el pecho
maldiciendo la injusta justicia.
¿Qué ocurrirá ahora? Probablemente Mónica Oltra si así lo desea volverá a liderar
Compromís, entre otras cosas porque sus sucesores han resultado ser un completo
fiasco. Obviamente todo ello con el aplauso de los socialistas que se han dado
cuenta que sin los independentistas valencianos no llegan al poder y fuera de él hace
mucho frío.
Por cierto, Simón de Monfort, el que diseñó el ataque al rey Pedro, murió cuando
asediaba la ciudad de Tolosa. Le lanzaron una pedrada cuando desde las murallas
detectaron que el jefe rival se ponía a tiro. Y es que el que a hierro mata a hierro
muere, en la época medieval y en la actual.

La huelga universitaria y las paellas

La huelga universitaria y las paellas

Publicado en Abc el 21 de marzo de 2024
Giuseppe Tomasi di Lampedusa fue un escritor de una única novela, “el gatopardo”,
que desgraciadamente solo se publicó tras su fallecimiento. No obstante, fue el origen
de una gran película de Luchino Visconti y ha dejado en los anales de la historia una
frase que es una y otra vez repetida «Si queremos que todo siga como está, es
necesario que todo cambie”.
La novela trataba sobre los cambios en la Italia de Garibaldi, pero se ha utilizado
recurrentemente para expresar esa sensación de que tras unos cambios más o menos
costosos, todo sigue igual. Esa sensación me queda tras comprobar los primeros
pasos de la aplicación de la ley de universidades que aprobó el año pasado el
gobierno de progreso. Newtral destacaba con su titular lo que consideraba más
importante de la nueva ley : “Claves de la ley de universidades: huelga reconocida
para los estudiantes y el fin de los colegios mayores segregados”. El mundo cambia a
una velocidad de vértigo, las necesidades de la sociedad con respecto a los futuros
egresados universitarios no son las mismas que hace años. Las nuevas tecnologías
suponen un reto, pero también ofrecen nuevas posibilidades de formación, sin
embargo, para el gobierno de progreso el aspecto clave es que no puede haber
colegios mayores dónde no convivan estudiantes de diferentes sexos. Todo ello
parece que debido a que durante la tramitación de la ley de universidades se produjo
un suceso, recogido por los medios de comunicación, de “cánticos machistas” en un
colegio mayor de Madrid en 2022.
Por supuesto los partidos nacionalistas han dejado su impronta en la nueva ley
obligando al Partido Socialista a incorporar el refuerzo de las agencias autonómicas de
evaluación de la calidad con competencias plenas, lo que destruye por completo la
idea de disponer de unos sistemas de evaluación homologados y únicos para todo el
país. En unos años el sistema universitario español dejará de serlo para llegar a ser un
conjunto de sistemas dónde ya no primará la excelencia de las buenas notas para
poder elegir la universidad dónde quieras estudiar, sino el lugar dónde naciste. Es
curioso que tal como parecen ser las nuevas exigencias en materia económica de los
socios nacionalistas de los socialistas, el resto de los españoles vamos a pagar las
universidades de vascos y catalanes, pero donde en breve nuestros hijos no podrán
estudiar en caso de que así lo deseen.
Por supuesto no se atrevieron a modificar en lo esencial el modelo de gobernanza de
las universidades, donde ahora son fundamentalmente los trabajadores de la
universidad los que eligen a su rector. Imaginen si en la empresa Mercadona o en el
Corte Inglés fuesen los trabajadores los que votaran a su presidente. Pues eso,
probablemente se olvidarían del cliente, en el caso de las universidades los
estudiantes. Nada de hablar de como mejorar la empleabilidad de nuestros
estudiantes, aspecto para mí critico y fundamental que debería fijar en gran parte la
financiación de las universidades. Pero parece que los estudiantes se han conformado
con el reconocimiento a los derechos a las huelgas y paros académicos.
Para mi sorpresa en la Universidad de Alicante ya nos ha llegado la notificación de
solicitud del primero de los paros académicos. Todo ello basado en una serie de
explicaciones bastante difusas, pero que pierden todo el sentido al haber hecho
coincidir el paro académico con el famoso día donde se celebran la fiesta de las
paellas universitarias. El éxito del paro académico está garantizado pero la credibilidad
de este, de los que lo convocan y de los que lo autorizan difícilmente podrá levantar el
vuelo.

La Inteligencia Artificial y el quinto jinete

La Inteligencia Artificial y el quinto jinete

Publicado en Abc el 14 de marzo

Leer como Stephan Zweig narra en su libro “momentos estelares de la humanidad” el
asedio de Constantinopla por los turcos es algo más que recomendable. Te hace sentir
como vivían los defensores de la ciudad aquellos momentos épicos, mirando al
horizonte esperando la ayuda que nunca iba a llegar, y confiando más que nunca en la
resistencia de las grandes murallas. La historia de Zweig no hace ninguna referencia a
la famosa discusión bizantina donde se indica que los eruditos seguían debatiendo
acerca del sexo de los ángeles, ajenos al más que previsible futuro funesto de la
ciudad.
No dejo de pensar en aquellos eruditos cuando observo como la Unión Europea trata
de poner vallas al campo en cuanto al tema del control a los desarrollos con
Inteligencia Artificial (IA). Mientras tanto, Estados Unidos, China y algún que otro país
se han lanzado en la apuesta decidida por la investigación en todo lo referente a la IA
y sus posibles aplicaciones.
No hay más que mirar el número de ceros que tienen las cifras de inversiones de los
proyectos sobre el tema, para darse cuenta de que para estos países es un asunto de
vital importancia. En Europa parecen preferir prefieren plantear leyes, como la
recientemente aprobada por el parlamento europeo, que controlen y regulen ese
desarrollo, en vez de dedicar más medios a esa investigación para no quedarse atrás.
Quizá más de uno debería haberse dado cuenta de que en un mundo como el actual,
los problemas globales requieren de soluciones globales. Es un error pensar que las
fronteras europeas y nuestras leyes nos van a proteger del quinto jinete del
apocalipsis, que es el nombre que algunos parecen haber asignado a la IA. Es posible
que toda una generación de políticos se haya visto influenciada por las películas de
“Terminator” o la de “2001 una odisea en el espacio”, y por ello vean a la IA como una
amenaza en vez de una oportunidad de progreso.
Lo único que podemos afirmar con certeza es que la gran cantidad de información
disponible sumada a la elevada capacidad de proceso de los ordenadores actuales
han hecho posible lo que hasta hace relativamente poco solo eran teoremas y
elucubraciones del pasado.
La rapidez en la que sistemas como ChatGpt han captado los millones de usuarios, o
comprobar como la mayoría de las empresas más cotizadas en el mundo son
empresas tecnológicas, nos deberían hacer ver que la IA ya no es futuro, sino que
incluso, muchas de las cosas que contamos acerca de sus capacidades son pasado.
La carrera ha comenzado y podemos ser participantes o público.
Obviamente hay algunos de los derechos fundamentales del hombre que tienen que
estar preservados de un uso malévolo de la Inteligencia Artificial o cualquier otra
tecnología. Pero es más fácil conseguir esto potenciando la formación de nuestros
ciudadanos en lo que es la Inteligencia Artificial, en cuáles son sus posibilidades y
también sus riesgos. También apoyando a las empresas europeas para que utilicen
esta nueva tecnología para poder competir de tú a tú con las de otros países más allá
de nuestras fronteras. Por supuesto, no mejoramos la situación empeñándonos en
salvaguardar artificiosamente las profesiones que posiblemente desaparecerán o se
van a ver enormemente afectadas, sino en prepararnos para las nuevas profesiones
que sin duda alguna van a tener lugar.

Europa podrá avanzar más deprisa si invertimos y aprovechamos la tecnología en vez
de tratar inútilmente de regularla, ya que los demás no se van a parar, y las fronteras
en la tecnología no existen. Como afirmaba Francisco Cambó “Hay dos maneras
seguras de llegar al desastre: una, pedir lo imposible; otra, retrasar lo inevitable”. Que
se lo digan a los defensores de Constantinopla, ya que a pesar de que sus robustos
muros resistieron, sufrieron la derrota final por culpa de una pequeña puerta mal
cerrada.

8M: De Ada y Mary a Francina y Yolanda

8M: De Ada y Mary a Francina y Yolanda

Publicado en el Abc el 7 de marzo de 2024


Ada Lovelace da nombre a una de las salas de la Escuela Politécnica Superior de la
Universidad de Alicante. Ada Lovelace fue la única hija legítima del poeta Lord Byron.
Lo tuvo difícil desde el momento de su nacimiento, ya que su padre se sintió
profundamente decepcionado de que ella no fuese un varón. Al poco tiempo, Byron se
separó de su mujer, aunque esta obtuvo la custodia legal de su hija, algo curioso en
unos tiempos en los que la ley primaba siempre al varón. Ada aprovechó su posición
social y su enorme talento matemático para relacionarse y para aprender de los
mejores científicos de la época. Uno de ellos fue Charles Babbage, considerado padre
de los computadores, ya que diseñó una calculadora mecánica sobre la base de lo que
son hoy. Ada y Charles mantuvieron una amistad que duró toda la vida, y las
propuestas de Ada estimularon el talento de Babbage en unos años donde la
automatización de los trabajos mecánicos era un objetivo fundamental. Algunos
afirman que Ada fue la primera en construir un algoritmo informático, pero lo que sí
que parece asegurado es que fue la primera en ver que aquellas calculadoras podían
ir mucho más allá del simple cálculo de funciones numéricas. El departamento de
defensa de los Estados Unidos dio su nombre a uno de los más populares lenguajes
de programación de los 80, el Ada. Recuerdo que cuando estudie Ingeniería
Informática, en los tiempos del pleistoceno, el profesor que detallaba la historia de los
lenguajes de programación, al llegar al Ada dijo que su nombre se debía a la amante
de Charles Babbage. ¡Qué cosas!
Byron, tras abandonar a Ada y a su hija, siguió su vida y al siguiente verano acudió a
la Villa Diodati, a orillas del lago Lemán en Suiza. En la villa coincidió con el
reconocido poeta Percy Shelley. Aquel verano fue especialmente frio debido a la
erupción de un volcán y los jóvenes talentos tuvieron que encerrarse en la villa más de
lo deseado. En una de esas noches Byron propuso que cada uno de los asistentes a la
cena escribiese un relato de terror. Cualquiera podría pensar que el talento de Byron o
Shelley les iba a permitir imponerse a cualquier idea de los que le acompañaban. No
fue así, ya que la joven mujer de Percy, Mary, escribió un relato que se ha convertido
en todo un clásico de las historias de terror de todos los tiempos, Frankenstein.
Pensé en estas dos mujeres al finalizar una clase precisamente en la sala Ada
Lovelace. Mujeres que sobresalieron a pesar de las dificultades de una época en la
que no existían las cuotas, sino más bien todo lo contrario. Siempre imaginé la cara de
sorpresa de Byron y Shelley al comprobar que el talento de una joven les había
superado aquella noche. Muy probablemente no sospechaban que los ecos de
Frankenstein iban a llegar a la cultura popular mucho más allá que sus preciosos
poemas.
Al recordar estas historias del pasado y comprobar el nivel de las mujeres más
poderosas del Estado en tu presente, te asustas. Ver a la tercera autoridad del Estado,
Francina Armengol, balbuceando, incapaz de explicar mínimamente su infame gestión
de la compra de mascarillas a una trama presuntamente corrupta, da pena. Pero la
vicepresidenta del gobierno no la mejora mucho cuando se contradice en menos de un
minuto tratando de explicar porque está en contra de la corrupción, pero ve adecuado
amnistiar a los que la cometieron. En ocasiones me pregunto en el mundo actual de
cuotas por sexo, si en la izquierda no hay nadie mejor. Quizás puede ser también que
el presidente Pedro Sánchez no quiera quedarse tan sorprendido como Byron y
Shelley al descubrir que su talento se opaca ante el de una mujer.

Las ITV y los chapuzas a domicilio

Las ITV y los chapuzas a domicilio

Publicado el 29 de febrero de 2024

Si hay un comic que presenta a la perfección el, afortunadamente extinto, gobierno de
socialistas y Compromís, es el de Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio. Pepe
Gotera y Otilio eran dos obreros que generaban desastre tras desastre en cada obra
que intentaban abordar. Pepe Gotera era como el PSPV, un jefe que se limitaba a
mandar y mirar, pero sin mancharse las manos. También se caracterizaba por ser muy
proclive a mirar al cielo y lamentarse de que su compañero de empresa fuese Otilio.
Otilio era Compromís, el “chapuzas”, con escasas ganas de trabajar, que ejecutaba de
mala manera las obras que le encargaba su jefe. Se podría decir que era como el
mestizaje del Botànic, nula planificación, sin capacitación, escaso trabajo y desastre
inevitable.
Una de las últimas acciones emprendidas por el gobierno del “progreso valenciano”
fue el de asumir la gestión de la concesión de la Inspección Técnica de Vehículos
(ITV) de la Comunidad Valenciana de forma pública.
La ITV tiene como objetivo tratar de garantizar que los vehículos que circulan por
nuestras calles y carreteras tienen unas condiciones de seguridad razonables.
También comprueban que las emisiones de los gases de escape de los vehículos se
encuentran dentro de los límites fijados por la ley. Podríamos debatir si es razonable la
legislación al respecto, los plazos de revisión e incluso el modelo elegido para
garantizar el funcionamiento de la ley, pero si acaso ya lo hacemos en otro artículo.
El caso es que, en la actualidad, todos los que disponemos de un vehículo tenemos
que acudir periódicamente a dicha revisión, previo pago de la tasa correspondiente.
Parece un negocio rentable: plazos determinados e inexorables con amenaza de
multa, clientes cautivos, precios fijados. En la Comunidad Valenciana en su momento
se eligió, entiendo que, con buen criterio, el modelo de concesión. Al final unas
empresas eran las responsables de gestionar el servicio, desde la cita para la revisión
hasta el visto bueno final.
En mi experiencia de muchas ITV pasadas, el servicio, más allá de la incomodidad de
perder dos horas allí, era bastante aceptable. Parece que no solo era mi opinión, sino
que todos los informes técnicos de la Conselleria apuntaban que era más razonable
seguir con el modelo de concesión. Ya que, entre otras, se valoró no solo la dificultad
de llevarlo a cabo sino además, la problemática de las diferentes concesiones
existentes y salarios heterogéneos de los trabajadores en función de categoría y
concesión.
Pero llegó el entonces Conseller Rafael Climent, no se si en plan Pepe Gotera y Otilio
o en plan “muerte a la empresa privada”, y decidió crear una empresa pública.
Curiosamente todo ello en vísperas de las elecciones y prometiendo a los trabajadores
subidas salariales, pero sin los preceptivos informes económicos. Si a esto le
sumamos una escasa planificación para gestionar el servicio desde la empresa
pública. ¿Qué podía salir mal?
Pues, más allá de la huelga actual de los trabajadores, que se sienten engañados,
ahora los valencianos tenemos una gestión de citas infame e insuficiente y que está
generando tensión entre los conductores y numerosos artículos como el que realizó
este periódico en los que te indican como evitar las multas si no puedes pasar la ITV.

Hay un dicho bastante discutido que reza “lo que funciona, no lo toques”. Quizá yo lo
dejaría en “Lo que funciona no lo toques, pero si lo vas a tocar, no contrates a Pepe
Gotera y Otilio para mejorarlo”.
La consellera actual, Nuria Montes, parece que prefiere arreglar el estropicio que dejó
el gobierno de progreso, pero manteniendo el mismo modelo de gestión pública que
estos propusieron. Visto lo visto, pienso que sería razonable valorar otra vez lo de las
concesiones privadas.

Koldo y Ximo Puig en Waterloo

Koldo y Ximo Puig en Waterloo

Publicado en Abc el 22 de febrero de 2024


En las vísperas de la batalla de Waterloo, Napoleón le dio el mando de parte de sus tropas al
general Grouchy. Este no era el mejor de sus generales, pero sí el que iba a ejecutar sus
órdenes sin dudar, podríamos llamarlo “noventa por cien lealtad, diez por cien capacidad”.
Pero como decía el general prusiano Helmuth von Moltke, “Ningún plan sobrevive al contacto
con el enemigo”. Así sucedió en Waterloo y lo que hubiese querido Napoleón que Grouchy
hubiese hecho durante el trascurso de la batalla, no era lo que originalmente le había pedido.
Aunque el rugir cercano de los cañones le pudiese hacer pensar, tal como le indicaban sus
oficiales, que Napoleón necesitaba la ayuda de las tropas que él dirigía, Grouchy se ciñó al plan
que originalmente le había encomendado Napoleón. El resto es historia y Napoleón acabó en
la isla de Santa Elena maldiciendo el día que pensó en Grouchy para algo tan importante.
En los tiempos actuales, los socialistas se han convertido en auténticos expertos de colocar a
los más leales en puestos críticos con la esperanza de que no pase nada. Fue curioso como
colocaron al frente del Ministerio de Sanidad a una persona con ningún conocimiento del
tema, Salvador Illa, con el objeto de ponerlo en valor de cara las próximas elecciones
catalanas. Posiblemente Pedro Sánchez pensó que, dadas las transferencias de las
competencias de sanidad a las comunidades autónomas, daba igual colocar a una persona
como Illa en aquel puesto, pero llegó la pandemia de la Covid. La historia es conocida y la
gestión de aquellos días críticos fue bastante desastrosa y tuvo un coste de vidas humanas
terrible. También pasó en nuestra comunidad, dónde era conocido que para ser el responsable
de cualquier hospital primaba mucho la pertenencia a un determinado partido o sindicato.
Entre otras decisiones, Ximo Puig pensó en el concejal de fiestas de Elche para gestionar la
compleja reversión del hospital de Torrevieja.
No podemos olvidar tampoco a Juan Manuel Serrano, amigo y ex jefe de Gabinete en el PSOE
de Pedro Sánchez, que fue nombrado presidente de Correos. El susodicho dejó Correos con un
agujero que superaba los 1.000 millones de euros, justo en el momento del boom de las
compañías de reparto de envíos.
Pero hay mucho más, tal como apunta este diario, “La Asociación de Diplomáticos (ADE) ha
rechazado los recientes nombramientos como embajadores por parte del Gobierno de
políticos «sin experiencia» ni trayectoria internacional, después de que el expresidente de la
Generalitat valenciana Ximo Puig haya sido designado como el representante permanente de
España ante la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).” Esperemos que
no haya muchos conflictos en los que sea necesaria la presencia de diplomáticos
experimentados.
Ahora se ha destapado el caso Koldo, un ex portero de discoteca que fue asesor del Ministerio
de Transportes mientras José Luis Ábalos era ministro. Pero no solo eso, también fue
nombrado consejero de Renfe sin tener ninguna experiencia en el tema. Parece que este
asesor está implicado en una trama de corrupción en la compra de mascarillas en el peor
momento de la pandemia. Así, de lo que Pedro Sánchez acusaba sin ningún fundamento a la
presidenta Isabel Diaz Ayuso le golpea a él ahora. Algunos empiezan a entender ahora el
sorprendente cese del ministro Ábalos hace algunos años, aunque ayer el presidente Sánchez
lo negara. Desgraciadamente para él, quedan muy pocos que ya le creen, aunque es posible
que queden unos cuantos que a pesar de todo le seguirían votando. Es lo que pasa cuando
mientes demasiado.

Parece que la sombra de Koldo es alargada y todavía no se ha cuantificado el efecto de la onda
expansiva, pero si en vez de personas preparadas, con experiencia, prestigio y conocimientos,
das demasiado poder a personas solo por ser buenos socialistas, ¿qué puede salir mal?

Zombis independentistas

Zombis independentistas

Publicado en Abc el 15 de febrero de 2024

Es habitual que, en las películas de zombis, siempre hay uno de los personajes al que algún
familiar, amigo u amor es mordido por uno de esos zombis, iniciando un terrible proceso de
conversión en uno de ellos. Pues a pesar de todo el conocimiento que tiene de dicho proceso,
dicho personaje se empeña en negar lo inevitable con lo que, ya en función del argumento de
la película, acaba mordido o al menos pone en riesgo al resto de protagonistas de la película.
Todo ello por seguir pensando que alguien era como era y no como es.
Me da la sensación de que el Partido Popular encarna a la perfección el papel de ese personaje
que todavía cree que el PNV es el partido, que, aunque miserable, con el que se pueden llegar
a acuerdos, que Junts sigue siendo la Convergencia de Pujol y que en el PSOE todavía queda
gente que antepone el bienestar de los españoles al suyo propio. De hecho, se cuenta que
todavía existen algunos diputados que creen que Esquerra Republicana podría apoyar una
hipotética moción de censura contra Sánchez.
Compartir muchos de sus postulados o pactar con estos partidos es lo que parece hacer creer
al Partido Popular que se acerca al centro político. Es posible que ese esfuerzo de buscar el
centro político sea inútil, ya que ahora mismo no existe, pues el presidente Pedro Sánchez se
ha dedicado a poner un muro que separa las famosas dos Españas. Así, el presidente
valenciano, Carlos Mazón, es considerado para la izquierda del muro como un facha por pactar
con Vox. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, era considerada facha
antes cuando pactaba con Vox y ahora que no pacta con ellos, también. Además, tiene que
soportar parodias miserables realizadas desde la televisión de los independentistas catalanes,
unos señores que ponen el grito en el cielo cada vez que notan la mínima muestra de falta de
respeto.
Por eso es extraño que una vez expulsado a una parte del muro, el Partido Popular no asuma
su lugar y se dé cuenta de que por mucho que haga, en el otro lado nunca le van a considerar
como uno de los suyos.
Pero, inasequible al desaliento, sigue con guiños y actuaciones más dirigidas al otro lado del
muro que a sus votantes. No me quiero imaginar cómo se sentirán todos esos ciudadanos que
han realizado cuatro o cinco viajes de más de mil kilómetros para manifestarse contra la
amnistía, cuando ésta parece que estuvo en la mesa de Feijoo al menos veinticuatro horas.
Pero en esas estamos y contra todo pronóstico hay más incertidumbre en las elecciones
gallegas de lo que era previsible. También es cierto que se ha demostrado que las políticas de
inmersión lingüística crían independentistas y por tanto “sorprende que los del PP se
sorprendan” del auge del Bloque Nacionalista Gallego. Confío y deseo que, a nuestro Conseller
de Educación, José Antonio Rovira, no le tiemble el pulso con la futura ley del plurilingüismo
para evitar que en unos años nos encontremos como allí.
En cualquier caso, hay que hacer ver a la gente que, en la España de los muros de Sánchez,
sería terrible que los independentistas y filo terroristas se hicieran con el poder en otra
comunidad.
Pase lo que pase el domingo habrá que confiar que el PP haya aprendido de todo lo sucedido y
se de cuenta que a los que les muerde un zombi, zombi son y que lo único que van a querer de
ti es pegarte un mordisco. Eso implica que en vez de intentar liquidar a los que no han sido

mordidos, intentes apoyarte en ellos cuando sea necesario. Y por último y no menos
importante, es imprescindible no tomar el pelo a los que te votan, los votantes de derechas
llevamos bastante peor que los de izquierdas eso de que nos tomen por tontos.

Seguro antiokupas

Seguro antiokupas

Publicado en Abc el 8 de febrero de 2024


No me sorprendió ver en el momento de máxima audiencia de una cadena televisión el
anuncio de una conocida empresa de seguridad. Ignoro si estamos volviendo a los tiempos de
inseguridad que retrató el director español Eloy de la Iglesia con la película “Miedo a salir de
noche”, pero puede ser que vayamos camino de ellos. Pero si que me llamó la atención uno de
los mensajes estrella de la publicidad en cuestión, “Seguridad con seguro antiokupas”.
Pude comprobar en la radio, que otra de las empresas del sector también destacaba las
bondades antiokupas de su sistema de seguridad. No me refiero a empresas más cercanas al
pistolerismo de la Barcelona de principios del siglo pasado, sino de empresas cotizando en
bolsa y con una trayectoria contrastada y conocida.
Si uno indaga un poco más en la oferta de seguridad en internet, puede encontrar fácilmente
ofertas que garantizan literalmente “que cubren el desalojo de su vivienda en un tiempo que
oscila entre 24 y 48 horas ante la contingencia de una ocupación ilegal”. No he profundizado
más en las condiciones de dicho servicio que ofrecen, pero debe ser el servicio premium, ya
que también posibilitan la contratación de un seguro con defensa jurídica contra una
ocupación ilegal. No obstante, indican que este servicio no se recomienda demasiado ya que
hablan de unos excesivos plazos para poder volver a tomar posesión de la vivienda.
Mientras el temor a la ocupación de tu casa crece, los políticos y el sistema judicial español
parecen centrados en la polémica acerca de la posible imputación por terrorismo de Carlos
Puigdemont y sus secuaces por sus actos del 2017. Solo los expertos conocen el embrollo
actual de fiscales generales, ponentes, junta de fiscales que parecen no ponerse de acuerdo en
el tema, parece que, por motivo espurios, con el inevitable descrédito de todo el sistema.
Un amigo me comentaba que todo el mundo da por hecho que los socialistas serían capaces
de ofrecer los restos de Pablo Iglesias Posse y la coleta de Pablo Iglesias Turrión a cambio del
apoyo suficiente para mantenerse en el poder. Con lo que lo de la amnistía para Carlos
Puigdemont no solo está ya descontada, sino que cada vez interesa menos a la gente.
Sin embargo, todos los problemas relacionados con la vivienda se imponen en la preocupación
de los españoles: comprar una vivienda, que no te ocupen la vivienda que has comprado,
alquilar una vivienda, poder desahuciar a un inquilino que no te paga el alquiler entre otros.
Tanto el presidente español Pedro Sánchez como el valenciano Carlos Mazón han anunciado
proyectos de construcción de viviendas públicas de fácil acceso. De momento son solo
proyectos. Además, los últimos cambios en la ley de alquiler realizados por el gobierno
Sánchez, así como las medidas de algunos ayuntamientos han conseguido decrementar la
oferta de pisos en alquiler y por tanto incrementar el precio del mercado, y por tanto,
dificultar enormemente el acceso al alquiler precisamente a las personas que la ley pretendía
proteger.
El movimiento de la izquierda de este país de criminalizar a los propietarios que alquilan sus
pisos se les está volviendo en su contra. Recientemente se descubrió tras el desahucio de una
anciana, del que se había hecho eco cierta prensa, que la señora tenía en el banco más dinero
que el propietario del piso que ocupaba. Simplemente dejó de pagar por que le habían
asegurado que “ella no era deshauciable”.
Los problemas de los precios del alquiler se reducen si se amplia la cantidad de los pisos que se
alquilan y eso solo se consigue dando seguridad jurídica a los propietarios. Pero con un

gobierno socialista que está más preocupado en defender a los okupas o a los que no pagan el
alquiler, es bastante difícil.

La ministra que repetía curso

La ministra que repetía curso

Publicado en Abc el 1 de febrero de 2024
Antes se llamaba golpe bajo, ahora zasca, el caso es que la contestación del diputado de Vox
Joaquín Robles debió de doler a la ministra de Educación Pilar Alegría. Ocurrió en la
comparecencia de la ministra en la comisión de educación en el congreso de los diputados. La
ministra estaba haciendo un firme alegato contra la repetición de curso. “Suspender no sirve,
no ayuda ¿han seguido a las personas que suspendían en el colegio, saben dónde están?”.
Dejó la pregunta en el aire, ante lo que el diputado de Vox respondió “En el gobierno”.
Más allá de las risas que pudo provocar la ocurrencia del diputado y la cara de sorpresa de la
ministra, que con visible emoción había comentado los inconvenientes que tenía el repetir
curso, lo cierto es que este es uno de los problemas que asola la educación en España. Las
cifras de estudiantes que repiten curso en nuestro país son muy superiores a la mayoría de los
del resto de la Unión Europea.
Hace unos años en una conferencia, el ponente simplificaba el problema indicando que “Si en
primero enseñamos a sumar y en segundo a multiplicar, el profesor de este curso puede
suponer que sus estudiantes saben sumar. Pero ¿qué hacemos con el estudiante que no
aprendió a sumar en su curso?”. Las alternativas pueden centrarse en recuperar a ese
estudiante que, en un año concreto, en una situación concreta no aprendió a sumar. Partiendo
de la base que la mayoría de los expertos, la ministra también, apuntan que las repeticiones de
curso son contraproducentes, la solución sería que el profesor de segundo tratara de
recuperar a aquellos estudiantes que no sabían sumar.
La otra alternativa sería centrarse en aquellos estudiantes que con más o menos esfuerzo
aprendieron a sumar durante el curso. Así el modelo pasaría por que su aprendizaje no se
detuviese o ralentizase para tratar de poner a su nivel a aquellos que no lo hicieron durante el
curso pasado. Además de esta ralentización, es necesario valorar que en una sociedad tan
competitiva como la nuestra, el estudiante que se esfuerza y aprueba necesita ver dos cosas.
La primera es comprobar que él pasa de curso y la segunda que el que no aprueba no pasa.
Con ello puede justificar el sentido de esas horas dedicadas al estudio en vez de jugar al último
videojuego o ver unos cientos vídeos más de tiktok.
La solución de los sucesivos gobiernos casi siempre se ha centrado más en evitar la repetición
de curso, pero sin centrarse realmente en solucionar el problema, que en este caso sería que
el estudiante no sabe sumar. En muchos casos la solución dada por los profesores ha sido la de
bajar el nivel, con lo cual para pasar de curso es más sencillo, aunque no se sepa sumar. Pero
desafortunadamente bajar el nivel ha llevado implícita una bajada de la autoexigencia de los
estudiantes. Así, el problema se traslada al curso superior, al ciclo superior y así hasta llegar al
mercado laboral.
Soy optimista en el sentido de que, a pesar de todo, muchos jóvenes finalizan sus estudios con
una adecuada formación académica, sobre todo en determinados ámbitos donde en Europa se
los rifan. Pero si que me preocupa la degradación apenas imperceptible pero inexorable de
nuestro sistema educativo.
Considero imprescindible que la ministra de Educación coja las riendas y asuma el reto de
mejorar la formación de todos los jóvenes españoles independientemente de la autonomía en
la que estudien. Son necesarias más evaluaciones externas y desde el gobierno central en los
diferentes ciclos, a lo mejor sería sensato recuperar la propuesta de la reválida que hizo el
exministro José Ignacio Wert. También, es crítico involucrar a las familias en la formación de

sus hijos, los profesores jamás van a poder hacerlo solos. Formarse adecuadamente es
exigente, no se puede obviar que requiere habilidades y esfuerzo. Se trata no tanto de aprobar
a toda costa a un estudiante, sino ayudarle a que esté preparado para aprobar. Esto puede
suponer que en un determinado momento un estudiante pueda perder un tren, pero hay que
facilitar que coja el siguiente y continúe el viaje.