La hechicera y las matemáticas socioafectivas

La hechicera y las matemáticas socioafectivas

Publicado en Abc el 26 de enero de 2024


Aquello acabó en una masacre como no podía ser de otra manera. En un conflicto en
África, los miembros de una tribu que se enfrentaban al ejército de su país, acudieron
a la batalla con un arma revolucionaria. La hechicera de la tribu había lanzado un
embrujo a sus guerreros para que las balas de los soldados en vez de atravesarles
resbalaran sobre ellos. Una de dos, o el embrujo no funcionó o los soldados habían
aplicado un anti-embrujo a sus ametralladoras.
Ignoro la confianza con la que acudieron al combate los guerreros de la tribu, pero lo
que sí que parece que se resquebraja por momentos es la confianza en nuestro
sistema educativo. El último terremoto lo han desatado los desastrosos resultados de
los recientes informes Pisa, que miden el conocimiento aplicado y las competencias en
lectura, matemáticas y ciencias de los estudiantes de 15 años.
Las primeras reacciones de los gobiernos han sido excusas de mal pagador. La
ministra de educación, Pilar Alegría, reconocía que los resultados eran malos y que
estábamos a la cola, pero que el descenso en resultados había sido menor que el
ocurrido en otros países europeos. En Cataluña fue peor, rápidamente echaron la
culpa a los emigrantes para que nadie pensara que los hijos de la raza aria del procés
podían ser unos iletrados.
Pero al ver lo escasamente convincentes que han sido esas respuestas y el
comprobar, en los estudios de opinión, que la educación esta escalando puestos en la
preocupación de los españoles (aquí también incluyo a los de la raza aria del procés),
ha obligado a los gobernantes a mover ficha.
Obviamente la mejora de la educación requiere de una respuesta seria, firme y
conjunta en todo el territorio español, pero en la España del 2024 eso es imposible con
el muro que ha levantado Pedro Sánchez entre españoles. Así que cada uno por su
lado ha intentado proponer soluciones de forma independiente y para las comunidades
que gobiernan.
Obviamente los nacionalistas vascos y catalanes ni se plantean que desde el resto de
España les modifiquen un ápice de su modelo de enseñanza, aunque sus
comunidades han quedado en los últimos lugares del informe Pisa. Entiendo que no
quieren que nadie les obligue a explicar en historia, que la guerra de independencia en
Cataluña contra los Bórbones fue realmente una guerra de sucesión al trono español o
que la mayor gesta de los gudaris vascos en la guerra civil fue coger las de Villadiego
cuando olieron al primer legionario y pactar con los fascistas italianos la rendición.
Alberto Nuñez Feijoo ha realizado una propuesta interesante que es la de unificar, o al
menos coordinar, las pruebas de acceso a la universidad en todas las comunidades
dónde gobierna el Partido Popular. Además de los aspectos prácticos de cara a la
posterior elección de plazas universitarias al realizarse en las mismas fechas, es una
propuesta que podría unificar contenidos y exigencias sobre los mismos, lo que es un
primer paso para la mejora de la educación. Obviamente quedaría por concretar que
se haría con la importancia de los exámenes en las lenguas propias de cada
autonomía.
En el otro lado, el presidente Sánchez ha lanzado otra de sus propuestas fantasma, o
¿alguien ha visto alguna de los cientos de miles de viviendas públicas que prometió?
La solución la ha llamado “matemáticas socioafectivas”. Imagino para seguir en la

línea woke con la que los socialistas han destrozado la educación española con
sucesivas leyes educativas peores que las que sustituían.
La educación tiene que ser nacional, es una de las transferencias que jamás se
debería haber producido. Es obligación del estado garantizar que esa educación
facilite a nuestros jóvenes su incorporación a una sociedad y a un mercado laboral
cada vez más cambiante y complicado. Me temo que esto no está en el calendario de
ninguno de los dos grandes partidos, ni mucho menos en el de los nacionalistas, que
son los que ahora mandan.
Yo imagino al guerrero preguntándole a la hechicera si es fiable el embrujo para que
las balas resbalen. También al español de a pie, que quiere la mejor educación para
sus hijos, preguntándole a Sánchez si con las matemáticas socioafectivas sus hijos
saldrán más preparados. Ya les digo a ambos que no.

De Ninots y Presidents

De Ninots y Presidents


Publicado en Abc el 18 de enero de 2024

Bajo la atenta mirada de Don Santiago, nuestro profesor, el segundo curso de la EGB de mi
colegio realizamos una visita de lo más interesante. El destino era Sagunto, e íbamos a conocer
desde el pasado romano de la ciudad hasta una de las empresas industriales de las que más
estaban orgullosos, sus altos hornos. Aquella era la primera vez que salíamos de excursión
escolar y desde entonces siempre he vinculado Sagunto con aquella experiencia. Por eso
vivimos con cierta tristeza cuando, algunos años más tarde, el gobierno del socialista Felipe
González señaló Sagunto como objetivo de un total desmantelamiento industrial dentro de los
famosos decretos de 1983 de “Reconversión e Reindustrialización”. Era llamativo que fuese
Sagunto la elegida como víctima, cuando las factorías vascas de Altos Hornos de Vizcaya
necesitaban mucho más capital para ser modernizadas. Eran los años de plomo y los
asesinatos indiscriminados de la banda terrorista ETA, y es mucho más que probable que los
socialistas pensaron que soliviantar a los vascos en aquellos momentos no era lo más
razonable y apuntaron a los, mucho más tranquilos y leales con España, valencianos. Aún así el
presidente socialista valenciano Joan Lerma lo pasó bastante mal cuando tras intentar dar un
mitin en Sagunto fue agredido y tuvo que soportar los gritos de “Lerma, no volem, no volem
un ninot de president”.
Pero como bien decía el ex presidente del Partido Nacionalista Vasco, Javier Arzallus, “unos
movían el árbol y otros recogían las nueces”. Los socialistas, también el Partido Popular,
siempre pensaron que la forma de acabar con el terrorismo era ser generoso con el País Vasco.
No fue así, y el terrorismo desapareció cuando el presidente popular José María Aznar se puso
duro con la ley de partidos y se dejó de financiar a los partidos afines a los terroristas y cuando
muchos países se dieron cuanta por fin que los “gloriosos gudaris antifranquistas de la
independencia” no eran más que unos miserables asesinos de demócratas.
Ahora no hay asesinatos, pero el chantaje ha redoblado su interés con la fuerza de los votos
que necesita el socialista Pedro Sánchez para seguir en el poder. Las formas casi mafiosas que
están utilizando los partidos nacionalistas, tanto vascos como catalanes, ya cruza todos los
límites de la honorabilidad en un país democrático. Tras el ridículo que hemos tenido que
soportar los que todavía creemos en la democracia española, durante la aprobación de los
últimos decretos, no dejamos de asombrarnos cuando observamos el juego sucio que está
desplegando el partido socialista, intentando que no vean la luz los informes de los letrados
acerca de la ley de amnistía.
Todo ello ahora se entremezcla con el lloro por la, como diría el Caudillo, “pertinaz sequía que
asola Cataluña”. Los republicanos catalanes que consiguieron que el socialista Rodríguez
Zapatero cancelara el trasvase del Ebro, que hubiese permitido gestionar mejor el agua de
nuestro país, ahora lloran por la solidaridad entre autonomías. Pero no se engañen, ya parece
que el gobierno socialista ha encontrado el término que les permitirá seguir justificando los
recortes del trasvase Tajo-Segura pero también ayudar a los independentistas catalanes.
Parece que lo van a llamar “desvío de recursos” y denlo por hecho.
Así, mientras unos consiguen lo que quieren entre lloros y amenazas, otros les pagamos la
fiesta y eso que todavía no se han empezado a debatir los presupuestos generales del estado.
Agárrense las carteras, no sea que les pongan de benefactores de las futuras embajadas vascas
y catalanas. Espero que el presidente Carlos Mazón sepa que los valencianos tanto en tiempos
de Lerma, como ahora cuando se acerca la tormenta perfecta, no queremos un muñeco de
presidente.

Erradicar el valenciano

Erradicar el valenciano

Publicado en Abc el 10 de enero de 2024


“Tomasina vella busca dona jove” es uno de los libros que heredé de la biblioteca de mi padre.
Escrita por el alcoyano Armando Santacreu, es uno de sus más conocidos sainetes con
temática de fiestas de moros y cristianos. Estas obras se representaban en valenciano en los
festivales que organizaba la asociación de San Jorge en Alcoy desde 1963, algunos de los cuales
seguro que contaron con asistencia de autoridades franquistas. Esos recuerdos siempre me
han hecho dudar de las afirmaciones victimistas de los nacionalistas valencianos que aseguran
que en época de Franco estaba prohibido hablar en valenciano. Yo siempre he contestado a
ese tipo de afirmaciones que a los que, por motivos de edad, estábamos allí no nos pueden
contar algo que no sucedía.
Descartado este asunto, el siguiente golpe que han recibido en el mentón los defensores de la
inmersión lingüística ha sido el reciente Informe Pisa, que ha dejado en muy mal lugar a las
comunidades autónomas que utilizan este método. La mentira del “cuantas más lenguas
aprendan más facilidad tienen para aprender otras“ ha dejado paso a la evidencia de que
estudiar materias complejas en una lengua que no es la tuya, inevitablemente lo dificulta
mucho más.
En Cataluña a pesar del desastre de su gestión educativa, los dirigentes independentistas
parece que no tienen propósito de enmienda siguiendo el lema “si al final son burros e
ignorantes por lo menos que sepan hablar en catalán”.
En la Comunidad Valenciana con el gobierno del tripartito de izquierdas se estaba aplicando la
misma política que en Cataluña, con lo que, en breve, los resultados muy probablemente
hubiesen sido los mismos. Afortunadamente el cambio de gobierno ha abierto una rendija a la
esperanza para que este modelo de inmersión lingüística se sustituya por algo más razonable.
Pero ha sido cuando el Conseller de Educación José Antonio Rovira ha hablado de realizar
estos cambios, cuando el victimismo independentista ha vuelto a aparecer con mensajes del
tipo “la extrema derecha quiere erradicar el valenciano” y con imágenes en su universo mental
con el presidente Mazón y el conseller Rovira vestidos de nazis quemando libros.
Parece que el objetivo inicial del nuevo decreto es otro. Lo poco que se sabe, ya que todavía
no circula ningún borrador de este, es que se pretende que sean los padres los que elijan la
lengua base con la que se impartirán las asignaturas troncales en los centros en los que van a
matricular a sus hijos.
A nivel lingüístico nuestra comunidad es muy heterogénea, y no se puede abordar de la misma
manera la educación en todas las ciudades y pueblos que la forman. Por eso me parece
razonable esa propuesta de que la lengua base de la educación no necesariamente tenga que
ser la misma, y me parece fundamental que sean los padres los que puedan elegir libremente
la lengua en la que van a ser educados sus hijos.
Pero no puedo esconder mi preocupación que tras siete meses de gobierno PP-VOX, no se
disponga de un borrador del decreto que pueda albergar esperanzas de ser aprobado de cara
al curso que viene. Tengo miedo de que los complejos de que les llamen “fachas” haga que el
gobierno de Mazón dude, y tampoco hay que olvidar que muchos miembros de su gobierno,
incluyendo a alguno de VOX, parece que son de Unión Valenciana pero que todavía no lo
saben.

Habrá que dejar cierto margen al conseller Rovira para que pueda llevar a cabo su propósito,
pero también habrá que hacer seguimiento de sus avances para que ante tanto impedimento
no se despiste.
Lo que sí que habría que erradicar es el victimismo nacionalista basado en hechos solo
existentes en sus mentes. Ahora es el momento de hablar del futuro de la educación de
nuestros hijos y este no se puede construir en base a las ensoñaciones nacionalistas a menos
que queramos verlos en unos años en comitivas por la calle San Vicente Ferrer con antorchas y
esteladas.
Volviendo a Armando Santacreu, otro de sus sainetes más famosos fue el de “Em veig negre pa
eixir de negre”. Me quedo con la sensación que tanto este sainete, como el de la Tomasina
hubiesen tenido mucha censura por parte de la izquierda woke actual, a pesar de estar escritos
en valenciano.

De payasos y tanques

De payasos y tanques


Publicado en Abc el 28 de diciembre de 2023

El conde Baltar era uno de los personajes del universo de la serie de televisión “Galáctica,
estrella de combate”. A pesar de ser un humano, traicionaba a los de su especie en la lucha
contra los cylons, que eran unos seres robóticos empeñados en acabar con la raza humana.
Baltar hacia creer a los suyos que los cylons querían la paz, y recomendó la firma de un
armisticio que los cylons aprovecharon para arrasar con todo lo que se movía en las colonias
habitadas por los humanos.
Si el conde Baltar viviese en los tiempos actuales en nuestra Comunidad, posiblemente sería
miembro destacado de Compromís. Compromís, acusado recientemente de ser un caballo de
Troya al servicio de Esquerra Republicana de Cataluña por su afán de impedir la ampliación del
puerto de Valencia, también ha sido el primero en criticar abiertamente la presencia del
ejército en Expo Jove, la exposición navideña que se celebra en Valencia de forma anual.
Y es que este año, el ejército español, dentro de su política de dar conocimiento de su tarea,
ha podido volver a formar parte de esa feria navideña. Era algo que los gobiernos de izquierdas
previos le habían negado por activa y pasiva en pasadas ediciones al estilo Ada Colau.
Pero alguien ha ido más allá de las simples críticas políticas y organizó una performance en la
que unos jóvenes disfrazados de payasos vertían cubos de pintura rosa sobre uno de los
tanques. Uno esperaba una crítica unánime a esa acción, pero el doble rasero de la izquierda
sigue vigente. Horrorizados cuando sus sedes son pintadas por algún vándalo, siempre
encuentran alguna justificación o incluso aplauden a los que violentan algún elemento de una
exposición, por muy militar que sea.
Por eso ya es difícil sorprenderte o indignarte por el respaldo o comprensión que la izquierda
valenciana ha dado a los jóvenes disfrazados de payasos, y que de paso aprovecharon para
criticar la presencia del ejército en la feria exposición como si fuesen unos apestados.
Curiosamente en sus declaraciones, dirigidas a unos jóvenes valencianos, hablaban de la
nefasta influencia de las armas de fuego en su formación. Por cierto, seguro que muchos de
esos jóvenes mientras los escuchaban, sonreirían para sus adentros mientras pensando que
esa noche jugarán al Fortnite o al Call of Duty en su consola.
Por cierto, como estos vándalos sigan disfrazándose de payasos van a hacer un daño
irreparable a esta figura, que debería estar fuera de esta polémica. Aun está latente la
performance que realizaron en el País Vasco, un grupo disfrazados también de payasos y
rodeados de niños, pidiendo la liberación de presos etarras. Deberían saber que disfrazarte de
payaso no blanquea tu acción si esta no es digna.
Volviendo a Expo Jove, puedo respetar que hubiese gente que se manifestase a la entrada y
diese folletos en contra de la presencia de ejército. Aunque parece que toda esta actuación
realmente tuviese como principal objetivo criticar la labor del gobierno actual del
Ayuntamiento de Valencia. Pero también es respetable asumir que el gobierno es ahora otro, y
que no está mal que los jóvenes conozcan la existencia del ejército, sus labores, e incluso que
en un futuro algunos quisieran formar parte de él. Finalmente, no puedo respetar a estos
payasos en su agresión y entiendo que su acto vandálico no quedará impune.
Sería ideal un mundo sin ejércitos y guerras, pero la historia de los humanos ha demostrado la
certeza de la frase atribuida a Julio Cesar de “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”. Y es
que además de la labor humanitaria que realiza el ejército español, se asume la necesidad de

disponer de un ejército moderno y preparado para solucionar cualquier contingencia que
podría pasar, pero que no pasa precisamente por disponer de este. Me temo que, si algún día
no dispusiésemos de ese ejército y lo necesitásemos ante una agresión, no estaría ni el Conde
Baltar ni Compromís para ayudarnos en tal eventualidad.

El VAR y el vicepresidente ¿violento?

El VAR y el vicepresidente ¿violento?

(Publicado en ABC el 21/12/2023)

Actualmente no puedes fiarte de lo que dice un socialista. Nos han acostumbrado a que digan una cosa para contradecirla escasos días después, incluso en ocasiones, niegan que hubiesen dicho lo primero. Por ello era inevitable poner en cuarentena las afirmaciones en twitter del portavoz socialista en las Cortes Valencianas, José Muñoz, indicando “El Vicepresidente de Mazón agrede a un diputado socialista en el Pleno de les Corts. Mazón se convierte en un cómplice de los ultras de la extrema derecha”.

El tuit venía acompañado de un vídeo adecuadamente cortado para que no se viese el final de la historia. En dicho vídeo se podía comprobar como el diputado socialista José Chulvi tras hablar en el atril, se acercaba al escaño que ocupaba el vicepresidente Vicente Barrera, de Vox, y parecía que tenían una discusión. Posteriormente aparecían en otros tuits fotos del señor Barrera apoyando una mano en el pecho del diputado socialista.

A continuación, como si fuese el VAR de la liga española de fútbol, el diputado nacional de Vox, Carlos Flores, colgaba también en Twitter una foto dónde se veía que eran ambos diputados los que depositaban una mano en el pecho del otro. Pero como en el VAR, las imágenes fijas no suelen ser determinantes. Para generar más dudas, como si fuesen setas, aparecieron defensores de uno y otro colgando fotos e instantes de la escena.

Ya intrigado, acudí las referencias al hecho tratadas por algunos diarios. La prensa más cercana a la izquierda no podía ser más determinante: “enfrentamiento, agresión, violencia…” y en todos los casos echando las culpas al diputado de Vox.

Se ilustraban todas las crónicas con fotos del suceso menos en uno de ellos, dónde se podía ver el vídeo completo de la escena sin los cortes aplicados desde el tuit del portavoz socialista. Además, toda la escena es pública y accesible en el canal de las Cortes Valencianas.

Tal como yo lo veo todo transcurre así. En un debate parece que tranquilo, el diputado socialista José Chulvi indica en su exposición que va a entregar el “diploma de censor máximo” al responsable de cultura del gobierno valenciano, que es el señor Barrera.

Pero es aquí cuando empieza el lío. Podría haberle saludado, dejado el diploma guardando la suficiente distancia y respeto, y haber vuelto a su escaño. Pero no lo hizo así.

Se acercó al vicepresidente con una postura que, si hubiese sido al revés, la prensa de izquierdas hubiese calificado de provocadora, y empieza a decirle algo a escasos centímetros de su cara. La conversación entre ambos no se escucha. Manos en pecho del contrario y finalmente el señor Chulvi escasamente agraviado, ya que una amplia sonrisa ilumina su cara, vuelve a su escaño como pensando que ya había hecho la acción del día.  Barrera se queda con su mano en el aire, ya que Chulvi no se la ha apretado, ignoro si por desprecio o porque no le ha visto.

Fin de la historia, pero la veda contra Vox ya está abierta una vez más. Pero es la política de los muros de Sánchez. En un lado del muro, cualquier acto discutible de un miembro de Vox es inaguantable, e incluso responsabilidad de todos, incluido un Mazón que no estaba en aquel momento en el pleno. En el otro lado del muro, las barbaridades de sus socios son hechos puntuales. Podríamos citar a la portavoz de Junts, Miriam Nogueras, acusando a periodistas y jueces. También a los de Esquerra Repúblicana de Cataluña controlando como si estuviesen en Corea del Norte a los eurodiputados que habían tratado de comprobar las amenazas a los padres que habían pedido escolarizar a sus hijos con al menos un veinticinco por cien de educación en español. Incluso podríamos hablar del  reciente homenaje, realizado por el partido mayoritario de Bildu, a los etarras que quisieron volar el tren de Nochebuena y que pudo costar la vida a 180 personas.

Pero volviendo a las Cortes, para rematar con un toque futbolero, solo faltó que el diputado socialista, el señor Chulvi, se hubiese dejado caer en el hemiciclo con las manos sobre la cara y gritando de dolor. Pero probablemente el VAR le hubiese vuelto a delatar.

Grouchy, Marciano y las 35 horas.

Grouchy, Marciano y las 35 horas.

(Publicado en el Diario Información el 16/12/2023)

“Grouchy, devuélveme a mis hombres” parece que gritaba Napoleón Bonaparte en el momento álgido de la batalla de Waterloo. Grouchy era el mariscal al que Napoleón le había confiado parte de su ejército con el objetivo de que impidiese que el ejercito prusiano llegase a tiempo para ayudar al británico.  Pero Grouchy ni localizó al grueso de las fuerzas prusianas que llegaron a Waterloo en el momento culminante, ni tampoco acudió en ayuda del emperador al escuchar los disparos en la lejanía. Napoleón echo de menos esas tropas, que quien sabe si hubiesen cambiado el rumbo de la batalla.

La gestión de los recursos de cualquier tipo es algo crítico, en especial de los recursos humanos. Tener personas preparadas, motivadas, en suficiente número y con la adecuada organización pueden suponer la diferencia entre el éxito o el fracaso en cualquier empresa.

La salud es algo que, especialmente tras la reciente pandemia, ocupa un lugar preferente en las preocupaciones de la ciudadanía. Da la sensación de que el sistema sanitario sigue colapsado tras la pandemia. Aunque también es cierto que los números sobre listas y tiempos de espera ya no eran aceptables antes de esta, especialmente en algunas áreas de salud con falta endémica de personal.  

Los ocho años de gobierno de la izquierda han sido especialmente terribles para el sistema público de salud valenciano. La guerra contra la sanidad privada en general y en especial su obsesión de acabar cualquier concesión sanitaria a una empresa privada, independientemente de los resultados de su gestión, han sido una de sus principales líneas de trabajo. La otra fue la de colocar a personas afines en los principales puestos de dirección de hospitales y áreas de salud.

Así, esa gestión de la sanidad pública por parte del partido socialista se realizaba sin pensar demasiado en lo que debería ser el centro de esta, que era y es el ciudadano.

Y es que la sanidad pública es especialmente sensible a la gestión de unos recursos humanos cada vez más escasos y a la falta de profesionalidad de muchos de los responsables de la gestión, que lo eran por su lealtad a unas siglas y no por su capacidad.

A pesar de la situación de las listas de espera en la comunidad valenciana y la falta endémica de profesionales sanitarios, el anterior conseller, el socialista Miguel Mínguez, tomó una de las decisiones más irresponsables y vergonzantes, ya que parece que lo hizo en clave electoral con el objeto de ganar votos entre el personal sanitario. Me refiero al de acordar reducir la jornada del personal sanitario, dejándolas en treinta y cinco horas a la semana. Desconozco si les ayudó a ganar muchos votos entre los sanitarios, pero los ciudadanos prefirieron votar otras opciones, lo que condujo a que los socialistas abandonan el gobierno y, por ende, la gestión de la sanidad pública.

El nuevo conseller del Partido Popular, Marciano Gómez, empezó dando largas a los acuerdos de su predecesor sobre esa reducción de jornada. Pero ante las presiones de los sindicatos, reculó y parece que al final, los sanitarios valencianos trabajarán menos horas en la sanidad pública. Ni siquiera son medidas excepcionales para aquellas plazas que son de difícil cobertura como forma de premiar a los que las ocupan, sino para todo el personal.

Esto supone un duro golpe al sistema sanitario público, ya que disminuye las horas de atención al ciudadano. Es curioso como los sindicatos de izquierdas criminalizan a la sanidad privada con una mano, mientras se cargan la sostenibilidad del sistema público con la otra. Porque las matemáticas no engañan, quite dos horas y media de jornada a cada trabajador del sistema y cuente las horas que supone de menor atención al ciudadano.

Tampoco es una cuestión de inyectar más dinero en el sistema para compensar por dos motivos, en primer lugar, porque no hay maquinita para imprimir billetes en el palacio presidencial y los fondos parece que van a ser escasos y por otro lado la falta endémica de determinados profesionales.

Pero parece que la suerte está echada, el conseller Marciano Gómez reducirá la jornada a sus trabajadores sin ni siquiera esperar a normalizar la situación de la atención sanitaria al ciudadano. Es previsible saber lo que pasará, quizá de aquí a un tiempo, cuando al presidente Carlos Mazón le muestren los datos de subida da las listas de espera. Probablemente gritará como Napoleón “Marciano devuélveme mis horas”.

Don Julián y los móviles en el colegio

Don Julián y los móviles en el colegio

(Publicado en ABC el 15/12/2023)

Se llamaba Don Julián y era mi profesor de tercero de EGB. No era muy alto, pero tenía un genio terrible. Recuerdo que, si coincidías con él de camino a casa, te acompañaba preguntándote la tabla de multiplicar. Nos reíamos cuando “enganchaba” a uno de los compañeros en dicha tarea, pero recitabas la tabla de multiplicar cuando eras tú el afortunado. No recuerdo ya si era un buen profesor, imagino que sí, pero lo que era evidente es que le teníamos mucho respeto y que quería enseñarnos lo que sabía. Mis padres también respetaban a los profesores del colegio y cualquier anotación en el diario realizada por uno de ellos era asumida como cierta.

Si la correcta formación del estudiante debe ser el objetivo central de la educación, obviamente el profesor es la base fundamental de todo el proceso para poder conseguirlo. Es imposible conseguir una buena educación sin buenos profesores, independientemente de todas las acciones de mejora adicionales que se quieran plantear.

Pero la importancia de los profesores parece ser la gran olvidada en las mejoras del sistema educativo. El reciente informe Pisa deja en evidencia un retroceso terrible en cuanto a la formación de nuestros estudiantes. Pero qué se puede esperar si la máxima responsable del sistema educativo, la ministra de educación, la socialista Pilar Alegría, dice que, aunque son peores que en años anteriores, estamos en la media europea. Cuando la escuché me recordaba a mí mismo tratando de convencer a mi padre hace muchos años, que mi nota era mala, pero estaba en la media de la clase mientras le enseñaba la columna que mostraba mi nota con respecto al resto de tus compañeros. Mi padre nunca dio por buena esa respuesta y creo que hacía bien forzándome a mirar hacia arriba y a no conformarme con encontrar “excusas de mal pagador” para justificar una mala nota.

Pero más vergonzante ha sido las justificaciones de uno de los responsables del área educativa de la Generalitat Catalana, que ha culpado a los inmigrantes de los pésimos resultados que han obtenido los estudiantes catalanes. Menos mal que estas declaraciones las hizo un independentista de izquierdas, ya que si lo hubiese dicho cualquier persona de un gobierno de derechas las acusaciones de xenofobia y las menciones a Franco hubiesen brotado en todos los mentideros políticos.

Por más vueltas que le den los independentistas vascos y catalanes, el obviar la lengua vehicular de los estudiantes influye indudablemente en los malos resultados. Pero ellos van a seguir en su cruzada contra el español, muestren lo que muestren los resultados de cualquier informe que simplemente retrate la realidad. Ellos prefieren vivir en sus realidades ficticias de razas y lenguas superiores, aunque minoritarias, que ahora se van a ver apoyadas por los socialistas.

Lo fácil sería observar los sistemas educativos de referencia, todos los nombran, pero nadie quiere aplicar las medidas de sentido común que utilizan, ya que pondrían en entredicho el estatus quo de muchos.

Volvemos a D. Julián y a sus sucesores, las sociedades con buenos sistemas educativos tienen a los mejores en los puestos de profesor. Pero no solo es eso, sino que además de conseguir que los buenos estudiantes sean los profesores del futuro, esta es una de las profesiones más respetadas.

Además, en muchos modelos educativos se permite a los equipos directivos de los centros elegir a sus profesores, y todos pasan las correspondientes evaluaciones. Algo que en España parece haberse olvidado, más allá del informe Pisa, el único momento en el que se evalúa a los estudiantes de forma más o menos uniforme es en las pruebas de acceso a la universidad. Estos, además de que al ser exámenes a nivel de comunidad autónoma se les permite maquillar ciertos resultados, han dejado ser una forma de filtrar el acceso y solo sirven para ordenar las preferencias de los estudiantes. 

Se puede actuar con la formación y elección del profesorado, con la de los responsables de los centros educativos, con las materias a impartir o las metodologías con las que se imparten, con las ratios adecuados y muchas más cosas, pero si nos quedamos con que la medida estrella del gobierno socialista para mejorar la educación es prohibir el uso del móvil a los estudiantes de los primeros cursos, ya podemos comprobar la escasa ambición con la que actúan. Pero además de la ministra, nadie del sistema educativo parece querer actuar.

Como decía Martín Luther King “puede que no seas responsable de la situación en la que estás, pero lo serás si no haces nada para cambiarla”, y entonces puede que todos seamos responsables.

Este artículo se lo dedico a D. Julián y a todos los profesores que me formaron con su trabajo, los recuerdo con cariño y agradecimiento.

La caída de la tasa botánica

La caída de la tasa botánica

(Publicado en ABC el 1/12/2023)

Allí estaban los portavoces de la izquierda valenciana, posando en las Corts Valencianes con el documento del acuerdo sobre la tasa turística en una mano y la otra con el puño en alto. Sonrientes como si acabasen de tomar el palacio de invierno y encantados en su cruzada de subir la presión fiscal sobre ciudadanos y empresarios.

Una cruzada que fueron incapaces de explicar y cuando se daban cuenta de su incapacidad didáctica, acababan con su mensaje de odio al turista en general, hablando de los mismos como si fuesen los ostrogodos de Totila tras el saqueo de Roma. Parece que los únicos visitantes que les hacen felices son los que llegan en patera a las costas españolas y que después son repartidos por nuestra Comunidad por el gobierno del socialista Sánchez.    

En el pasado pleno donde se debatía la derogación de la tasa turística, fue bastante patética la defensa final que plantearon los portavoces socialista y de Compromís. La socialista se limitó a hablar de la “hiperbolización de la medida”, a ver si podía salir del charco sin mojarse demasiado. Pero sin duda, la estrella fue la portavoz adjunta de Compromís, Aitana Más, hablando de la subida del precio de los hoteles y que total uno o dos euros más de tasa no iban a significar nada. También insistió en que en muchas ciudades se aplicaba y no había caído la demanda. Ni rastro de los informes serios que había pedido el sector al respecto de la incidencia de la tasa turística en la Comunidad Valenciana. Pero es cierto que el pasado ejecutivo del Botánico no se caracterizaba por un profundo análisis del impacto de sus medidas.  Esta portavoz, fue en su reciente etapa como Consellera muy conocida por su decreto que implicaba una subida del coste de más de quinientos euros por las plazas en las residencias sociales. Su propuesta fue que no se podía repercutir esa subida a los ciudadanos y que toda debería ser asumida a costa del beneficio industrial de los empresarios. Vamos, una experta en gestión económica y que provocó que en una reunión de la patronal del sector dijesen “que no sabían que es lo que le habían enseñado en la universidad”.

Lo de minimizar el impacto de una subida de uno o dos euros demuestra un profundo desconocimiento del sector turístico en muchas de las localidades de nuestra comunidad. Tampoco haca falta ser un gurú económico para saber que ese tipo de subidas puede tener mucha más influencia de la prevista. Yo recuerdo todavía la odisea del restaurante al que iba a comer “de menú” con mis compañeros de trabajo. A pesar de ser algo más caro que su competencia, tenía mucha afluencia de gente hasta que decidió subir cien pesetas el precio del menú e incluir el café. Una medida que parecía no tener mucha incidencia, pero, que supongo que entre otras, supuso una reducción de clientes que implicó su cierre un año más tarde.

No obstante, la izquierda valenciana trató de seguir su hoja de ruta de penalizar el turismo pensando que no les iba a afectar. Tal como apuntaba el economista estadounidense Milton Friedman “El Congreso puede aumentar los impuestos porque puede persuadir a una parte suficiente de la población de que otro los pagará”. Esto me generó un momento muy divertido cuando charlando con un amigo de Compromís me dijo que la tasa turística serviría para que los extranjeros y los “pichones” de Madrid pagaran más. Le apunté que dado que él solía veranear en un pueblo de Castellón, también él iba a pagar la tasa. Aún recuerdo su cara de “tierra trágame” cuando su mujer le espetó “¿Això és així?.

El afán recaudatorio y cierto odio al visitante crearon una medida en víspera electoral que la izquierda no pudo explicar, probablemente no tenga explicación, y que es posible que les costara unos cuantos votos y quién sabe si supuso la caída del gobierno botánico. Lo mejor es que se ha quedado como el sueño de una noche de verano.

El President y los antidisturbios

El President y los antidisturbios

(publicado en ABC el 24/11/2023)

El President de la Generalitat, D. Carlos Mazón, se acercó a la zona donde estaban los antidisturbios de la policía junto a la sede del partido socialista en Valencia. Le ofrecieron un chaleco y un casco que se puso inmediatamente, así como una porra que probó contra una de las farolas con fuerza. El señor Mazón esperó con paciencia la orden de carga, y cuando empezaron a sonar los silbatos se lanzó el primero contra los manifestantes que allí se encontraban.  Miró a una persona mayor que portaba una bandera de España y huía con cierta dificultad, rápidamente lo alcanzó y descargó la porra sobre él. Inmediatamente miró hacia la ventana de la sede socialista esperando la aprobación del expresidente Ximo Puig que le miraba desde la ventana.  Mazón se entristeció cuando pudo ver como Puig movía la cabeza de izquierda a derecha en claro signo de que aquello no era suficiente. En ese momento Mazón despertó de su pesadilla.

El frente valenciano para tratar de frenar el maltrato en los presupuestos generales no es que no se consolide, es que ni siquiera puede iniciar su andadura a pesar de los esfuerzos por parte del presidente Mazón. El hasta ahora líder socialista sigue insistiendo en que hasta que no denuncie los ataques a las sedes socialistas por parte de los manifestantes, no hay nada que hacer. Mazón ha manifestado en repetidas ocasiones su denuncia de la violencia, pero no parece suficiente. Es curioso que los socialistas sean tan exigentes con los que se manifiestan antes sus sedes mientras preparan una amnistía para los que convirtieron Cataluña en una batalla campal.

En cualquier caso, el President de la Generalitat parece empeñado, y hace bien, en tratar de conseguir ese frente valenciano a pesar de todos los desprecios que recibe desde el partido socialista en base a excusas peregrinas de mal pagador. Entiendo que es bueno que la sociedad valenciana comprenda que ahora mismo la izquierda de esta Comunidad no piensa en el bien de los valencianos. Todos añoramos unos tiempos donde se podían llegar a acuerdos entre partidos de todo el arco político, pero hay que asumir que ahora parece mucho menos que imposible. El Guerra civilismo impuesto por Zapatero en su mandato con el famoso “nos interesa que haya tensión” ha quedado como un gesto de aprendiz ante toda la estrategia fijada por su sucesor Pedro Sánchez.

En muchas guerras, cuando uno de los bandos colocaba una bandera roja se indicaba que aquella lucha iba a ser sin cuartel y que probablemente no iban a tomar prisioneros. Algo así ha debido colocar en su sede el Partido Socialista y los miembros del Partido Popular no parecen haberse dado cuenta. La excusa es ahora Vox, pero antes fue UPyD, luego Ciudadanos y siempre el propio Partido Popular.

La situación actual es terrible, los socialistas parecen haberse plegado ante todos los deseos de los independentistas catalanes. Algunos de esos deseos pueden ser más financiación para ellos (obviamente menos para el resto porque el dinero no crece de los árboles). Otros deseos pueden ir directamente en contra de la Comunidad Valenciana, no hay que olvidar que el último pacto entre socialistas e Independentistas catalanes supuso el fin del trasvase del Ebro.

Visto ese panorama, yo recomendaría al señor Mazón que trate de llegar a acuerdos con todos en la construcción de ese frente valenciano, pero que el tren arranque, se dé la bienvenida a todos los que quieran subir y si los socialistas y los de Compromís prefieren quedarse en la estación, solo queda despedirse de ellos con un gesto.

La protesta ante el penalti injusto

La protesta ante el penalti injusto

(Publicado el 17 de noviembre de 2023 en Abc)

Era la última jugada del partido, una falta justo en la mitad del campo de fútbol sala. Un partido de aficionados, pero con cierta tensión. El jugador golpea el balón con una inusitada fuerza consiguiendo que, sorprendiendo a unos y a otros, entre en la portería. La euforia de su equipo se desata hasta que se dan cuenta que el árbitro ha pitado el final del partido justo tras el lanzamiento de la falta y por tanto el gol no vale. Yo jugaba en el equipo agraviado ese día y quizá es la única vez que me encaré hacia el árbitro con cierto enfado. Desde que me tocó pitar un par de partidos siempre había entendido lo difícil de su labor. El árbitro me miraba con cara de asumir su error pero que no se podía hacer nada. En esas llegó un jugador del otro equipo y le dijo “¿árbitro, habías pitado el final?” y ante el gesto afirmativo del árbitro se retiraron contentos hacia el vestuario.

Ahí te das cuenta, de la derrota, posiblemente injusta, pero derrota, al fin y al cabo. También que las protestas no sirven absolutamente para nada. El culpable parece claro, un error arbitral grave. Recordé lo que nos pasó en este partido ya que hace unas cuantas jornadas pasó algo parecido en la liga española de primera. El ansia por pitar el final sin esperar a que acabe la jugada puede provocar alguna que otra situación extraña.

Ante la proclamación de Pedro Sánchez como nuevo presidente de España veo a la derecha española como yo aquel día protestando ante el árbitro por una decisión injusta o al menos incomprensible. Algunos han estado esperando un giro del destino que les privase de esta amarga derrota, algunos pensaron que el PNV iba a volver al respeto a su ideología, otros que Junts era un partido de locos y que iban a anteponer su locura a su beneficio, incluso algunos imploraron al cielo para que, ojo al dato, los diputados de Podemos dieran un susto a Pedro Sánchez.  Algunos se atreven ahora a pensar de forma absurda que el Rey de España debería impedir lo que no impidieron los votos a unos y a otros.

Como era de esperar, nada de esto sucedió y Pedro Sánchez ha obtenido más votos en su investidura que en las ocasiones anteriores. De nada han servido las protestas en plazas o en sedes del PSOE. Es más, es probable que estas últimas todavía le hayan dado más justificaciones al ahora presidente ante la opinión pública, de tener que tragar los sapos ante las peticiones de los “indepes”. 

Con el tiempo, meditas y concluyes que aquel partido no solo se perdió por una decisión arbitral. Durante los cincuenta minutos hubo muchas jugadas, aciertos y fallos de unos y otros. Pero es más fácil echar la culpa al tercero. Yo considero que VOX y el Partido Popular deben en primer lugar hacer un serio análisis de todas sus estrategias desplegadas desde las elecciones de mayo que les condujeron a la derrota en julio. En segundo lugar, deben ser conscientes que están solos prácticamente ante el resto de las fuerzas políticas, que, si han chuleado a los socialistas, al resto de españoles nos desprecian brutalmente.  Y, por último, deben planificar desde ya su estrategia política en los próximos años con el objetivo de conseguir que no sean los independentistas los que marquen el destino de nuestro país conduciéndolo a la ruina. Por supuesto, no deben seguir cayendo en la estrategia absurda de señalar en redes a los diputados socialistas que han dado el sí a Sánchez. De la misma forma podrían señalar a los que votaron a esos diputados, pero hay que asumir que te guste o no, eso es la democracia.

Y recordar que las manifestaciones pueden estar bien, si se desarrollan con normalidad, pero su utilidad es menor que mis protestas al árbitro una vez pitado el final del partido.

Carlos Mazón contra las cuerdas

Carlos Mazón contra las cuerdas

(Publicado el 9 de noviembre e 2023 en ABC)

Basado en hechos reales

El President de la Generalitat, D. Carlos Mazón, levantó la cabeza tan sobresaltado que casi se le caen las gafas de cerca. Miró al atril del hemiciclo de las Cortes Valencianas donde la portavoz del partido socialista, doña Rebeca Torró, le acusaba de machista y de faltarle al respeto en la última sesión de control. Mazón trató de procesar en milisegundos lo que él le había dicho hace quince días. Sin darle tiempo, la portavoz socialista siguió con su discurso, “usted es un machista porque me guiñó un ojo”.  Mazón giró la cabeza hacia su conseller de educación, José Antonio Rovira, para ver si había entendido bien, el gesto del conseller encogiéndose de hombros le hizo ver que sí. Mazón ya no recordaba si había guiñado un ojo en su intervención o si tenía un tic nervioso y no se había dado cuenta, pero lo que probablemente pensó fue “quince días y me echa en cara si le guiñé un ojo, esto es rencor y no lo del Conde de Montecristo. Menos más que no le dije lo que Joan Baldoví le gritó a la de portavoz de Vox en el otro pleno, ya que en ese caso me hubiesen mandado a la checa del Grao”.

Casi sin tiempo de asimilar la regañina de la portavoz socialista, la consellera de hacienda, Rut Merino, le enseña a Mazón un tuit del portavoz adjunto socialista, Arcadi España, criticando la bajada de doscientos millones del presupuesto de la Generalitat contra el calentamiento global. Mazón piensa “calentamiento global son las listas de espera en sanidad que nos han dejado en herencia el tripartito de izquierdas, digo yo que habrá que dedicar el dinero a lo importante”. Mazón volvió a dirigir su atención al documento que tenía entre manos, pero al recordar las palabras del analista ruso Georgy Arbatov se dio cuenta que podría estar ahora mismo contra las cuerdas. Tras la disolución de la Unión Soviética, Arbatov dijo a los norteamericanos: “Acabamos de hacerles algo mucho peor que cuando les amenazábamos con nuestros misiles nucleares , les hemos dejado sin enemigo”.

Y es muy posible que para Mazón sea así, ya que la oposición de izquierdas valenciana no existe. El anterior presidente socialista, Ximo Puig, para estar más tranquilo en el gobierno, preparó unas listas electorales que mi abuela hubiese calificado de “huits i nous i cartes que no lliguen” (ocho y nueves y cartas de escaso valor que no forma nada). Puig no esperaba el desastre electoral que le llevó a él y a su grupo a la oposición. Ahora solo suspira por un ministerio. De Compromís solo se conocen sus cuitas internas y su empeño en reducir el horario de trabajo.

El alemán Carl Schmidt decía que no se puede vivir sin un enemigo contra el que unir a tus tropas para combatir. Esa falta de enemigos hace que te relajes y puedas acabar buscando los enemigos entre los tuyos. Hay quien asegura que la decadencia del Roma se inició cuando venció y destruyó definitivamente a Cartago. Yo creo más bien que esa decadencia surgió por otros motivos de los que Europa debería aprender más que seguir los pasos que le llevaron a su fin.

En cualquier caso, ante la falta de enemigo local de peso, Mazón tendrá que encontrarlo allende de las fronteras de la Comunidad, más si cabe en unos años que se auguran complicados. No obstante, probablemente Pedro Sánchez le va a poner fácil encontrar ese enemigo, dados sus pactos con los golpistas catalanes y  el previsible maltrato que nos espera a los que vivimos en la Comunidad Valenciana.   

Reversiones sanitarias y el pánico del Conseller

Reversiones sanitarias y el pánico del Conseller

(Publicado el 27 de octubre en ABC)

La sanidad en los tiempos del tripartito de izquierdas en una comunidad cercana, interpretado con sentido del humor. Defina usted si cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Primera Consellera.

  • Señora consellera, vence el contrato que tenemos con una empresa privada en el área de salud de Alzira. Los números son aceptables, de hecho, mejores que en la mayoría de las áreas gestionadas directamente por la Conselleria
  • Da igual, hay que proceder a la reversión al sistema público de la gestión sanitaria del área. No importa lo que cueste. Para todo buen socialista, lo privado es malo y lo público maravilloso.

Segunda Consellera

  • Señora consellera, vence el contrato con una empresa privada en el área de salud de Torrevieja. Los números son buenos, el precedente de la reversión de Alzira no ha sido bueno, las listas de espera se han incrementado notablemente y los trabajadores están enfadados. ¿Quiere que hagamos un estudio previo de qué es lo más recomendable? No hay que olvidar que estamos en plena pandemia.
  • Ni pandemia, ni pandemio. Da igual, hay que proceder a la reversión al sistema público de la gestión sanitaria del área. No importa lo que cueste. Para todo buen socialista lo privado es malo y lo público maravilloso. Por si acaso, mandaré a algún conocido socialista para gestionar la reversión, no sabe nada de sanidad, pero es un buen socialista.

Tercer conseller

  • Señor conseller, vence el contrato de las áreas de la Marina Alta y de Manises. El precedente de la reversión de Alzira ha sido malo, el de Torrevieja catastrófico. En Alzira tuvimos que doblar el personal, pero ahora ya no quedan sanitarios que contratar.
  • Da igual, proceda a la reversión, las elecciones están a la vuelta de la esquina y tenemos que ganar votos.
  • ¿Y lo de la falta de personal sanitario? Hay enormes listas de espera y es difícil contratar a el personal necesario.
  • Déjame que piense, sí, lo mejor será reducir el horario de trabajo de los trabajadores sanitarios a treinta y cinco horas. Así conseguiremos que el personal sanitario nos vote, se incrementará la lista de espera, pero todo es cuestión de echarle la culpa a la extrema derecha y a la guerra de Ucrania.    

Y entonces llegó la derecha al poder.

Primer conseller

  • Señor conseller, no se han llevado a cabo las reversiones de la Marina y Manises. ¿Qué hacemos? ¿Hacemos un estudio tal como pedíamos cuando estábamos en la oposición?
  • Deja, deja, que a ver si los sindicatos de los hospitales se enfadan que ya se habían hecho la idea de formar parte del sistema público.
  • Y ¿cómo lo justificamos?

-Tranquilo, ahora llamo a ver si nos dan una excusa jurídica

Uno de los primeros compromisos que se autoexigió el último conseller de sanidad del tripartito de izquierdas que gobernó en la Comunidad Valenciana fue el de poner al paciente en el centro del sistema sanitario. En cierta forma, ya asumía que sus dos predecesoras no lo habían hecho. Sorprendentemente él también olvidó su compromiso demasiado rápido. Las reversiones de las concesiones sanitarias es un claro ejemplo de cómo lo político ha estado por encima de los intereses de los ciudadanos. A pesar de los precedentes en este tema, el Partido Popular va a seguir la hoja de ruta marcada por el tripartito de izquierdas.  Se ha hablado poco de los usuarios de la sanidad y mucho de cuestiones legales, derechos sindicales y conflictividad laboral. Con esos planteamientos ¿qué puede salir mal?